Primera
parte.
Alex sé vio
convencido por sus amigos de que participará en una carrera ilegal en vista que
tenía un coche deportivo que le regaló su papá y por las características del
motor seguro que ganaría, salir de casa ese día no fue difícil, con su padre
habían quedado que no podía negarle las salidas cuando lo quisiera debido a
su mayoría de edad, pero eso si tenía que decirle por cortesía a donde
iba y esto fue a raíz del problema que tuvieron entre ambos y Alex abandono la
casa y la universidad incluso, poniéndose a trabajar por su cuenta; así que
valiéndose de ese derecho Alex hablo con su padre indicándole que iría a una
reunión con sus amigos y como era de esperarse Rafael no pudo negarse a
aquello, su hijo era grande, pero al ver la cara de Hugo al saber que su
hermano se iba decidió llevarlo a cenar e ir al cine.
Solo que
nunca imagino que sería en esa cena que se enteraría a donde reamente fue su
hijo.
-Rafael
¿está tu hijo contigo? – Rafael recibió una llamada de un amigo que tenía un
hijo de la edad de Álex, pero se echó a reír pensando a cuál de sus hijos se
refería
-¿Cuál de
ellos?
-Álex –
Rafael se puso serio y una sensación de miedo sintió en su cuerpo
-No, me dijo
que iba a reunirse con unos amigos
-Pues me
temo que nos han visto las caras – agrego porque su hijo le dijo exactamente lo
mismo – un amigo de ellos me llamó diciendo que estaban en una carrera ilegal y
el no pudo convencerles para que no participarán
-¿Qué amigo?
– Rafael cambio su rostro tensándose
-No me dijo
quien porque se enfadarían con él, pero que no le quedó otro recurso porqué a
él no le hacen caso
-A ver
si va a ser una broma Juan – le dijo dudoso no podía creer que Álex fuera tan
irresponsable
-No creo que
el chico que me llamó este de broma, estaba muy desesperado se le notaba en la
voz
-Te dio la
dirección
-Si, la
tengo y estoy de ida a traer a mi hijo de la oreja
-Nos vemos
en quince minutos, tengo que dejar a mi hijo en la casa con su hermano –
resolvió pensando que en buen ahora cenaron temprano y no compraron las
entradas del cine todavía
-Está bien
te espero en mi casa –Rafael miro a Hugo con resignación siempre que le
prometía algo pasaba cualquier cosa – Hugo, mi vida tenemos que irnos – Hugo
miro a su papá
-Pero me
dijiste que después iríamos al cine – Rafael soltó el aire
-Lo sé
cariño pero al parecer a tu hermano se le fue la cabeza – Rafael se dio
cuenta que Hugo puso mala cara y no lo culpaba, así que le contaría que estaba
pasando, tenía todo el derecho de saber porque no pasarían la noche juntos como
le prometió – acaban de avisarme que Alex va a cometer la imprudencia más
grande del mundo vamos te explico por el camino corazón –Rafael le pago al
camarero y se fueron al coche camino de la casa de Samuel – tu hermano está en
una carrera ilegal y tengo que ir a detenerlo, si participa puede ser muy
peligroso
-¿Puedo ir
contigo?
-No, Hugo
ahí no… ni siquiera tu hermano debería estar ahí, te quedas en la
casa de Sam – eso llamo la atención de Hugo así que lo intento de nuevo
-Pero papi
-No Hugo, no
voy a permitir que ninguno de ustedes vaya a ese lugar – Hugo no dijo más nada
distrayéndose con el móvil
Finalmente
llamaron a la puerta de Sam quien se preocupo de ver a su papá en la puerta a
esa hora, el no haría una visita a semejante hora.
-Hola papá
¿Qué pasa? – le dijo con preocupación
-Hola hijo –
lo saluda con cariño besando su frente, pero no pierde más tiempo – Tu hermano
está haciendo una gran tontería ¿te puedes quedar con Hugo?
-Claro ¿Pero
qué pasó?
-Álex está
en una carrera ilegal, tengo que ir antes de que participe – se dio la vuelta
para irse
-Espera papá
voy contigo – Rafael se dio la vuelta
-No Samuel,
no vendréis a un sitio como ese y te aseguro que a tu hermano se le va a quitar
las ganas
Sam sabía
que su hermano estaba metido en grandes problemas y lo sabía por experiencia
propia; un día se les ocurrió a unos amigos y a él ir a un salón de juego,
nunca imagino que encontraría a su padre en el mismo lugar al salir al bar;
Rafael estaba tomando una copa con unos clientes cerrando un trato para hacer
un hotel, fue inevitable que no lo salude porque su papá lo vio de frente, así
que Sam tuvo que acercase a su mesa, su padre tras responder a su saludo y
encima presentar a su hijo a sus clientes, le pregunto si estuvo apostando en
los juegos y no tuvo más remedio que decir la verdad, al instante que le dijo
que si su papá se quitó el cinturón y allí mismo le dio unos cuantos delante de
sus clientes, disculpándose de ellos indicándoles que al día siguiente
cerrarían el trato, tras eso lo cogió del brazo y lo saco montándolo en el
coche.
