N.A.: Esta historia se situaría cronológicamente después de la saga de
Buu, en Dragon Ball Z (o Dragon Ball Kai, para los que hayan visto la versión
remasterizada). En el penúltimo capítulo hay una escena de humor, con Goku
bañándose y jugando con Trunks y Goten cuando todo vuelve a la calma. Nuestra
historia comienza en ese punto, y no tiene en cuenta ni el último capítulo ni
Dragon Ball Super ni por supuesto Dragon Ball GT.
Advertencia:
utilizaré los nombres tal y como aparecieron en el doblaje español y no en el
latino, por lo que Milk será Chi-Chi, y el Maestro Roshi será Mutenroshi o
Maestro Mutenroy. No sé si hay algún otro cambio de un doblaje a otro. A Buu en
España le llamamos “Bubú”, pero aquí le llamaré como en la versión japonesa,
porque me gusta más. Así que será Majin Buu o Buu a secas. Quiero aclarar que no es que tenga nada en
contra del doblaje latino, de hecho me gusta más la voz que tiene Goku ahí,
pero yo estoy acostumbrada a los otros nombres xD
Y una
cuestión de “nombramientos” o “relaciones”. Como ya se sabrá, en japonés
existen distintos tratamientos y títulos honoríficos en forma de sufijos:
-sama, -san, -kun, -chan, -sensei, etc.
“San” podría equivaler a “señor” y “señora”, “Sama” es aún más
respetuoso, “Sensei” es para los maestros, “Chan” para los niños y mujeres
adolescentes, aunque también se puede usar en otras personas como signo de
cercanía y “kun” para los chicos jóvenes o socialmente inferiores a quien les
nombra (si hay algún japonés en la sala, que me corrija si me equivoco). Así,
en el original japonés, Vegeta suele ser “Vegeta-sama” o “Vegeta-san” (para
casi todo el mundo) y Goku puede ser desde Son-kun (Son sería su apellido) a
Goku-chan, etc, dependiendo de su edad y de quién le nombre. En fin, para un
japonés es impensable dirigirse a una persona sin el tratamiento, le estarías
faltando al respeto, incluso aunque sea de tu familia. A tu hermano mayor,
dependiendo de la edad y del grado de afecto entre ambos, le tendrías que
llamar “oniisan”, “niisan”, “oniichan”, o “niichan”, tu padre “otoosan” o
“toosan”, tu madre “okaasan” o “kaasan”,
etc. Y me diréis ¿y toda esta clase de japonés a qué viene? Pues a que muchas
veces, sobre todo en el doblaje latino, pero también en los subtítulos y creo
que alguna vez en el doblaje español, a Vegeta le han llamado “señor Vegeta”.
Es cierto que hemos dicho que “-san” es como “señor”, pero no hay que tomárselo
literalmente. Goten no le llama “señor Vegeta”. De hecho a veces le llama
“ojisan”, que sería “tío”, como si le considerara de la familia. En fin, que todo este rollo es para decir que
voy a llamar a cada uno por si nombre, sin “señor Vegeta”, ni nada. Por si
alguien se extraña y me acusa de excesiva familiaridad xD
Por último, como sé que hay gente en el
mundo que no ha visto jamás Dragon Ball (sí, ya sé que parece imposible, pero
esos individuos existen) aquí van algunas pautas breves que creo que permitirán
que se entienda esta historia aún sin saber nada de este universo de ficción.
