─────Ana─────
Estaba consciente de que solo era un
mal sueño. Una pesadilla, un poco distorsionada de mis malos recuerdos, que
eran muchos. Y aunque estaba consciente de que era una pesadilla, se sintió tan
real que desperté temblando.
“Anda, fúmala, no pasa nada. Te
pondrás menos nerviosa si lo haces y estarás más relajada cuando salgas a
vender. Hazlo, hazlo o me voy a enfadar mucho y no quieres que te golpee
¿verdad? Te ordeno que la fumes si no quieres eso y que de paso golpee a
Edward”
Eso me decía aquel hombre de ojos
azules, que me miraba atento estirando su mano con un hiter de madera, que
adentro contenía marihuana. La fume más por miedo a que me pegara que por
cualquier otra cosa. Era inexperta, jamás había fumado nada a los 13, así que
todo se me fue por la nariz y comencé a toser, porque además esa cosa picaba
mucho. Finalmente volví a fumar y ahí se desvanecieron mis recuerdos para ahora
llevarme a algo que era puro producto de mi imaginación. Esto no eran
recuerdos, sino a lo que yo le tenía miedo.
Estaba él en mi casa, la casa que
compartía con Edward. Entraba y tiraba todo, mis muebles, rompía mis cosas y
mis fotos, mis escasos recuerdos bonitos… Y para terminar de arruinar todo lo
bueno en mi vida, comenzaba a llevarse a Edward, que se revolvía y luchaba por
resistirse, pero Donovan lo golpeaba con brusquedad. De nuevo pase de esa
escena que era puro producto de mi imaginación, a pasar ahora a mis verdaderos
recuerdos. Esos recuerdos en los que yo me escondía en una esquina atrás de un
mueble, asustada, mirando y oyendo como Donovan golpeaba y le hacía daño a
Edward. Esas noches que me hacían tenerle verdadero miedo a Donovan, al ver
como lastimaba a mi mejor amigo, como lo maltrataba y lo dejaba realmente
herido y yo solo podía esconderme atrás de un mueble, sin poder defenderlo o
ayudarlo. Pero en mi pesadilla no me lo ponían fácil… porque otra vez con esos
cambios anormales de realidad, regresaba una vez más a esas escenas producto de
mi imaginación, en las que Donovan se comenzaba a llevar a Edward y ahora
intentaba llevarme a mí de nuevo, a ese infierno que era la casa hogar. Eche a
correr cuanto podía, corría y corría hacia la puerta desesperada, pero entre
más corría más me alejaba de la puerta y a medida que lo hacía, todo iba
desvaneciéndose, hasta que todo se transformó y me encontré de pronto en la
calle.
Reconocí enseguida ese lugar. Era la
calle en la que Edward y yo vendíamos. A mí me tocaba en la secundaria y el
vendía en la preparatoria que estaba unas cuantas cuadras más adelante.
En mi sueño me senté en la acera, con
los codos apoyados en las rodillas y las manos en mi cabeza. Me quede mirando
un charco que estaba justo debajo de mis pies y me mire en el reflejo. Mis ojos
estaban rojos, la pupila dilatada y se me notaban las ojeras: estaba drogada.
El charco de pronto cambio mi reflejo y me mostro una cama de hospital que
reconocí, era la cama de mi madre, que se encontraba en coma cuando yo tenía 12
años. La imagen duro segundos y después sentí que me hundía y comenzaba a caer
en un hoyo muy profundo, hasta quedarme atrapada. Mire hacia arriba y vi como
Donovan se asomaba y tapaba aquel hoyo dejándome en la oscuridad. Empecé a
gritar pidiendo ayuda, gritándole a Edward, pero estaba sola. Justo me iba a
dar un ataque cuando desperté sudando y agitada del corazón, temblando toda yo.
Agradecí que fuera Lunes y Abigail no
estuviera en el cuarto, porque casi me pongo a llorar de puro miedo, estaba
pálida y tiritando. Justo en esos momentos quería que Edward estuviera ahí y me
abrazara como cuando tenía esos malos recuerdos. Pero Edward ya no estaba… se
había ido…o se lo habían llevado.
Supe que había soñado con eso porque
el domingo en vez de ir a “Divertirme por mi cuenta” me fui a la casa a ver si
por pura casualidad ahí estaba Edward. Pero cuando entre todo seguía igual, sin
nadie. Entre a mi habitación y no había nada, más que muebles vacíos, me había
llevado todo, excepto un cilindro tirado debajo de mi cama, que contenía unos
cuarzos que yo había guardado. Lo puse en mi bolsa y me fui con una sensación
horrible.
Ya no seguí pensando en eso al llegar
al parque en el que me reuniría con los chicos. Estaba solamente Ethan
porque Kevin no había llegado. Luego
paso todo el alboroto de esa noche en domingo, que termino por distraerme de mis
malos recuerdos. Lamentablemente al dormir no me fue tan bien, porque tuve esa
horrible pesadilla, por haber regresado a esa casa.
Salí de la habitación ya más calmada
y baje por un vaso de agua. Ahí estaba Andres y Chris. Agradecí como nunca
estar ahí y no estar sola en esa casa sin Edward.
La verdad es muy fácil criticar a los
drogadictos, juzgarlos por joder de esa forma su cuerpo y por buscar esas
salidas que en realidad no llevan a ninguna parte, más que a las adicciones y a
la muerte. Pero por otra parte, nadie sabe realmente lo que esa persona tuvo
que pasar como para querer drogarse. En mi caso, me obligo Donovan y más tarde,
cuando ya me había hecho adicta, comprendí porque lo hizo: era más fácil vender
droga estando precisamente drogada. Eso a él le convenía muchísimo. Me ponía
menos nerviosa a la hora de vender, me relajaba, me sentía más ligera,
simplemente todo se hacía más fácil, hasta ese hormigueo en el cuerpo me
gustaba, esa clase de calambres… esa sensación… simplemente me hice adicta.
Jamás contaría eso a ninguno de
ellos, porque en realidad podían pasar dos cosas: criticarme y llevarme a una
rehabilitación que definitivamente no estaba dispuesta a tomar, o bien, podían
intentar apoyarme y denunciar a Donovan. Pero yo no tenía pruebas para
denunciarlo, podía dar mi testimonio, pero él podía negarlo. La realidad es que
yo no tenía como comprobar lo que él nos hacía, sin el embargo, el SI podía
comprobar que yo vendía drogas ¿lo ven? Estaba jodida y por eso mejor escapar
de él que intentar enfrentarlo.
En fin, Donovan tenía muchos
secretos, estaba segura de eso pero no sabía cuáles. La prueba era que a los
únicos de la casa hogar a los que explotaba, era solo a mí y a Edward ¿Por qué?
No tengo ni la más mínima idea…
…pero bueno… tampoco pude seguir
pensando en mis malos recuerdos porque Andres se rompió una pierna y mientras
tanto Kevin volvió a armarla. Como creo que es su costumbre.
Estaba impresionada ¿De verdad? Kevin
era un experto en armar desmadres. Yo
igual me moleste con el cuándo se puso gallito y sé que pude reaccionar mejor
cuando me aventó la sopa, pero después de haber tenido tantas emociones fuertes
no me controle y comencé a pegarle, sé que en realidad me estaba desquitando
por mis malos recuerdos y luego me sentí culpable por eso.
Finalmente después de todo me subí a
mi habitación. Abigail estaba ahí y estaba platicándome algunas cosas con esas
expresiones tan tiernas y femeninas, me hizo sentir bien, es decir, esa niña
tenía 13 años y era muy inocente, tímida, casi infantil… Yo a su edad
lamentablemente ya estaba corrompida.
Pero de pronto nos interrumpieron de
nuestra plática. Christopher entro al cuarto.
─ Hola nenas ¿Qué están haciendo? ─
─ Le estaba contando a Ani algunas
cosas ─ le dijo sonriendo
─ ¿Así? ¿Qué cosas? ─
─ Son cosas de mujeres ─ protesto ─
No te lo puedo decir ─
─ ¡Jo! ¡Quiero saberlo! ─
─ No─ respondí yo ─ Es un secreto de
hermanas ─ mire a Abigail con complicidad y me sonrío mucho, con ese brillo
especial en sus ojos.
Abie me miraba como si yo fuera algo
genial, creo que esa niña me tenía admiración o no sé yo que era. Comprendí que
era su única hermana mujer y además era mayor que ella, probablemente empezaría
a querer hacer todo lo que yo hacía, pedirme consejos y esas cosas de las que
yo no sabía nada, nunca había tenido hermanas. Sabiendo eso, era inevitable que
yo nunca quisiera contarles nada a ellos sobre mi vida, no quería decepcionar a
esa niña tan dulce.
─ Pequeñas malvadas ─ protesto
Christopher ─ Pues dejen de secretar que ya es hora de comer. Adelántate
Abie, ve abajo con los demás y vayan
comiendo. Quiero hablar a solas con Ana de algo ¿de acuerdo? Ahora vamos ─
Ese “quiero hablar a solas con Ana”
me dio mala espina y cuando nos quedamos solos, lo comprendí.
─ ¿Qué quieres? ─ pregunte con desconfianza.
