- Ey Mark ¿vendrás a la competición del sábado? (le preguntó bajito
Terence)
- No, paso, he quedado con mi novia (susurrando le contestó Mark).
- Pues tráetela, joder, para una chica guapa que hay y la monopolizas
toda para ti.
- jajaja búscate una, creo que a la morena de la segunda fila
le gustas.
- ¿quién? ¿Patricia?
- No, la que está ahora hablando con Rebeca.
- ¿Olivia? Estás de broma, Olivia es lo más parecido a una
monja de clausura.
- pues creo que esa monjita quiere que “ora pro nobis” con
ella en todas las posturas a todas horas jejeje.
- jejeje ¿tú crees?
- siempre está echándote miraditas. Te come con los ojos,
además ya sabes que dicen de las más modositas ¿no?
- no, que dicen…
- jajaja pues eso que las más modositas son las más ardientes
en la cama jajaja
- ¿y tu novia es modosita?
- no, pero ella es una entre un millón.
- venga tráetela competición, además si vas el entrenador
quizás te ponga a jugar y podamos hacer algo contra los capullos del Esperanza.
- paso, sabes que esas mierdas no me van.
- Joder, Mark, tío no seas así. Eres el mejor nadador en
clase siempre nos bates a todos.
- ya te he dicho que me suda la polla todas esas mierdas si
vengo a clase es solo para que mi vieja no me de por culo.
- bueno, al menos pásate para animar, seguro que a tu novia
no le disgusta ver un atajo de tíos en bañador.
- A ella no, pero a mi quizás si. Jajaja ¿Y a la fiesta
tampoco os pasaréis?
- ¿Qué fiesta?
- el entrenador da una pequeña fiesta después para los chicos
y bueno vamos todos, no es que sea una pasada pero bueno es una ocasión para
arrimar cebolleta con las chicas. Y sabes para los losers que no tenemos novia.
- tengo la casa para mi solo, nos quedaremos en casa ya sabes
…sacándole brillo al sable jajaja.
- que cabronazo que eres.
- si, bueno ya sabes todos los hijos de puta tenemos suerte.
Mark y Terence siguieron hablando el
resto de clase flojito, se sentaban en las últimas filas y se ponían a charlas,
las clases de estudio en el fondo era en eso. Terence era un exiliado como él,
él era Canadiense su padre lo habían destinado a España y había arrastrado a
toda su familia con él. Terence ya hacía 4 años que estaba allí y ese
seguramente era su último año en España, por lo que de repente le había surgido
la necesidad de ir de fiestas, ligar, beber, fumar y pasárselo bien. Y Mark que
no lo veía como una necesitada sino algo que formaba parte de la vida había
empezado a ver a aquel chico más bien tímido con otros ojos, no es que lo
considerara su amigo, pero no le importaba hablar con él.
Pedro estaba vigilando el aula de
estudio, mientras acababa de corregir los ejercicios de primero de bachillerato
y de vez en cuando iba dando un paseo por el aula, para que los críos no
pensaran que estaban en el recreo y mantuvieran el silencio y estudiasen o
hicieran los deberes en silencio. Fue en uno de estos paseos, que Pedro escuchó
a Mark y a Pedro hablar. Y rechinó los dientes al oír el lenguaje tan soez que
utilizaban los dos, aquel no era propio de un estudiante de esa escuela y mucho
menos de su “hijo”. Pero no dijo nada, solo apretó los puños y regresó a su mesa a acabar de
corregir los exámenes. No fue hasta la hora del recreo que Pedro escuchó a Mark
referirse a la profesora de Historia de frígida amargad que ya dijo que ya
había tenido suficiente de todo ese vocabulario. Se acabaron los avisos,
llevaba avisándolo demasiado tiempo pero por lo visto, Mark era un chico que
con simples avisos no le bastaban.
- Mark (le llamó Pedro y con el dedo dijo que se acercara, Mark
conocía esa mirada y no quería ninguna escenita así que le siguió. Pedro no
dijo nada solo caminó hasta secretaría donde algunos profesores estaban también
acabando de desayunar. Silvia los miró extrañados pero estaba con una llamada y
no pudo decir nada). Pasa (dijo
abriéndole la puerta de los aseos de profesores, Mark pasó, pensaba que Pedro
le iba a dar un sermón y quería hacerlo en privado. Pedro odiaba las escenitas
incluso más que Mark). Llevo semanas,
meses advirtiéndote que estoy más que harto de se vocabulario tuyo. Pero
referirte a un profesor de esa manera ya ha sido la gota que ha colmado el
vaso. No solo no está permitido utilizar esas palabras o referirse de forma
despectivas a compañeros o profesores sino que es una falta y tú, jovencito, ya
tienes el cupo de faltas completo. Sino que sabes muy bien que YO no lo tolero.
- ¡Joder Pedro!, no sabía que estabas escuchando si lo
hubiera sabido…
- No es delante de mí, es siempre que debes hablar bien, ya
te lo he dicho, ese vocabulario solo te cerrará puertas. Y además te estoy
riñendo por ser un mal hablado y lo primero que
me dices es “¡Joder Pedro!” ¿Me estás tomando el pelo, no?
- No lo hice a posta, s eme escapó.
- Pues a partir de ahora cada vez que se te escape va a pasar
esto (y lo
agarró por la patilla y lo llevó hasta el lavamanos, abrió el botiquín y sacó
una pastilla de jabón del celofán, Mark abrió mucho los ojos).
- Nooo, no, ¿Estás loco? Pedro, por favor, no, te juro que no volveré a
llamarle eso (dijo intentando librase del agarre de Pedro, pero comprobó
que eso fue peor, porque Pedro le tiró más de la patilla).
- Abre (dijo poniéndole la pastilla de jabón delante los morros.
Mark selló sus labios y negó con al cabeza) Mark, he dicho que abras la boca, no te gustará la versión en la que te
obligo.
- Por favor no, por favor, Pedro (dijo con lágrimas en los ojos), pégame si quieres pero no me metas la
pastilla de jabón en al boca, vomitaré, lo juro.
- Si quieres vomitar, vomita, después ya lo limpiarás, ahora
abre la boca, no te lo pienso repetir.
- Nooo, por favor, hablémoslo, te juro por lo más sagrado que
no vuelvo a insultar a una profesora, por favor, Pedro, por favor (suplicaba Mark).
