jueves, 10 de agosto de 2017

CAPÍTULO 13: PRIMERAS LECCIONES



CAPÍTULO 13: PRIMERAS LECCIONES


Chris se acercó a la puerta de su habitación –que ya no era solo suya, sino también de Amy- y golpeó la madera con timidez. Se sentía estúpido haciendo eso, pero su novia se había encerrado ahí y pensó que debía darle espacio, o al menos la posibilidad de negarle la entrada.


  • En seguida salgo… - respondió Amy.


Chris esperó pacientemente. La curiosidad y la preocupación le carcomían. ¿Por qué había reaccionado así ante la noticia de que quería adoptar a Moshe?


“Porque tendrías que haberlo consultado antes con ella, genio. No puedes tomar decisiones así tan a lo loco. Ya no eres soltero.”


Christopher suspiró. Amy se debía de sentir como un mueble, o algo así. Vivían en su casa, en la cual entraban miembros de su familia cada dos por tres sin necesidad de llamar al timbre y ahora decidía adoptar a un niño que por si fuera poco podía detectar el alma de su hijo no-nato con solo tocar el vientre de Amy. Sí, definitivamente ella debía pensar que no era más que un cero a la izquierda en aquella vida loca que llevaba desde que se habían conocido.


  • Amor…escucha… - empezó Chris. A pesar de los muchos apodos cariñosos que utilizaba con sus hijos, todavía no tenía ninguna forma especial de llamar a Amy, pero “amor” le sonó bien. – Sé que tendría que habértelo dicho antes de tomar ninguna decisión… Pero en verdad no fue algo planeado…Ya me conoces, pienso más con el corazón que con el cerebro... Y hoy, en el centro comercial, a ver a Peter con Mosh… sentí que algo no estaba bien. No solo porque Peter sea muy joven para hacer de padre sino porque… porque yo también me he encariñado con el mocoso. Es….de alguna manera siento que es la pieza que puede arreglar todo esto. Tal vez sea ingenuo pensar así, pero siento que... que todo estará bien si él…si yo…


La puerta del cuarto se abrió, interrumpiendo sus balbuceos. Amy tenía la mirada húmeda, pero no estaba llorando.


  • No tienes que justificarte. Yo también creo que el lugar de ese niño está aquí.


  • ¿Entonces? ¿Por qué reaccionaste así ahí abajo? Peter se pensó que….


  • Me pilló desprevenida, nada más – respondió la mujer, e intentó esquivarle para huir por el pasillo, pero Chris la agarró del brazo, reteniéndola.


  • Cuando te conté la verdad sobre mi familia me prometí que no habría mentiras entre nosotros. – dijo Chris, y la miró fijamente, como diciendo “así que no me mientas tú tampoco”.


Amy suspiró y se miró las manos para no tener que mirarle a la cara.


  • Ya tienes tres hijos aquí que me ven como “tu novia”. Dos de ellos encima tienen edad como para ser mis hermanos pequeños, cuando yo bien quisiera que fueran otra cosa. Ahora Moshe empezará a llamarte “papá” también. Claro que no me importa que le adoptes, pero… yo también…quería…es decir….


  • ¿Querías que le adoptáramos juntos? – preguntó Chris, entendiendo lo que ella quería decir. – Amy, eso lo daba por supuesto. Me voy a casar contigo. Vamos a tener un hijo – añadió, poniendo una mano sobre su jersey e, indirectamente, sobre su tripa. – Mis hijos son también tus hijos. Incluso los que ya tienen otra madre. No sé… no sé si alguna vez te llamarán “mamá”… pero eres mucho más que mi novia.


  • ¿Ah, sí?


  • Para empezar, eres mi prometida – dijo Chris y, como para reafirmarlo, lo selló con un beso en sus labios. – No debí decir que iba a adoptar a Moshe. Debí decir que vamos a adoptarle juntos.


  • ¿Sin preguntar primero? – le chinchó ella.


  • Como si pudieras decir que no. –replicó Chris  - Ese niño te tiene embobada.


  • No más que a ti – sonrió Amy, sintiendo un repentino vértigo. Jamás pensó que estaría cuidando de cuatro niños (y muy pronto, de cinco) antes de los treinta años.


Se abrazaron unos segundos, felices de poder compartir aquellos momentos de intimidad robada en una casa abarrotada de gente. La tranquilidad no les duró mucho, sin embargo, porque enseguida empezaron a oír voces y gritos inconfundibles, que indicaban una pelea. La voz aguda de Moshe sobresalía por encima de todas las demás.


  • ¡MALO, MALO, TE ODIO!


  • ¿Estás segura de que le quieres adoptar? – preguntó Chris y Amy sonrió porque sabía que no lo preguntaba en serio.


