Capítulo
6
Me
quedé parado un rato en la puerta del colegio, ¿dónde putas trabaja Gabriel? Se
supone que él y yo debemos tener la misma edad, pero no parece… o yo soy muy
infantil o él tiene demasiadas responsabilidades.
Empecé
a caminar hacia el sur, no tengo idea del lugar de trabajo ni mucho menos de lo
hace. Fue un golpe de suerte que un compañero de Gabriel me encontrara y me
hablara en ese momento.
-Vamos
como tarde -Exclamó, supuse que tiene razón… pero es que yo no sé los horarios.
Era la primera vez que escuchaba que hay colegio en donde los niños solo
asisten en la mañana y en la tarde… entran demasiado temprano y aun así son
menos horas de las que yo voy a mi colegio.
-Si,
toca apurarnos -Intenté hacer un comentario amable y con lenguaje informal.
El
tipo debió pensar que yo iba con él, pero, en realidad lo estoy siguiendo.
Apenas llegamos a una fábrica de telas vi una señora con una cara de amargada
viéndonos fijamente.
-Llegan
tarde, y tú mocoso… llevas 2 retrasos, sabes que eso no lo tolero -Me enojó su
actitud, nunca me habían llamado mocoso.
-Es
que he estado enfermo -Dije, intentaba no hacer muchos problemas y actuar como
Gabriel, aunque no lo conozca.
-¿Y
eso a mí qué? -Dijo empezando a gritar y acercándose mucho a mi -Tú tienes un
trato con nosotros, si quieres que te pague vienes a trabajar a tiempo así te
estés muriendo Gabriel.
Eso
bastó para que me enojara, no podía tratarme así… empezando porque no debería
trabajar si soy menor de edad y menos en una fábrica y además esa vieja debe
tener un mínimo de respeto.
-Usted
es una bruja -Soné demasiado infantil, solo faltaba que le hubiera sacado la
lengua, pero fue lo mejor que se me ocurrió sin usar groserías.
-Por
supuesto que lo soy, y si quieres que te pague niño hoy vas a trabajar el doble
de tiempo -Abrí los ojos, eso sí es ilegal.
-Eso
es ilegal señora -Contesté muy confiado, una vez tuve que hacer un trabajo
sobre explotación laboral y ella no iba a obligarme a trabajar más tiempo, no
soy idiota.
-No
sé que te pasa hoy mocoso, pero vas por un mal camino… te lo diré de forma más
clara a ver si así entiendes, o te pones ya a trabajar hasta la hora que yo
diga o te largas y no vuelves -La miré un momento desafiante ¿qué tan
importante es un estúpido trabajo?
-Me
largo -Dije, el tipo que estaba conmigo parecía impactado, por su mirada casi
me arrepentí de lo que dije, pero es que esa vieja no es nadie para obligarme a
trabajar.
Empecé
a recorrer el barrio, la mayoría de las calles no están pavimentadas, hay poco
transporte, vi solo dos parques pequeños, uno que parece abandonado lleno de
gente fumando marihuana y otro, en mejor condición, pero nada comparado a los
parques que quedan por donde yo vivo.
Me
senté al frente de los juegos para niños, me puse a pensar en cómo salir de
esta situación… quiero estar en MI casa con MIS padres e incluso ir a MI
colegio. Además, no desayuné y eso me enoja aun más. Había unos chicos jugando
fútbol, en un momento me hicieron señas para que jugara con ellos, no supe qué
fue, pero algo me dijo que era mejor jugar.
A pesar
de las condiciones del parque estos chicos jugaban incluso mejor que mis
compañeros, yo nunca fui el mejor jugando fútbol (por algo juego basketball)
pero, con ellos me divertí, supongo que el deporte me hizo sacar toda la rabia
que tenía y ahora me sentía mejor, todo estaba bien hasta que vi la hora… ya es
tarde para recoger a los chicos e incluso para llegar a clase.
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Estaba
muy molesto, jamás me habían pegado por ir a MI CASA no había hecho nada malo,
pero esta gente es tan clasista que el tipo se puso como loco solo por ir a
otro lado de la ciudad… seguramente así hubiera ido por ayudar a la gente me
habría pegado y pensar en eso me enojaba más.
El
tipo parecía preocupado, supuse que no puedo actuar como Federico… y
sinceramente eso me alegra, iba a ayudarme a subir el pantalón pero yo lo hice
solo, no me gustaba para nada que estuviera aquí encima mío después de haberme
pegado con su correa.
-Fede,
entiendo que estés enojado pero te castigue porque no es la primera vez que no
vas al colegio solo por un capricho -NO ES UN CAPRICHO, pensé -Además, tu sabes
que no toda la ciudad es segura y yo no quiero que te pase algo por meterte en
donde no debes.