- Se acabó (y tomó la banqueta de debajo del lavamanos y se sentó sobre
ella y le desabrochó los pantalones a Mark y se lo colocó sobre sus rodillas. Y
con el propio cinturón de Mark le dio 10 correazos) ZWASS ZWASS ZWASS ZWASS
ZWASS ZWASS ZWASS ZWASS ZWASS ZWASS
¿Vas a abrir la boca ahora?
- Aaaaaaaaaaaaaaaay auuu si si auuuu nooooo te oirán ayyyy
auuuuu noooo
- MUY BIEN (Pedro lo levantó de nuevo dejando los pantalones abajo) Abre la boca (esta vez Mark cerró los
ojos y abrió la boca. Pedro empezó a limpiar a conciencia la boca del chico) muy bien ni se te ocurra escupir hasta que
te de permiso, o volveré des del principio, y no tengo clases hasta la tarde ya
(Pedro volvió a sentarse en el taburete) Calzoncillos abajo (Mark abrió mucho los ojos) Pasé el pestillo, nadie entrará, calzoncillos abajo (Mark puso
ojitos de cachorrito abandonado y finalmente se los bajó). Sobre mis rodillas (ordenó Pedro muy serio. Mark no quería estar
desnudo de cintura para bajo delante de Pedro, así que se colocó como sabía que
quería Pedro. Pero lo que vino a continuación no se lo esperaba. Pedro no hizo
nada solo estaba ahí sentado sobre el regazo de Pedro con el culo en pompa.
Pedro esperó 5 minutos). Ya puedes
levantarte y escupir en el lavamanos el jabón, solo escupir, después regresas
aquí justo como estabas (Pedro sabía que con solo escupir no se le iría el
sabor del jabón. Mark obedeció y pasó otros tres minutos con el culo en pompa
sobre las rodillas de Pedro) ahora
puedes enjuagarte. (Mark corrió a enjuagarse como un loco). Ok, ¿ya está, ya no queda más jabón, no?
- no (dijo Mark cabizbajo, estaba muerto de vergüenza).
- Recuerda bien cómo te sientes ahora, porque así es como deberías
sentirte cada vez que dices una de esas ordinarieces o hablas así de un adulto (y
le agarró de la muñeca y volvió a colocárselo sobre las rodillas pero esta vez
empezó a zurrarle aunque fuera solo con la mano y no fueron muchas solo 30
palmadas). PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS,
PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS,
PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS,
PLASS.
- ARRRGHHH AUUUUU AYYY AUUUU GRRRRR BWUAAA (empezó a llorar, más por
la vergüenza que por el dolor)
-Ya
está ya, Mark. Mark, cuando te digo una cosa no es para gastar saliva
alegremente es porque espero que me escuches y me hagas caso, no te digo las
cosas porque si, te las digo por tu propio bien. Hablando de esa manera al
único que avergüenzas y perjudicas es a ti mismo.
- ¡Me pegaste en la escuela! (protestó como un niño pequeño).
- Te pusiste en evidencia en la escuela. Me desobedeciste en
la escuela. Insultaste en la escuela ¿ves por donde voy?. Y no pongas esa cara
Mark, podía haberte tirado de la oreja allí mismo en el patio y darte un par de
azote Stein dados y no lo hice. Te aseguro que no hago esto ni porque me guste
ni para mortificarte. Lo hago porque no haces casos a los avisos verbales. Si
me hicieras caso cuando hablo, te ahorrarías todo esto (dijo de una forma más
tranquila).
- Pudiste esperar a llegar a casa.
- Y tú pudiste morderte la lengua ¿no crees?
- Y ahora con que cara se supone que voy a volver a clase?
- maldita sea Mark, solo te he dado unos cachetes, no tienes
escrito nada en la cara, si te lavas un poco la cara y ya no se verán esos
churretes. Nada que te haré una nota para que no te riñan por llegar tarde a
clase ¿qué clase tienes ahora?
- Historia (dijo rojo de vergüenza).
- jajaja (Pedro no pudo más que reírse). Estoy tentado en no hacerte esa nota, lávate la cara, yo mientras te
haré esa nota (y salió de los aseos. Pedro fue hacía recepción y tomó uno
de los papeles de notificaciones y un sobrecito y empezó a escribir. “disculpe
el retraso de Mark Geldof, tuvo que ser debidamente corregido por su tendencia
a utilizar un vocabulario absolutamente inaceptable para un joven de su edad y
un alumno de esta escuela. Atentamente Pedro Martín”. Pedro metió la notita en
el sobre y lo cerró).
- ¿Ya tuviste que zurrarle? (le dijo Silvia).
- Silvia, no te metas (le dijo serio pero finalmente le sonrió).
- Solo digo que ya tardabas, de verdad. Este año quizás no lo veamos por
aquí como el año pasado pero tendrías con que aires se pasea por todo la
escuela. Parece el sheriff, de verdad.
- ¿en serio? (dijo extrañado Pedro nadie le había comentado nada)
- si como es tu hijo, los demás
profes no te viene con las quejas, pero de verdad, a veces hasta a mi me mira
con ese aire de perdona vidas. Y no es porque seamos familia, porque no soy a
la única que la mira y habla así.
- Pues no te preocupes, al igual que ya no lo ves por aquí,
tampoco volverá a hablarte de forma altanera, esta noche hablaré con él.
- No si al final, lograrás hacer de ese pequeño vándalo un
hombre decente jajaja.
- Mark no es un vándalo solo es un chico que sabe muy bien
que teclas debe tocar para incomodar a
la gente y alejarla. En cuanto se de cuenta que no toda la gente quiere hacerle
daño se dejará de todas esas niñerías (le dijo Pedro y en cuanto salió Mark salió del aseo
se hizo el silencio. Mark notaba las miradas de los profes que estaban en al
secretaria sobre su cogote). Dale esta
nota a tu profesora para que te deje pasar y no te pongan baja (y le dio la
nota. Mark se apresuró a salir de allí).
