La
familia Hyuga
Sean por primera vez en su vida
estaba llevando una vida normal. Bueno, lo que se puede llamar normal para un
joven empresario en ascenso… o eso creía él.
Su padre lo había llevado a
Estados Unidos para abrir unas cuantas nuevas sucursales, porque los Hyugas
cuando hacían algo lo hacían a lo grande! Y el Imperio Hyuga entraba al mercado
norteamericano con más fuerza que el huracán Katrina!! Y para eso Kirk y Sean
Hyuga, padre e hijo, habían cruzado el charco, para arrasar con todo a su
paso!! Esto era justamente lo que más disfrutaba Kirk, el conquistar mercados
indómitos, como solía decir él; se sentía como un verdadero vaquero de la
economía, y si bien él siempre estuvo tentado a ampliar la empresa familiar a
Estados Unidos por todo lo que implicaba la potencia mundial, su padre –Ralf-
no se lo permitía. Él prefería mantener las cosas dentro de su propio
continente, por el sacrificio que implicaba para las familias.
Hay que recordar que en sus
tiempos, cruzar la frontera significaba no ver a su familia por largos
periodos. Y como los Hyuga se caracterizaban por tener hijos jóvenes, cuando el
empresario está en su mejor nivel para conquistar el mundo, es cuando sus hijos
más los necesitan y la familia siempre es lo primero y no se la abandona por unos cuantos marcos.
Cuando Kirk quiso expandir la
empresa, Ralf, que llevaba años de retiro viajando por el mundo con Karla su
amada mujer, puso el grito en el cielo. Hizo que el crucero se volviera… bueno,
no que se volviera pero sí que a él un helicóptero lo llevara a casa a
plantarle cara a su mocoso descarriado. Y así lo hizo!! Su empresa, sus
reglas!!! Kirk no se movería del lado de su hijo pequeño que, de más está decir
tenía a su propio bebito de un añito.
El grito fue más o menos así, “tu
sales de país y yo, personalmente, te traigo de vuelta de una oreja y te daré
la zurra de tu vida! Tu hijo es más importante que un par de marcos, mocoso
inconsciente” y Kirk ya había cumplido los 30 años… “si tengo que interrumpir
mi retiro por una pelotudes así, Kirk Hyuga, no te sentaras en tu vida” y ese
hombre sí que imponía, claro que luego de eso se fue a jugar con su nieto y
bisnieto, pero antes de llegar a sus adorados angelitos, se volvió donde su
hijo y muy serio le dijo
“no quiero que me des más
empresas, quiero que me des más nietos”
“papá”
“papá nada!! Y tu abuelo dice que
de haber más niños en ésta casa, no se tomaría tantas vacaciones”
“jajaja los dos sabemos que eso
no es verdad, si mi opa ama viajar más que tú! No fue él el que patentó “trabaja
como mula toda tu juventud para descansar en tu vejez?!!”
“que no soy viejo, insolente”
dijo abrazando a su hijo “te amo, hijo. Lo sabes, pero no lo olvides… que llega
un punto en que no hay nada más que hacer con el dinero ganado si perdiste a tu
familia. Lo has visto un sin número de veces”
“Lo sé, papá” le sonrió, y luego
de eso dejó los papeles para otro día, el pasaría el día con su padre, su hijo
y su nieto, porque su papá era el hombre más sabio que conocía, y la familia
era lo primero.
Pero basta de recuerdos… el gran
día llegó!! Su hijo estaba grande, su padre le dio por fin el visto bueno y
partió a conquistar gringolandia. Lo que no contaba Ralf al dar su permiso, es
que partiría con Sean dejando a Tivi con Karen… dónde tenían la cabeza ese
par?!! Pero no dijo nada, pues sabía que padre e hijo necesitaban pasar un
tiempo a solas, pero pobre de ellos que se fueran por mucho tiempo, porque a
punta de correazos los haría atravesar el charco. Él interrumpió sus eternas
vacaciones para volver a casa a mimar a su bisnieto.
Y el problema no lo dio Steve que,
entre mimos de la abuela bisabuelos y tátara abuelos y su dulce Kathya, no
tenía tiempo ni de extrañar a papá, salvo en las noches donde se pasaba a la
cama de Karen y lloraba un poquito porque echaba de menos pasarse a la cama de papá y dormir abrazadito de su “tigre de peluche”,
como solía llamarle a Sean, como cada vez que se escuchaban unas patitas locas
correr por los pasillos para asomar dos bellos faroles azules, para luego
escuchar más pasitos antes de meterse a la cama de papá y decir:
“se me quedó mi tigrecito de
peluche, lo has visto?!” y se abrazaba a su padre y le tomaba la oreja, y
cuando estaba muy cansado se metía el pulgar a la boca.
