Erase una vez un niño

Carlita Muy feliz cumpleaños

Y prepárate para llorar a mares

“Erase una vez un niño, que siempre quiso amar a otro niño.

Un día finalmente encontró ese amor, y fue maravilloso.

Se supone que debo usar los guantes.

Se supone que tengo que hacer esto.

Se supone que tengo que hacer aquello.

Se supone que no tengo que besarlo.

No se supone que tenga sólo 45 años de edad y me encargue de un joven de 35 años de edad, que tiene 100 años y se muere.

Emma lo llama un balancín, está bien, se enferma, se pone mejor, se pone más enfermo.

Tiene miedo de que lo deje.

Le dije que no lo dejaría, que nunca durante un segundo pensara en dejarlo.

Pero él no me cree.

Es difícil de creer en mucho en estos días.

Pero nunca debemos dejar de creer el uno en el otro.

Soy un desastre, eso es lo que soy.

Lloras y llorar hasta que piensas que no puedes llorar más, y luego lloras más.

No sólo por ti o Félix, sino para todos los niños quienes finalmente encontraron a sus otros niños que quieren en su vida ahora que somos hombres.”

THE NORMAL HEART

“Me amas” me pregunto inseguro Félix mirándome a los ojos

“te amo” bese su frente porque era verdad lo amaba…

“me dejaras”

“Jamás” cerré los ojos para evitar que una lagrima cayera de mi mejilla, no podía permitírmelo, no ahora, no delante de Félix… no podía… trate de sonreír y recordé nuestra primera vez… bueno la segunda… aun no recuerdo nuestra primera vez… debe ser verdad que estaba oscuro y tenía los ojos cerrados, debía ser verdad porque de otra manera jamás lo habría dejado ir… porque habría encontrado a mi niño pequeño con quien compartir mi vida… no habría seguido esperando hasta ahora… y tal vez tendríamos más tiempo… tal vez Félix no estaría enfermo.

“Delilah” dijo como leyendo mi mente… le sonríe desde dentro, como la vez que se lo conté.

“piensas en ella” le pregunte.

“pienso que sería más fácil” no le entendí o no quise entenderle, una lágrima rodo por su mejilla “no estarías pasando por esto” dijo dándose vuelta para quedar de espalda a mí, para que no lo viera llorar, pero el movimiento de sus hombros y sus sollozos no le daban la privacidad que no podía permitirse y yo no podía permitirle derrumbarse… porque no podía dejar de luchar ya que yo no podía dejar de vivir sin él.

“Fácil… sabes bien que no fue fácil… Fe sabes cómo fueron las cosas… sabes que yo no pude y ella hizo todo el trabajo”

“Pero fuiste feliz” me grito con furia, lo veía en sus ojos rojos y demacrados, eran celos porque él ya no podía ni besarme… por a mí eso no me importaba…

“Fácil… Fácil Félix… Fácil es amarte” y me contuve las ganas, el deseo y la necesidad de besarlo… porque no podía arriesgarlo… no podía arriesgarme a perderlo…

“porque, porque a nosotros… porque” me decía

“no, lo sé” qué más podía decirle que era injusto… que porque no a otro… si eran miles los que estaban igual y perores que nosotros porque al menos nosotros nos teníamos el uno al otro.

“no volveré a ver a mi hijo… tú no podrás conocer a mi hijo” confeso su gran dolor… su ex esposa se negó a que pudiera despedirse de su hijo y mi Fe ya no tenía fuerzas para seguir luchando… si hasta le propuse pedirle ayuda legal a mi hermano… pero mi Fe no quiere que su hijo lo recuerde así… esa oportunidad ya se perdió… pero yo no puedo perderlo a él, bese su frente que era lo único que tenia medianamente permitido besar.

“¿Cuando lo supiste?” le dije sin pensar… siempre hablamos de mi… jamás de él.

“el día que te lo dije” me respondió pensando que le preguntaba por su diagnostico.