Como siempre Mark apuró a último
minuto para regresar a casa. Aquello le estaba empezando a cansar a Pedro. Una
cosa era salir los fines de semana y otro a diario. Mark debería centrarse en
sus estudios, no pretendía que se pasara la vida estudiando, pero al menos los
días de escuela, no debería salir. Ya se lo había comentado a Cristina en una
ocasión, pero Cristina no quería que Marc pensara que lo hacía porque no le
gustaba Ana María, que como toda buena madre no le gustaba lo suficiente la
novia de su hijo. Además Cristina se había dado cuenta que des de que Mark
salía con Ana María se había vuelto de trato más agradable. Volvía a estar de
buen humor y hacer bromas con su hermana y ella, y echaba tanto de menos a ese
Mark que le consentía quizás demasiado. Cristina tenía tendencia a consentir a
sus hijos, siempre que podía les tapaba alguna que otra travesura o ignoraba
algún que otro desaire, había mejorado en el último año, pero se le notaba aún
que el papel de madre estricta le venía grande. Pedro por su parte no tenía
ningún problema en poner límites a los niños, se pasaba el día con chicos y
chicas de 16 a 18 años, estaba curtido en el arte de “amansar fieras”, le salía
de forma natural. Pero también debía reconocer que no era lo mismo ser profesor
que ser “padre”. Sus alumnos se lo tomaban mucho más en serio y aún había
cierto respeto hacia él por ser un profesor que Bea o Mark habían tenido nunca,
ni siquiera al principio cuando solo era solo un amigo de la familia. Al
principio Mark respeto ninguno y Bea más bien era timidez lo que mostraba y a
medida que pasó el tiempo, Mark dejó de ignorarlo para enfrentarse a él siempre
que surgía la ocasión, y Bea iba por el mismo camino, aunque se debía de
reconocer que la niña era de trato más fácil y agradable que Mark Pero Pedro
también se había dado cuenta que Mark era por lo general más de transparente
que Bea.
-
¿Qué haces ahí solito? (le dijo Cristina poniéndose
una chaquetita para salir a la terraza).
-
Fumando y tomándome una taza
de tila.
-
¿Mi amor des de cuando tomas
tú tila?
-
Cuando estoy tenso me va bien
un par de ellas y logró pegar ojo.
-
Yo sé de otra forma de lograr
que duermas plácidamente ( le dijo mordiéndole el lóbulo de la oreja). No te preocupes mañana mismo al salir del
trabajo nos iremos a pasar el fin de semana tú y yo solitos a esa cabaña.
-
¿al final con quien dejarás a
los niños? ¿tus padres están fuera, no?
-
Si, siguen en Paris, están en
casa de los Marchand hasta el 20 que no regresan y creo que solo para preparar
todo lo de la Navidad. Miguel me comentó el otro día que cada vez pasan más
tiempo en Paris. Creo que papá quiere regresar allí.
-
¿tú crees?
-
Juan dice que papá está en
esa fase que le gusta rememorar viejos tiempos. Pero Miguel dice que alguna vez
pilló a papá prometiéndole a mamá que cuando fueran mayores regresarían a Paris
como cuando se conocieron.
-
¡Es verdad! Tus padre se
conocieron en la ciudad del amor, jajaja
-
Si, dos españolitos perdidos
en un gran Paris. Pero en cuanto se casaron se regresaron aquí. Por eso me
sorprende esa manía que les dio por Paris des de que se jubilaran. mamá siempre
ha dicho que aquella no era un ciudad para criar a un hijo.
-
Y menos 5 (dijo burlonamente Mark).
-
Jajaja si y menos 5. ¿estás
tenso por los exámenes?
-
Si, bueno, por eso y porqué
hoy tuve un pequeño altercado con Mark en la escuela.
-
Bufff (resopló Cristina y se sentón
en una de las sillas de la terraza y se encendió un cigarrillo) ¿qué hizo esta vez?
-
Llevo meses avisándole que no
quiero que use ese lenguaje (Cristina bajó un poco la mirada, lo de ser malhablado era
genético, ningún Martínez era famoso por sus buenas maneras, quizás Miguel y
adrián, pero los demás hablaban como auténticos estibadores, incluida ella,
debía reconocer. Cristina reconocía esas quejas, Fred en eso era como Pedro, se
le erizaban los pelos de sentir hablar de esa manera a un niño, y ya ni
hablemos si el niño en cuestión era su propio hijo). No en casa, no en la escuela y no para faltarle al respeto a un
profesor o… ¡que demonios a ningún
adulto!
-
¡Volvió a insultar a un
profesor!
(dijo roja de rabia Cristina, que solo esperaba que fuera una cuestión de
tacos).
-
No delante de ella, estaba
hablando con sus compañeros de su profesora de Historia, yo estaba en el recreo
haciendo la guardia y le escuché. Te juro que no le estaba vigilando ni
espiando ni nada, tú hijo es tonto, va y se pone a criticar a sus profesores
justo al lado de la puerta que da a la cantina (dijo Pedro negando con la cabeza).
-
¿Alguien más lo oyó?
-
Sus compañeros por supuesto y
yo (Cristina
respiró aliviada y se relajó).
-
Hablaré con él.
-
Ya hablé yo con él (le dijo muy serio Pedro, que
ya conocía ese “hablaré con él” en particular, ese “hablaré con él” significaba
un montón de mimitos por parte de Cristina y pedirle con morritos que se
portara bien al menos los próximos días)
-
¿Hablaste? ¿o habló tu mano?
-
Hubo de todo. Cristina, esta
misma semana el lunes le volví a advertir que no quería más de ese lenguaje tan
soez. Y estamos a jueves, y ya ves, he tenido que zurrarle porque esa no es
forma de hablar de una mujer o de una profesora. Me duele la boca ya de tanto
repetírselo. Al menos esta vez aparte de mi boca también le dolerá su trasero.
-
¿le pegaste en la escuela?
-
En el aseo de profesores,
nadie nos vio. Pero quizás debería hacerlo en medio del aula para ver si una
vez por todas entra en razón. Porqué después de eso me he enterado por Silvia
que tu hijo quizás ya no plante cara a sus profesores o se salte las clases,
pero muestra muy poco respeto hacía ellos y sus compañeros y siempre muestra
una actitud muy altanera con todos.
-
Ya bueno…eso lo sacó de Fred.
Lo del vocabulario es todo mío, te lo reconozco, pero lo de esa actitud es de
Fred.
-
Tonto de mi pensé que hoy
llegaría temprano a casa y podríamos hablar largo y tendido sobre su
comportamiento pero ya ves mira qué hora es las (miró su reloj) las nueve menos cuarto y aún no ha dado señales de vida.
-
Llegará a las nueve en punto
como siempre, le gusta vivir peligrosamente jajaja (Pedro sonrió pero no se rio).
-
¿Qué pasa mi gruñoncito?