─ Quiero hablar contigo de lo que
paso ayer y lo que ha pasado hoy allá abajo ─
─ Pero si ya te explique… ─
─ Si, pero quiero hablar de lo que
han hecho estos dos últimos días Ana y lo cierto es que no puedo dejar que
hagan su santa voluntad ─
Ho mierda… mierda ¿Me iba a castigar?
Joder… ya había llegado el momento, el puto momento en el que me intentarían
castigar este par de descerebrados, si quería pegarme, podía irse derechito a
la mismísima mierda, porque no lo iba a dejar, sin discusión alguna.
─────Christopher─────
Intentaba actuar normal y con
seguridad, pero la realidad es que me estaba cagando encima. Y no vayan a
decirle a nadie que yo acabo de expresarme así, pero tal cual, con Andres en el
hospital y su pierna fracturada estaba solo, completamente solo con 5
adolescentes ¡Cinco! ¿Cómo rayos iba a sobrevivir? Me daba pánico.
Lo cierto es que yo durante diez años
había cuidado a mi bichejo, pero una cosa es cuidar a un adolescente y otra
cosa es cuidar a cinco y más tomando en cuenta que Ethan era un santo que jamás
da problemas. No estaba acostumbrado a esos problemas ¿Cómo le iba hacer? ¿Cómo
lidiar con los demás que en dos días ya habían hecho de todo? Quizás me comían
vivo.
En esos momentos me di cuenta de lo
mucho que Andres y yo nos apoyábamos y que probablemente si no nos tuviéramos
el uno al otro, no podríamos solos con cinco adolescentes, era demasiado para
un joven de 26 años, o en mi caso, 28 años.
Y lo peor aún no llegaba, estaba por
enfrentarme a Ana, que en solo días nos había dejado claro que no estaba
dispuesta a ser castigada, si apenas la regañábamos y ya nos sacaba uñas y
dientes.
Antes de tocar a su habitación y
entrar, me tome unos segundos a respirar y meditar como tratarla. Tratarla con
delicadeza era obvio, ser cauteloso también, pero debía buscar una forma de
regañarla y reprenderla sin que ella sintiera que es un regaño, pero ¿Cómo
demonios consigues eso? No lo sabía y lo cierto es que sentí que no tenía
muchas cartas para jugar, así que casi persignándome entre a su habitación.
─ Ya lo sé, pero ya paso ¿no? ─ me
contesto Ana ─ Ayer llegamos bien y no pasó nada, hoy nos peleamos pero ya no
volverá a pasar ¿Cuál es el problema entonces? Esta charla “a solas” está de
sobra. Vete, shu ─
─ Ayer no pasó nada, pero pudo pasar algo muy malo─
explique─ Mas estando los tres solos en la noche y con Kevin borracho. Fue
imprudente y peligroso que se separan desde un principio ¿Entiendes? Alguien
pudo haber abusado que tu ibas sola, entre muchos otros accidentes que pudieron
suceder─ le dije mirándola fijo para estar al tanto de sus reacciones ─ Hoy si
no llego quien sabe que habría sucedido, tuvimos suerte de que solo se
rompieron algunas cosas, pero quizás y pudo haber pesado algo peor ─
─ No pasó nada de lo que estás diciendo
y hoy de cualquier modo ha sido solo una pelea ─ resoplo con burla ─… ni que se
fueran a matar… ─
─ Pudo pasar ─
Volvió a rodar los ojos y me miro con
verdadero fastidio.
─ Da igual, no pasó ¿De acuerdo?
Vete, no quiero escucharte, lalalala ─
Suspire… tenía que proseguir y dar en
el clavo. Había que meditar el comportamiento de Ana y con esas expresiones y
respuestas, solo me dejaba claro que iba a evitar a toda costa que la
castigara.
─ Ana, tienes que entender una cosa
¿Si nena? Vives con nosotros y somos tu familia, aunque quieras negarlo.
Naturalmente nos preocupamos por ti como cualquier persona se preocupa por sus
seres queridos ¿De acuerdo? Y como en toda familia, hay reglas. Hay reglas que
deben obedecerse y eso mismo te lo dijimos cuando llegaste. No te vamos a pedir
nada, más que nos obedezcas y no descuides tu salud o te pongas en peligro,
solo eso. Todo lo que te pidamos no será un mal para ti, será por tu bien,
porque eso es normal en cualquier hogar y porque te queremos─
─ Puaj... Aja ¿Y? ¿A qué viene todo
esto? ─ interrumpió ─ Si vas a darme un discursito sobre la familia mejor
escríbelo y ya luego lo leo a solas ─
Me dije a mi mismo que tenía que ser
paciente y que cuando decidí castigarla estaba consciente de que se pondría
así.
─ No, Ana, estas cosas NO son de las
que simplemente se puedan leer ─ la zanje ─ Eres parte de esta familia ¿lo
sabes no? Eres aún una niña y no puedo dejar que hagas lo que quieras sin tener
consecuencias. Bien puedes decirme que no lo repetirás, pero si uno hace algo y
no tiene consecuencias es fácil volverlo hacer, y la verdad Ana, no voy a dejar
que vuelvan hacer lo de ayer, fue peligroso y quiero que lo entiendas. Lo de
hoy también lo fue y además no puedo permitir que se peleen a golpes, menos tu
nena, que eres mujer. Son hermanos y si van a comenzar a liarse a golpes,
entonces esto no va a funcionar y se nos va a salir de las manos ─
Ana me miro unos segundos, de una
forma un poco calculadora, casi examinándome. Ella ya lo sospechaba.
─ ¿A qué quieres llegar? ─
Bueno… si Ana prefería ser directa
entonces también yo lo sería.
─ Te voy a castigar mi amor, para que
no vuelvas a repetirlo y para que entiendas de una vez por todas que aunque no
estés acostumbrada, hay reglas y cosas que no puedes hacer. Ya eres parte de
esta familia y vamos a cuidar de ti, aunque eso implique tener que castigarte
de vez en cuando─
Primero me dedico una mirada
iracunda, luego la fue relajando y se tranquilizó. Se cruzó de brazos y puso
esos ojos neutros, inexplicables, casi como los que puso cuando le fuimos a
contar de la herencia. Al principio no sabíamos que rayos estaba pensando… y
justo así me sentía ahora.
─ Vete a la mierda ─ dijo solamente,
con tranquilidad, casi casual ─ No me vas a castigar─
Respire profundo, muy
profundo.
─ No me hables así señorita ─ le dije
sin demostrar mi enfado, pero si severo ─ Te estoy tratando con respeto, así
que haz lo mismo ─
─ Estas bien imbécil si crees que te
voy a dejar. Jodete ─
Cuenta hasta diez… si hace falta
hasta mil.
─ Ana ¿Qué acabo de decirte? ─
masculle, esperando que me entendiera.
─ Es que no lo vas hacer ─
─ Es que no te estoy pidiendo permiso
─ conteste en el mismo tono ─ No te pongas a discutir nena. Esto funciona así,
haces algo bueno, se te felicita y si haces algo que no estuvo bien, se te
sanciona. No es un sistema complicado ¿no? ─
─ ¡Joder que no! ¿Qué parte de “NO”
no entiendes? No vas a castigarme
Christopher y si crees que puedes pegarme como a tus hermanos es porque debes
tener mierda en el cerebro ¿Lo oyes?
¡Largo de aquí! ¡Fuera! ─
Volví a orar por paciencia. Con Ana
no podía ponerme histérico como Andres, ese no era el mejor camino con ella,
tenía que controlar mis palabras, sino, Ana se pondría peor y luego yo
terminaría enojándome y nadie quería eso.
─ Ana, no colmes mi paciencia ¿de
acuerdo? No va a pasar nada que sea anormal ¿lo entiendes cariño? Un castigo es
una consecuencia de tus malas decisiones y también un incentivo a que no lo
repitas. Siempre que se castiga se hace con la intención de reflexionar el
porqué de ese castigo y que te lleve a darte cuenta de tus malas acciones ─
─ Conmigo no funciona así ─
─ Eso aún no lo sabes ─
─ ¡Joder que no Christopher! ¡NO! ¿Me
escuchaste? No vas a castigarme ni me vas a pegar ¡No te voy a dejar carajo!
¡Jodete! ─
De acuerdo, Ana se estaba poniendo
histérica, creo que presentía que yo estaba más que decidido a hacer lo que iba
hacer y ella estaba más que decidida a impedirlo. Pero yo era más obstinado que
ella.
─ ¿Sabes que Ana? Lo estas
consiguiendo jovencita. He venido a hablar contigo, pero si quieres que pase de
hablar a castigarte, entonces lo voy hacer ─
─ ¡No me amenaces Christopher! ¡No
tienes derecho!─
─ Te estoy advirtiendo, para que
vayas controlando esa boca, si no quieres que lo haga yo contigo en mis
rodillas ─
─ ¡CONTROLAME ESTA!─ me dijo iracunda
y saco su dedo de en medio ─ ¡Púdrete! ¡No tienes derecho a castigarme! ─
¿Enserio? ¿Esa chica me estaba
haciendo pito? Lo peor de todo es que no me extraño y supe que si no comenzaba
a hacerme respetar desde el inicio, entonces ya después sería tarde. Ya le
había permitido demasiadas faltas de respeto, cosa que normalmente yo no
permitía.