Sam pensó
que en la casa le iba a dar una tremenda paliza con el cinturón pero se
equivocó, cuando llegaron a casa lo mando a su habitación pero a diferencia de
otras veces que espera un rato esta vez su papá subió detrás de él sentándose
en la cama y lo tumbo en sus rodillas, le bajo el pantalón junto con los bóxer,
al instante se puso rojo como un tomate ya que su papá había dejado de bajarle
la ropa hacía mucho tiempo y como a un mocoso le dio una paliza con la mano y
después le quito las llaves de coche, las de la casa y la tarjeta de crédito
que le había dado para los gastos que tuviera en la universidad y también tuvo
que volver a casa y terminar desde ahí su carrera y ahora su hermano no solo
hizo apuestas sino que también iba a poner su vida en peligro papá lo iba a
matar pensó.
-Voy a
buscar a tu hermano y no puedo llevarme a Hugo conmigo, no sé a qué hora
regresare, por eso necesito que Hugo se quede contigo – le explico, empujando
suavemente Hugo hacia adentro
-Está bien
papá – sabía que quería que Hugo se quedará para ajustar cuentas con su hermano
Rafael fue a
casa de su amigo lo recogió y fueron a la dicha competición Rafael ya estaba
muy molesto de ver la estupidez que su hijo iba a hacer y cada vez estaba más
enfadado y preocupado pidiendo a Dios que no hubiera participado
aún.
-Me llevo mi
coche – dijo su amigo
-No, alguien
se tiene que traer el choche de Álex – respondió Rafael
-Está bien
ponte en marcha a ver si nos da tiempo antes que esos dos cagones corran en la
competencia
Cuando
llegaron aquello era un caos jóvenes bebiendo por todos lados, música a todo
volumen y el claxon de las movilidades a esa hora que ensordecían, Rafael y su
amigo no sabían por donde buscar hasta que sintieron el rugir de unos motores,
en paralelo dos coches estaban esperando que dieran la salida, fueron corriendo
en dirección del coche que Rafael reconoció como el de su hijo y se pusieron
uno a cada lado de las puertas abriéndolas, intentando sacarlos de coche a base
de jalones.
-Álex sube a
mi coche ahora mismo –le dijo gritando para que lo escuchara por encima de la
música, pero claro Alex no podía hacerle caso a su papá cómo si tuviera tres
años tenía que tener en pie su reputación
-No papá voy
a correr, a apostado por mi mucha gente
-¡Alex! – le
dijo gritando su nombre para que entrara en razón Álex hizo fuerza para
soltarse del agarre de su papá; Rafael escucho a lo lejos las sirenas de la
policía tenía que sacar a su hijo de allí inmediatamente, él sabía que de ser
arrestado estaría fichado y no habría manera de limpiar su expediente de esto,
y como Alex no se lo estaba facilitando, decidió por las malas, se saco el
cinturón soltado unos cuantos cinturonazos llevándolo al coche en ese estado –
¡camina! Zas zas zas
-Grrrr –
gruño mirando a todos lados, mientras su padre le quito las llaves
-Juan
llévate el coche de Álex y salgamos de aquí cuanto antes –agrego jalando a Alex
del brazo
-DÉJAME yo
me llevo mi coche –insistió
Zaaasss ZASs
Zas ZAS – es lo que tuvo por respuesta
-Grrrrr
déjame ya soy grande
ZAS Zas ZAS
pues demuéstralo
Y a Alex no
le quedo otra que seguir a su padre sino seguiría en lo mismo, finalmente ya en
el coche, Rafael puso el seguro por si acaso para que Alex no pudiera salir,
respirando tranquilo solo cuando ya estuvieron en casa.
-Entra a la
casa ya sin hacer rabietas – le advirtió Rafael abriendo la puerta para que su
hijo entre
-Yo no hago
rabietas – escupió entre dientes Alex pero sin moverse
-Oh entras
por tus pasos o te entro yo a cinturonazos
A Álex no le
quedó más remedio que obedecer, sabía que su padre era capaz, ya se lo había
demostrado hacía una media hora en la carreras; y apenas entro en la vivienda,
Rafael se acerco al coche que acababa de aparcar su amigo.
-Llévate el
coche mañana iré a recogerlo – en el asiento de copiloto estaba el amigo de
Álex, el hijo de Juan en las mismas condiciones que su hijo, su amigo
tenía el cinturón a lado de el
-Rafael
menos mal llegamos antes que la policía porque si nom te aseguro que no lo
hubiera sacado para que aprenda y asuma las consecuencias – murmuro Juan
mirando de reojo a su hijo, poniendo luego el coche en marcha – nos vemos
mañana – se despido
Rafael tras
un suspiro y mirar la hora, entro a su casa, Álex estaba en la salita con ganas
de discutir.