-
Es solo que me frustra,
siempre me ha frustrado ver como algunos alumnos tiraba su futuro por la
ventana porque era más fácil abandonar, cada vez veo más alumnos que deciden
que “esforzarse” es de perdedores o algo así. Y ver como Mark hace lo mismo
delante de mis narices y que parece que haga lo que haga diga lo que diga no
parece ser suficiente, él siempre vuelve al camino fácil en cuanto te
descuidas. Es agotador y frustrante.
-
JAJAJA Bienvenido al
maravilloso mundo de la paternidad, cariño (y le dio un besito a la mejilla).
-
Pero Óscar habla muy
orgullosos de Pedro, Juan de las niñas, incluso el otro día Miguel me dijo que
Richie era muy listo que había aprendido que el despertador es lo que despierta
a papá y ahora los sábados para despertarlo le arreaba con el despertador en la
cabeza (Cristina
empezó a reírse).
-
Cielo, yo hablo maravillas de
mis hijos, todos los padre hacemos eso. nos gusta presumir de hijos. Y mi hijo
tiene un corazón enorme, gran capacidad de sacrificio, es leal, cuida de su
hermana con uñas y dientes. Se preocupa por mí, no le hacía nada de gracia irse
a vivir contigo pero él sabía que tu me hacías feliz y se sacrificó. Mark tiene
una capacidad de sacrificio que no verás en ningún chico de su edad.
-
Vale, vale, me quedó claro
Mark es el mejor del mundo mundial jajaja
-
Para mi si, cariño, para mi
es el mejor. Y todos sus errores y sufrimientos son por algo que hice mal o
dejé de hacer. Tú ahora estás empezando en esto y ya has empezado a
experimentar ese constante sentimiento de culpa directa. Me temo que te
perdiste la mejor parte, la de “te quiero mami” y “yo soy tu príncipe y yo te
protegeré, mami” (ponía voz de niño pequeño) “eres
la mami más guapa del mundo”…la parte de los besos, los abrazos, las risas, las
que parecía que no importara lo horrible que fuera la vida que para vosotros
dos la vida era un constante día en el paraíso. Esa parte es como vivir en un
subidón constante, se te olvidan las malas noches, los resfriados, los
empachos, las colitis, las otitis, amigdalitis y todas las “itis” habidas por
haber. Se te olvida el miedo de estar escogiendo la escuela adecuada, el miedo
de si le das suficiente fruta y verdura fresca, si hace suficientes actividades
para desarrollar su potencial…todo eso queda con creces compensado cada vez que
te mira y te mira como si fueras una superheroina o una diosa o una santa a la
que venerar. Pero eso pasa, pasa y cuando no te das cuentas, eres un ogro, una
opresora y un estorbo. Pero de vez en cuando cada vez más espaciado hay un día
en que tu hijo te sonríe, te dice algo bonito o tiene un detalle sin más
contigo y entonces es como si el mundo se parase, todo lo malo se esfumase y
volvierais a estar en aquel paraíso.
-
¿Lo echas de menos? (dijo abrazándola dulcemente)
-
Si (dijo con una media sonrisa y
apoyando su cabeza en el hombro de Pedro). Pero
los hijos crecen y tarde o temprano se convierten en eso (refiriéndose a
Mark y la adolescencia) y después se van
de casa. Y sabes no quiero que se vayan de casa aunque sean un grano en el culo
el 90% del tiempo, los quiero aquí donde yo les pueda proteger de todo. Mi
padre dice que cuando Óscar, Juan y Adri se fueron incluso echaba de menos no
escuchar sus protestas o sus quejas. Y yo tendré mucho que echar de menos
cuando Bea y Mark se marchen, jajaj
-
Ayyy mi mamá gallina (le dijo tiernamente
pellizcándole la naricita).
-
Jajaja I plead guilty, your
honour (me
declaro culpable, su señoría).
-
Jajaja (en ese momento sonó la
puerta de la entrada).
-
Las nueve (le dijo haciendo como que
ponía su reloj en hora. Mark solo sonrió y cogió el pasillo que llevaba a las
escaleras). Mark, pasa al salón quiero
hablar contigo.
-
Vale, deja que me cambie y
bajo.
-
Te cambias después, hablamos
ahora (dijo
tajante Pedro como un caporal del ejército. Mark suspiró y rodó los ojos) PLASS
(una palmada cayó de la nada)
-
Ayyy (dijo sobándose el muslo justo donde
había caído)
-
De eso mismo quería hablar,
pasa (dijo
indicándole con la mano que entrara en el salón).
-
Si, es por lo de esta mañana…
-
¿Lo de esta mañana? Creí que
ya lo habíamos dejado claro ¿no? Pero si necesitas un pequeño recordatorio (dijo arremangándose las
mangas).
-
No, no, no (dijo con terror y
apartándose al máximo de pedro).
-
Siéntate cielo (le dijo su madre indicándole
el sofá y ella se sentó en el sillón).
-
Hoy me he enterado de un par
de cositas que no me han hecho ni pizca de gracia. Y quería dejar las cosas claras
ahora que pareces estar más receptivo (no era ningún secreto que Mark se
mostraba más dócil y dispuesto después de unos buenos azotes). Así que jovencito abre bien las orejas,
porque esto sí que solo te lo advertiré una vez. A partir de ahora en adelante,
tratarás a tus mayores con el debido respeto, a todos, te caigan bien o mal, no
me importa tu madre te dio buenos modales, lo sé, así que empieza a refrescar
la memoria porque si me entero que vuelves a ser insolente o irrespetuoso con
algún adulto lo de esta mañana te parecerán puras caricias. ¿entendiste? (Mark
asintió) Eso era todo lo que tenía que
decir, ya puedes ir a cambiarte si quieres (dijo aún muy seco. Mark miró a
su madre y ella asintió).
-
Ya cené con Ana María, me
pongo el pijama y me pondré con los deberes (dijo muy rápido Mark para excusarse
de bajar después, mientras se levantaba para irse).
-
Mark, lo de las nueve en casa
veo que lo cumples pero parece que últimamente se te olvidan muchas cosas como
eso de “a cenar a casa”. Pero a Ana María no se le debe de olvidar, porque
llamó Adri antes y me contó que se llevaba a Pablo a la pizzería porque estaba
solo. por lo visto Lucia iba hoy a cenar con su familia para celebrar el
cumpleaños de su abuela materna (Mark tragó saliva).
Ponte el pijama, a las 9:30 comemos y te quiero ver en la mesa.