Goku y Vegeta no son terrícolas, sino sayans o sayajines, una raza guerrera que
se puede transformar en algo llamado
Super Sayan o Super Sayajin (el pelo, antes negro, se les vuelve amarillo y los
ojos azules, junto con un gran aumento de su fuerza y su velocidad). Ambos
están emparejados con humanas: Goku con Chi-Chi (una humana algo más fuerte de
lo normal y con un genio que asusta a su propio marido) y Vegeta con Bulma (una
mujer muy atractiva, con mucho carácter y mucho dinero). Goku y Chi-chi tienen
dos hijos: Gohan, de 16 años y Goten, de 7. Vegeta y Bulma tienen uno, Trunks,
de 8. Mientras que Goten y Trunks son los mejores amigos, Vegeta y Goku tienen
sus más y sus menos. Empezaron siendo enemigos mortales, y supongo que ahora se
les puede considerar “amienemigos”. Vegeta no soporta que Goku (o Kakarotto,
como él le llama) sea más fuerte que él, porque es muy, muy orgulloso: es el
príncipe de los sayajines, mientras que Goku viene de una estirpe de sayans
inferiores. Finalmente, existe una técnica llamada “fusión” mediante la cual
dos personas se convierten en una, mezcla de ambos y mucho más fuerte. Sus
nombres también se combinan. Por eso, la fusión de Trunks y Goten se llama
Gotenks, y la de Goku y Vegeta se llama Gogeta. Aunque bueno, en el manga y el
anime la única fusión posible entre Goku y Vegeta es a través de los Pendientes
Photala de los Kaio-shin y se llama Vegetto, pero en las películas hay otra
fusión, Gogeta, que se consigue a través de la Danza de la Fusión. Si me he
decantado por esta última en lugar de la “verdadera” es porque Vegetto
teóricamente es indisoluble, es decir, que jamás volverían a ser Goku y Vegeta,
mientras que Gogeta se disuelve a la media hora, como todas las fusiones hechas
por este medio. Para concluir con este resumen que ya empieza a ser demasiado
extenso, conviene tener en mente que Goku ha pasado los últimos 7 años de su
vida muerto, y que ha resucitado recientemente para luchar contra Buu (en esta
serie resucitan todo el rato). Vegeta también murió, pero solo estuvo muerto
unos días. Bueno, en realidad todas las personas que habitan la tierra
murieron, pero en fin, para saber más sobre esto ya sí es mejor ver la serie xD
Quisiera finalizar esta larga introducción
diciendo que sí, aquí estoy empezando una historia nueva, teniendo muchas sin
acabar. No tengo excusa, pero es que mi mente funciona así xD La idea es que
esta no tenga muchos capítulos, de todas formas.
CAPITULO
1: ASÍ FUE CÓMO PASÓ…
Goku, en su forma de Super Sayan, acechaba
tras un árbol a su feroz enemigo. Envuelto en una toalla, contenía la risa a
duras penas porque Gotenks era incapaz de encontrarle a pesar de lo cerca que
estaba. Todo había comenzado en un juego durante el baño, que Goku había ganado
limpiamente al romper la bañera, pero los niños aún tenían energías y el
espíritu combativo de los sayans, por lo que no iban a aceptar un resultado
diferente a la victoria. Fusionados para ser más fuertes, buscaban al padre de
Goten para terminar lo que habían empezado.
Sin embargo, Goku no contaba con que el
resplandor rubio que emitía su cuerpo bajo esa transformación delataba
irremediablemente su posición, puesto que ya había oscurecido. Con un
movimiento rápido, Gotenks saltó sobre él y se subió a sus hombros.
-
Ah, no es justo, estáis fusionados. – protestó Goku,
mientras intentaba deshacerse de ellos.
-
¡Y tú eres un Super Sayan! – replicaron ellos,
revolviendo el pelo de Goku mientras ponían un gesto arrogante, saboreando el
momento.
-
¡Vegeta, ayúdame! ¡Fusiónate conmigo y así probamos
quién es más fuerte! – dijo Goku, perdiendo la toalla con tanto movimiento.
Él no sentía ninguna vergüenza de verse
desnudo, pero Vegeta la sintió por los dos, con una furia creciente que se
manifestó en un temblor de la ceja. Kakarotto era la vergüenza de su raza, y lo
peor era que Trunks, su hijo, el hijo del príncipe de los sayajines, estaba
haciendo el estúpido con Goten, mancillando su nombre. Ni siquiera se molestó
en decir que él no pensaba participar en semejante tontería, y se dio la vuelta
fríamente con los brazos cruzados para alejarse de ellos. Inconscientemente, buscó a Bulma con la
mirada, pero la encontró rodeada de esos insectos a los que llamaba amigos.
Tsh.