  • Será mejor que vayamos a ver qué pasa.


  • ¿Segura? ¿No es mejor si nos hacemos los tontos?


Amy iba a responder que tal vez, cuando escucharon un grito más fuerte, esta vez de Peter, seguido de un ruido fuerte, que sonaba parecido a cristales rotos. No podían hacerse los tontos ante eso.


Cuando fueron a ver, se encontraron con una escena de pesadilla. Peter se frotaba el brazo, con evidente dolor, y Nick sujetaba a Moshe como podía, mientras el niño pataleaba intentando soltarse. En el suelo del salón yacía el cadáver de la televisión, con la pantalla rota de forma irreparable. Por pura costumbre, Chris miró a su alrededor en busca de demonios: cuando algo se destrozaba en su casa, solía ser fruto de una pelea mágica. Pero allí no había nadie más que sus hijos.


  • Al menos no se cayó encima de nadie - murmuró Amy. Chris supo que hablaba de la televisión y tuvo que concordar con su alivio: sus hijos podían haber salido seriamente lastimados, en especial Moshe, que aún era pequeño y podría haber sido aplastado por el aparato. Aunque era una pantalla plana, era bastante grande, y Moshe estaba en ese momento en su forma más infantil y vulnerable


  • … Espero que haya una buena explicación para esto. – gruñó Chris, mirando a los tres involucrados y sospechando que no había sido un accidente.


  • Papá….¿una ayudita? – pidió Nick, sin dejar de forcejear con Moshe. – Si le suelto saldrá corriendo.


  • ¿Por qué? – preguntó Chris, a la vez que acudía en ayuda de su hijo e intentaba coger a Moshe en brazos. El niño, sin embargo, no se dejó.


  • Porque cree que le vas a hacer daño. O eso creo. No sé, sus pensamientos son muy confusos – explicó Nick.


Chris no pudo menos que sorprenderse ante esas palabras. De acuerdo que había sido frío con Moshe, pero eso ya había quedado atrás y nunca había llegado a ser cruel. ¿Por qué le tenía miedo?


  • No voy a hacerte nada, Mosh. Pero sí quiero saber lo que ha pasado. ¿Por qué estabas tan enfadado? ¿Cómo se ha caído la televisión?


Moshe no le respondió y dejó de pelear contra Nick para esconderse detrás de él.


  • ….¿Por qué tiene tanto miedo?


  • Sabe que te enfadarás por lo de la tele. Deja que te lea la mente, papá. Le cuesta un poco, pero puede hacerlo. Deja que vea… que no pasa nada. Que no le volverás a enviar… allí.


  • ¿Allí? ¿Al inframundo? ¡Nunca! – le aseguro Chris y lo repitió en su mente con mucho énfasis. Se dio cuenta de que Moshe era exactamente igual que los gemelos cuando le conocieron: ellos también habían creído que en cualquier momento les podía devolver, como si fueran juguetes rotos.


Tras unos instantes en los que Christopher se sintió escaneado, Moshe se relajó y dejó de tratar escapar. Chris le sonrió intentando transmitirle confianza, y después suspiró con varias pistas ya sobre lo que había pasado.


  • ¿Me explica alguien? – inquirió.


  • No ha sido nada, papá, de verdad…. – dijo Peter.


  • “Nada” no hace que se rompa la tele, Peter. Ni que tú te frotes el brazo así.


Amy observó a su novio y supo que estaba preguntando a los chicos equivocados. Se agachó y cogió a Moshe en brazos.


  • ¿Me cuentas qué pasó, cariño? ¿Cómo se rompió la tele?


Moshe escondió la cara en el cuello de Amy y aspiró su colonia.


  • La tiré – susurró, en voz muy bajita.


  • ¿Sin querer? – insistió Amy, acariciando su pelo. Le frotó la espalda con calma y notó como Moshe se agrandaba en sus brazos, adoptando su forma original, correspondiente a un niño de siete años. Amy sonrió, porque sabía que eso significaba que el niño se sentía seguro.


  • …. Yo quería darle a Peter. Le…le tiré una bola de energía… pero…fallé.


Por el rabillo del ojo, Amy vio como Chris montaba en cólera y se preparaba para intervenir, pero le frenó de una sola mirada. Gritándole no conseguirían nada.


  • ¿Y por qué hiciste eso?


Había que sacarle las respuestas a gotitas, tirando de su lengua, pero Amy tenía una paciencia de oro, ejercitada a base de muchas horas cuidando niños en su centro escolar.


  • Porque es malo… También le mordí.


Eso explicaba por qué Peter se frotaba el brazo.


  • ¿Y por qué es malo Peter?