-
Lo siento (dijo avergonzado por haber
sido pillado en una mentira).
-
No me gustan que me mientan,
y sé que no eres un mentiroso Mark, pero no quiero tener que también empezar a
desconfiar de ti. Sino te apetece cenar en la mesa con nosotros, lo dices, te
preparas un sándwich y te lo comes en la cocina. Pero no más cuentos chinos.
-
Lo siento, señor (dijo agachando la cabeza).
-
No pasa nada, pero que no se
vuelva a repetir (y Mark asintió y subió a su cuarto).
-
¿Cuándo llamó Adri? (le preguntó Cristina en
cuanto sintió la puerta de la habitación de Mark)
-
No lo hizo, me acabo de
marcar un farol (dijo sacando pecho. Lo cierto es que Pedro era muy buen jugador de
póker, y Cristina lo sabía, pero jamás pensó que esas cualidades le sirvieran
para algo más que para dejar limpios a sus amigos).
-
¿Y si hubiera sido cierto, y
si hubiera cenado con Ana María?.
-
Tu hijo come como una
alimaña, no te lo niego pero hasta el día de hoy no abajaba a comer a
hurtadillas a medía noche, así que está claro que no estaba cenando.
-
¿a hurtadillas?
-
El lunes acabó con las alitas
de pollo. Y ayer con las albóndigas. Lo sé porque me las iba a llevar para
comer hoy al trabajo y me quedé con el tupper vacío en la mano. Y tú no dejas
un tupper vacío dentro de la nevera. Y Bea come como un pajarito.
-
Al menos, no me saldrá
anoréxico de esos
-
¿Mark? Jajaja, es más barato
hacerle un traje de encargo que invitarlo a cenar.
-
¿sigue enfadado por que ahora
le das clases, no?
-
Si, y creo que es como su
madre en eso también, tardará unos días pero después sabrá perdonarme.
-
Jajaja no hay nada que
perdonarte.
-
Me alegra que opines así,
porqué acabé el café y se me pasó comprar más.
-
Yo te mat…
-
Me perdonas, ¿recuerdas? (dijo sonriendo Pedro)
Sábado por la mañana.
Pedro y Cristina había huido
a la cabaña en la montaña para desconectar un poco, entre el trabajo, los niños
y sobre todo la boda estaban muy agobiados. Nada más llegar el viernes ya casi
a la hora de cenar se dieron cuenta que aquello era un remanso de paz. Era
justo lo que necesitaban. Bea y Mark se habían quedado con su tío Óscar y su
tía Elena para pasar el fin de semana, mientras Pedro y Cristina se tomaban un
pequeño descanso. Como Yolanda estaba embarazada Cristina no quiso cargarle el
muerto de tener que cuidar a Bea y a Mark, aunque los dos eran ya grandecitos y
no daban mucho trabajo. Cristina sabía que ambos podían ponerse un poco
difíciles si se les torcías los cables. Así que le endosó los niños a Óscar.
-
Tío, me puedes acercar al
cole.
-
Es sábado Mark, si te cuesta
ir entre semana ahora me vas hacer coger el coche para llevarte en sábado.
-
Es el torneo de natación. Y
después el entrenador nos tiene preparada una fiesta, he invitado a Ana María.
-
Ahhhh haber empezado por ahí,
Casanova, jajaja oíste Elena tenemos a otro Adri aquí.
-
¿Adri? (preguntó Bea)
-
Si, Adri, ese empolloncito
era un auténtico rompecorazones, cada mes estaba con una distinta, ahora parece
que se ha calmado con la dermatóloga esa.
-
Lucia (le corrigió un poco molesto
Mark, que en cierto modo sentía como si hablaran mal de Ana María).
-
Si, Lucia, anda que no es
tonto mi hermanito, que se la ha buscado fea jajaja
-
Pues yo creo que tía Silvia
es más guapa
(dijo Bea).
-
¡Pero qué dices! (dijeron Pablo, Mark y Óscar
a la vez. Bea y Elena rodaron los ojos a la vez).
-
Bueno me llevas o qué, sino
tomó el bus y ya está, pero joder tío, que te cuesta, estás ahí tirado sin
hacer nada.
-
Estoy viendo las motos (dijo señalándole la tele).
-
Ok, pillo el bus. Grrrrr
Muchas gracias, tío (dijo molesto).
-
Venga Óscar, mueve el culo, y
acércalo, es un momento.
-
No, no lo es. Tengo que
vestirme, tengo que agarrar el coche, tengo que llevarlo a la escuela y después
regresar, para entonces ya habrá acabado.
-
Óscar Martínez ya está
moviendo el culo ahora mismo de ahí (le dijo Elena muy sería) y llevando a tu sobrino a la escuela.
-
Elena please, en esta carrera
se la juega todo Pedrosa.
-
¡Óscar! (y le lanzó una mirada
fulminante)
-
Jooo (protestó como un niño pequeño). Pablo quédate y asegúrate que se graba
bien ¿eh? (y le despeinó un poco en plan afectuoso)
-
Si, señor (Pablo había empezado a
decirle señor o papá en vez de papi ese curso. Una vez probó llamarle a su
madre “Elena” y su madre le dio una buena zurra en medio del mercado por
irrespetuoso así que eso ya ni lo probó con su padre).
-
Ok, vamos, pesado (le dijo a Mark tomando las
llaves de encima la mesita del café).
-
¿no ibas a cambiarte?
-
No saldré del coche. ¿Te vale
con que te lleve no ¿no necesitas que te entre de la manita, verdad?
-
Noooo (dijo horrorizado)
-
Lo que pensaba.
-
¿A qué hora te recojo?
-
La fiesta acaba a la una y
media (Óscar
se lo quedó mirando fijamente con cara de incredulidad).
-
Pero puedes venirme a buscar
a la una.
-
Te paso a recoger a las 12 (dijo refunfuñando).
-
¿las doce?
-
O simplemente me quedo en
casa viendo las motos agarras el bus y te las apañas y cuando acabe de almorzar
te paso a buscar.
-
Ok, las doce, pero no entres,
ya saldremos nosotros.
-
Encima tendré que hacer de
taxista de la niña esa. Y viven a tomar por culo de aquí.
-
Se llama Ana María y se queda
en casa de tío Adri este fin de semana.
-
Grrr bueno vale, pero a las
doce en punto, afuera, sino entro a buscarte y puede que vaya en pijama (dijo para amenazarlo).
-
No te atreverías.