“No mi Fe… cuando supiste que no eran las chicas las que atraían… cuando supiste que eras gay” mi pregunta era válida más que mal Félix había estado casado…

“no lo sé”

“como no lo sabes amor… uno siempre le sabe”

“no lo sé… desde siempre o desde los 16 o de los 25 no lo sé” me respondió con sinceridad.

“como eso” le dije lleno de dudas.

“Tal vez siempre lo supe y no supe darme cuanta… desde los 14 que  tenía una novia… Camila… pero eran esos noviazgos de niños… ya sabes tomarse de la mano y caminar con cara de enamorados… reírse de todo sin que tenga ni una gracia” básicamente nos describa “pero a los 16 años yo estaba en las duchas… siempre era el último en ducharme por alguna razón no me sentía cómodo estando en el camarín con todos mis compañeros desnudos, pero ese día Fabián se quedo hasta el final… y espero a que yo estuviera en la ducha para entrar, se me acerco por detrás y me beso el cuello, yo estaba aterrado, me dijo llevas tiempo mirándome si seguía esperando a que dirás el primer paso me salen raíces… yo como pude salí de ahí casi salgo desnudo del camarín fue muy divertido verme correr y vestirme a la vez, porque tenía que salir de ahí… porque Fabián estaba en lo cierto y yo no estaba dispuesto a aceptarlo, así que fui en busca de Camila y nos perdimos por días… hicimos el amor como conejos, porque cada vez que me detenía sentía los besos y a las caricia de Fabián y yo no estaba dispuesto a eso… pues yo no entendía nada… no era como me habían criado, no era algo aceptado… y si Fabi tenía razón que pasaría en mi casa… que harían mis padres, me querían, me echarían, me matarían a palos como había leído alguna vez… me dejarían de querer… me dejarían  de mirar como lo hacían hasta ahora yo no estaba dispuesto a perder eso… no por culpa de Fabián y cada vez que pesaba en eso hacía en amor o más bien tenia sexo salvaje con la niña mujer que estaba perdidamente enamorada de mi desde hacía dos años y que yo me había negado a tocarla, según creía yo por respeto… después de tres días me di cuenta que no era por respeto sino porque no la amaba o al menos no como se suponía debía hacerlo. Después de darme cuenta de eso la deje en su casa… su padre quería matarme… una suerte que no la emprendiera contra ella yo bastante daño le había hecho, yo me fui a mi casa, asustado… no por todo lo que había descubierto… sino porque me había dado cuenta que no había llegado a casa por más de 3 días… y supe que eso sería lo que mas preocuparía a mis padres no que yo haya descubierto que no me gustaban las chicas.

