Capítulo
veintinueve
Después
de la tormenta viene la paz.
Evan pov
Llorar
puede ser una experiencia liberadora, pero lo es más el sentir el abrazo de
quienes te aman. No sé cómo no sé en qué momento llegaron a mi encuentro.
“vamos
tesoro, vamos a casa” me dijo mamá
“no puedo,
no después de lo que le dije” me lamenté
“vamos
hijito ¿qué fue todo eso?” sé que papá prefiere aclarar todo aquí antes de
llegar a casa con Steve.
“es que… es
que papá”
“hijo” me
dijo serio “le pegaste a tu hermano, necesito una respuesta para no ponerte
sobre mis rodillas y dejarte el poto como un tomate” casi me ahogué. ¿Cómo me
dice algo así? Sentí igual de feo que antes, pero ésta vez, en vez de tomarla
contra Steve, la tome contra papá.
“es tu
culpa, por traerlo aquí” le grité y lo empujé “¡ojalá jamás te hubiese
encontrado en ese café! Éramos más felices solos con mi mamá”
“eso no
es cierto jovencito” me dijo mamá.
“si lo
es” no sé qué paso por mi mente que arremetió contra mi madre, mi madreeeeee, vi
como papá vio rojo o negro, aun no lo decido pero daba miedo. Me dio una mirada
que quise salir corriendo, pero me dio tres nalgadas ahí, en la calle, me
agarró del brazo, me arrastro hasta un restaurante.
“puedo
ocupar su baño” preguntó, yo me quería morir de la vergüenza ¿qué demonios
estaba pasando con papá?
“claro”
le contestaron, y vi cómo me arrastraban nuevamente,
“no papá,
no” comencé a rogar, cuando cerró la puerta, tenía miedo, sabía lo que pasaría
pero esperaba que fuera en casa no en mi restaurante favorito, ¿cómo volveré a
comer aquí? ¿Y si había algún compañero de clases?
“no sé
qué te está pasando y créeme que me lo vas a decir” me dijo mientras me
desabrochaba el pantalón y me lo bajó junto a mis calzoncillos, me acodó y dejó
su mano caer sobre mi trasero una y mil veces. Yo trataba de no gritar pero no
podía me estaba pegando muy duro, realmente me dolía.
“papá es
muy fuerte me estas pegando muy fuerte” lloré.
“¡muy
fuerte! Evan le pegaste a tu hermano, huiste de casa, nos empujaste a tu madre
y a mí y por qué”
¡ZAS!
¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS!
“Owwwww papi
me duele”
¡ZAS!
¡ZAS!
“¿por qué
Evan?”
“Ash, me
duele mucho”
¡ZAS!
¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS!
“no vamos
a parar Evan hasta tener una respuesta y te advierto que la mano se me está
cansando y si eso pasa me sacaré el cinturón”
¡ZAS!
“Aaaaaaaaa.
¡No, no papito, no!”
¡ZAS!
¡ZAS! ¡ZAS!
Pero no
me atrevía a decir nada, ahora todas mis razones me parecían escusas baratas, pero
papá parecía no comprenderme porque comenzó a sacarse el cinturón.
“porque
todos lo quieren más a él, estoy desapareciendo” grité
“¿qué?”
“en el
colegio es la estrella, yo iba a ser el capitán. ¡YO!”
“Evan”
“nooo, esperé
mucho. Era mi opción y lo estropee” me puse a llorar más fuerte, no porque me
doliera más sino porque había dañado a mi hermano por algo que solo era mi
culpa.
“Evancito”
“es mi
culpa papi, es mi culpa y me enfadé con Steve por algo que era mi culpa
buaaaaaaaaaa” no sé cómo mi papá tiene esa habilidad de acomodarnos tan bien
cuando nos está zurrando, da igual el espacio, siempre sabe cómo dejarnos con
el poto rojo, pero también cómo hacer para contenernos.
“mi vida,
¿de verdad quieres que Steve se vaya?” me dijo con la mirada herida, la misma
que tenía mi hermano cuando dije eso.
“no” eso
no tuve ni que pensarlo. No quería que se fuera, lo amo, es mi hermano, y luché
tanto para tener el derecho a conocerlo “No quiero perderlo papá”
“niñito, ¿no
estás un poquito grande para estar celosito?”
“no eran
celos” me alzó una ceja “bueno solo un poco”
“vamos a casa”
me dijo besando mi frente.
“vamos”
me sorbetié los mocos
“cochino”
me regañó mientras me limpiaba la nariz y me lavaba la cara, me sacó abrazado
de ahí, y me dijo “cuando lleguemos a casa después de la disculpa a Steve, nariz
a la esquina, tenemos una charla pendiente” yo sabía qué significaba eso mi
traserito estaba muerto.
Cuando
salimos mamá me abrazó con fuerza, besó mi frente y mejillas, eso me hizo
llorar mucho más, pero nada me preparó para llegar a casa y no encontrar a mi
hermano mi corazón dejo de latir, en esos momentos en que mis padres buscaban
histéricamente algún indicio, sentí mis piernas flaquear una punzada en el
estómago, un grito de dolor que hizo que ambos corrieran a mí y después de eso
solo negro.
“lo
encontraremos y lo traeremos a casa, Evan. Lo prometo” escuché la voz lejana de
mamá”, sonreí ante eso, no sé si alcanzó a llegar a mi rostro, pero sabía que
me devolverían a mi hermano.
hayyyyyyyyyyyyyy demasiado corto demasiado corto no hay derecho lady te voy a poner una demanda por suplicio mental jajajajja
ResponderBorrarah no así no se vale Lady como nos haces sufrir
ResponderBorrarGloria
Ayyyyyyy, pobreee... le llegó la hora a Evan!! jejej!! Uhmmm, no digo que no se la buscó, perooooo... era necesario?!!!! EN SU RESTAURANTE FAVORITO?!!!! BUAAAAAAAA!!! jajajaja!!
ResponderBorrarCamila