Nuevas reglas, nuevos castigos
Capítulo 27
Quedan dos semanas para terminar el curso, entre mañana y
el próximo martes tenemos los exámenes finales. Esta tarde he quedado con
Martina para repasar. Después de la clase de alemán el chofer me trae a casa y
Martina llega apenas cinco minutos después, Natalia la acompaña al comedor
donde estoy merendando y, cuando termino, nos ponemos a estudiar. Pasamos la
tarde repasando para los exámenes de mañana y pasado mañana, los llevo muy
bien, y Martina también, no tendremos ningún problema para pasarlos con buena
nota.
Martina: Que bien
amor, ya hemos terminado. Ahora sí veo al chico diez del que me hablaron cuando
llegué, me alegra que hayas podido remontar el curso y puedas terminarlo con
buenas notas.
Martina me mira y me sonríe. Me acerco a ella, nos
abrazamos y nos besamos, un pico que se transforma en un beso algo más
apasionado. Justo en ese momento entra mi padre, ¡qué inoportuno!
Carlos: Hola
chicos, ¿ya habéis terminado de estudiar?
Veo como Martina se sonroja, es tan adorable.
Adrián: Hola papá,
ya hemos repasado para los exámenes de mañana y pasado mañana.
Carlos: Martina, ya
te dije que no me llames Sr. Fuentes, puedes llamarme Carlos. ¿Cómo lleva Adrián
la preparación para los exámenes?
Martina: Muy bien,
este trimestre ha trabajado y estudiado, y seguro que sacará buenas notas.
Carlos: Eso espero,
por su bien.
Mi padre me mira sonriendo, le devuelvo la mirada pero no
precisamente con una sonrisa, ¿por qué me avergüenza con Martina? Se va y nos
deja solos otra vez.
Martina: Yo también
te quiero, bestia.
¿Qué? ¿Bestia? ¿A qué viene esto? Miro a Martina que se
está riendo.
Martina: Jajaja,
¡qué cara has puesto! Si yo soy bella tú debes de ser bestia, ¿no?
Ruedo los ojos pero le sonrío.
Adrián: Creo que
tendré que pensar otro mote.
Martina: Nooo, me
gusta mucho. No volveré a hacerlo, amor.
Me guiña el ojo y nos volvemos a besar. Después charlamos
un rato hasta que el padre de Martina viene a buscarla.
Los exámenes del jueves y el viernes me van realmente
bien. El sábado por la tarde mis amigos vienen a mi casa, estamos un rato en la
piscina y después repasamos para los exámenes del lunes y el martes, Nico me ha
pedido que le ayude con las mates ya que a mí se me dan muy bien y él tiene
algunas dudas. Pasamos una tarde agradable aunque trabajamos mucho.
Por fin el martes terminamos los exámenes, me han ido muy
bien y espero sacar muy buenas notas este trimestre. Los días que quedan para
terminar el curso ya no hacemos clase.
El miércoles no me cuesta nada despertarme y levantarme,
desde hoy y hasta el viernes vamos a unas colonias donde haremos actividades
deportivas y en las cuales nos comunicaremos en inglés, al menos con los
monitores, entre nosotros dudo que lo hagamos. Ayer por la tarde estuve
preparando la mochila con las cosas que necesitaré estos días.
Nos acompañan la profesora de matemáticas, la de inglés y
el profesor de educación física. Entre ayer por la noche y esta mañana mi padre
me ha advertido mil veces que debo comportarme bien, no quiere que haga ninguna
tontería y espera no recibir ninguna llamada por mi comportamiento, si eso
llegara a ocurrir mi trasero sufriría las consecuencias.
Llegamos a la casa y nos reciben los monitores, que nos
distribuyen en cuatro habitaciones muy grandes, dos para los chicos y dos para
las chicas, y nos enseñan las instalaciones. Después nos organizan en grupos y
nos explican que estos días haremos tiro con arco, tirolina, escalada, una
excursión en bicicleta e iremos a la playa para hacer piragua, también
tendremos tiempo libre y nos podremos bañar en la piscina. Antes de cada
actividad nos explicarán la técnica y nos darán indicaciones de seguridad, todo
en inglés.