Ana estaba sentada en la cama y yo
estaba delante de ella. Me acerque y me senté en su cama e intente tirar de
ella para tumbarla. Al principio parecía realmente confundida con lo que
pretendía hacer, note que nunca le habían pegado así y cuando ella se imaginó
lo que pretendía se indignó demasiado y me pego con fuerza para que la soltara.
No me hizo mucho daño, pero me molesto un poco que lo hiciera.
─ ¡VETE A LA MIERDA! ─
─ ¡Ana! ─ regañe
─ ¿¡Que crees que estás haciendo
idiota!? ─ pregunto furiosa ─ ¡Estúpido! ¡Imbécil! ─
─ Voy hacer algo que te hace falta
Ana ─ conteste ─ No puedes hacer lo que se te venga en gana jovencita y tampoco
hablarme así. Ni a mí ni a nadie ─
No planeaba hacer esto así, pero Ana
no dejaba de insultarme y la verdad dudaba que en algún momento dejara de
hacerlo, solo castigándola le iba a entrar en la cabeza todo lo que intentaba
explicarle.
Volví a tirar de ella y forcejeo
conmigo, pero lógicamente yo era mucho más fuerte que ella y sin mucha
dificultad la medio puse sobre mis piernas, pero ella pataleaba como una loca,
se revolvía y se escurría para escapar, pero aún así yo seguía forcejeando con
ella intentando no lastimarla.
─ ¡SUELTAME! ¡SUELTAME ESTÚPIDO! ─
Cuando logre tumbarla encima y la
agarre con fuerza se quedó quieta como una estatua unos segundos, como que
asustada. Vista así Ana parecía realmente pequeña, sus pies y manos ni si
quiera daban al piso, costaba creer que esa niña era tan agresiva y
palabrotera, pero no costo tanto imaginarla como una fiera, regreso a la carga
con unas increíbles energías renovadas. Intento a toda costa levantarse,
moviéndose como una lagartija, incluso haciéndome daño a mi mientras se
revolvía. Si viera desde fuera quizás sería gracioso, porque sus pies
literalmente volaban mientras pataleaba, tan petisa era que lanzaba patadas al
aire. Imagine que realmente se sentía desesperada al ni si quiera poder tocar
el piso.
PLAS
─ ¡Ah! ─ protesto y volvió a quedarse
quieta
─ ¿Te calmas ya? ¿Me vas a escuchar?
─ dije y aproveche para volver a acomodarla bien sobre mis rodillas y sujetarla
con fuerza y con cuidado.
─ ¡Suéltame! ¡No quiero! ─ protesto y
esta vez no pataleo. Simplemente dio una clase de pisotón al aire en forma de
protesta.
─ Yo tampoco Ana, pero eres parte de
esta familia y si a tus hermanos les castigo, contigo también lo voy hacer.
Tómalo con una forma de demostrar que eres parte de nosotros y que este es tu
hogar ─ le dije ─probablemente no te guste ni estés contenta con esta forma de
demostrártelo y más adelante puedo demostrártelo de muchas maneras menos
desagradables, pero en esta ocasión así toca, cariño ─
─ ¡Maldita sea no quiero! ─ volvió a
repetir ─ ¡Si así me van a castigar entonces no quiero ser de esta familia! ─
pidió y yo sonreí un poquito.
─ Lo siento mucho nena, pero aunque
no quieras, YA ERES PARTE de esta familia y ya todos te queremos en esta casa,
aunque el quererte tanto signifique tener que castigarte ─
Volví a alzar la mano y la deje caer una vez más, pero cuando lo
hice, Ana dio un brinco que me pareció exagerado.
─ ¡Christopher no! ─ pidió y esta vez
me sonó casi desesperada, realmente se escuchaba muy asustada ─ ¡No me golpees
Chris! ¡Por favor no me golpees! ─
Comenzó a llorar y aquello me dejo
completamente descolocado ¿Ana estaba llorando? Fue una reacción tan
antinatural que pasara de mostrarse iracunda y luego se mostrara así, llorando.
─ Ana tranquila ¿Qué pasa? ─
Caray… ¿En verdad tanto miedo daba?
Ethan a veces actuaba como si yo fuera de lo peorcito y ahora yo tenía a una
niña de 15 años llorando asustada encima de mi ¿Qué rayos tenía yo para
provocar tanto miedo?
─ ¡No me golpees! ¡Por favor Chris no
lo hagas!─
Ese “golpees” me sonaba muy mal… es
decir, yo no intentaba maltratarla. Si intentaba pegarle pero no iba a ser
excesivo ni un dolor que no pudiese soportar, sino algo que la alentara a no
repetir sus malas acciones. Un castigo era lo que yo pretendía, no un acto de
violencia.
─ Ani, te voy a castigar, no te voy a
golpear ─
─ ¡Lo quieres hacer! ─ dijo llorando
─ ¡Ya tuve suficiente con la casa hogar como para que también aquí me estén
golpeando! ¡Ya me harte de que todo el mundo quiera lastimarme! ─
Aunque lo dijo rabiosa, aquello me
sonó realmente triste. Supe que Ana sufrió mucho por algo y no sabía
exactamente de qué. Nos había dicho que le pegaban ¿En verdad tan traumada la
habían dejado? ¿Qué tanto se guardaba Ana? Esa niña estaba muy herida
emocionalmente y no quería contarnos nada. Andres y yo habíamos platicado
acerca de eso y habíamos decidido dejar que cuando ella nos tuviera confianza
nos contaría… pero en esos momentos me preocupe, me preocupe mucho.
─ Cuéntame ─ le dije hablándole con
ternura, alzándola y sentándola encima de mí, justo como había hecho con Kevin
─ Cuéntame quien te ha lastimado ─
Ana no me dijo nada, ni si quiera me
miro, solo escondió su cabeza en mi pecho, haciéndose casi bolita encima de mí.
Verla así me dejaba realmente sorprendido ¿Esa era Ana? ¿Esa era mi fierecilla?
Estaba tan asustada…
─ Anita… mi amor, por favor cuéntame
¿Quién te lastimo tanto? ¿Qué te hicieron? ─
─ Solo no me gusta que me golpeen ¡Y
eso es justo lo que tu pretendes!─
─ Amor, yo te voy a castigar. No es
lo mismo que en un acto violento te pegue estando enojado, a que te de unas
cuantas palmadas de castigo ─ le dije y le di una palmada para demostrárselo.
Se volvió a quedar quieta y escuche
como comenzaba a intentar auto calmarse. Respiro muy profundo y comenzó a sacar
el aire lentamente y casi enseguida ya se había calmado. Pille que seguramente
ya se había “auto calmado” en otras ocasiones.
─ ¿Por qué no me cuentas? Puedes
confiar en mi Ana, yo te voy ayudar. Te lo juro mi amor, no voy a dejar que
nadie te haga daño. Puedes contármelo, anda, hazlo ─
Alzo su cabeza para mirarme, se quedó
muy quieta… se lo estaba pensando o quizás solo me estaba volviendo a examinar,
el caso es que volvió a bajar la cabeza y no me dijo nada.
Suspire.
─ Quiero ayudarte… pero no puedo
hacerlo si no me dejas ─
─ Me ayudarías si no me pegas ─
─ Yo no voy hacerte daño Ana ─ le
dije con toda la seriedad del mundo ─ Jamás te haría verdadero daño. No quiero
lastimarte, quiero corregirte y hacerte ver tus errores, ayudarte a no
cometerlos de nuevo. Quizás no te guste que lo haga y por eso es un castigo,
pero definitivamente NO ES un maltrato ─
Me volvió a mirar y esta vez lo hizo
con tristeza. La abrace muy fuerte y como estaba sentada en mis piernas la
rodee toda ella… nunca había sentido que Ana era tan frágil como en esos
instantes. Realmente estaba muy vulnerable ¿Qué le había pasado a la
fierecilla? Ana siempre estaba peleando con todo el mundo. Era necia como solo
ella sabía ser y ahora estaba así, tan frágil.
─ A lo mejor no te suene creíble,
pero te quiero Ana, aunque solo te conozca de hace días. Lo único que deseo es
tu bienestar ─ le hable con una voz intensa y honesta ─ Quiero protegerte y
cuidarte y no solo yo, también Andres. Esta es tu familia, SOMOS tu familia, no
tienes por qué huir, ni tampoco hay razón para negarte a ser parte de ella,
aquí todos te queremos. Este es tu hogar y siempre que estés aquí lo único que
vas a encontrar es el amor y la protección de todos nosotros ¿Lo entiendes? No
es malo dejarte cuidar un poco, si solo tienes 15 años… es normal cometer
errores y ser castigada a veces. Sería malo que no te castigara, porque eso
significaría que no me importas, pero afortunada y lamentablemente para ti, me
importas mucho ─
Ana me miro hipnotizada, esta vez sí
estaba escuchándome.
─ ¿Ahora si me entiendes nena? ─
pregunte y comencé a acariciar su cabello
Ana asintió despacito y se me quedo
mirando.
─ Me alegra que haya quedado claro ─ le dije y
me puse rígido ─ Ahora solo falta aclarar una cosa más señorita ─
Enseguida entendió a que me refería.
Puso una mueca y se tapó el trasero, aunque en realidad estaba sentada en mí.
─ ¡No Chris! ─ dijo tapándose.
Me dio un poco de risa esa reacción
tan infantil, pero intente ser serio.
