-Hola Rosita. Puedes decirle a
mi marido que mis padres y mi hermano vendrán para la cena, por favor?! Yo
intenté comunicarme varias veces a su celular, pero no responde.... Ah! Lo
olvidó ahí... claro! Bueno. Eso era todo. Gracias, Rosi... sí, saludos a ti
también.
Colgué
el teléfono y me acomodé en el sillón. Estaba cansada, con la tensión haciendo
nudos en mi espalda. Necesitaba unos buenos masajes. Pero mis padres y mi
hermanito estaban por llegar en cualquier momento, así que debía hacerme cargo
de la comida... Encima mi niño... Grrr!!!
En eso,
siento los pasos de personas llegando y el timbre que suena. Seguro eran mis
invitados y yo ni me había arreglado el maquillaje.
Estaba
a punto de abrir la puerta, cuando el llamado de mi hijo, de siete añitos, me
detuvo a escasos centímetros de la perilla.
-Snif..
snif... Mamiiitaaaa... Snif.. Snif... Ma..mamiii... Buaaaa... Deja.. deja
qu-que me ponga l..la roopaaaa... snif snif... po-por fa-favoorr!! Snif SNIF!
-Shhhh...
Calladito, Ud. jovencito!- Le reté a mi niño, que estaba de cara a la pared,
con los pantalones y calzoncillos por lado de las rodillas, dejando al
descubierto un traserito rojo, recién castigado.
-Pe..
snif... pero no quiero que vean que..que me castigasteee... sniff sniiff..
mamita, por favooor...- Me decía mientras se sorbía los mocos y bajaba su mano
derecha con la que le vi tocarse una de sus nalguitas rojas.
-Tomás,
dijimos las manos en la cabeza, hijo. Y qué tiene de malo que te vean la cola,
eh?! Son tus abuelos y tu tío. Y todos ellos alguna vez te cambiaron el pañal.-
Le dije con una calma que no sentía. La verdad es que quería correr a su lado,
sacarlo de la esquina y acunarlo en mis brazos. Mi bebé.
-Buaaaa...
mamáaaa... snif snif... t.. e.. te juro que nunca más me voy a.. a poner
insolente con tus amigas.. snif snif.. pero por favoor... deja que me vaya a mi
cuartooo... buaaaa... ya..ya me pegaste... no seas maliiita.. snif...
Yo me
sequé una lágrima con mi pañuelo y fui hasta la esquina que estaba ocupando mi
hijito, que daba justo frente a la puerta de acceso a la casa. Tenía pensado
darle un beso y permitir que se acomodara la ropita. Quería ahorrarle el
bochorno... por desgracia, mi papá no esperó a que yo le abriera la puerta. Él
tenía una llave extra, así que al ver que yo no le abría, la usó. Mis papás y
Dan entraron justo para ver en todo su esplendor la retaguardia sonrosada de mi
niño, que se largó a llorar más fuerte al sentirse humillado. Me sentí tan
culpable.
-Se
puede saber qué le hiciste a mi nieto?!- Gritó mi papá, poniéndose justo
delante de mi mamá y muy cerca mío. Daniel había corrido a abrazar a Tomás,
cuando lo escuchó sollozar sin control. Con sumo cuidado, le subió el
calzoncito y el pantalón y lo acomodó en sus brazos, dejando a Tomás llorar
pesadamente contra su pecho.
-Buaaaaaa....
me vieronn... buaaaaaaaaa... snif snif... -Balbuceaba en medio del llanto. Lo
vi a Dan apretarlo más en sus brazos mientras le daba besitos en la cabeza y le
susuraba palabras de consuelo.
-Shhhh...
ya, bebé, ya! Shshshshhh... Ya está. Ya no llores, mi bebé. Nadie vio nada,
verdad, mamá?!- Dijo Dan. Y mi mamá asintió, sin dejar de mirarme con
desaprobación.
-Mamáaa...
-Le gimoteé. No podía creerlo. A mis años gimoteando?!
-Mamá
nada, señorita! Mira nada más cómo le dejaste el potito a mi niño!- Grr!!! No
era que no habían visto nada?!
-Es
que.. es que Tomy se comportó muy mal hoy, mamá. Por eso tuve.. que..
castigarlo.- Me sentía una mocosa otra vez.
-No es
ciertoooo- Me contradijo mi Tomatito, sabiéndose seguro en los brazos de su
tío.
-Tomás!
Vas a decir mentiras también?! Cómo que no te portaste mal?! Quieres que les
diga a tus abuelitos lo que hiciste?!- Amenacé un poquito. Qué bandido mi
angelito.