  • Me dijo que no me llevaba al parque… - acusó el niño.


  • ¡Porque vamos a comer dentro de poco! Te dije que esta tarde te llevaba.


  • ¡Pero yo quería ahora! – protestó Moshe.


  • Peter tiene razón, cariño, ahora no se puede ir al parque porque es casi la hora de comer. No te daría tiempo a jugar, habría que ir y volver. – le explicó Amy. Se guardó para sí otras preocupaciones, del tipo “no sé cómo te relacionarás con otros niños” y “¿de dónde has sacado la idea del parque, si no conocías este mundo?”.


Moshe puso un mohín, disconforme con la idea, pero no discutió. En lugar de eso se apretó más contra Amy, mimoso. Chris se sintió un monstruo por interrumpir aquella bonita escena, pero carraspeó para llamar su atención.


  • Moshe… ¿qué habíamos dicho sobre morder?


  • Mmm.


  • Papá, yo me encargo – intervino Peter, dando un paso hacia delante. Chris le miró con una ceja levantada y la confianza de Peter bajó como diez puntos. – Quiero decir que…yo…


  • Ya te lo dije, Peter. Eres un gran HERMANO MAYOR. Echar broncas no entra dentro de tu departamento.


  • Yo le encontré – replicó Peter. – Yo le traje a casa y…y….yo soy el rey de los demonios. – añadió, en voz más baja, consciente de que estaba sonando como “Ya soy grande, soy un rey, tú no me mandas”.


  • No me digas.


  • Papá… no quiero pelear… Es que…


  • ¿Crees que yo no puedo cuidar de él? – preguntó Chris, con algo de resentimiento. En verdad, lo que quería preguntar era “¿Crees que puedes cuidarle mejor que yo?”.


  • ¡Claro que sí! Pero…mmm… solo es un niño y…y tú…


  • Peter, tu padre sabe lo que hace – intervino Amy. – Moshe ya no tiene miedo ¿verdad que no? Porque sabe que todos aquí le queremos mucho.


  • Y eso no va a cambiar, peque. – le aseguró Chris. - Pero te has portado mal y te has ganado un castigo.


Amy le dio un beso a Moshe y le dejó en el suelo.


  • Ve con Chris, amor.


Automáticamente, Moshe volvió a cambiar de forma, a su yo más pequeño, de tan solo cuatro años. Chris resopló.


  • Eso no te va a funcionar.


  • Es la forma que toma siempre que le regañan, papá. – le defendió Peter.


Chris rodó los ojos y tomó al niño de la mano. Subió con él las escaleras y los que se quedaron abajo intentaron recoger los restos de la televisión. Peter tiró un fragmento de la pantalla con mucha fuerza contra la bolsa, evidenciando su mal humor.


  • Nunca te pones así cuando papá me castiga a mí – le reprochó Nick, un poco celoso.


  • Moshe es pequeño.


  • Y Leo también. Y tampoco te pones así.


  • Papá es demasiado duro a veces. Es demasiado duro con el enano y será demasiado duro con Mosh – protestó Peter, cruzándose de brazos.en una postura que, sin pretenderlo, le daba una apariencia muy infantil.


  • Tenle un poco de confianza, Peter – le aconsejó Amy. – Si esto hubiera pasado hace un par de meses, Moshe estaría en un buen lío. Pero… haberte perdido, aunque solo fuera por unos segundos… hizo que Chris reordenara sus prioridades. Una televisión rota no es nada al lado del temor de perder a su familia.


Peter experimentó una nueva ola de culpabilidad, por todo lo que le había hecho pasar a su padre, y ya no dijo nada más. La defensa descansaba su caso.


Mientras tanto, en el piso de arriba, la acusación observaba al culpable sin saber muy bien lo que debía hacer. En el poco tiempo que llevaba con ellos, Moshe no se había metido en grandes líos, por lo que Chris se había limitado a darle pequeñas advertencias, como las tres palmadas cuando mordió a Peter, nada más conocerle. Y ahora le había vuelto a morder…y había roto la televisión por lanzar una bola de energía con la que pretendía herir a su hijo…y todo por un berrinche.


  • Moshe…ven aquí… - le llamó Chris, sentado en la cama supletoria en el cuarto de Peter, en la que el niño había dormido aquellos días.


Moshe se acercó lentamente. Chris no sabía lo que el niño estaba pensando y eso le mataba por dentro. Puso ambas manos en la cintura del niño, para sujetarle y mirarle a los ojos.


  • ¿Le vas a pedir perdón a Peter? – le preguntó. Moshe asintió y se llevó una manita a la boca.  - …. ¿Cambias de forma para mí, por favor? Quiero ver al nene grande que eres.