─ Lo siento señorita, pero si, así
son las cosas en esta casa si usted desobedece ─
Sin esfuerzo alguno la tome de las
axilas y la alce para darle la vuelta y tumbarla en mis piernas. Ya no estaba asustada, pero tampoco se veía
contenta. Creo que estaba a punto de volver a insultarme, pero antes de que lo
hiciera la acomode bien sobre mis rodillas y alce un poco su colita con mi
pierna.
─ Nos tienen que obedecer cuando les
demos una orden. No pueden volver a arriesgarse como lo hicieron el domingo y
tampoco pelearse a golpes ─ repetí para dejar claro el mensaje y alce la mano.
PLAS
Ana soltó un gritito diminuto y se
dejó hacer. Supongo que no se esperaba esa sensación. Con horror supuse que
estaba acostumbrada a la vara y quizás por eso tenía tanto miedo al principio.
PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS
PLAS PLAS PLAS
─ Au… Hmfs… ¡Au!... ay…. ¡Ah!... hum…
¡Au! ─
Note que se contraía y que brincaba
un poquito en cada nalgada que le daba. Seguramente ella se sintiera muy
vulnerable en esos momentos, estando sobre mis rodillas. Sin embargo, no me
pedía que me detuviera, solo se limitaba a soltar uno que otro gemido y a
brincar un poco.
PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS
─ Au… ¡Auch! … Hmfs… ah… ¡Au!... hmm ay…ay…─
Deje caer mi mano por toda su colita
para castigarla bien, aunque tampoco pretendía ser duro, no después de haberla
visto tan asustada. Quizás tenía planeado ser más estricto con ella, pero ya no
podía serlo...
Cuando procedí a darle solo en una
zona, comenzó a brincar un poco más en cada palmada, note que le comenzaba a
arder más y pataleaba de forma involuntaria. En un instante ella iba a meter la
mano para que no continuara, pero dejo la mano quieta y mejor se agarró de mi
pierna con fuerza. Tal vez Ana no estuviera acostumbrada a este modo, pero la
verdad es que se estaba controlando bastante bien. O eso pensé hasta que empecé
a darle nalgadas únicamente en sus muslitos.
PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS
PLAS PLAS PLAS
─ ¡Ay!... au… ¡Au!... snif…
¡ah!...snif… ¡pica! snif... au… –
Me sorprendí un poco cuando escuche
que estaba llorando en silencio. Tenía una forma de llorar muy lastimera,
demasiado triste, lloraba con mucho sentimiento. Me dio lastima escucharla
llorar así, me estaba haciendo el trabajo más difícil. Jamás había castigado a
una niña y creo que castigar a Ana era bastante difícil con esa carita y ese cuerpo
tan pequeño…
PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS
PLAS PLAS PLAS
─ ¡Au! … Snif
snif… Chris ¡Auch! … Snif… Chris me duele...¡Ay! Snif Au… duele… Hmfs…Au... ─
La forma en la que Ana estaba
llorando me destrozaba ¿Cómo podía llorar así? No era escandalosa para nada,
era más bien silenciosa pero muy profunda.
Supe que Ana tenía mucho tiempo que no lloraba, su llanto era de esa
clase que te sale solo cuando llevas mucho tiempo conteniéndolo, negándote a
sacarlo.
PLAS
─ ¡ah! … snif… ─
Deje la mano quieta incapaz de volver
alzar y la escuche sollozar. Me dio mucha tristeza y la volví a alzar solamente
para volverla a sentar en mis piernas y asfixiarla en un abrazo, lo más
protector que supe darle. Escondió su cara en mi pecho y luego con sus brazos rodeo mi cuello y
literalmente se colgó de mí. Percibí que se dejaba llorar ya sin resistirse, me
lo decía mi camisa empapada de sus lágrimas y los sollozos que escuchaba.
Finalmente después de llorar un rato,
comenzó a tranquilizarse y creo que se iba a quedar dormida.
─ ¿Ya ves que no es para tanto? ─ le
pregunte mientras acariciaba su carita.
─ No lo es ─ admitió ─ Pero no me
gusta ni un pelo. Me hace sentir culpable ─
Me reí.
─ Ese es el punto ─ le dije y le
termine de quitar las lágrimas con mi dedo pulgar ─ Ya no volverán a escaparse
ni a pelearse ¿verdad fierecilla? ─
─ Pues ya que… Si son tan aguafiestas
no vamos a poder hacer nada divertido ─ protesto ─ Nos han echado a perder toda
la diversión con sus cero salidas─
Rodé los ojos. Otra vez había regresado
Ana, alias “la fiera” y aunque ya no lloraba y había vuelto a su actitud
habitual, seguía sentada en mis piernas muy cómodamente, sin vergüenza alguna.
─ ¿Cómo esta Andres? ─
─ Fracturado ─ suspire ─ Quien sabe
cuánto tiempo vaya a estar en el hospital… Y eso me recuerda que tengo que ir a
verlo ─
─ ¿Podemos ir a verlo nosotros? ─
Me alegro mucho que fuera Ani la que
preguntara eso.
─ Claro que sí. Pero hoy no, ha sido
un día muy largo y un poco cansado. Además mañana tienen que ir a la escuela ─ suspire
esta vez agotado y recordé ─ Ho, Ana, por cierto ¿Ibas a la escuela? ─
─ Algo así. Termine la secundaria,
pero ya no entre al primer año de bachillerato. Creo que iniciaron las clases
hace como 4 meses y medio ¿no? ─
─ Si… estarías entonces en el grado
de Kevin ─ indague ─ Como sea, ya hable con los encargados de la escuela y si
haces un examen de admisión y lo pasas, estas dentro, aunque ya te hayas
perdido 4 meses de clase ─ le informe ─ No nos dieron mucho tiempo para
aplicarte el examen, si lo pasas, quizás el jueves ya estés entrando ─
Ana asintió y escuche el crujido de
su estómago.
─ Anda fierecilla, vamos a comer ─ le
dije dándole palmaditas y ella se bajó de mis piernas con un saltito.
─ Muero de hambre y todo es tu culpa
─ me reprocho.
─ ¿Mi culpa? ─
─ ¡No me dejaste bajar porque te
quedaste a pegarme! ─
─ Ya, pero yo te quiero mucho y por
eso te castigo ─ le dije y la abrace.
─ Pues no me quieras tanto ─ protesto
y a mi pesar me tuve que ir.
Bajamos los dos a comer y me quede al
final satisfecho por como hice las cosas con Ana, aunque al mismo tiempo
también quede angustiado.
Ana era un enigma para mi… sabia
algunos datos de ella, pero todos esos datos estaban incompletos y las piezas
encajaban un poco pero no del todo, y no encajaban porque ella no soltaba nada.
Lo único que sabíamos es que su madre quedo en coma cuando tenía 12 años y
estuvo en una casa hogar en la que según ella dice, la llegaron a castigar con
la vara y sin embargo nos dijo que no se escapó porque la maltratan, pero…
ahora dice que “está harta de que todo el mundo la lastime” ¿Qué significaba eso? ¿Y porque se escapó
hace seis meses si no es porque la maltrataban? Y además cuando llegamos ella
tenía droga en su casa…
¿Qué se traía esa niña? Me dejaba
descolocado sus reacciones. De pronto era agresiva, necia, desconfiada, como si
se tuviera que defender del mundo… y luego actuaba así, tan… tan vulnerable…
como si fuera una niña pequeña ¿Por qué tenía esos arranques? No lo entendía… ella prácticamente cuando se
escapó de la casa hogar comenzó a tener la vida de una adulta que se mantiene
sola ¿Por qué entonces a veces era tan inmadura? Bueno… creo que eso si lo
entendía, Ana no había tenido a nadie que la guiara ni fuera responsable por
ella… y ahora que tenía una familia no sabía cómo rayos funciona o que se hace.
Creo que era un poco comprensible.
Pero más comprensible para mí fue al
quedarme claro que si Ana necesitaba algo, era transmitirle confianza y mucho
amor. Eso necesitaba Ana, que la cuidaran, la pusieran en su sitio y la
trataron con mucho cariño.
─────Ana────-
La escuela es un rollo. Totalmente.
Tal como dijo Christopher, me
aplicaron un examen el miércoles, apenas me dieron solo el lunes y martes para
estudiar. No estaba tan oxidada como creí y no me fue tan mal porque ese día me
dieron los resultados y salí bastante bien, más de lo que se esperaban
seguramente. Después me entere que el examen no era tan necesario y que me
dejaban entrar 4 meses después no por que fueran buena gente, sino que Chris
iba a pagar una considerable cantidad de mi inscripción e iba hacer una
“donación” a la biblioteca de la escuela… ya… claro… gente aprovechada.
El caso fue que efectivamente para el
jueves ya tenía que ir a la escuela ¿Por qué no esperaron hasta el lunes? ¿Qué
chiste ir dos días? Supuse que como prácticamente ya me había perdido casi un
semestre completo (6 meses) era
necesario que fuera ese último mes y medio. Luego serían vacaciones y
regresamos solo a hacer exámenes y a que
nos den la evaluación final de ese primer semestre y empezar el segundo.
También me indicaron que como llegue demasiado tarde y se pasó el primer
parcial, y ya estaba iniciado el segundo, mi evaluación de todo el semestre
seria al 100% examen, lo cual para mí no fue ningún conflicto.
