domingo, 1 de octubre de 2017

Capítulo 7 “El Dr. Tirano”



Capítulo 7 “El Dr. Tirano”

KEITH

Ya era de mañana y podía sentir inminente la melodía del despertador.
Quería levantarme de inmediato para así no atrasarme luego en el desayuno, peor el malestar que sentía alrededor de todo mi cuerpo me tenia incapaz de levantarme de la cama.
Pasaron apenas 5 minutos de agonía cuando el ensordecedor ruido del despertador se hizo presente en la habitación. La cabeza me palpitaba al son de la melodía y yo no podía ni quería moverme para apagarla.

Phill: apaga esa mierda de una vez Keith- un día cualquiera me hubiera gustado molestar a Phill de esa manera, pero hoy no era el día para esas bobadas, mi humor no estaba para este tipo de bromas.

Keith: pues mueve el culo y apágalo tú- me acurruque más bajo las colchas y trate de dormirme nuevamente.

Phill: mrph…- Él pasó por encima de mi para apagarla y en el camino de regreso aprovechó para darme el beso de buenos días habitual- ¡cariño estas ardiendo!- Abrí los ojos justo para ver la cara preocupada de él.

Keith: felicidades Phillipe, te acabas de graduar de la facultad de medicina, ahora déjame dormir por favor.

Phill: iré a por el termómetro y unas compresas, hoy no te levantarás de la cama, seré tu cuidador.

Keith: pues como cuidador, ¿podrías hacerme mimitos?- lo mire lo más pícaro que me permitía mi condición.

Phill: eso serás cuando los chicos estén en clases, no te preocupes.

Luego de eso salió de la habitación y yo me permití volver al sueño profundo.



PHILL

Una vez que deje a Keith con las compresas frías y medio adormilado, fui a despertar a todos y a preparar el desayuno.
Ese día decidí hacer algo que le gustara a todos ya que al ser yo solo es día, no podría controlar a 9 niños que no quieren comer.
Hice tostadas con chocolate y cola cao, el desayuno perfecto según mis hijos, mucha azúcar diría Keith.

Una vez desayunados y preparados, los deje en la puerta de la escuela y me devolví a casa para cuidar a Keith.

En el camino de vuelta a casa pase por fuera de mi cafetería y panadería favorita y aproveche de bajarme para comprar unas galletas y pasteles para darle desayuno a Keith, y para el postre del almuerzo de los niños.

María (Panadera): Phill querido, tanto tiempo que no te veía por aquí ¿quieres lo de siempre?- debo admitir que cada vez que iba al trabajo, me paraba a comprar un trozo gigante de pastel de tres leches y un expreso. Después de un tiempo deje de hacerlo diario ya que mi metabolismo no estaba ayudando mucho, y ya había ganado unos kilos que se empezaban a notar.

Phill: esta vez vengo a por más María, quiero que me digas cuales son los mejores postres que tienes y que me envuelvas 20 de esos- los ojos de la panadera casi se salieron desorbitados de su centro, tal vez pensaba que me iba a comer todo eso yo solo.

María: cariño, debo advertirte que tanta azúcar puede ser perjudicial…- apenas le deje terminar cuando largué una gran carcajada.

Phill: tranquila son para mi familia, creo que nunca te comente que tengo 9 hijos por lo que créeme, nunca hay suficiente dulce para ello.

Conversamos bastante de los hijos, ella me dio un sin fin de consejos para un sin fin de situaciones. Terminé por comprar otros dulces y galletas, y ella le envió de regalo a Keith un pastelito luego de que se enterara que estaba enfermo.

Continúe con el camino a casa y en cinco minutos me encontraba aparcando el coche en la parte delantera de la casa.
Baje como pude todas las cajas de dulces y entre hasta la cocina para guardarlos.
Al entrar, tal fue mi sorpresa que casi suelto todas la cajas cuando vi a Keith, totalmente vestido con su traje habitual, tomándose un café.

Phill: ¡SE PUEDE SABER QUE DIABLOS ESTAS HACIENDO KEITH!- a pesar de que no llegó a ser un grito como tal, si que alce bastante la voz y eso llegó a asustar a Keith que estaba de espaldas a mi.

Keith: madre mía Phill que susto me has dado… COF COF- tenia la voz bastante tomada, incluso se notaba un poco congestionado- me iré en unos minutos cielo, recordé que tengo una reunión sumamente importante que no puedo dejar pasar así como así. Volveré antes del almuerzo, lo juro.

Phill: al único lugar que iras será a la cama si no quieres que me cabree.- le mire fijamente a los ojos para intimidarle, solo que yo sabia muy bien que tenia que hacer algo mas para convencerle.- cuento 3 y llevo 2 Keith- el abrió los ojos con indignación, pero enseguida comenzó a subir las escaleras aún con el café en la mano- ¡y más te vale dejar ese café intacto caramba!

Keith: Grrrr….