Por suerte, Bulma conocía bien a su marido
(aunque no estuvieran casados, ella le veía como su cónyuge y en el fondo él a
ella también) y sabía que aquellas reuniones sociales, incluso aunque fueran
para celebrar que habían derrotado a Buu, ponían a prueba los nervios de
Vegeta. Por eso se apartó de Krilin y de los demás unos momentos, y se acercó a
Vegeta dispuesta a ponerle de buen humor. Colocó las manos en sus hombros y le
dio un suave masaje.
-
Vegeta, ¿no estás contento? Buu se ha ido para
siempre. Al menos el Buu malvado… parece que el otro se va a quedar con Mr.
Satán.
-
Tsh. Me da igual lo que haga ese imbécil, aunque casi
me da lástima si se va a quedar con esa sabandija debilucha. – gruñó Vegeta.
-
No seas así… Satán os ayudó a conseguir la energía
de la Tierra.
Vegeta guardó silencio, sin querer admitir
que eso era cierto. Como también lo era que él, una vez más, había sido incapaz
de derrotar a su rival y había tenido que aceptar la ayuda de Kakarotto. Se
daba asco a sí mismo. Bulma sabía cómo animar a su marido cuando estaba así, y
por eso dejó el masaje y se colocó delante de él, rodeando sensualmente el
cuello de Vegeta.
-
Y yo que pensé que tú y yo podíamos celebrarlo más
tarde de otra manera… - le susurró, en un tono que dejaba claro a qué tipo de
celebración se refería. La clase de celebración que a menudo requería comprar
una cama nueva, dada la fuerza incontrolable de su marido.
Vegeta inmediatamente comenzó a prestar más
atención, e incluso se permitió una media sonrisa. No hacía falta mucho más
para excitarle, porque lo cierto era que acostarse con Bulma era su tercera
actividad favorita, después de entrenar y comer. Quizás incluso estaba por
encima de la comida.
Antes de poder actuar conforme a esos
pensamientos, Vegeta se vio arrollado por Gotenks y Kakarotto, que seguían con
su maldito juego, persiguiéndose por todo el terreno anexo a la casa de Goku.
-
¡MARCHAROS DE AQUÍ! – les gritó, molesto. Pero ya
tenía a todos acostumbrados a sus gritos y su mal humor, así que apenas tuvo
efecto.
-
Vegeta, fusiónate conmigo, vamos – insistió Goku,
sin dejar de reír. Era la primera vez que podía jugar con su hijo y el hijo de
Bulma, dado que había pasado los últimos siete años muerto. Ahora que estaba
vivo de nuevo tenía ganas de conocer un poco más a ese pequeño que era
físicamente igual a él, como un clon perfecto. También parecía tener gran parte
de su personalidad.
-
Ni lo sueñes, Kakarotto. – le espetó Vegeta.
Bastante humillación había experimentado al tener que fusionarse con él durante
la batalla con Buu. Además, los Pendientes Photala habían sido destruidos, así
que la única forma de fusionarse era mediante la ridícula Danza de la Fusión,
la cual no pensaba hacer ni aunque le torturaran para ello.
-
Lo que pasa es que tienes miedo – dijo Gotenks. Ni
Trunks ni Gotenks se hubieran atrevido nunca a hablarle así a Vegeta, pero
cuando se fusionaban adquirían cierta actitud presumida, y se permitían hablar
con esa superioridad.
-
¿¡Cómo!? – rugió Vegeta - ¿Qué has dicho?
-
Cálmate, Vegeta, sólo están jugando – dijo Goku,
sujetando al guerrero que ya se había lanzado a por el niño.
-
¡Cobarde, cobarde! – canturreó Gotenks, sin, al
parecer, ningún aprecio por su vida.
Las venas del cuello de Vegeta se hincharon y
Goku temió que en cualquier momento estallara y la ira le hiciera transformarse
en Super Sayajin. Él ya había roto una bañera al hacerlo: Chi-Chi le mataría si
Vegeta rompía algo con su transformación. Le echaría la culpa a él, seguro. Sin
embargo, Vegeta hizo algo que no se esperaba:
-
Kakarotto, fusiónate conmigo – ordenó. – Vamos a
darle una lección a este mocoso.