-Alejandro
sube a tu habitación – Álex se le quedó mirando a su papá
-Papá deja
de tratarme como a un niño – Rafael que cada vez estaba más furioso le soltó
otro cinturonazo
ZASs
pues compórtate como un adulto y no te lo vuelvo a repetir Alejandro – Álex se
soltó de su padre bastante furioso pensando que cuando terminara la carrera y
encontrará un empleo se iría de su casa para no ver más la cara de su padre
Con eso en
mente subió a su habitación sabiendo que no le quedaba de otra, Rafael quiso
serenarse antes de tratar con Alex pero con una cosa en mente, no podía dejar
que su hijo siguiera con eso, él cuando fue joven lo hizo, estuvo también en el
mundo de las carreras clandestinas y las apuestas hasta que su padre se dio
cuenta y lo saco de ese mundo que no era peligroso solamente por correr con el
coche, también era peligroso por la mafia que se forman alrededor de las
apuestas y las drogas, así que como su padre haría lo mismo, haría que su
hijo entrara en razón.
-Álex – le
dijo más calmado – hijo ¿que tenías en la cabeza para hacer… – ya no pudo decir
más porque un Álex furioso lo interrumpió
-Tengo lo
que me salga de los cojones eso es una cosa que a ti no te importa
-¡Alejandro!
-Queeee – le
dijo gritando el también
-Que tengas
una miguita de respeto hacia mí que soy tu papá
-Me IMPORTA
una puta mierda… YA ESTOY HARTO de tus reglas y condiciones ya SOY GRANDE para
hacer lo que me salgan de los SANTOS COJONES – Rafael viendo que su intento de
hablar civilizadamente con su hijo había fallado, se acerco a Álex con dos
pasos, lo cogió del brazo haciendo fuerza para arrastrarlo a la cama, haría
como hizo con Sam años atrás y se le quitaría las tonterías… no le iba a dar
una paliza como un adulto, le daría la paliza como a un mocoso berrinchudo,
bueno como se estaba comportando; a Álex esto le pillo con la guardia baja, no
esperaba que su papá hiciera eso tumbarlo sobre sus piernas y sin más remedio
tuvo que apoyar las manos en el suelo para no perder el equilibrio,
Rafael aprovecho para dar un tirón a la ropa y dejarlo con el culo al aire, a
Álex se le encendió la cara de vergüenza pero no tuvo mucho tiempo para pensar
en eso, Rafael empezó a dar manotazos en el trasero de su hijo
plaf plaf
plaf plaf PLAF PLAF PLAF plaf plaf plaf PLAF PLAF plaf plaf plaf PLAF PLAF PLAF
– Álex apretó la boca para que no saliera ningún sonido de su boca, ya era
demasiado humillante como para encima darle esa satisfacción a su papá – plaf
plaf plaf plaf PLAF PLAF PLAF plaf plaf plaf PLAF PLAF plaf plaf plaf PLAF PLAF
PLAF quería hablar contigo como personas adultas pero me has dejado en claro
que no – le decía su padre sin dejar caer sus mano en el trasero de su hijo –
plaf plaf plaf plaf PLAF PLAF PLAF plaf plaf plaf PLAF PLAF plaf plaf plaf PLAF
PLAF PLAF –
-Papá ya –
Rafael se dio cuenta de la voz entrecortada que tenía su hijo, aunque fuera la
primera queja sabía que era suficiente
Plaf ¿es que
plaf no te das cuenta?plaf – le pregunto su padre antes de soltarlo y Álex se
puso de pie subiéndose la ropa recuperando un poco su dignidad – ¿no te has
parado a pensar las consecuencias que tiene esas carreras ilegales? – repitió
mientras Álex tenía la mirada en el suelo con la cabeza gacha – desde matarte o
terminar en una cárcel –Álex no contestaba solo tenía la cabeza gacha, tenía
mucha vergüenza fue cuando Rafael le cogió el mentón levantado su cara para que
lo mirara – nunca te negué que salgas con tus amigos a fiestas o que te vayas
de viaje los fines de semana, pero lo que no voy a permitir Álex… es verte en
la cárcel o que venga la policía a decirme que mi hijo está muerto – Álex
en ese momento vio la preocupación de su padre y vio la realidad, tenía razón
eso podía pasarle, fue cuando se dio cuenta que estuvo en una burbuja, que se
vio arrastrado por el entusiasmo y no tuvo el valor de decirle a sus amigos que
no lo haría, Rafael lo abrazo se dio cuenta que sus palabras habían clavado en
su hijo
-Lo siento
papá no pensé en todo eso
-Lo sé hijo
lo sé – murmuró su padre satisfecho, al soltarse del abrazo Ramón tendió su
mano – Álex las llaves de casa y la tarjeta de crédito que las del coche
mañana las cojo yo te quedas sin todo eso hasta que me convenzas de que eres
responsable denuevo
-¡Papá! – le
dijo sorprendido
-Alex – le
dijo moviendo los dedos como diciendo estoy esperando
-¿Y si me
hace falta algo en la uni?
-Me lo
pides, que lo que te haga falta yo te lo doy...
Y a Álex no
le quedó más remedio que darle las llaves y la tarjeta a su papá, ahora sí que
estaba como un estúpido mocoso.
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