Ni más entrar a casa mi madre, echa un mar de lagrimas me atravesó la cara de un cachetazo… la pobre gritaba desesperada que donde estaba que porque no había ido a casa… que donde me había metido, yo no pude decir que dentro de las faldas de mi novia, mi padre por otro lado llego a las dos horas le pobre cansado y desesperado y con lagrimas en los ojos, y de confesar que fue la primera y única vez que vi llorar a mi gran roble ‘no lo encuentro’ le dijo derrumbándose sobre mi madre ‘no lo encuentro’ y esa frase se me quedo grava el por toda mi vida… yo llevaba dos horas en casa y habíamos tenido forma de comunicarnos con papá para decirle que yo estaba en casa. ‘tú pajarito ya está en el nido’ le dijo mamá y yo creí que me arrancaría la cabeza o algo así, por no, sólo me abrazo llorando con fuerza y me tuvo entre sus brazos por horas, hasta que se convenció que no desparecería… y luego hizo algo para hacerse que no lo haría de nuevo” mi Félix paro el relato algo avergonzado… y yo no entendía porque, como podía avergonzarse conmigo si yo era el que lo limpiaba y bañaba cuando sus fuerzas lo abandonaban, y como leyéndome lamente prosiguió “me pego… mi papá por única vez en mi vida me pego, no como mamá que me cruzo la cara de un palmazo… si… no… bueno ya sabes… me pego como castigo” no dio más detalles y no iba a pedírselos “… yo en cuanto me permitieron ver la luz termine con Camila… ella se puso furiosa, según ella estuve con ella por dos años solo para deshonrarla… desvírgala desflorarla… sabes de cuantas formas me lo grito a la cara… como si sólo yo hubiese querido… como si ella no lo hubiese decidido desde que empezamos a salir… como si ella no hubiese intentado convencerme… no me hablaba y yo a Fabián tampoco… y pasaron tres meses y yo me arme de valor, deje una carta confesando todo… lo que yo creí era mi pecado y diciéndole a mis padres que volvería en la noche que si aun me querían como hijo dejaran la luz encendida… después de dejar la carta sobre mi velador… me dispuse  a ir a declare mi amor a Fabián pero el destino quería jugar un rato… cuando llegue a bajo estaba Camila llorando acompañada de sus padres con cara de quererme matar… mi madre lloraba mi padre entraba con cara de preocupado… al parecer mamá lo había llamado al trabajo… Camila estaba embarazada tres días después nos casaron… yo rompí la carta y el corazón de mis padres que como único deseo era que no tuviera su vida y era justo lo que había logrado… conseguí un trabajo muy en contra de los decesos de papá… pero logre entrar a la universidad a los 18 y con eso Camila, Félix y yo nos fuimos a vivir juntos. Yo no era feliz por más que lo intentaba… no lo era, a los 25 recibí la peor llamada de mi vida, mis padres tuvieron un accidente, mamá murió en el acto, mi papá no tuvo la misma suerte, alcance a verlo en el hospital… mi viejito me miro a los ojos y me pregunto ‘eres feliz’ yo le dije que si… pero la sonrisa no me llego a los ojos. ‘lo siento’ se disculpo y yo no sabía porque… me indico que le acercara la billetera y que la abriera, pude ver que era mi carta mal pegada con scotch ‘la luz de casa siempre esta prendida esperando por ti’ me dijo en un susurro ‘papá’ mis lágrimas corrían sin control ni vergüenza ‘perdón hijo… perdón por no decir nada antes… creí que eras feliz… creí que Felixcito podía hacerte feliz… me equivoque’ no papi lo soy, lo soy le dije una y mil veces para convencerlo… creo que me trataba de convencer a mi… ‘hay más de una manera de ser padre… Félix Turner… encuentra la tuya… enséñale a tu hijo a seguir la felicidad y que un matrimonio sin amor no es matrimonio’ mi padre y mi matrimonio murieron al terminar esa frase… luego del velorio y sepultura de mi familia salí de casa con sólo mi ropa… Camila jamás me perdono que le digiera la verdad… no dejo que me despidiera de mi hijo… nada pude hacer… pelee amor te juro que pelee por verlo… pero no lo conseguí… Alexander” siempre admirare como lograba poner mi piel de gallina con sólo decir Alexander “no estaba avergonzado sólo no tenía más fuerzas… como ahora” dijo con un suspiro antes de dormirse, pero el necesitaba escuchar que yo si le creía.

“lo sé Fe… lo sé”

“Alexander no me dejes” me rogo aferrándose a mi pecho

“nunca ni por un segundo lo pensaría” mi Fe… mi amante mi vida… por fin concilió el sueño que tanto necesita para recuperar fuerzas y poder luchar para mantenerse a mi lado…

Porque sin mi Fe yo perderé la Fe.

Desde luego estaba equivocado mi marido ante los ojos de Dios me dio la fe para seguir luchado cuando mi Fe ya no estaba a mi lado

Porque a veces los grandes dolores nos enseñan el verdadero amor… es fácil amar cuando todo está bien… lo difícil es amar cuando no puedes ni tocar al ser amado, es ahí cuando sabes que es el verdadero amor…

Carla… feliz cumpleaños…