Guardé todos los pasteles y comencé a prepararle el desayuno a Keith. Un cola cao caliente y un cuenco de avena con frutas. En un principio había pensado darle el pastelito que le habían enviado, pero como castigo se lo daría mas tarde.

Subí con la bandeja llena de cosas hasta nuestro cuarto y por suerte lo encontré allí, con pijama puesto y metiéndose en la cama.
Espere a que se acomodara y deje la bandeja sobre su regazo e iba a salir para ponerme a ordenar un poco la casa pero Keith me detuvo.

Keith: no es justo, trajiste pasteles lo vi ¿por qué me das avena?- tenia una mezcla de enfado y tristeza en su mirada.

Phill: por desobediente, si te portas bien y te acabas tu desayuno te daré un regalo que te enviaron- sus ojos se iluminaron y enseguida comenzó a engullir la avena.

Yo decidí dejar la limpieza para otro día y me recosté a su lado para acompañarle.

Keith: no soy un niño Phill, no puedes tratarme de esa manera soy tu pareja- sorbía de a poquito la leche mientras me reclamaba de una manera bastante tierna.

Phill: por eso mismo, eres mi pareja y mi deber es cuidarte, sobre todo cuando ni tu mismo te preocupas de tu salud.

Keith: era una reunión muy importante.

Phill: puedes programarla para otro día- cuando vi  que había terminado, me levante para dejar la bandeja y le di un beso en la frente percatándome del calor que emitía.- hay cariño, iré a por una pastilla y creo que también llamare a tu hermano, es mejor que alguien te revise que aun tienes mucha fiebre.

Keith: Phill nooo… mi hermano es un tirano, no le llames estaré bien.

Phill: no es un tirano Keith, solo hace bien su trabajo, es un buen doctor.

Keith: si claro, que buen doctor ni que nada, anda Phill no lo llames por favor, me tomare todo lo que me des pero no lo llames.

Phill: mmm… esta bien no lo llamare, solo si no te sube la temperatura, por que si empeoras lo llamo sin pensármelo- el me dio su sonrisa de millón de dólares y se arropo con la mantas- duerme mientras limpio todo y te hago una sopa para que almuerces luego.

Keith: ¿y mi pastel?

Phill: eso podrá esperar unas horas goloso- le deje con la puerta entre abierta y comencé el sacrificio de limpiar, poner lavadoras y el lavavajillas. Todo eso no seria problema si no habláramos de cosas que usan 9 niños a diario, además de dos adultos que también ocupan lo suyo.

Termine exhausto, cuando limpie la ultima mota de polvo me recosté en el sofá y me quede paralizado.

Keith: hasta sudado te ves apetecible- la voz de Keith me hizo dar un respingón y abrí de inmediato los ojos y levantarme del sofá.- deberías de limpiar la casa más seguido.

Phill: tu deberías de estar acostado, no me gustaría que empeoraras.- le mire fijamente.

Keith: anda Phill, que estoy abrigado, estoy calzado y además ya no tengo fiebre, déjame quedarme contigo aquí en el salón.- sin esperar una respuesta de mi parte, Keith se acerco a mi y se recostó en el sofá atrayéndome nuevamente a el con él.

Estuvimos en silencio disfrutando el uno del otro por lo menos por 10 minutos, hasta que Keith se apego más a mi y me comenzó a hablar en un susurro.

Keith: extraño mucho a Sam, Phill…- Sam era el hijo mayor de Keith, quien a raíz de ganar una beca completa de deporte para ir a estudiar a un instituto al otro lado del país, era poco el tiempo que se veían y como el chico nunca paraba quieto, hablar con el por cámara o cualquier otro medio  era un verdadero reto.

Phill: estoy seguro que el también te extraña mucho igual.- le apegue a mi más en un abrazo para reconfortarle- ¿no has podido hablar con el estos días?

Keith: no, ni siquiera puedo llamar al internado ya que se empecinan en que los chicos deben ser responsables por si solos, así que prácticamente los tratan como universitarios. Unos críos mimados de 14 a 18 años no pueden ser responsables por si solos de esa manera.

Phill: ¿y si fueras de visita?

Keith: es temporada de clases y exámenes, no se puede ir a verles.- pero que internado más malo, quizás sería buena idea sacar al chico de allí y de esa manera ninguno sufriría.- solo espero que se encuentre bien allá…

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SAM

Que solo me sentía en momentos como este. Como desearía salir de una vez por todas de este infierno y darle la razón a mi padre, que este lugar parecía una cárcel.
Aunque debo decir que no siempre fue todo malo, solo que de un tiempo a esta parte las cosas se torcieron de tal manera que hasta mis calificaciones se fueron en picada, un motivo por el que no podía volver aun, mi padre se pondría como basilisco si se enterara de mis notas de ahora. Que vamos nunca fui de excelentes, pero siempre me mantenía en un rango decente.