Pero, a parte de esos momentos,
todo marchaba perfecto.
En cambio Sean se vio sin la
responsabilidad de su hijo… y no piensen mal, Sean ama a su Tivi, pero se vio
libre para salir y disfrutar. En las mañanas acompañaba a su padre a las nuevas
oficinas y en las noches se iba de parranda. Unos días, Kirk se lo dejo pasar;
su hijo era un adulto, después de todo!! Pero cuando llegó borracho a casa, fue
el colmo. Lo metió a ducha y se contuvo de darle una soberna paliza; lo acostó
y al otro día lo despertó y lo llevó a trabajar a rastras. La cabeza lo estuvo
matando toda la mañana, le rogó a su padre que lo dejara ir a la enfermería a
dormir un poco, pero Kirk ni una aspirina lo dejó tomar. Lo único que le
ofreció fue un calmante inyectable y sólo porque sabía que Sean jamás lo
aceptaría, a la hora de almuerzo comió obligado, no tanto porque fuera una
comida de negocio sino porque, cuando estaba por sentarse Kirk, le dijo.
“te comes todo o te llevo al
baño”
“si papá” dijo después de lograr
tragar.
La comida no fue agradable para
nadie. Estaban discutiendo temas tediosos pero necesarios, pero logró comer la
mayoría, incluso más de lo normal.
“si mas que tigre pareces
pajarito” le dijo un buen amigo de su padre.
El quería responder, pero Kirk se
le adelantó.
“Seancito comió algo anoche que no
le cayó muy bien” dijo comer para no decir tomar, pero su amigo lo captó
enseguida por la mueca de la paliza que debe haberle dado.
“papá, me puedo retirar?!” dijo
ya molesto- conocía esa mirada.
“si. Que la limosina te lleve a
casa”
“gracias, hasta luego y disculpen
que no pueda continuar” se disculpó con todos y se fue a dormir la mona.
Durmió toda la tarde, y cuando
llegaba Kirk lo sorprendió todo preparado para irse de fara nuevamente. Pensó
en llamarle irresponsable de no cuidarse, hasta de mal padre, porque de qué
otra forma explicaba este comportamiento auto destructivo, como si no tuviera
otras obligaciones?! Si estaba aquí era para trabajar y no lo estaba haciendo
porque qué podía aportar todo resacoso?! Y si había viajado sólo para poder hacer
las huevadas que se le diera la gana sin preocuparse de su hijo?!! Eso lo
aterró! En quién se estaba convirtiendo su hijito?! Luego lo vio y comprendió
dos cosas, su hijo estaba actuando como el crio que nunca pudo permitirse ser y
eso no era malo. Y dos, su hijo estaba sufriendo por la lejanía de su muchacho
y él supo lo que tenía que hacer.
“tú no sales”
“yo si salgo” dijo tomando la
manilla de la puerta.
“no sales, porque estas
castigado. Qué creías?! Que llegarías borracho y no habría consecuencias?!”
“Soy un adulto”
“si eres sólo un mocoso, y Sean
mientras vivas en mi casa…”
“es la casa de la familia, no
tuya. Y si tanto te molesta, me voy de tu puta familia” le gritó molesto
“a mí no me hablas así, mocoso
maleducado! Y es mi culpa. Creí que te había terminado de educar pero me doy
cuenta de que no” dijo tomándolo de un brazo y arrestándolo al sillón
“no papá, no te atrevas” pero
nada. Sólo sintió a su padre, desabrochándole el pantalón
“papá, tengo 20 años”
“si 20 y te estás comportando peor
que los 14 así que esto es lo que pasará, te daré la zurra que has pedido a
gritos desde que llegamos y luego llamaremos a tu mamá para que se venga con
Steve a casa.
“podemos llamarle al tiro?!” dijo
con un puchero, y Kirk supo que no era para dilatar su castigo sino porque de
verdad extrañaba mucho a su hijo.
“claro que sí, mi vida” dejó que
su hijo se levantara de su regazo.