-
Mark, se atrevería, créeme a
mí ya me lo ha hecho (dijo Pablo con cara de horror. No hubo que decir nada más,
Mark le quedó claro que a las 12 en punto delante de la entrada de la escuela).
-
Óscar dejó como
había dicho a su sobrino frente a la escuela y se apresuró a regresar a casa a
ver si aún le daba tiempo a ver el final de la carrera. Mark había quedado con
Ana María una hora más tarde en su casa. Tenía la casa solo para él, su madre y
Pedro estaban de fin de semana romántico, haciendo cosas que ni quería
imaginarse. Pero sí que se imaginaba todo lo que le iba a hacer a Ana María.
Por la mañana Mark y Ana María se encerraron en su habitación, no cometería el
mismo error jamás, y no salieron hasta bien pasadas las dos, solo para comer y
recargar energías. Pero una vez ambos comieron, decidieron que estaría bien tomarse
unas cervecitas, fumarse unos porros y pasearse en pelotas por toda la casa e
ir magreándose cada vez que quisieran donde quisieran. El sexo había dejado de
ser algo torpe y fugaz y ya le habían pillado el tranquilo, y aquello era cada
vez mejor. Hasta el punto que Ana María lograba llegar a varios orgasmos antes
que Mark finalmente culminara. Mark Y Ana María seguían en la fase de
exploración mutua y eso hacía aún más excitante el sexo. Pero por muy excitante
que fuese el sexo eran humanos y llegados un momento sus cuerpos ya no daban
para más. Así que Ana María decidió que estaría bien invitar algunas de sus
compañeras de clase y hacer una especie de cena, como si fueran marido y mujer
y aquella fuera su casa de verdad. Mark, no le hacía mucha gracia, sobre todo
porque no conocía a casi ninguna de las amigas de Ana María, y porque lo que
quería era estar a solas con ella. Pero accedió, porque Mark no se podía negara
a nada de lo que le pidieran esos preciosos labios carnosos de color rosa
pálido. Sin darse cuenta lo que debía ser una especie de cena formal, se
convirtió en una macro fiesta. Hasta tal punto que a las 11 de la noche los
vecinos se quejaron del ruido y llamaron a la policía. Ni que decir que cuando
se presentó la policía preguntaron por el señor Pedro Martín, el propietario
del piso. Y claro Mark intentó explicarles que Pedro estaba de vacaciones, que
él era el hijo de su novia y que vivía allí y que solo era una fiestecita pero
que ya se acababa. Pero la policía tenía que comprobarlo, así que le pidió el
teléfono de Pedro. Mark les enseñó fotos de ellos, pero los policías no sabían
claro que cara tenía el presunto propietario de la casa. Además había una multa
por contaminación acústica y aquellos chicos parecían todos menores y se veían muy
ebrios y algunos algo más que ebrios. Además se veían claramente botellas de
alcohol y latas de cerveza por toda la casa.
-
Muy bien chico, tú elijes o
te llevamos a comisaría presentamos cargos por obstrucción a la justicia y
llamamos a los de asuntos sociales que se encarguen de ti. O nos das el
teléfono del propietario para que podamos hablar con él (Mark cerró los ojos).
-
¿Pueden irse mis amigos?
-
Los que no hayan bebido si,
lo otros se quedan hasta que sus padres pasen a por ellos.
-
Por favor (le suplicó Mark) No recuerda que es tener 15 años y
quedarse solo en casa.
-
Tengo un hijo de tu edad, y
sé que agradecería que si mi hijo hubiera bebido me llamasen y pasara yo a buscarlo. También agradecería que me llamaran
si mi hijo decide montar un macrofestival que hace que tiemble hasta los
cimientos del edificio de enfrente y convirtiese mi casa en una especie de
destilería clandestina para mocosos. Sobre todo porque ambas cosas no están
permitidas por la ley.
-
Por favor, agente, se lo
suplico, usted no conoce a mi madre y a su novio, me matarán (dijo un poco histérico)
-
Chico, lo siento, pero es mi
deber informar. Tú decides a quien informo a asuntos sociales o al propietario
de la casa y a tus padres.
-
¡Mark, dales el teléfono de
Pedro, joder! Y así se acabamos antes (le dijo Ana María que estaba un poco asustada con la
presencia de la poli y que la forma de llevarlo de Mark no le hacían sentir más
tranquila).
-
Chico, deberías de hacer caso
a tu amiga.
-
Ok (y Mark le dio el número del
teléfono móvil de Pedro, no hacía falta darle el de su madre puesto que estaban
junto les dijo).
El agente habló
con Pedro y le explicó todo lo que había sucedido, o al menos la parte del
alcohol, menores, ruido ensordecedor y quejas de los vecinos. Y le pidió que
fuera para identificarse como propietario e identificar a Mark como ocupante
del piso. Como Pedro y Cristina estaban
a unas cuantas horas de allí, Cristina llamó a su hermano Juan y le contó lo
sucedido, como él era policía, podría ayudarles. Efectivamente Juan y Óscar
estaban allí mismo 20 minutos más tarde. Y los padres de los chicos empezaron a
desfilar en busca de sus hijos, allí se vio de todo, llantos, gritos, alguna
que otra nalgada, malas caras, incluso alguna que otra risa. Pero en una hora
la casa estaba limpia de adolescentes ebrios y solo quedaban Ana María, Mark,
Juan, Óscar y Lucia Y Adrián que justo acababan de llegar.
-
Solo falta el tío Miguel ¿qué
pasa desconectó el teléfono? (dijo Mark rebotado porque todo le había salido fatal)
-
Empieza a recoger todo este
desastre (le
rugió Juan, Mark se puso blanco como el papel, ni se había dado cuenta con
quien hablaba).
-
Y tú también (Adrián le dijo a Ana María.
Ambos chicos se pusieron a recoger sin rechistar. Mark porque sabía que estaba
muy muerto. Y Ana María porque se sentía muy culpable, había sido idea suya
invitar a unas amigas, pero jamás pensó que aquello se fuera a convertir en una
fiesta, ella solo quería jugar a los anfitriones.).