Estos días son geniales, los profes también se apuntan a
algunas de las actividades y nos lo pasamos muy bien. Nos portamos bastante
bien, solo nos avisan un par de veces por la noche porque no hay silencio en
las habitaciones y, en la comida del segundo día, en mi mesa, empezamos una
guerra de comida, nos regañan y nos hacen limpiar el comedor durante el tiempo
libre, nada del otro mundo.
El fin de semana ya soy libre y mi padre me da permiso
para salir los dos días con mis amigos, el domingo decidimos ir a bañarnos a la
playa, ya estamos a mitad de junio y hace calor, aunque el agua aún se siente
bastante fría.
El lunes nos dan todos los exámenes y nos dicen las notas
trimestrales y las finales, los padres las recibirán esta tarde o mañana. Mis
notas trimestrales son muy buenas, tengo sobresaliente en todas las asignaturas
menos en historia que tengo un notable alto, pero las finales son bastante más
bajas puesto que se obtienen con la media de los tres trimestres y de los dos
anteriores tengo muchas asignaturas aprobadas con un suficiente o en la recuperación.
Mi padre me felicita por las notas del trimestre, y me dice que no está
contento con las finales aunque ya sabía que serían bajas, espera que el
próximo curso no vuelva a pasar. El martes, último día del curso, los alumnos
de secundaria pasamos todo el día en un parque acuático como despedida, ¡nos lo
pasamos genial!
Y, por fin, ¡las vacaciones de verano! El miércoles me
levanto tarde, cuando bajo al comedor me encuentro con Natalia.
Natalia: Buenos
días, ya era hora, no puedes dormir cada día hasta tan tarde, después no
tendrás sueño por la noche.
Adrián: Natalia,
estoy de vacaciones.
Me rueda los ojos y me dice que me siente y desayune.
Natalia: ¿Tienes
planes para hoy?
Adrián: Sí, he
quedado con mis amigos para ir a la playa.
Natalia: Bien, no
hay problema, pero recuerda que como muy tarde a la una y media tienes que
estar en casa.
Termino el desayuno, cojo lo necesario y me voy a la
playa, llego a las once pasadas. Me encuentro con mis amigos, algunos hace rato
que han llegado. Nadamos, jugamos y charlamos. Estoy dentro del agua cuando me
llama Sergio.
Sergio: Adrián, te
está sonando el móvil, es la tercera vez que quien sea te está llamando.
Cuando llego ya no está sonando, lo miro y veo que tengo
tres llamadas perdidas de Natalia. La llamo.
Natalia: Adrián,
¿dónde te has metido? ¿Y por qué no contestabas?
Adrián: Estoy en la
playa, ya te lo dije, no oí el móvil porque estaba en el agua.
Natalia: Son las
dos menos cuarto, vuelve a casa ya.
Adrián: Jo Natalia,
déjame un rato más, me lo estoy pasando bien y no tengo nada que hacer después,
esta semana no tengo clases.
Me tumbo en la toalla para tomar un poco el sol mientras
me seco, charlamos con Sergio y Nico de los planes que tenemos para este
verano.
Adrián: A partir
del lunes iré tres horas por la mañana al club, han organizado un campus
deportivo. Haré cada día una hora de tenis y las otras dos horas haremos
diferentes actividades. Por las tardes, dos días, martes y jueves, tengo clase
de piano. Y en agosto me han ofrecido ir dos semanas a un campeonato de tenis y
he accedido.
Nico: Yo también
iré al club con Adrián pero en lugar de tenis me he apuntado a fútbol. Y
también vendrá Víctor, ¿qué deporte ha escogido al final?
Adrián: Se ha
apuntado a fútbol, como tú, no lo pude convencer de que escogiera tenis.
Miro el móvil y veo que hace ya media hora que he hablado
con Natalia. Recojo, me despido de mis amigos y me voy a casa. Cuando llego
Natalia está muy enfadada.
Natalia: Hace
cuarenta y cinco minutos que he hablado contigo, ¿por qué no has venido
enseguida? Has llegado una hora más tarde de la hora que te he dicho.
Adrián: Me estaba
secando y me he entretenido hablando. Me has dejado muy poco rato y no tengo
demasiada hambre aún. No pasa nada si almuerzo más tarde, no he quedado con
Martina hasta las cuatro, tengo tiempo de sobra.