─ Ok, escucha Ana, esta escuela es
HORRIBLE, así que ten cuidado y no dejes que los maestros te coman viva ─ me
explico Kevin mientras íbamos en el autobús, mirándome muy serio ─ Son mamones
y bien delicados, buscan cualquier pretexto para regañarte y castigarte, así
que no te dejes engañar. Es más, si puedes persignarte antes de entrar a las
clases, hazlo, no te vendrá mal─
─ Pero que exagerado eres ─ protesto
Ethan ─ No la espantes, todavía ni llegamos y ya la estas asustando ─
─ Ho no, no señor, no la estoy
asustando, la estoy previniendo de esa escuela horrible ─ aseguro
Alex y Abie iban en el autobús con
nosotros, pero ellos iban en sus asuntos, ajenos a nosotros y a las
“precauciones” de Kevin. El que sin embargo estaba atento a lo que me decía el
castañito era Ethan, que rodo los ojos y me miro a mí.
─ No le hagas caso, lo que pasa es
que a Kevin se la pasan regañándolo porque él se la pasa buscando problemas.
Pero no es tan mala escuela, solo un poco estricta ¿Tu porque crees que está
entre las mejores? Es una escuela privilegiada ─
─ Es una mierda ─ protesto Kevin de
nuevo
─ Es muy cara ─ dije yo ─ No sé si es
buena o mala, me da igual, pero sé que es muy cara ─
─ Y además de cara una mierda ─
volvió a repetir el castañito ─ No es broma Ana, ten cuidado con los
maestros, joden mucho. ─
─ El que más bien debería de tener
cuidado con los maestros eres tu ─ le dijo Ethan otra vez ─ Enserio Kevin,
aplícate, si sigues llevando notas tan bajas terminaras reprobando el semestre─
─ Aggh… Jesucristo ¿Es que tú también te vas a comportar como
Andres? ¡Puaj! Mira Don perfecto, tengo
suficiente con un hermano mayor fastidioso, no hagas lo mismo ¿sí? Si no
quieres fracturarte la pierna “accidentalmente” también entonces no me jodas ─
─ Solo me preocupo por ti ─ dijo
encogiéndose de hombros ─ Además, el primer parcial seguro lo llevaste horrible
¿verdad? ─
Kevin se quedó callado y no le
respondió.
─ Kevin… ¿Cuántas reprobaste? ─
El castaño ni si quiera le miro e
hizo que le ignoraba.
─ Kevin… ─ insistió.
─ ¡Ay joder! Reprobé cinco ¿Vale? ─
─ ¿¡Que!? ¿¡Cinco!? ─ Ethan parecía
muy sorprendido y negó con la cabeza reprobatoriamente ─ ¿Y si quiera este
segundo parcial has intentado salvar el semestre? Aún puedes salvarlo si es que
te aplicaste este parcial ¿Lo hiciste? Porque si no te vas a ir a
extraordinario… ─
─ Da igual si me voy a extraordinario
¿A quién le importa? Da igual, de cualquier modo no lo salvaba─
─ Madre mía Kevin… Vale, haces la
gracia de reprobar cinco materias el primer parcial, de acuerdo ¡Pero caray!
Tenías la oportunidad de en el segundo parcial recuperarte ¿Qué tan difícil
puede ser estudiar? ¡Eres del primer año y en casi 5 meses ya estas reprobando
todo! ─
─ Puaj… ¡Carajo Ethan! no suenes
igual que Andres, te lo suplico, joder ─ protesto
─ Como sea ─ dije yo ─ Si te vas a
extraordinario, seguro que te dan una buena calentada en casa ─
A Kevin casi se le cae la mandíbula
─ ¿¡Ahora tú también!? ¿Qué acaso
ahora los dos quieren joderme? ─
─ ¡Sí! ─ respondimos Ethan y yo al
unísono
Kevin comenzó a refunfuñar entre
dientes, pero ya no lo hizo mucho porque llegamos a la escuela. Era completamente
inconfundible, estaba enorme y se veía muy elegante, tenía un estilo muy
victoriano y… se veía tan… tan jodidamente cara.
─ Es enorme ─ dije sorprendida ─ Es…
muy grande ─
─ Es una mierda ─ repitió por enésima
vez el castaño ─ No te dejes apantallar Anita, no es tan genial como parece ─
Esta vez Ethan lo vio y volvió a
rodar los ojos divertido por el afán que mostraba Kevin para hacerme creer que
la escuela era un asco.
─ Mejor hay que entrar ¿no? ─
aconsejo ─ No queremos que Ana llegue tarde en su primer día de clases ─
Entramos todos juntos, pero Alex y
Abie se fueron en una dirección contraria a la de nosotros. Ellos aún no
estaban en bachillerato y seguían en la secundaria, así que sus salones estaban
en un lugar completamente diferente y lejos de donde estaban los de nosotros.
Con mi otro par de hermanos
comenzamos a caminar por la escuela. Mi salón estaba a un lado del de Kevin, ya
que los dos éramos del mismo año, en cambio el salón de Ethan estaba en otro
edificio, puesto que él era de segundo año.
─ Bueno chicos, yo aquí los dejo ─
nos dijo Ethan cuando llegamos al edifico del primer año ─ Suerte Ana. No la
armes Kevin ─
Estaba nerviosa pero intentaba actuar
normal, aunque creo que no era muy buena actriz. Ethan percibió mis nervios y
se me quedo viendo.
─ Hey, tranquilla, no pasa nada, vas
a estar bien ─
Se acercó a mí y me abrazo con
cariño. Yo correspondí su abrazo realmente necesitándolo, como esperando que me
diera fuerzas y se me quitaran los nervios.
─ Despreocúpate ─ me dijo sin
soltarme ─ Probablemente vas a ser la novedad en tu salón unos días, ya sabes,
por ser la nueva ¡Pero oye! no es nada del otro mundo. No hay de qué
preocuparse, ya verás cómo pronto te
acostumbras ─
Soltó el abrazo y me mostro una
amplia sonrisa. Luego acerco mi cabeza hacia él y me dio un beso muy sonoro en
la mejilla, sin vergüenza alguna, de
esos besos que truenan y se escuchan en toda una colonia. Estaba segura que si
Ethan en esos momentos hubiese traído labial, me habría dejado toda la mejilla
marcada.
─ Diag Ethan, me estas avergonzando ─
le dije, porque de pronto muchas personas nos miraban con curiosidad.
Escuche unos cuantos cuchicheos que
decían “¿El capitán al fin se ha echado novia?” “Que hacen esos dos con esa
chica” “¿Es su amiga?” entre otras cosas más que me hicieron sentir incomoda.
─ Ha ─ dijo Kevin ─ No te sientas
incomoda por la gente chismosa, ignora a toda esa panda de metiches ─ dijo en
voz alta a posta para que dejaran de vernos ─ Desde que se enteró media escuela
que Ethan y yo somos hermanos, no han parado de hablar de eso. Debo admitir que
me he hecho más famoso de lo que ya de por si era, así que no te sientas
abrumada por mi fama ─ dijo con un aire presumido muy gracioso ─ Es más, si
quieres colgarte de mí fama para hacer amigos no me molesta, puedes decir que
eres hermana del guapísimo Kevin Robertson, el chico más chulo de todo el
primer año ─
Ethan soltó una risa muy sarcástica
que reflejaba lo muy poco que le creía. Y la verdad es que a mí también me daba
gracia ver lo ridículo que Kevin era.
─ Ya, Kevin solo es famoso por ser
problemático ─ se burlo
─ Claro que no ─ se defendió el
aludido ─ Soy famoso porque soy hermoso ¿Ves? Hasta rimó. Lo que pasa es que me
tienes envidia ─
─ Ufff… no tienes idea. Me retuerzo
de envidia cuando te mandan a orientación a que te pongan un reporte en tu
expediente, de veras, me carcomen los celos ─
Kevin le saco la lengua, muy
indignado, se veía bastante gracioso con esa expresión. Presenciar esa escena
me relajo mucho y ya me sentía menos nerviosa. Esta vez sí me reí naturalmente,
divertida ante sus discusiones.
─ Eso está mejor ─ me sonrió Ethan ─
Estarás bien Ani, no te preocupes. Y cualquier cosa, si alguien se mete
contigo, me dices y yo voy corriendo a desmembrarlo. Estoy en el edifico de en
frente, donde están los salones del segundo año ¿he? Que nadie intente meterse
contigo porque se mete también conmigo ─
─ Y conmigo también ─ dijo Kevin ─ Si
un chico intenta coquetearte me dices ¿Ok? No quiero que te andes enrollando
con cualquier tipejo idiota de por ahí, es más, para salir con alguien tiene
que pasar primero sobre mí, para que YO te de mi aprobación ─
Vaya… no sabía decir si son adorables
o fastidiosos.