El
tipo intentó abrazarme, pero yo me corrí, comencé a sentir que estaba llorando
de la ira, ya no soportaba esta conversación así que intenté acostarme de lado
a ver si así lograba sacarlo de aquí.
-Está
bien hijo, te voy a dejar solo un rato… pero ahora más tarde vamos a ir al
médico, ese golpe que te diste ayer está haciendo que tengas actitudes muy
raras.
No
dije nada, no es como si tuviera que hacerlo… seguí acostado intentando
calmarme, la verdad no supe cuanto tiempo pasó, pero empecé a sentir mucho
sueño, me voy a quedar dormido.
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Salí
corriendo lo más rápido que pude hasta el colegio, era obvio que los chicos ya
se habían ido, quizás yo podría entrar aún a clases. El colegio tiene una gran
puerta que parece una reja, al llegar la vi cerrada así que con la
desesperación que tenía en el momento empecé a golpear la reja con todas mis
fuerzas.
-Buenas
tardes muchacho -Dijo un guardia de seguridad.
-Buenas
tardes, podría dejarme entrar por fa -El señor levantó la ceja tras escuchar mi
forma de hablar.
-Tu
sabes muy bien que no puedo dejarte entrar, llegas tarde y a esta hora ya nadie
entra al colegio… mañana ven temprano -Me enojó no conseguir lo que quería, mi
día estaba siendo una mierda.
Ni
siquiera me preocupó si se enteraban o no que no había entrado a clase, regresé
al parque… había niños más pequeños a esta hora, pero había unos de mi edad,
parecían pandilleros, pero no me importó, solo quería distraerme y con ellos
podía hacerlo.
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Me
desperté con algo de dolor de cabeza, seguía siendo Federico… cuanto deseaba
que todo fuera un sueño y poder volver a estar con mi familia… me di cuenta que
tenía un hambre tremendo así que bajé las escaleras, fui hasta la cocina y
encontré mucha comida… intenté prepararme un sándwich pero no pude, una señora
me detuvo.
-¿Jóven
qué hace? -Me enojó la pregunta, la respuesta era obvia.
-Me
hago algo de comer, tengo hambre -Dije, pero aun no se quito de mi camino.
-Dígame
qué desea y yo se lo preparo -Dijo, jamás en mi vida había escuchado esa frase,
y menos con tantas posibilidades para elegir.
-Quiero
un sándwich -Dije, no se me ocurrió algo mejor, la señora asintió y me dijo que
ya me lo llevaba a la mesa.
Cuando
me senté apareció el papá de Federico al frente mío. Se sentó en el otro
extremo de la mesa y se quedó viéndome.
-¿Te
está doliendo mucho la cabeza? -Preguntó.
-No
-Dije secó, en ese momento la señora me puso el sándwich al frente mío, se veía
delicioso, quería que mis hermanos estuvieran aquí conmigo.
-¿Quiere
algo de tomar? -Me preguntó la señora así que le pedí un vaso de gaseosa y comí
tranquilo.
Cuando
terminé el papá de Federico me hizo ir con él hasta el médico, yo no quería ir,
pero no estaba para hacer berrinches. Fue un viaje incómodo y largo, no me
acostumbraba a ver escoltas a mi alrededor.
Era
una clínica enorme y muy bonita, no tuvimos que hacer fila ni tampoco esperar,
apenas llegamos al piso que nos indicaron en la recepción escuché mi nombre por
el parlante. Pensé que iba a entrar solo pero el papá de Federico me siguió y
entró conmigo… ya soy grande como para que acompañen.
El
papá de Federico comenzó a
contar cómo me había, lo cual me pareció estúpido, él no había estado presente
en ese momento. Después, dijo que estaba teniendo comportamientos extraños, se
los describió uno por uno… yo seguía ahí callado, hasta que me hicieron ir a
una camilla para revisarme.
-Entonces
Fede, ¿te sigue doliendo la cabeza desde ayer? -Me sorprendió que hasta el
médico usara su horrible apodo pero asentí. Me terminó de revisar, dijo que no
parecía tener algo pero que por confirmar me iban a mandar un TAC, ese examen
es carísimo y que me lo hicieran por un golpe que no parecía grave me enojó,
seguro a mi nunca me lo habrían sugerido si iba al médico.
El
papá de Federico tomó el examen, se despidió y ambos salimos del consultorio.
Luego, fuimos a comer helado y el hombre intentó hablar conmigo… seguía
pensando que algo raro me pasa, pero es que si le cuento va a pensar que me
volví loco.
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El
día se oscureció, miré mi reloj, ya eran las 7pm y no había hecho nada en todo
el día. Decidí volver a la casa, no había comido nada y tenía bastante hambre.