Natalia: No se
trata de si tienes tiempo o no, se trata de que tienes un horario y debes
cumplirlo, no puedes venir cuando te dé la gana. María te ha preparado el
almuerzo para hace más de media hora.
Resoplo, ¿por qué es tan pesada? ¿Qué más da a qué hora
venga a comer?
Adrián: Jo Natalia,
¿y qué más da? ¡Déjame en paz!
Voy al comedor a almorzar, cuando termino subo a mi
habitación para ducharme y después me visto para salir a dar una vuelta con
Martina, hemos quedado en el centro comercial en veinte minutos. Me encuentro
con Natalia en la entrada.
Adrián: Sí, ya te
he dicho que he quedado con Martina, mi padre me ha dado permiso para salir.
Natalia: No hay
problema, pero respeta el horario, por favor, y ten el móvil encendido.
Resoplo, qué pesada que está hoy, ¿no entiende que estoy
de vacaciones?
Rafa me lleva al centro comercial y le pido que venga a
buscarme en tres horas. Me encuentro con Martina, damos una vuelta y miramos
algunas tiendas de ropa, descubro que a ella le encanta ir de compras, mira y
se prueba un montón de ropa y se acaba comprando dos vestidos. Me convence para
que vayamos a una tienda de ropa de chico que le gusta mucho y que me pruebe
unos tejanos y una camisa, tiene muy buen gusto y la camisa hace juego con uno
de sus vestidos, me lo compro. Después vamos a tomar un batido y charlamos un
rato. Las tres horas pasan muy rápido, viene su padre a buscarla y yo me voy
con el chofer.
Cuando llego a casa ya está mi padre.
Me da un abrazo y un beso. Pasamos al salón y nos
sentamos en el sofá.
Adrián: Muy bien
papá, he ido por la mañana a la playa con mis amigos y por la tarde al centro
comercial con Martina, me ha convencido para que me comprara unos pantalones y
una camisa, ¿quieres verlo?
Se lo muestro. Me dice que le gusta mucho.
Carlos: ¿Te has
portado bien con Natalia?
¡Uf! Ya se lo ha contado, pero ¿qué le pasa hoy?
Últimamente nos llevábamos bien, no he hecho nada tan malo. Suelto un bufido.
Adrián: Pero papá,
estoy de vacaciones, ¿qué pasa si almuerzo más tarde? Es que me ha dejado muy
poco tiempo.
Carlos: ¿Adrián?
¿Qué ha pasado? Cuéntamelo con detalles, por favor.
Adrián: Pero si ya
lo ha hecho Natalia, ¡qué pesada! No le ha gustado que me levantara tarde y he
llegado pasada la hora que me ha dicho porque me ha dado muy poco tiempo para
estar en la playa. Pero he tenido tiempo de sobra de comer y encontrarme con
Martina a la hora que habíamos quedado, ¿dónde está el problema?
Mi padre se levanta y me levanta con él, me coge del
brazo y me gira.
PLAS, au, PLAS,
ai, PLAS, papá, PLAS, ai, PLAS, au
Me suelta y me froto el trasero.
Adrián: Au papá,
¿por qué me pegas?
Carlos: ¿Aún no has
entendido cuál es el problema? ¿Quieres que vayamos a tu habitación a leer las
normas? Porque me parece que encontraremos una que dice que debes respetar la
hora de llegada. Y no me gusta que digas que Natalia es pesada, si le pregunto
a ella qué ha pasado igual me entero de que además le has gritado o le has
faltado al respeto. Porque debes saber que Natalia no me ha contado absolutamente
nada, sólo me ha dicho que estabas en el centro comercial y que habías quedado
con Rafa para que fuera a buscarte, según ella todo estaba bien.
Carlos: Espero que
mañana te disculpes con ella y te comportes. No quiero que te levantes más
tarde de las nueve, que le hables mal, le grites o le faltes al respeto, ni que
incumplas ninguna norma, ¿entendido? Que estés de vacaciones no significa que
puedas hacer lo que te dé la gana.
Me da un abrazo, nos volvemos a sentar y vemos la tele un
rato antes de cenar.
Al parecer en vez de vivir en una casa con un padre parece que vive en un cuartel,que frialdad se vive en esa casa
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