─ Si alguien intenta enrollarse
conmigo, o a mí me interesa un chico, créeme que ni loca te lo diría Kevin ─ le
dije y luego mire a Ethan ─ Y tú no tienes que preocuparte, si alguien intenta
meterse conmigo, yo antes le descuartizo
sola ─
Ethan soltó una carcajada y Kevin me
miro mal, pero no dijeron más. Ethan se fue y nos dijo que nos veríamos en la
puerta de la escuela al terminar las clases. Kevin me llevo a mi salón y
también se fue y me quede sola…
Como en toda escuela, me hicieron
presentarme y esas idioteces que no sirven de nada… Aunque al poco rato
descubrí que efectivamente los maestros eran un pelito de estrictos, pero nada
que yo no pueda soportar, aunque para Kevin esto seguramente debería ser un
infierno con tantas reglas y exigencias, pero como dice Ethan, después de todo
por algo la escuela es privilegiada…
Con maestros así de estrictos es
difícil que un estudiante lleve malas notas, la calificación aprobatoria MINIMA
es de 7. En una escuela normal, la
calificación aprobatoria más baja es un 6, algo más bajo que eso es igual a
reprobar, pero aquí no, en esta institución un 6 ya es reprobatoria y un 7 es
bajo… por eso Kevin tenía cinco reprobadas de 10 materias que nos dan. Con eso
comprendí rápidamente que hay dos clases de estudiantes en esa escuela: los que
sacan buenas notas porque no hay más remedio (como Ethan) o los que son como
Kevin, que se rebelan ante tantas exigencias.
En fin… las clases pasaron muy lento,
algunas personas me hacían un montón de preguntas, casi me pedían mi curp y mi
tipo de sangre, incluso los que me vieron con ese par me preguntaron acerca de
mi relación con ellos, pero evite decir que éramos hermanos y no porque
quisiera negarles, pero sino morirían con tanta sobredosis de información.
Fue muy gracioso cuando una chica se
acercó a mí y me puso al día con las “noticias” de la escuela y entre todos
esos “datos “me platico acerca de mis hermanos (que por cierto nadie sabía que
eran hermanos míos). Hubo un montón de chismes y la información estaba algo
distorsionada, pero no dije nada. También descubrí que efectivamente Kevin
tenía cierta fama en esa escuela, antes de que todo el mundo supiera de su
peculiar familia. Su fama, era tal cual dijo Ethan, era muy problemático y eso
a muchas chicas les resultaba atractivo, en cambio Ethan tenía un poquito de
fama, por ser el capitán de básquet bol y además ser un ñoño… una combinación
medio extraña entre aplicado y deportista. Mas diferentes no podían ser. Pero
definitivamente, ni Ethan ni Kevin tenían la fama que un tal futbolista de
tercero. A mí me dio igual, pero todas estaban que se mojaban por ese tipo, el caso
es que me aburrí pero no estuvo tan mal ese primer día y así finalmente
terminaron las clases.
En una escuela tan grande pensé que
me iba a perder y no encontraría la salida, ya que prácticamente Kevin me llevo
a mi salón, pero no pasó y pude llegar a la puerta, en la que me estaban
esperando todos mis hermanos.
─ Cuéntamelo todo ─ me dijo Kevin en
cuanto llegué, agarrándome del brazo fingiendo ser una mujer chismosa o algo
así -- Dime quienes te hablaron y que paso, anda, suéltalo ─
Kevin no era el único que estaba
esperando que les contara mi primer día de clases, en realidad, todos me
estaban mirando muy atentos. Me reí internamente y nos fuimos en el autobús y
en el transcurso les conté todas esas “noticias” acerca de los Robertson y
todos los “datos” que me dieron. Nos fuimos entre risas y se pasó el tiempo
volando con ellos hasta llegar al hospital, donde nos esperaba Chris, para
visitar a Andres.
───Kevin───
Mientras íbamos en el autobús rumbo a
casa, me di cuenta que antes yo no regresaba con nadie después de clases,
puesto que Alex y Abie estaban internados en la escuela y aún no sabía de la
existencia de mi otro par de hermanos. Usualmente después de clases me iba a
vaguear con mis amigos unas cuantas horas y regresaba tarde a casa, cosa que
Andres siempre le paraban los pelos de punta y que en muchas ocasiones me hizo
ser impuntual para leer el testamento ¡Me castigaba el muy maldito solo por
eso! ¡Cómo no iba a ponerme todo histérico al saber la existencia de mis
hermanos perdidos, si cuando me lo dijo fue después de haberme pegado!
Como sea, Andres ya debería de saber
que no es bueno castigarme, me pone de mal humor y luego se anda quejando. Es
una regla muy simple ¿no quiere que ande de cascarrabias? Que no me castigue
¿Por qué no lo entiende? Mi hermano mayor es un caso perdido.
─ Ajah y Kevin tiene fama de ser
problemático ─ decía Ana, contándonos su día en nuestro cuarto especial
dedicado al entretenimiento ─ De eso me entere en la escuela ─
─ ¡Ha joder! ─ proteste ─ ¡Que no!
¿Qué les cuesta admitir que soy guapo? ─
─ Decir que tú eres guapo es como
decir que Ana es alta ─ chincho Ethan, mientras buscaba un videojuego en aquel
cuarto/ paraíso nuestro
Ana hizo una cara de indignación muy
graciosa que ni si quiera me importo que eso también era una clase de insulto
para mí.
─ Jodanse ─ nos dijo ─ No soy tan
enana ─
─ Pero si estás del tamaño de los
microbios y eso que les llevas dos años ─ le dije ─ Pareces un umpalumpa ─
Soltamos una carcajada de las
grandes, todos menos Ana.
─ Y tú pareces un estúpido ─ se
defendió
─ ¡Chicoooos! ¿Vamos a jugar o se van
a poner a discutir? ─ pregunto Alex, que estaba poniendo el videojuego en la
consola ─ Me importa muy poco si no les gusta Halo, ya puse ese ─
Comenzamos a jugar todos. Bueno, en
realidad solo jugábamos Ethan, Alex y yo, Ana y Abie se limitaban a ver, pero
al rato las dos comenzaron a quejarse de que tenían hambre, así que como la
cenicienta oficial de la casa, baje por refresco y patatas para las princesas
mandonas. Cuando regrese deje las cosas en la mesa y vi que Ana estaba en el
sillón toda desparramada, como era su costumbre. Quise chincharla un poquito en
venganza de que ella se la pasaba molestándome.
─ ¡Ho! ¡Ahí está mi escoba!─ dije
mirándola y acercándome a ella ─ ¡La estaba buscando! ─
Ana me miro con desconfianza, como si
estuviera loco y antes de que se pudiera levantar, la cogí de las piernas y la
alce, de tal modo que su cabeza quedo colgando hacia abajo y sus cabellos daban
al suelo. Con mucho cuidado la tome y comencé a barrer el suelo con su pelo.
─ ¡Mi querida escoba humana! ─ decía
mientras barría con su cabello ─ ¿Dónde te habías metido?-
Todos soltamos una carcajada, Ana se
veía realmente graciosa, incluso ella se reía.
─ ¡Jajaja suéltame! ─ protestaba ─
¡Hey! ¡Bájame! ¡Auxilio! ¡Ethan ayuda!─
Sujetaba a Ana con mucho cuidado y
fuerza, pero comenzó a moverse demasiado por la risa y al mismo tiempo para
liberarse. Me desequilibre un poco y choque contra una repisa. Ni a mí ni a Ana
nos pasó nada, pero de la repisa se cayeron unos cuantos marcos y un trofeo de
Alex.
Cuando escuchamos el ruido de las
cosas caer nos detuvimos en seco y más me quede en seco cuando vi la cara de
Alex al ver su trofeo en mil pedazos. Estaba a punto de disculparme, cuando
observe con horror como el microbio iracundo tomaba mi guitarra, que estaba en
una esquina y la tiraba con tal fuerza que se escuchó un claro “CRACK”
─ ¡ALEX! ¡Que mierda haces! ─
Fui corriendo hasta mi guitarra, pero
el niñato ese ni si quiera me dejo hacer eso, el jodido simplemente empezó a
pegarme y yo estaba a punto de pegarle a él.
─ ¡Rompiste mi trofeo idiota! ─ decía
dándome golpes en todo mi cuerpo.
─ ¡Fue un accidente y tu acabas de
romper mi guitarra a propósito! ─
Intentaba esquivar sus golpes, pero
era muy rápido y me estaban cayendo bastantes. Aunque el microbio era dos años
menor que yo, sí que me dolía ¡Y como mierda no iba a dolerme si me pegaba con
el puño cerrado! Alce la mano, dispuesto
a soltarle un puñetazo pero Ethan me detuvo y se puso en medio.
─ ¡No Kevin! Si te pones a pelear con
el ¿Adivina a quien van a castigar? A los dos y si tú te calmas, el único que
estará metido en problemas será Alex ─
─ ¡Tiro mi guitarra! ─ proteste
realmente enfadado
¡Joder había sido un maldito
accidente! Me molesto muchísimo que la rompiera cuando yo no rompí su estúpido
trofeo a propósito ¿Qué mierda le pasaba al enano ese? Esa fue mi primer
guitarra ¡Mi amada guitarra! Si algo me gustaba realmente hacer era tocar y
sacar canciones en ella ¡Y ahora el estúpido de Alex acababa de romperla! Grrr
¿Lo ven? Y luego se preguntan por qué a veces me dan ganas de tirar a Alex por
la ventana.
─ Tranquilícense los dos ¿De acuerdo?
─ dijo Ethan ─ Fue un accidente microbio, no tenías por qué actuar así ─
─ ¡Rompió mi trofeo! ─
¿Alguien podía explicarle al mocoso
ese lo que significa la palabra “No fue a propósito”?