Cristina y Pedro llegaron
pasadas las cuatro de la madrugada, estaban muertos de sueño, enfadados y
parecía que hubieran envejecido 10 años. Juan estuvo hablando con ellos y
explicándoles como había quedado la cosa. Mientras Óscar y Adrián se aseguraban
que los chicos acababan de recoger bien toda la casa. Juan les explicó que
había hablado con los agentes y si ninguno de los padres de los chicos
presentaba cargos lo dejarían pasar. Pero la multa por contaminación acústica
les llegaría igualmente, eso no podían hacer nada. Pero no habría cargos contra
Mark por lo del alcohol y las otras substancias que fueron incautadas en la
fiesta. La cantidad decomisada era ridícula, era claro que era para consumo
personal, así que lo dejaban en manos de los familiares. Pedro y Cristina le
agradecieron todo lo que había hecho, sabían que a Juan no le gustaba pedir
favores a sus compañeros y esta era la segunda vez que lo hacía por Mark.
Cristina también se disculpó con Óscar por todas las molestias y Óscar le pidió
disculpas por no haber vigilado mejor a Mark. Óscar se sentía fatal, sentía que
toso eso había pasado por culpa de su pereza. Debió acompañarlo hasta el
gimnasio, cerciorarse que lo que decía Mark era verdad, y después pasarse a la
tarde solo para echarle un vistazo, vaya lo que hubiera hecho de ser Pablo.
Pero claro Mark no era Pablo y tenía ya 15 años y no quería avergonzar a su
sobrino. Así que regresó a casa con esa sensación de haberle fallado a su
hermanita. Adrián no había abierto la boca solo para saludar pero Lucía ya
hablaba por todos, des de que llegaron que no había parado de reñir a los
chicos. Lucia sabía que sus padres no le dirían nada a su hermana más bien le
reirían la gracia y eso le hacía que le hirviera la sangre. Así que al menos se
despacharía a gusto.
Eran ya las cinco cuando al
fin se fueron todos. Y Mark se quedó a
solas con su madre y Pedro, Mark no se atrevió ni a moverse ni mucho
menos a abrir la boca.
- No sé que decir, hijo (al fin habló Cristina). ¿Qué te digo lo mucho que me has decepcionado, cuanto estoy enfadada o
quizás las ganas que tengo de sacarte la piel a tiras? (Mark bajó la cabeza
y la miró disimuladamente, estaba bastante asustado. Realmente los dos se veían
muy furiosos). ¿Primer fin de semana que
me tomo para mí misma y haces esto? Vas proclamando a los cuatro vientos que
ella no eres un niño que dejemos de tratarte como tal y cuando me doy la
espalda haces algo como esto. El solo hecho que montaras esa fiesterita ya me
cabrea que no veas hijo, pero lo del alcohol y la mariguana. Hijo eso, eso no
tiene nombre. No sé cuantas veces te habré dicho ya que no puedes beber alcohol
y lo de los porros…creía que tu padre te había dejado claro que están
prohibidísimos. (Mark seguía en su mutismo).
- Mark se suponía que tu madre y yo debíamos dedicar este fin
de semana a descansar porque las últimas semanas han sido de locos. No solo con
lo de la boda tú, jovencito, también has tenido mucho que ver con ese
agotamiento. Siento ser tan rudo, pero
Mark, esta es mi casa, MI CASA, nada me hace más feliz que viváis en ella, pero
es MI CASA. Y no recuerdo haberte dado permiso para disponer de ella como
quisieras. No recuerdo ni que me lo preguntaras. Cuando tengas tú propia casa
podrás celebrar las fiestas que quieras, pero mientras vivas bajo mi techo,
debes pedir permiso para traer a alguien a cas y mucho más para organizar una
fiesta. Peo eso no es lago que deba decirte, es algo de sentido común. Y ya has
demostrado que idiota no eres, así que solo me queda otra opción, e hijo, créeme
que esa opción me produce una ulcera solo contemplarla. ¿A parte de egoísta
eres un sádico que disfruta fastidiando a los demás? Contesta, Mark.
- No, señor (dijo escapándosele una lágrima). No iba a ser una fiesta, solo una cena con unas amigas de Ana Maria
pero se fue de las manos.
- Mark, no me importa lo que se suponía que debía ser (le cortó Cristina). Tú debías estar con tus tíos en su casa,
no tenías nada que hacer aquí. No debiste estar tú, y ano te digo traer más
gente. Es casa de Pedro, como ha dicho, no eres capaz de respetar nada. Ni a mí,
ni a Pedro, ni a nadie.
- mamá, no es eso, te juro que no era mi intención, solo
íbamos a estar Ana María y yo solitos, unas horas, dormiríamos en casa de tío
Óscar yo y de tío Adrián ella.
- Un plan perfecto, si. Pero sabes muy bien que no debías
estar ninguno de los dos aquí a solas ¿me equivoco cuando digo que está charla ya la tuvimos cuando
empezaste a salir con Ana María? Mark,
no debiste venir y punto. Y ya no entro en lo de la fiesta, beber, fumar y lo
de la marihuana. Porque para ser un accidente hueles como una destilería y
apestas a hierba, hijo. Y eso si que no. drogas en mi casa no, drogas en mi
familia no. No sé ni por donde empezar contigo, estoy tan furioso contigo y la
has cagado en tantas cosas.
- Pedro, yo no traje la marihuana.
- pero bien que te la fumaste y no te atrevas a negármelo
porque apestas y esas pupilas no mienten.
- solo fueron un par de caladas, es más por el humo de los
demás.
- ¡Me la suda, hijo. Ni una par de caladas, ni pollas! (dijo Cristina rabiosa), No tienes que tontear con ningún tipo de
drogas, ni legales ni ilegales. Ni drogas ni alcohol.
- No estamos hablando de una travesura, Mark. NI siquiera de
una de tus muestras de rebeldía. Estamos hablando de algo que puede matarte o
hacerte mucho daño. Es algo muy grave Mark. Sabes cuantos chicos se enganchan a
la cocaína o la heroína por empezar a tontear con porros.
- No lo flipes, Pedro
- Plaff (Pedro le dio un
bofetón).Yo no soy el que está flipando
aquí. Es grave, muy grave, Mark. Es serio, no es que nos hayas mentido diciendo
que te ibas al entreno para estar con tu novia. Es que organizaste una fiesta
con alcohol y drogas y todos erais menores. Es que te drogaste.
- No lo digas así, solo fueron un par de caladas,
- Lo digo así, porque es lo que es (dijo furioso Pedro). Y ya te estás olvidando de volver a salir
entre semana por lo que queda de año y los fines de semana.Bueno digámoslo así…
no hagas planes en un futuro próximo.
- ¿Pero entonces cuando veré a Ana María?