Goku se sorprendió ante aquellas palabras, pero
lo cierto es que últimamente muchas cosas de Vegeta le sorprendían. El guerrero
había cambiado durante aquellos años en la tierra. Él no había estado allí para
presenciar la mayoría de esos años, pero por lo visto tener una mujer y un hijo
había hablandado ligeramente al orgulloso Vegeta.
-
¿De veras? ¡Genial! – festejó Goku. Recuperó su
aspecto normal, porque si iban a fusionarse no necesitaba el Super Sayajin. –
Vale, presta mucha atención, los movimientos son muy sencillos.
-
Ya sé los movimientos, se los he visto a los
niños - gruñó Vegeta, arrepintiéndose en
ese mismo instante de haber aceptado. Pero alguien tenía que bajarle los humos
a Trunks y él siempre luchaba en igualdad de condiciones. No iba a permitir que
le llamaran cobarde. Si los mocosos se habían fusionado, él lo haría también.
Aunque el inútil de Kakarotto fuera un lastre.
-
¿Preparado, entonces? ¡Estoy emocionado por ver el
resultado de esta fusión!
-
¿Insinúas que no seremos Vegetto? – inquirió Vegeta.
-
No, esta fusión será diferente. Los Pendientes nos
dieron una apariencia, ahora tendremos otra.
Vegeta soltó un bufido. Aquello le
desagradaba profundamente, pero ya había dicho que lo haría y él jamás se
echaba atrás. Además, interiormente sentía curiosidad acerca de cómo de fuerte
podía ser si se fusionaba con Kakarotto.
Los dos se pusieron en posición e hicieron
movimientos sincronizados. La Danza de la Fusión tenía que ser exacta, o los
resultados serían espantosos. Las rodillas de ambos tenían que doblarse a la
vez, los brazos tenían que estar en el mismo ángulo, y sus dos dedos índices
tenían que tocar los del otro en el movimiento final.
-
¡Fu-sión! ¡Ha! – gritaron, mientras hacían aquella
extraña coreografía. Les envolvió un resplandor intenso y sus dos cuerpos
desaparecieron para dar lugar a un ser nuevo, tan alto como Goku y con un
rostro que mezclaba los rasgos de ambos. Cuando habló, lo hizo con una voz
duplicada, fruto de los dos entes de los que estaba formado – Vaya, ha dado
resultado. Goku y Vegeta no tienen la misma altura, así que temía que no
pudiéramos fusionarnos con esta técnica.
Hablaban de sí mismos en tercera persona,
porque ya no era ni Goku, ni Vegeta. Eran alguien nuevo. Gotenks miró al
producto de la fusión con verdadero entusiasmo. El ki que desprendían era
realmente sorprendente.
-
¿Cómo te llamas? – le preguntó. Cada fusión escogía
su propio nombre.
-
Gogeta. – respondió, flexionando los brazos, como
para tantear su nuevo cuerpo.
-
Aunque ahora seas tan fuerte, igual te vamos a ganar
– advirtió Gotenks.
-
¿Ah, sí? Eso ya lo veremos. – dijo Gogeta, y con un
grito se transformó en Super Sayan.
Gotenks hizo lo mismo, y entonces padre e
hijo (o mejor dicho, padres e hijos) comenzaron una pelea amistosa. Vegeta a
menudo entrenaba con Trunks así, de una forma un tanto ruda y salvaje, pero sin
peligro alguno, porque la intención no era lastimarse. Aun así, el resto de los
presentes, que pasaron a mirarles fijamente, se asustaron un poco al ver la
brutalidad de los ataques. Humanos normales hubieran muerto con el puñetazo que
Gotenks le dio a Gogeta.
Gogeta era más fuerte, y enseguida se hizo
patente quién iba a ganar la pelea. Pero, al igual que Gotenks, la fusión de
Goku y Vegeta daba lugar a un guerrero sumamente arrogante y ligeramente
agresivo, por lo que quizá fue un poco más duro de lo necesario con su rival,
que al fin y al cabo solo era un niño. Gotenks se llevó una mano a la nariz,
con lágrimas en los ojos, después de que Gogeta le diera una fuerte patada.