─ ¡Maldita sea Alex fue un accidente
y aun así tú con toda la intención has roto mi guitarra! ─
Creo que me cegué por el enojo y me
dirigí hacia donde estaba Alex, decidido a acomodarle un golpe por ser imbécil,
pero antes de que pudiera hacerlo, Ethan me sostuvo del brazo y aunque seguro su intención era que no nos
golpeáramos, no pudo ser. El microbio ese aprovecho que Ethan me sostenía para
darme un auténtico puñetazo en el estómago que me saco todo el aire y que
además dolió demasiado. Para mi suerte, Christopher entraba justo en ese
momento.
─ ¿¡Hey que pasa aquí!? ¿Alex porque
le pegas a tu hermano he? ─ pregunto y se cruzó de brazos─ Después de ir al
trabajo y pasar por Andres, con lo primero que me encuentro en casa es que
están peleando de nuevo ─ regaño y me miro enfadado─ Y a ti tiene días que te
castigue, menos de una semana ─
─ ¡Pero yo no empecé! ─ me defendí
Chris frunció el ceño
─ Les dije que no quería verlos
pelear a golpes ─
─ ¡Ni lo he tocado si quiera! ─
¡Me sentí indignado! Primera vez que no soy yo quien la
caga ¡Y ya querían echarme la bronca! Debía ser la costumbre de que soy siempre
yo el que la arma.
─ Díganme que paso ─ exigió saber
Chris ─ ¿Por qué estaban peleándose? ─
─ ¡Pasa que Kevin tiro mi trofeo! ─
─ ¡Pero fue un accidente! ¡Y tú en
venganza rompiste mi guitarra! ─
─ A ver chicos, no se pongan a
discutir. Dije que quiero que me digan que fue lo que paso, no que continúen
peleando ─
Yo no dije nada, tampoco Alex.
─ ¿Ninguno de los dos? Bueno,
entonces vayan a su habitación los dos y ahí me explican ─
─ ¡Chris no es justo! ─ proteste ─
¡Yo no hice nada! ¡Si fue él quien me pego! ─
─ Ve a tu habitación si no quieres
que yo sea el que te pegue. Andando ─
Me dio la vuelta y me saco del cuarto
con una palmada.
PLAS
─ ¡Ay! ─ proteste, aunque casi no me
dolió.
Los dos fuimos a nuestra habitación,
sabiendo que acabábamos de armarla. Aunque esta vez no era mi culpa.
─ Gracias Alex, ahora me van a
castigar por tus estúpidas rabietas ─ le espete
─ ¡Ese trofeo era muy importante para
mí! ─
─ Esa guitarra también lo era ¿Sabes
que fue mi primer guitarra? Con esa aprendí a tocar ¡Amaba esa guitarra! ─
─ ¡Ese trofeo lo saque en la
competencia de futbol! ─
─ ¡No lo tire a propósito joder! ¿¡Yo
para que quisiera romper tu estúpido trofeo!? No quería hacerlo, no fue
intencional y tú en cambio rompiste a posta mi guitarra, sabias perfectamente
que esa era especial─
Vi como que Alex tenía una pelea
interior consigo mismo, y me comenzó a mirar con arrepentimiento, estaba a
punto de decirme algo pero ya no pudo ser, en ese momento entro Chris con el
ceño fruncido y los dos nos quedamos callados.
─ ¿Qué tengo que hacer para que no se
peleen chicos? ─ dijo sentándose en la cama ─ No pueden empezar a pelearse a
golpes. Ya se los había dicho ─
─ Fui yo quien empezó ─ dijo Alex con
culpa y aquello me sorprendió ─ Kevin tiro mi trofeo y yo le tire su guitarra.
Yo me fui a los golpes… ─
─ ¿Y tú por que le tiraste el trofeo?
─ me pregunto Chris ─ ¿Por qué lo hiciste? ─
Casi me pongo a convulsionar ahí de
pura desesperación ¿Acaso nadie sabe lo que significaba “Accidente”?
─ ¡Carajo que fue un accidente! ¡No
lo hice a posta! ─
─ No hace falta gritar, renacuajo ─
me dijo Chris ─ Te escucho perfectamente ─
─ Yo inicie la pelea, Chris ─ volvió
a decir Alex arrepentido ─ Kevin lo tiro por accidente y yo en cambio le tire
su guitarra a propósito… Me enoje mucho y … y no lo pensé ─
Chris dejo salir el aire de su boca.
─ Se nota que comparten genes.
Ninguno de los dos piensa antes de actuar ─ reprocho
Vaya ¿Qué lindo no? Me sentí muy
halagado con esa declaración.
─ Te agradezco el halago gratuito, es
muy amable de tu parte ─ le dije sarcásticamente
─ Son hermanos chicos, no pueden
pelearse así ¿No lo entienden? Somos una familia ─ dijo con la voz casi
desesperada─ Esto no va a funcionar si se la pasan peleando. Quiero que sea la
última vez que tengo que regañarlos por pelearse a golpes ¿entendido? Y Alex,
tienes que aprender a controlarte, es más importante un hermano que un trofeo ─
─ Si Chris…─
─ Y ahora tu Kevin, sal de la
habitación y regresa con los demás ¿de acuerdo? ─
Traduje eso en un “voy a castigar a
Alex” y aunque efectivamente Alex se había ganado ese castigo solito, sentí un
poquito de pena por él, le acompañaba en el sentimiento de saber que van a
castigarte.
─ No seas muy duro con el microbio…
Sé que es tonto, pero es mi hermanito, aún quiero que viva─
─ No lo voy a matar, Kevin ─
─ ¿Enserio? ─ pregunto Alex
─ Enserio ─ sonrió Chris ─ Unas
palmadas no te van a matar ─
Alex hizo una mueca y supe que mejor
yo me iba saliendo del cuarto para darles privacidad. Cuando salí cerré la
puerta y me dirigí otra vez al cuarto ese.
─ Tiene arreglo ─ me dijo Ana cuando
llegue ─ Solo se rompió la cejuela. Con un pegamento para madera va a quedar
como nueva ─
Sonreí aliviado.
─ Lo que no va a tener arreglo es el
trofeo del microbio… ─ comento Ethan.
─ Mierda… enserio fue un accidente ─
Ana me miro con curiosidad y supe que
quería preguntarme algo.
─ Sé que no viene al caso pero… ¿Por
qué antes no vivían los microbios con ustedes? ¿Andres los boto al internado? ─
Bueno, ya se había tardado en
preguntar.
─ No. En realidad fue Abie la que se
quiso ir ─ comente libremente, puesto que ninguno de los dos microbios estaban
─ Cuando mamá y papá murieron, aunque Abie era aún pequeña, siempre fue muy
consciente y sintió que era demasiada carga para Andres cuidar de los tres.
Ella decidió irse para no estorbar. Andres le suplico que no se fuera y que se
quedara con él, pero no logro convencer a Abigail de quedarse y no la quiso
obligar. Sin embargo Alex tampoco quería dejar ir sola a Abie y por eso él
también se fue con ella ─
─ Ho… ─
─ Como sea ─ dije yo ─ El caso es que
ahora estamos todos juntos. Y no sé si sea mejor o no, mira que si estamos
todos juntos nos metemos en problemas muy seguido ─
─ Tu siempre te estas metiendo en
problemas ─ me dijo Ethan
Jo… de verdad ¿tan mala fama ya tenía
en la familia? Bueno… no es que no estuviera Ethan en lo correcto.
────Alex────
Me sentí muy arrepentido por lo que
había hecho… Le había pegado a Kevin cuando en realidad no fue su culpa… y
además había roto su guitarra y yo sabía que Kevin adoraba tocar la guitarra.
Yo… no comprendía porque de repente me agarraban estos arranques de enojarme,
no saber cómo reaccionar y luego sentirme tan mal… Cuando cumplí los 12 note
que a veces cambiaba de humor muy rápidamente…
─ Chris, lo siento… ─ le dije a punto
de llorar.
─ Hey, microbio ¿Por qué lloras?
Tranquilo cariño, no es para que llores ─
─ Es que le pegue a Kevin… y le rompí
su guitarra a propósito ─
─ Y no lo volverás a hacer ¿verdad? ─
─ No, ya no ─ dije sinceramente, con
intensidad ─ Lo lamento… ─
─ Está bien microbio, sé que lo
sientes y sé que entiendes que está mal pegarle a tus hermanos o a cualquier
persona. Tienes que aprender a controlarte cariño, no puedes dejar que la ira
te domine. Sé que ese trofeo era importante para ti, pero fue un accidente y en
cambio lo que tu hiciste no lo fue, porque estabas enojado─
Comencé a sentirme muy mal y a sacar
involuntariamente unas cuantas lágrimas de mis ojos.
─ Soy una mala persona snif… snif ─
─ No, claro que no mi amor ─ me dijo
Chris, abrazándome ─ Si fueras una mala persona no te sentirías arrepentido.