-Nooo..
Bueno, sí me porté mal, abuelita... pero..pero porque.. snif snif... porque las
amigas de mamá me caen mal.. snif snif.. y.. y Sara me estaba molestando mucho
ya... snif snif- Tomy había puesto su manito en su colita a modo de protección.
Al parecer tenía un poco de desconfianza de la reacción de Daniel. Sara era una
de sus colegas. Y era conocida mía. Había venido acompañando a su hermana a la
reunión de té que solía hacer todos los jueves.
-Invitaste
a esa pesada a tu casa?!- Me recriminó Dan.
-No la
invité. Ella vino con Paty. Y no es una pesada... es un poco odiosa, pero
es llevadera. Y además ese no es el asunto. El asunto aquí es que tu sobrino le
faltó al respeto a tu colega.
-Mamita,
ella me estaba molestando!- Se defendió mi bebito. Había hecho esos pucheritos
que yo tanto adoraba. Realmente estaba muy indecisa si había hecho bien al
castigarlo. Además, sólo la había mandado al diablo!!! No era para tanto,
verdad?!
-Tú no
debiste reaccionar así, cariño. Además, cuando te pedí que te disculparas,
dijiste que...
-Mamita,
nooo!!
-Alto,
alto. No estoy entendiendo nada- Dijo mi papá, ya con fastidio evidente.
-Que
Tomás fue irrespetuoso con la loca de Sara...auuuu!!!
-Que
sea la última vez que te escuche hablar en esos términos de una colega tuya,
hijo. -Mamá le había soltado una nalgada a mi hermano. Me tuve que morder la
lengua para no reírme de la cara que puso Daniel.
-Y tú,
hija, preguntaste a mi nietecito los motivos que tuvo para no portarse como es
debido con esa mujer?!- Oh, oh!
-Bu..bueno,
yo... -Suspiré derrotada- No, mamá. Lo siento... Mi Tomatito, me perdonarás
alguna vez, bebé?!- Le dije a mi niño hermoso, que se había escondido más en
los brazos de su tío.
Lentamente,
una carita llorosa se elevó por sobre el hombro de Dani. Sus ojitos verdes me
miraban con mucha tristeza.
-Sa..Sara
dijo que.. que yo.. que... que tú y papá me malcriaban... Que yo soy un.. un...
Mamita, ella empezó. Lo juro.- Dijo mi niño.
-Ven
con la mamita, hijo. -Ofrecí mis brazos abiertos a Tomás, sonriendo ampliamente
al ver que mi hijo no me guardaba rencor.- Me perdonas, cariñito?!
Sentí
la cabecita de mi hijo moverse afirmativamente en mi hombro y me supe feliz
otra vez. -Te adoro, cosita hermosa de la mamá. -Le dije con ternura, sin dejar
de hacerle mimitos en su espalda y en la colita.
-Yo
también, mamita.. Pero no dejes que Sara venga la próxima vez, mamita. Yo no la
quiero a ella, por su culpa tú me castigaste con el cepillo.-Lloriqueó. Y mamá,
papá y Daniel me miraron como si yo fuera la bruja más malvada del universo.
-Es un
trato, mi gordito. Ahora ve a darte un baño mientras yo preparo la cena. -Le di
un beso .
-Sí,
mamita. Tío, me ayudas.. Por favor?!- Já. Dónde había quedado la
vergüenza?!
Decidí
hacerme la desentendida.
-David
se unió a la reunión familiar dos horas más tarde. Horas que mi Tomatito
aprovechó para ser mimado como el hijo único, sobrino único y nieto único que
siempre quisiera ser! Bobito... Aún no entiende que siempre lo amaremos como el
primer día de su vida.
Pobre de mi Tomatito, me fascino.
ResponderBorrar:3 ternura este tomatito me encanta, aunque su mami se le paso la manita pero igual me encanto... jeje mas cuando castigaron a Daniel jejeje ;)
ResponderBorrarBueno sea cual sea la razon Tomatito tiene que aprender a respetar a sus mayores y no tomar la justicia por sus manos
ResponderBorrarAsi que yo le doy un voto de aplauso a su mami por reprenderlo...
Me encanto el tío con su escudo protector de muxho amor y mimo jjjj
Actualiza pronto por favor
Marambra
Marambra, mi Tomatito está seriamente pensando en arrojarte tomates jajajaj!!! ;D Creo que no aprendió la lección mi muñequito, pero así es él... así lo quiero!
ResponderBorrarTaz, Mary y Marambra, otra vez GRACIAS, muchachas, por sus comentarios.