-
¡Ay, ay, ay, ay, eso dolió! – se quejó, apartándose
un poco.
-
¡Goku! – gritó Chi-chi. Se acercó rápidamente y se
interpuso con las manos en los costados entre Gotenks y Gogeta.
-
No soy Goku, mujer, soy Gogeta.
-
¡Me da igual quién seas, ya está bien de peleas!
¡Vosotros los sayans estáis todo el día peleando! – regañó la mujer. Siete años
sin ver a su marido y no había cambiado absolutamente nada.
Para Goku y sus amigos, era normal que un
padre luchara contra un hijo de esa forma y ya no se daban cuenta de lo
antinatural que era descargar patadas y puñetazos los unos contra los otros.
Era su forma de entrenar, les gustaba y se lo tomaban como un juego. Aun así,
Goku y Vegeta solían medirse al luchar contra los niños, conscientes de que
eran más fuertes. Por eso Gogeta se sintió un poco culpable de haber lastimado
a Gotenks.
-
Tsh. Siendo tan débiles, no sé cómo pretendíais
ganar. – dijo Gogeta, dando el combate por finalizado. Estaba claro que la
personalidad dominante en esos momentos era la de Vegeta.
Gotenks rompió la fusión, porque se agotaron
los treinta minutos que esta duraba. Goten y Trunks se miraron confundidos un
momento y luego sonrieron.
-
¡Tenemos que entrenar mucho para vencer a nuestros
padres, Goten! – exclamó Trunks.
-
¡Si nos hubiéramos transformado en Super Sayan 3
habríamos ganado! Tu padre aún no sabe hacerlo. – dijo Goten. Después los dos
corrieron hacia la mesa donde estaba la comida, entusiasmados y hambrientos,
compartiendo estrategias sobre futuros enfrentamientos.
Gogeta aún seguía fusionado, dado que todavía
le faltaban veinte minutos. Chi-Chi le miró fijamente, sin ocultar su
desagrado.
-
¡Primero se tiñe el pelo como un macarra y ahora se
convierte en otra persona! – dramatizó, gimiendo en voz alta. - ¡Mi marido se
ha echado a perder!
Krilin, Yamcha y los demás soltaron una
carcajada, sabiendo que Chi-Chi nunca cambiaría. Pese a que ella misma estaba
entrenada en las artes marciales, no aprobaba la obsesión de los sayans con la
lucha, aunque durante la ausencia de Goku se había dedicado a entrenar a
Gotenks, dispuesta a honrar la memoria de su marido.
-
No te pongas así – intentó consolarla Gogeta – Esto
no es para siempre.
-
Y es una lástima, porque Vegeta está mucho más guapo
así – comentó Bulma, con una mirada aprobadora.
Chi-Chi se refugió dentro de la casa,
furiosa, pero además, interiormente, dolida. No le quería amargar la fiesta a
nadie, así que por eso se marchó y dejó que los demás siguieran riendo y
haciendo bromas. Ella también estaba feliz, había recuperado a su marido, pero
al mismo tiempo estaba frustrada. Siete años, siete largos años sin Goku,
siendo absolutamente fiel a su matrimonio, y la primera noche que puede pasar
con él, decide fusionarse por esa estúpida obsesión de ser más fuerte, incluso
cuando jugaba con su hijo. Goku seguramente acabaría agotado, se comería seis o
siete ollas de comida con ese apetito voraz de los Super Sayans y después no
querría otra cosa más que dormir. Y ella había tenido otros planes para aquella
primera noche del reencuentro.
Goku no había envejecido nada, pero ella sí.
Los sayans vivían más que los humanos, después de todo. Chi-Chi era consciente
de que pronto dejaría de ser joven y bonita y quería aprovechar esos años para
hacer lo que se supone que una mujer hace con su marido. Su matrimonio ya había
sido lo bastante inusual como para que encima desperdiciaran las pocas
ocasiones que tenían de compartir momentos íntimos. Goku siempre estaba
luchando, entrenado o muerto. Y parecía darle igual dejarla sola, con los
niños, criándolos, intentando que fueran buenos estudiantes mientras que ellos
solo querían luchar como su padre. Al menos Gohan parecía tener un buen futuro
académico, pero ahora que Goku estaba de vuelta a lo mejor se olvidaba de los
libros y volvía a las artes marciales.