Esa vez Moshe negó con la cabeza y siguió mirándole con los dedos en la boca. Chris se derrería de mil formas diferentes ante esa imagen.


  • ¿Por qué no? Anda, peque, enséñame tu verdadera forma.


  • Esta es mi forma también. – protestó el niño.


  • Pero tú tienes siete años. Y eres morenito. – insistió Chris y esperó unos segundos, pero no consiguió nada.


Se resignó a intentar enfadarse con un nene de cuatro años, pero simplemente no podía y Chris estaba seguro de que Moshe era perfectamente consciente de eso y lo usaba a su favor.


  • Le has hecho daño a Peter, Moshe. Eso no puedes hacerlo nunca más. – declaró Chris, firmemente, y le sacó la mano de entre los labios provocando que el niño esbozara un puchero. Chistopher se esforzó por no mirarle y le alzó un segundo para poder tumbarle encima de sus piernas.


Esperó a ver si Moshe mostraba algún tipo de reacción, pero se limitó a quedarse quieto de una forma antinatural para su tamaño, lo cual no hizo sino recordarle a Chris que en realidad se trataba de un niño más grande… aunque no mucho. Chris se mordió el labio y puesto que Moshe no decía nada, levantó la mano y dejó caer la primera palmada.


PLAS


El niño se revolvió y comenzó a llorar cada vez con más intensidad. Aunque una parte de Chris lo estaba esperando, no estaba del todo preparado, por lo que Moshe se escurrió entre sus piernas y casi consigue ponerse de pie.


  • No puedes ponerte así porque te digan que no puedes ir al parque.


PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS


  • BWAAAAAAA


  • Y nunca, nunca, puedes lanzar bolas de energía.


PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS


- Snif...snif…BWAAAAA


El llanto del niño le estaba matando, así que Chris puso una mano en su espalda y empezó a acariciarle para que se calmara. No le había dado muy fuerte pero Moshe no pareció notarlo o le dio igual, porque lloraba a todo pulmón. Chris le levantó y le sentó en sus piernas.


  • Ya está, ya está, shhh. Ya pasó. Lo siento, Moshe, pero es que eso que hiciste no estuvo nada bien. Y si vuelves a morder a Chris o a lanzar bolas de energía seré algo más duro, ¿mm?


Como toda respuesta Moshe empezó a llorar más fuerte y Chris se dijo que no era el momento de hacer advertencias. Maldijo su poco tacto y abrazó al niño mientras daba botecitos para que se calmara. No sabía si debía tratarlo como a un niño de cuatro o de siete años, pero en ese momento no había mucha diferencia. Le frotó la espalda y después hizo que le mirara.


  • Ya no estoy enfadado, ¿mm? Pero me gustaría que te disculparas con Peter. – le dijo, y depositó un beso corto sobre su frente.


Moshe asintió y se frotó los ojos.


  • Quiero ir al parque – lloriqueó.


  • Iremos esta tarde – enfatizó Chris. - ¿Por qué ese repentino interés en ir?


  • Cuando me escapaba aquí arriba siempre iba al parque… pero no era divertido – murmuró el niño. Chris se imaginó a un pequeño niño demonio escapando del inframundo con tan inocente intención como era la de jugar un rato en el parque de los humanos.


  • ¿No era divertido porque estabas solito?  - aventuró y Moshe asintió. – Pero ahora ya no lo estás – entendió Chris y le abrazó más fuerte. – Iremos al parque todos juntos, enano. Leo te enseñara a bajar por el tobogán y te compraré un helado, ¿mm? Iremos muchas veces al parque, Mosh. Y a donde tú quieras. Ahora vives aquí ¿mm? Somos tu familia. Eso significa que no estarás solito nunca más.


  • ¿Nunca más?

  • Te lo prometo.

6 comentarios:

  1. Me encanto n•n estuvo hermoso, se me hizo muy tierno él gesto de Peter de bien hermano mayor, esperó la actualización con ansias, thankss

    ResponderBorrar
  2. Me mató este chiquitín. Es una ternura. Porfa actualiza pronto,
    Grace

    ResponderBorrar
  3. Me mató este chiquitín. Es una ternura. Porfa actualiza pronto,
    Grace

    ResponderBorrar
  4. Que lindo Piter defendiendo al pequeño..
    Pero Dream extraño que los gemelos se metan en problemas!!
    Así que espero pronto tengas tiempo de seguir escribiendo de ellos y del resto de historias tuyas!!

    ResponderBorrar
  5. Me encanto el capi, y mas ver a Mosh, pero lo seguire admitiendo, soy mas del Team Peter de padre de Mosh, o por lo menos en el inframundo cuando vaya Peter y conociendo puede que Mosh se cuele para estar con el

    ResponderBorrar