- Ahora mismo mejor ni me la menciones (le dijo Cristina), debiste pensarlo antes de traerla a cas
cuando nosotros no estábamos y de después montar esa fiesterita privada tuya.
- No es justo, sino me la dejáis ver, me escaparé (Pedro dio una zancada
rápida y lo agarró fuerte del brazo y lo giró como si fuera una peonza y empezó
a descargar su mano con dureza sobre los jeans de Mark).
- A mi no me amenazas, PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS
PLASS niñito, tú no vas a ir a ningún
sitio que no sea la escuela y tu habitación PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS
PLASS PLASS PLASS. ¿Quién demonios te
has creído tú que eres para venirnos con amenazas? PLASS PLASS
PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS
PLASS Si hace 4 días aún llevabas pañales. PLASS PLASS
PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS ¿Hablas
de justicia? Te diré lo que no es justo que des de
que nos conocemos yo solo hago que dar, dar, dar y dar y solo recibo desprecio,
disgustos, insultos PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS ¡y ahora amenazas! PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS
PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS Tu madre no hace nada más que hablar de las alegrías que te da ser
padre, pero hijo, yo por ahora solo he recibido de ti disgustos, uno tras otro.
PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS
PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS Y ya me cansé tienes 15 años, eres un niño
y aún puedes cambiar, pero tú solo cambias a peor. Y ya me harté. PLASS
PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS
PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS A partir de ahora se acabó el Pedro neutral,
me vas a tener respirando en tu cogote a cada minuto. ¿Entendiste? PLASS
PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS
- Ayyyyyyyyyyyy siiiii, te entendí, auuuuu
-Y ahora subes a tu habitación y me esperas en la esquina,
pantalones y slip bajados. Porque te juro que te voy a dar la paliza de tu vida,
mocoso, te voy a quitar yo toda la tontería de una vez por todas. PLASS (y de un último cachete lo
mandó hacía arriba).
- ¿Pedro? (Cristina lo miró fijamente) ¿qué vas a hacer? (Cristina sabía que Pedro era incapaz de
maltratar a nadie y mucho menos a Mark o a Bea. Pero hasta ella estaba muy
alterada y no se veía capaz de lidiar con su hijo).
- Ya oíste (dijo sacándose la correa). Lo siento, cariño, pero esto ya fue la gota que colmó el vaso.
¿Marihuana? En mi propia casa. ¿Sabes qué me pasaría si me acusaran de
proporcionar maria a menores? ¡Soy profesor no me contratarían en ninguna
parte! Esta es la segunda vez que pone mi carrera en peligro desde que os
mudasteis aquí.
- ¿La segunda? (Cristina no estaba al caso de la venta de exámenes).
- Si (dijo flojito Pedro).
Después te cuento. Y aunque yo no fuera profesor, lo siento cariño, pero no hay
lugar a las drogas en mi casa y mucho menos en mi propia familia. Y él es mi
familia ahora, más vale que se vaya enterando ya (esto lo dijo alzando la
voz sin importar la hora que era). Y
nadie de mi familia tontea con drogas. Las drogas matan, no pienso enterrar a
nadie más por culpa de las drogas o el alcohol (Cristina miró a Pedro y se
dio cuenta que allí había algo más que el enfado por entrar unos porros a su
casa).
- Pedro ¿de qué hablas?
- Perdí a mi madre por culpa del alcohol, no fue un cáncer,
fue cirrosis (Cristina
tenía unos 13 años cuando la madre de Pedro murió pero no recordaba haber visto
nunca borracha a la madre de Pedro, por eso le chocó oírlo). Y cuando estaba haciendo prácticas en Irlanda el segundo año se me
murió en mis brazos un chaval que tendría la edad de Bea, ya no le quedaban ni
venas donde pinchar, era un niño y su cuerpo y su cara estaban consumidos y
vacíos de vida. Cuando llegué era un chico normal, alegre, le gustaba el futbol
y un año y medio más tarde moría porque le dieron una dosis adulterad, era un
niño y murió en mis brazos. Así que no, no me vale eso de solo fue un par de
caladas. Noel también al principio solo daba un par de caladas a los porros de
su hermano mayor, y después fueron cigarrillos enteros, después pegamento,
después rayas, después la vena y finalmente ya no hubo nada.
- cariño, no lo sabía, jamás lo mencionaste (le dijo acariciándole
dulcemente la mejilla).
- No me gusta hablar de eso. Pensar en ello me pone furioso,
era mi alumno, era un niño, debí hacer algo.
-
No eres dios, cielo (le dijo para consolarlo).
-
No, no lo soy. Pero no pienso
quedarme de brazos cruzados o quitarle importancia a algo que si que la tiene.
No me pidas que haga la vista gorda, porque no puedo, eso no lo puedo hacer.
-
No te he pedido nadad, yo soy
su madre ¿Crees que quiero que mi hijo tome drogas? Aunque sea solo porros.
¡Claro que no! Y no creo que sea una travesura de la que me reiré cuando sea
mayor y se la cuente a sus hijos. ¡Por dios jamás contaría algo así a mis
nietos! No es que no quiera un hijo fumeta, es que Mark puede aspirar a mucho
más que ir colocado todo el día. Pero cielo, solo te pido que no subas ahí
arriba como una fiera rabiosa. No le hagas pasar por eso otra vez (Pedro sabía que estaba
refiriéndose a Fred). Fred jamás lo
maltrató pero eso no significa que Mark no se sintiera así. Fred podía llegar a
ser muy frío e impasible cuando creía que los niños se estaban desmadrando.
-
Entiendo (dijo respirando hondo). Entonces mejor que subas conmigo. Si ves
que me excedo o que estoy siendo cruel me pones una mano en el hombro y paro.
-
No creo que sea necesario,
pero es mi hijo y ya que no voy a castigarlo yo misma, al menos estaré allí
para que sepa que yo tampoco tolero ese comportamiento.
Buenísimo, continúa por favor, gran relato.
ResponderBorrarKarla.
WOOOOW!!! O.O no me pedes dejar asi! esta increible!! y esta vez Mark si que se paso DROGAS?! yo lo mato! mas aun si es mi hijo! y al parecer se va olvidando e Ana María :( pobrecitos, hacian una linda pareja jejeje
ResponderBorrarPor favor continuala :D esta buenisima! no la termines...no ahora por lo menos
Mis felicitaciones Little Hoshi, eres una maravillosa escritora
Con cariño
Chu