Chi-Chi estaba frotando con rabia uno de los
cacharros de cocina para quitarle la grasa cuando sintió que alguien la
agarraba por la cintura. Eran las manos de Goku, pero con unos brazos más
gruesos.
-
¿Qué te pasa, Chi-Chi? – preguntó la voz de Gogeta.
-
Vete, quiero hablar con mi marido, no contigo –
respondió ella, con la voz algo tomada.
Gogeta la besó el cuello. La parte de él que
pertenecía a Goku sabía que eso siempre relajaba a su mujer.
-
No hagas eso, no es justo, sabes que me encanta… No,
no, para, tú no eres Goku… - protestó Chi-Chi. Sintió que le faltaba la
respiración. Tenía tantas ganas de besarlo. Había tenido tantas ganas, durante
tantos años…. No se pudo contener, y lo hizo, pero luego se separó. – No, Bulma
me mata….
Aquél también era el marido de su amiga.
Aunque Vegeta y Bulma nunca hubieran hecho oficial su situación, tenían un hijo
en común y mantenían una relación monógama. Eran marido y mujer, a todos los
efectos, e incluso quizá se casaran ahora que Vegeta iba encajando más entre
los humanos.
Gogeta, que no dejaba de estar formado por un
hombre que llevaba siete años sin ver a su mujer y por otro que había sido
interrumpido justo antes de marcar un
touchdown, reaccionó a ese beso con otro, y abrazó a Chi-Chi
fuertemente, con ansias.
De la cocina pasaron al dormitorio, y aunque
Chi-Chi habría podido resistirse, lo cierto es que no lo hizo, porque siete
años son dos mil quinientas cincuenta y cinco noches sin estar con un hombre en
la cama y porque Gogeta no dejaba de ser, en gran parte, su marido. Se movía
como él, la tocaba como él, y sabía cómo volverla loca, tal como Goku lo hacía.
Chi-Chi había tenido pocas relaciones
sexuales en su vida, dado que Goku solía tener otros asuntos de los que
ocuparse. Pero los sayans deben de tener mucha puntería, porque casi todas las
veces que habían llegado hasta el final, ella había quedado embarazada. Aquella
vez no fue una excepción, y mientras ella dormía y los demás seguían festejando
fuera de la casa, una pequeña vida crecía en su interior. Una vida peculiar,
que surgió de la unión de tres cuerpos.
mas te vale actualizar!!!
ResponderBorrarAdoro la serie, aunque todavia estoy precesando que hay gente que no la vio, yo me crie con ella. Mi esposo y yo somos fans y debo admitir que sobre mi cama matrimonial tenemos un triptico de shenlongh 🐉. Asi de maduros somos jeje.
ResponderBorrarMe salte casi un parrafo para leer "fusion haa" jsjjaa y luego volvi a leer mas tranquila.
Me encanto y me dio mucha curiosidad saber que sera de ese nuevo ser que se gesta en milk un nuevo hermanito para gohan goten y trunks. Me encanta tu version de drangon ball super jeje. Voy a seguir leyendo.
¡Genial! Este anime no es de mis favoritos pero si fue de mi infancia ¡Me encanta que hayas empezado a hacer un fanfiction de esta serie!
ResponderBorrarWoou no me creía encontrar una historia de Dragon Ball en este Blog. Un anime de mi infancia jaja me encantaba, era esto o novelas y claro esto ganaba. Anime que sigo viendo rara ves :S ...el tiempo no me deja.
ResponderBorrarEs bueno saber que no soy la unica que le gustaban estas cosas.
Amo esta serie!!
ResponderBorrarUuff no me quiero ni imaginar la reacción de Bulma!!...
Dream espero encontrar más capis porque la mitad de esto fue un resumen... Jajaja...