Para dar a entender un poco la situación, debo situar la historia hace 2 meses. El día en que empezó el curso y el día en el que conocimos a los profesores nuevos que se integraban este año.
Todos parecían muy buena onda, a excepción de uno que desde el primer momento me miro como si yo fuera una plaga, una plaga a la cual había que exterminar.

Era el profesor de matemáticas, una materia que la verdad que se me daba bastante bien pero que a sus ojos no era más que mi peor punto débil.

Todo fue muy confuso al principio, yo estudiaba y estudiaba para sacar excelentes en su rama, pero en los exámenes recibía reprobado tras reprobado.
Todo hubiera sido más o menos bien si solo hubiera perdido esa materia, solo que al estar enojado con aquel viejo de m…. Deje de preocuparme de las clases y comencé a hacer la razón que me trajo a este instituto desde un principio, El futbol americano. Hace más o menos 1 año y medio me había ganado una beca deportiva para venir a este internado, el cual poseía el mejor equipo de futbol estudiantil del país.
Mi padre al enterarse en ese entonces que postule a una beca sin consultárselo a nadie, enloqueció. Y es que siempre le a gustado tener todo bajo control y que su hijo de 15 años le pase por encima de esa manera era bastante para él. Estuvo enfadadísimo conmigo por casi una semana, apenas me dirigía la palabra y no era por maldad ni por sentir su ego pasado a llevar, solo que tenia que asimilar el hecho que yo podía llegar a irme de casa para ir a estudiar a otro estado.
En ese tiempo yo no lo entendía de esa manera, solo pensaba que mi padre ya no me quería, por lo que utilice de mis querido hermanitos menores para que me ayudaran a contentarlo.

Finalmente acepto la idea y yo me gané la beca. Me fui un día domingo y no paso ni una semana para cuando tenia a mi padre de visita. Venia todos las semanas hasta que le dijeron que no podía venir tan seguido para que no perturbara mi adaptación. Cosa que a ninguno de los dos nos agrado pero que tuvimos que aceptar de buena manera.

Volviendo al tema central de mi narración. En este momento me encontraba en la dirección del instituto, firmando un documento que me arrebataba la beca por la cual había luchado, debido a mis bajas calificaciones.

Sam: snif… no es justo señor… el profesor de matemáticas no fue justo conmigo y usted lo sabe.- la noticia me tenia muy sensible y era que de verdad que me sentía bien allí, tenia un sin fin de amigos y era el capitán del equipo.

Director: lo se chico, pero no estaríamos pasando por esto si no te hubieras desligado de las otras materias.- la relación que tenia con el director era bastante amigable, y es que uno de los motivos de que nuestra relación fuera así, era que él era uno de los mejores amigos de la infancia de mi padre, lo que lo convertía indirectamente en mi tío, un tío por demás gruñón.

Sam: papá va a matarme… snif.- escondí mi rostro en las palmas de mis manos para llorar a gusto.- en el enterin de la situación, sentí como el director se acercaba a mi y me abrazaba.

Director: tu padre estará feliz de que vuelvas a casa, solo se enfadara por que perdiste el año.

Sam: ¿cómo que perdí un año?- eso me había sacado de onda por completo, pensaba que al volver a casa iría al ultimo año con mis hermanos.- el año recién comenzó.

Director: tus notas me obligan a reprobarte el año, además que ningún colegio te recibirá hasta el inicio del próximo semestre.- y fue en ese momento en que me puse a llorar con ganas, ya no me importaba estar con el director de mi escuela, ahora solo pensaba en como se lo iba a tomar mi padre cuando se enterara.- no llores así chico, vamos que no se acaba el mundo por perder un año. Estarás en el mismo grado que tu hermano y quizás te ayudara a subir un poco las materias que no son matemáticas.

Sam: ¿cuándo le avisara a papá?- a pesar de que aun no me había tranquilizado del todo, quería saber todos los detalles para por lo menos prepararme para la gritadera que recibiría cuando se enterara.

Director: mañana por la mañana, por lo que resta del día de hoy te recomiendo que empaques y te despidas de tus amigos, puedes tomarte el día libre desde ahora.

Sam: tío y ¿que pasara con el señor Hendricks?- él era el odioso profesor nuevo de matemáticas.

Director: eso es algo que solo le concierne al centro de profesores y a él, pero te prometo que nunca volverá a hacerle algo parecido a cualquier otro chico.

Sam: gracias…- me seque las ultimas lagrimas que habían caído y salí de la oficina para dirigirme a mi habitación a ordenar mis maletas con una sola cosa en mi mente.


Debía salir de ahí antes de que avisaran a mi padre…

2 comentarios:

  1. jajajaja lo hizo comer avena jjajajaja
    Me hizo reír eso de que lo castigue su pareja...
    Pero que bueno que le dio su regalo que le mandó la pastelera

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  2. Holaaa, pregunta, tiene continuación? 😏 No la encuentro 😢

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