Cuando entré me encontré de frente con hombre que se veía bastante molesto, era
alto y gordo, supuse que es el papá de Gabriel.
-¿Dónde
estabas? -Preguntó, se notaba su enojo.
-Por
ahí -Contesté, nunca es bueno decir que faltaste a clase.
-¿Por
qué no fuiste por tus hermanos? -¿Solo estaba molesto por eso?
-Me
puse a jugar fútbol y se me pasó el tiempo -La cara de él se fue poniendo roja.
-Si
saliste temprano del trabajo ¿por qué no recogiste a tus hermanos? Eres un
irresponsable Gabriel -Dijo alzando un poco la voz al final.
-Renuncié
a trabajar porque esa no es mi responsabilidad… solo quiero tener una vida
normal -Sentí que eso es lo que Gabriel hubiera querido que dijera.
-¿RENUNCIASTE
AL TRABAJO? ¿ESTÁS LOCO? -Ahora si estaba gritando, eso me intimidó un poco.
-Es
que ya estoy cansado, hoy ni siquiera pude desayunar -Dije, era la verdad.
-¿Y
SOLO POR ESO DAÑAS TODO EN UN DÍA? RENUNCIASTE AL TRABAJO, NO FUISTE POR TUS
HERMANOS, FALTASTE AL COLEGIO Y AHORA VIENES A RESPONDERME A MI PROPIA CASA -El
papá de Gabriel ahora si estaba enojado. -PONTE YA EN EL SOFÁ.
Apenas
dijo eso yo abrí los ojos, sentí que no había entendido bien la orden, nunca me
habían pedido algo así. Cuando vi que se quitaba la correa sentí un escalofrío,
a mí nunca me habían pegado con eso y con lo enojado que se veía el papá de
Gabriel me quedé quieto, no iba a hacerle caso.
-Noo
no puu puedo -Dije. El seguía ahí mirándome, esperando a que obedeciera.
-Mañana voy a buscar un trabajo y me voy a levantar temprano, pero por favor
no.
Si
él fuera mi papá seguramente no le habría rogado, pero me sentía intimidado,
las manos comenzaron a sudarme.
-Hazlo
Gabriel, no estoy para juegos -Repitió, pero yo seguía ahí inmóvil, estaba
esperando a que todo fuera una pesadilla y me despertara en mi cama. -Tú sabes
que no te conviene que yo vaya por ti.
Esa
amenaza solo hacía que yo me estresara aún más, tenía miedo de que realmente me
hiciera daño…
-Voy
a contar hasta 3 Gabriel -Mi mamá había llegado a hacer eso cuando era pequeño
y nunca le funcionó -1…. 2….. y 3
Cerré
los ojos, no me iba a mover, no iba a cumplir esa orden, estaba loco… cuando
sentí que estaba por tomarme del brazo salí corriendo, eso solo lo enojó más,
me di cuenta que me estaba siguiendo por toda la casa como si fuera el juego
del gato y el ratón con una correa en la mano.
Duramos
unos dos minutos correteando, él me seguía gritando que me quedara quieto y que
así corriera igual me iba a pegar. Con mi papá, las últimas veces que me pegó
era igual… yo no soy de los que acepta así de fácil una paliza y menos con un
desconocido. No sé cómo logró atraparme pero con una facilidad me arrastró
hasta el sofá, me bajó el pantalón y la ropa interior, me puso una mano sobre
la espalda haciendo fuerza y comenzó:
Zas
zas zas zas zas zas zas au zas zas zas zas zas au zas zas zas ayy zas zas YA
zas zas zas zas PARA zas zas zas zas zas zas zas AUU zas zas zas zas zas zas
AYY zas zas zas zas zas zas zas YAA zas zas zas zas zas zas zas zas zas zas zas
zas PARA zas zas zas zas zas AY zas zas PERDÓN YA zas zas zas zas zas zas zas
zas AYY zas zas zas zas zas zas zas zas zas zas zas NO MÁS zas zas zas zas zas
AUU zas zas zas zas zas zas
Como
nunca antes me habían pegado con una correa me dolió demasiado, al tercer
correazo ya estaba llorando, grité demasiado, supongo que asusté a los hermanos
de Gabriel.
-Espero
que te vuelvas más consciente Gabriel, no me gusta tener que pegarte -Esa fue
la consolación que me dio el papá de Gabriel, y eso hizo que llorara más aún.
-Lo
siento -Dije, la verdad quería que me abrazara o algo así pero no hizo nada,
solo se fue a su cuarto y yo me quedé ahí llorando, me paré, me subí la ropa y
fui hasta la cama de Gabriel. Necesito volver a mi casa.
Me encanto el capítulo
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