viernes, 1 de noviembre de 2013

Después de la tormenta viene la paz.



Capítulo veintinueve
Después de la tormenta viene la paz.

Evan pov
Llorar puede ser una experiencia liberadora, pero lo es más el sentir el abrazo de quienes te aman. No sé cómo no sé en qué momento llegaron a mi encuentro.
“vamos tesoro, vamos a casa” me dijo mamá
“no puedo, no después de lo que le dije” me lamenté
“vamos hijito ¿qué fue todo eso?” sé que papá prefiere aclarar todo aquí antes de llegar a casa con Steve.
“es que… es que papá”
“hijo” me dijo serio “le pegaste a tu hermano, necesito una respuesta para no ponerte sobre mis rodillas y dejarte el poto como un tomate” casi me ahogué. ¿Cómo me dice algo así? Sentí igual de feo que antes, pero ésta vez, en vez de tomarla contra Steve, la tome contra papá.
“es tu culpa, por traerlo aquí” le grité y lo empujé “¡ojalá jamás te hubiese encontrado en ese café! Éramos más felices solos con mi mamá”
“eso no es cierto jovencito” me dijo mamá.
“si lo es” no sé qué paso por mi mente que arremetió contra mi madre, mi madreeeeee, vi como papá vio rojo o negro, aun no lo decido pero daba miedo. Me dio una mirada que quise salir corriendo, pero me dio tres nalgadas ahí, en la calle, me agarró del brazo, me arrastro hasta un restaurante.
“puedo ocupar su baño” preguntó, yo me quería morir de la vergüenza ¿qué demonios estaba pasando con papá?
“claro” le contestaron, y vi cómo me arrastraban nuevamente,
“no papá, no” comencé a rogar, cuando cerró la puerta, tenía miedo, sabía lo que pasaría pero esperaba que fuera en casa no en mi restaurante favorito, ¿cómo volveré a comer aquí? ¿Y si había algún compañero de clases?
“no sé qué te está pasando y créeme que me lo vas a decir” me dijo mientras me desabrochaba el pantalón y me lo bajó junto a mis calzoncillos, me acodó y dejó su mano caer sobre mi trasero una y mil veces. Yo trataba de no gritar pero no podía me estaba pegando muy duro, realmente me dolía.
“papá es muy fuerte me estas pegando muy fuerte” lloré.
“¡muy fuerte! Evan le pegaste a tu hermano, huiste de casa, nos empujaste a tu madre y a mí y por qué”
¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS!
“Owwwww papi me duele”
¡ZAS! ¡ZAS!
“¿por qué Evan?”
“Ash, me duele mucho”
¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS!
“no vamos a parar Evan hasta tener una respuesta y te advierto que la mano se me está cansando y si eso pasa me sacaré el cinturón”
¡ZAS!
“Aaaaaaaaa. ¡No, no papito, no!”
¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS!
Pero no me atrevía a decir nada, ahora todas mis razones me parecían escusas baratas, pero papá parecía no comprenderme porque comenzó a sacarse el cinturón.
“porque todos lo quieren más a él, estoy desapareciendo” grité
“¿qué?”
“en el colegio es la estrella, yo iba a ser el capitán. ¡YO!”
“Evan”
“nooo, esperé mucho. Era mi opción y lo estropee” me puse a llorar más fuerte, no porque me doliera más sino porque había dañado a mi hermano por algo que solo era mi culpa.
“Evancito”
“es mi culpa papi, es mi culpa y me enfadé con Steve por algo que era mi culpa buaaaaaaaaaa” no sé cómo mi papá tiene esa habilidad de acomodarnos tan bien cuando nos está zurrando, da igual el espacio, siempre sabe cómo dejarnos con el poto rojo, pero también cómo hacer para contenernos.
“mi vida, ¿de verdad quieres que Steve se vaya?” me dijo con la mirada herida, la misma que tenía mi hermano cuando dije eso.
“no” eso no tuve ni que pensarlo. No quería que se fuera, lo amo, es mi hermano, y luché tanto para tener el derecho a conocerlo “No quiero perderlo papá”
“niñito, ¿no estás un poquito grande para estar celosito?”
“no eran celos” me alzó una ceja “bueno solo un poco”
“vamos a casa” me dijo besando mi frente.
“vamos” me sorbetié los mocos
“cochino” me regañó mientras me limpiaba la nariz y me lavaba la cara, me sacó abrazado de ahí, y me dijo “cuando lleguemos a casa después de la disculpa a Steve, nariz a la esquina, tenemos una charla pendiente” yo sabía qué significaba eso mi traserito estaba muerto.
Cuando salimos mamá me abrazó con fuerza, besó mi frente y mejillas, eso me hizo llorar mucho más, pero nada me preparó para llegar a casa y no encontrar a mi hermano mi corazón dejo de latir, en esos momentos en que mis padres buscaban histéricamente algún indicio, sentí mis piernas flaquear una punzada en el estómago, un grito de dolor que hizo que ambos corrieran a mí y después de eso solo negro.
“lo encontraremos y lo traeremos a casa, Evan. Lo prometo” escuché la voz lejana de mamá”, sonreí ante eso, no sé si alcanzó a llegar a mi rostro, pero sabía que me devolverían a mi hermano. 

3 comentarios:

  1. hayyyyyyyyyyyyyy demasiado corto demasiado corto no hay derecho lady te voy a poner una demanda por suplicio mental jajajajja

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  2. ah no así no se vale Lady como nos haces sufrir
    Gloria

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  3. Ayyyyyyy, pobreee... le llegó la hora a Evan!! jejej!! Uhmmm, no digo que no se la buscó, perooooo... era necesario?!!!! EN SU RESTAURANTE FAVORITO?!!!! BUAAAAAAAA!!! jajajaja!!

    Camila

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