Ese es el problema de la ira cuando no la controlamos ¿lo ves? Hacemos cosas de
las que después nos arrepentimos cuando ya estamos calmados, pero a ti ya no te
va a volver a pasar eso. Cuando te sientas muy enojado, cuenta hasta diez y
respira ─
Asentí, dispuesto a tomar su consejo
─ Snif… No sé por qué a veces me
pasa… snif─ le confesé ─ A veces me enojo mucho y siento que nada es justo
snif… luego cambio de humor y me siento alegre, hiperactivo, con muchas
energías, como si pudiese hacer cualquier cosa snif… y después vuelve a pasar y
ya todo me molesta… hasta que termino arrepintiéndome… snif… snif ─
Chris soltó el abrazo y me miro con
una sonrisa.
─ Lo que tienes, se llama
adolescencia ─ me diagnostico riendo un poco ─ Y no pasa nada, todos hemos
pasado por eso. Solo espero que no sigas el camino de Kevin y tú no te metas en
problemas tan seguido como él, sino Andres y yo comenzaremos a tener canas
antes de los 30 ─
─… Snif… entonces no es mi culpa lo
que paso, es culpa de la adolescencia ─ probé, a ver si podía librarme ─ Sería
injusto que me castigues ─
Chris sonrió un poquito y me miro con
ternura.
─ Buen intento microbio, pero sabes
que eso no te va a salvar ─
─ Chris… no me castigues ─
Le mire realmente triste, con ojos de
cachorro apaleado, explotando todo lo que podía mi lado infantil y creí que se
iba ablandar, su cara me lo decía, pero creo que se sobrepuso y sin decirme
nada, tiro de mi para ponerme en sus rodillas.
─ No quiero que nunca más vuelvan a
pelearse a golpes ¿Estamos, microbio? ─
Apenas me puso en sus rodillas y
comencé a llorar un poquito más… Era ridículo ¿Por qué estaba llorando? No era
la primera vez que me castigaban. Creo que lloraba porque me sentía realmente
culpable y sabía que lo que había hecho estaba mal.
Asentí alicaído y sentí la primera
palmada. Después de esa, vinieron muchas más
PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS
PLAS PLAS PLAS
─ ¡Ay! Snif…
Hmfs… ¡Au! ─
Me sentí realmente pequeño en las
piernas de Chris ¿Por qué era tan alto? Me hacía sentir más vulnerable, sobre
todo teniendo mi trasero a su disposición. Sentirme tan vulnerable y pequeño,
al verme sobre sus rodillas, hizo que me dejara sacar el llanto sin intentar
retenerlo. Me sentía culpable y además de sentirme culpable, sentía como mi
trasero adquiría mayor temperatura y comenzaba a picar más a medida que Chris
continuaba nalgueándome.
PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS
─ ¡Au! … Snif… snif… Duele… ¡Ay! ─
Sabía que mi llanto era
desproporcionado a las nalgadas que Chris me estaba dando, no era como para que
llorara así, de hecho, ni si quiera era para que llorara. Yo estaba sollozando
porque estaba arrepentido. Tenía una conciencia muy jodida, que me torturaba y
me hacía sentir así de miserable.
PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS
─ ¡Ah! Snif… ¡Chris
me duele! ¡ay! Snif… snif… Hmfs…. –
Vale, quizás no era el castigo más
fuerte que me había llevado, pero ya comenzaba a arderme enserio que siguiera
nalgueándome. Esa clase de ardor que puedes soportar pero que de igual manera
molesta. Yo estaba seguro que al menos mi trasero ya había tomado un color rosado
y que quizás iba a estar un rato calentito si seguía nalgueándome.
PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS
─ ¡Au! Snif…Lo siento snif… !Ah! ya
no me vuelvo a portar mal snif… ¡Ay!… Hmfs ─
PLAS PLAS
─ ¡Au! ─
Chris se quedó quieto y comenzó a
acariciar mi espalda. Con eso supe que había terminado.
─ Lo siento…snif… ─
Me levanto de su regazo
cuidadosamente y me puso frente a el.
─ A mí no tienes que decirme eso ¿hm?
─ me dijo, mientras me limpiaba las lágrimas que había soltado.
─ Iré a pedirle disculpas a Kevin ─
─ Eso es microbio ─ me dijo y me
envolvió en un abrazo, mientras frotaba mi espalda cariñosamente, de una manera
reconfortante ─ No pasa nada pequeño… A menos que vuelvan a pelearse a golpes,
entonces va a pasar exactamente lo mismo que hice ¿he? Esto es una advertencia,
no quiero que vuelvan pelearse y hacerme ser más duro con ustedes ¿Esta bien
pequeño? No quiero castigarte más cariño─
─ Ni yo quiero que me vuelvas a
castigar ─ respondí sacando una mano para frotarme.
Ciertamente Chris tenía una forma de
abrazar muy agradable. Parecida a la de Andres. Solo poca gente puede hacerte
sentir tan seguro y reconfortarte de la manera en la que Chris hacía. Supe que
si él podía transmitirme eso, era porque Chris formaba parte de mi familia,
aunque no estuviésemos unidos por sangre, éramos una familia.
Chris poco a poco soltó el abrazo y
me dio una palmada cariñosa.
─ Ya no estés triste ─ me dijo ─
Anda, ve con los demás y avísales que hoy en la tarde dan de alta a Andres e
iremos todos a por él ¿Vale? ─
─ ¡Genial! ─ dije y salí corriendo
rumbo a la habitación.
Encontré a Kevin, junto con Ana y
Ethan intentando arreglar mi trofeo.
─ Ho, microbio ─ dijo Kevin ─ Quizás
no quede súper chulo, mucho menos igual que antes, pero mira, al final si tiene
arreglo ─
Sonreí de oreja a oreja y volví a
sentirme mal por haber roto su guitarra.
─ Lamento lo de la guitarra… ─ le
dije, perdiendo la sonrisa ─ Tengo dinero ahorrado… quizás con eso alcance para
repararla o para comprarte otra nueva ─
─ No importa ─ dijo restándole
importancia con la mano ─ No eres tan fuerte como crees, no la tiraste con la
suficiente fuerza y tiene arreglo ─
Una vez más sonreí aliviado.
─ Hoy dan de alta a Andres en el
hospital ─ informe ─ Y vamos ir por el en la tarde todos juntos─
─ ¡Sí! ─ exclamo Ana ─ ¡Es la excusa
perfecta para decirle a Abie que cocine un pastel! ─
Ana salió corriendo hacia su cuarto.
Ethan, Kevin y yo, nos quedamos arreglando el trofeo y preparando un cartel de
bienvenida.
─ Don Perfecto, pásame unos plumones
─ pidió Kevin
Era gracioso que Kevin ya siempre
llamaba a Ethan “Don perfecto” y que todos llamáramos a Ana “la fierecilla”
Definitivamente ya nos habíamos agarrado toda la confianza, ya era agradable
estar todos juntos.
Aunque a veces peleáramos (o sea
siempre) todos mis hermanos mayores eran buena gente. No importa cuántas veces
peleemos, ellos siempre serian mis hermanos, los mejores hermanos que pude
haber pedido.
Me encantó el capi y ver como son realmente una familia como se llevan y como ayudaron a Ana con los nervios en su primer día de clases... tambien fui la hermana del popular de la escuela y hasta que supieron que eramos hermanos hasta me quisieron pegar JAJA.
ResponderBorrarAdoro tu historia casa vez más, y cada vez estoy más intrigada con ese tal Donovan y con Edward. Quiero saber pronto que misterio esconden.
¡Jajajaja gracias Chany! Me emociona mucho que me comenten :D Yo eso de tener hermanos populares nunca, me lleva 4 años asi que solo en la primaria coincidimos xD ademas es un rollo que esten en tu escuela, si de por si es celoso, no quiero imaginar como se pondria si me llegara a ver en la escuela con algun hombre jajaja
BorrarMe gustó muchísimo este capítulo, me gustó muchísimo Chris, me gustó muchísimo Ana y, en conclusión, me gustaría muchísimo que sigas xD
ResponderBorrar¿Quién es Edward? ¿Tiene la edad de Ana?
¡Gracias Dream! Que bueno que te gusto :D
BorrarA Edward creo que ya lo mencione en algun capitulo, Ana tiene 15 pero el tiene 18 años :)
Me encantó tu capítulo Aburiru. De hecho lo leí en partes para saborearlo mejor. ¡Sube nuevos capítulos por favor pronto! En mi colegio también se necesita un 7 para aprobar aunque la verdad yo soy más como Ethan en lo que respecta a la escuela, así que no tengo problema.
ResponderBorrar¡Gracias! Me alegra mucho que te haya gustado :D
BorrarY si se de esas escuelas, lo hacen para que todos tengan buen promedio. Alguna vez me quisieron inscribir a una pero yo realmente soy muy floja cuando no me comprometo xD
Me encanto el capitulo, tan lindo Ethan siempre queriendo solucionar las cosas por la forma pacifica. De verdad me gusta como Ethan, Kevin y Ana se han ido adaptando a esa nueva vida de convivir en una familia grande. Espero que sigas actualizando seguido.
ResponderBorrarSaludos!
Ethan me recuerda tanto a un exnovio.. igualito deportista y estudioso!!.. Pero al final lo admito mi debilidad son los rebeldes!! Pero me encanta la unión de Ethan y Kevin pero uff pobre Anita con ese par de hermanos celosos como va a poder conseguir novio... Jajaja...
ResponderBorrarMuy buena tu historia!! Ya se convirtió en una de mis favoritas!!