Le marcó a Tivi y le dijo que se viniera
ya mismo, que lo amaba mucho y que no podía vivir lejos de él. Luego de cortar,
se quedó frente a su padre, sin saber qué hacer, y no tuvo que hacer mucho,
porque Kirk, después de abrazarlo, aprovechó que su hijo estaba de pie frente a
él y le desabrochó el pantalón y se lo bajó hasta medio muslo. Luego lo acomodó
sobre su regazo, y comenzó el castigo.
¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS!
“no vuelvas a tomar hasta emborracharte, Sean”
¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS!
“ya, papi… que me duele”
¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS!
“si hay otra vez, Sean Hyuga, te agarraré
a correazos y me importará un bledo la edad que tengas”
¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS!
¡ZAS!
“papá, me estás pegando muy
fuerte” se quejó. Y con eso logró que Kirk le bajara el bóxer para ver si le
causaba algún daño al trasero de su hijo pero, como era de suponer, sólo lo teñía
del blanco al rojo, pasando por el rojo.
¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS!
¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS!
“auch, papá, así no… así no” dijo
tratando de subirse el bóxer.
¡ZAS! ¡ZAS!
“saca la mano que yo a éste poto
lo he visto una infinidad de veces y no ha cambiado nada en dos años.
“pero soy un adulto”
“Eres mi hijo, tigrecito de mi
vida” ¡zas! ¡zas! ¡zas! ¡zas! dijo dándole las últimas nalgadas más de cariño
que de castigo, “eres mi mocosito bello” dijo acomodándole la ropa.
“no quería que me dieras
nalgadas” le dijo llorando en el hombro de su padre.
“ni yo dártelas, mi hijito, pero
no sería un buen padre si no te castigara cada vez que lo necesites.
“A mí no me gusta” dijo mimoso,
mientras se recostaba en el sillón para que su padre le hiciera nanai en la
espalda, hasta que ambos se durmieron ahí, Sean de cansancio y Kirk, porque no
quería perder el momento con su pequeño…. Cuántas veces pensó que era demasiado
grande su bebé para eso, pero sonriendo se dio cuenta que su bebé nunca sería
lo sufrientemente grande para dejar de necesitarlo como él a sus más de 40 años
seguía necesitando a su padre.
En la mañana fueron despertados
por Steve que se tiró sobre su peluche. Sean lo besó y luego de saludar a la
familia en pleno, se llevo a su hijo a su habitación para poder estar a solas
con él; lo extrañaba mucho.
“el opa te castigó?!” le dijo, recorriendo
los surcos que las lágrimas habían dejado la noche anterior.
“si” le dijo con honestidad “me
porté mal porque te extrañaba mucho y no supe cómo manejarlo.
“eso te pasa por dejarme allá” le
regañó Steve, “merecido te lo tenías… YO TUVE QUE DORMIR CON LA OMA, porque mi tigrecito
de peluche no estaba para dormir conmigo” y si, para un niño de ocho años eso
era terrible, cómo dormir con su abuela, si podía hacerlo con papá?!
“nunca más, tigrecito bonito”
“te hizo mucha pupa el opa?”
“si… mucha” le dijo con un
puchero.
“Opa malo, acúsalo a tu opa par
que le haga pao pao”
“y si mi opa me hace pao pao a
mí?!”
“pues, lo acusas a su papá”
Se rieron los dos.
Mientras abajo, Kirk abrazó a su
padre.
“tenías razón, papá. La lejanía
de la familia no vale unos cuantos marcos”
“actualízate hijo ahora son
euros” se rio descarado, pues sabía que su hijo era el hombre que siempre supo
que sería.
Ayyyyyy, cómo me gustó la mezcla de generaciones!!! Tantos Hyugas disfrutando de sus hijos y nietos y bisnietos, que son mil veces más importantes que el dinero!!! jejej...
ResponderBorrarMuy bella historia, Lady!! Te agradezco un montooon por escribir de Seancito, sabes cuánto lo quiero, tanto como al tigrecito bonito!! Cada capítulo que escribes, cortito o largo, siempre me deja ansiando más! Muchas gracias por dedicar partecita de tu tiempo para complacernos!! :D
Camila
O www :3
ResponderBorrarTodas las generaciones Hyuga quedo genial
Saludos Lady
Att.Miranda
que interesante leer algo sobre el estilo de vida de Kirk y de donde aprendió sus modos ajjaja pobre Sean,
ResponderBorrarquedo genial LAdy, me gustomuchisimo