Capítulo
25
-
(al cabo de una hora
Alejandro volvió a salir de su dormitorio y se fue directo al salón donde vio a
Marcos durmiendo profundamente en el sofá y a Sebastian viendo deportes con el
volumen del televisor en modo silencioso) Creí
haberle dicho que cuando acabarais viniera a hablar conmigo (dijo
Alejandro molesto pero hablando bajito para no despertar a Marcos)
-
Se quedó dormido (dijo
Sebastian). Además
tú no querías hablar precisamente y el niño ya lo he castigado ¿no?
-
Desobedeció la
orden que di, hasta nueva orden estamos “todos” bajo ley marcial (le
dijo a su sobrino mayor mirándolo muy serio).
-
Tiene 12 y todo lo
que conocía y quería ha desaparecido. Suficientemente bien lo está llevando ¿no
crees?
-
Es difícil para
todos Sebastian. Pero eso no nos excusa, seguimos siendo un clan de hombres
lobo, no de cavernícolas. Hay normas y están para cumplirse.
-
Eyyyy que yo ya no tengo
15 años ni soy tu legítimo sucesor (dijo molesto). Ahórrate las
charlas ¿vale?
-
Muchacho, cuidado
como me hablas (le dijo en un tono de voz muy
aterrador)
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Lo siento (dijo
pero no eran unas disculpas verdaderas).Como has dicho esta situación es difícil para todos
(se medio disculpó Sebastian. En ese momento entró en el salón Julio).
-
¿Ya descánsate? (preguntó
Alejandro a Julio)
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De aquella manera (dijo
con cara de pocos amigos) ¿Alejandro?
Necesito hablar con Sebastian a solas, en un lugar más intimo ¿si te parece
bien…nos vamos al taller? (Alejandro lo miraba fijamente. No sabía
bien que era eso que quería tratar su hermano con Sebastian que no pudiera
tratarse en casa pero debía de respetar la decisión de su hermano, al fin y al
cabo, él era el padre del muchacho) Estaremos de
vuelta para la cena…después de la cena hablaré con los niños…creo que deben
saber algunas cosas, quizás así entiendan mejor (Alejandro asintió
satisfecho)
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¿Hablar de qué? (lo
miró algo escamado su hijo)
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Cosas de familia (dijo
muy críptico su padre) vamos (le
ordenó y salió del salón. Sebastian miró a Alejandra con cara de no entender
nada. Alejandro solo de hundió de hombros, él tampoco sabía de que iba aquello. Finalmente se levantó del sofá y
siguió a su padre. El trayecto de casa al taller de su padre fue silencioso. Su
padre puso la emisora de noticias en la radio y Sebastian entendió que su padre
no quería una charla para amenizar el trayecto. También conocía bien a su
padre, sabía que estaba molesto con él. Pero no sabía porque).
-
Bueno ya llegamos. ¿qué es eso que tu adorado Alejandro no podía
oír? (Sebastian le preguntó nada más llegar al
taller)
-
No es Alejandro quien
quería que nos oyera, sino tus hermanos (Sebastian
puso cara de sorpresa). ¿Le contaste a
tu hermano que fue un vampiro el que mató a vuestra madre? (Sebastian
bajó la mirada y se mordió el labio. Ahora entendía el mal humor de su padre.
En el momento en que se lo explicaron a Max, sabía que ese momento llegaría) ¡Chico! ¡Te he hecho una pregunta! (alzó
la voz Julio)
-
Sabes que si. Él no entendía ese odio de Alejandro por los
vampiros…pensaba que estaba comportando como un trastornado. Solo quería que
entendiera (dijo Sebastian mientras estudiaba cada
pequeña reacción de su padre. Julio estaba atento a cada palabra pero seguía en
un constante estado de alerta)
-
No tenías derecho.
Acordamos que tus hermanos, por su propio bien, no sabrían que sucedió en
realidad hasta que fueran lo suficientemente maduros para asimilarlo (dijo
furioso Julio que sentía como si su hijo le hubiera dado una rastrera puñalada
por la espalda).
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Max es mucho más maduro que (empezó a decir a la defensiva Sebastian)
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¡Eso lo decido yo! (bramó
Julio y Sebastian tragó saliva. Hacía años que no veía a su padre tan enfadado
con él. Julio se detuvo unos segundos para tratar de recobrar el control)
-
Lo siento (dijo
bajando la cabeza pero sin quitarle la mirada de encima)
-
Oh y tanto que lo vas
a sentir (dijo Julio usando ese tono que ponía los
pelos de punta a todos sus hijos, incluido Sebastian. Sebastian alzó la mirada
de inmediato y lo miró como si su padre se acabara de volver loco).
-
¿Te has vuelto loco? Soy un hombre no un niño…soy tu superior
-
¡Eres mi hijo! ¡Mi
responsabilidad! (Julio dijo clavándole la mirada como si
fuera un criminal)
-
Creo que te estás trastocando, yo dejé de ser nada tuyo hace
mucho (dijo
con veneno en sus palabras)
-
Deja esa charada para
cuando estén delante tu novia o tu tío, pero conmigo te la guardas (le
dijo fríamente su padre). Sé porqué estás
aquí. Y no tiene nada que ver con la lealtad al clan, estás porque perteneces a
esta familia y ni hechizos, ni peleas, ni condenas, ni rencores y agravios
pueden cambiar eso. Eres mi hijo y no lo has dejado de ser nunca. Puede que yo
tuviera que jurar que estabas muerto y tu tuvieras que irte lejos, pero ni eso
puede cambiar que eres sangre de mi sangre.
-
Y lo que tampoco cambia es que yo no soy un niño, soy un hombre
y soy tu superior “papá” (y ese papá fue pronunciado
con desprecio porque Sebastian sabía donde golpear para hacer más daño no solo
con los puños sino que también con las palabras). Te pido disculpas por haberte robado ese
momento tan especial entre padre e hijo en el que el hijo descubre que su padre
es un fraude, pero
-
Plass
(Julio le dio un bofetón a Sebastian. Sebastian se quedó
petrificado. Probablemente no se hubiera quedado tan parado si en vez de un
bofetón hubiera sido un puñetazo). Sebastian, sé que no importa cuantas veces te diga que
siento haberte fallado tú jamás lo olvidarás ni me dejarás olvidarlo. Pero deja
a tus hermanos al margen de nuestras historias (dijo tenso su padre
aprovechando que en ese momento tenía el 100x100 de la atención de su hijo
mayor) ellos no tienen la culpa de nada.
-
No lo hice para hacerte
daño a ti…cuando quiera hacerte daño
-
Lo hiciste para
hacerle daño a tu tío. Todo lo que haces es para vengarte de él. Y ni te
molestes en negarlo. Puede que tu tío quiera seguirte el juego, pero a mi no me
gustan esos juegos. Así que te lo diré una sola vez. Sea lo que sea que Antonia
y tú tengáis planeado contar tu tío, olvídalo. Porque no va a salir bien.
-
Jajaja (dio una risotada más falsa
que un billete de 6 dólares) Siempre pensando lo mejor de mi
-
Sebastian, esta vez te
matará (le
advirtió su padre muy serio).
-
Aunque sé que es como hablar a una pared, te lo repetiré una vez
más, “papi”. No he venido a vengarme de tu hermanito. No significáis nada para
mí. Yo también os enterré hace 5 años (dijo Sebastian casi
escupiendo esas palabras. Las dijo con rabia y convicción pero a la vez no
podían ser más falsas).
-
Espero que un día
halles la paz en tu corazón, tanta rabia acabará por consumirte, hijo (dijo
con tristeza Julio)
-
Tranquilo ya la hallé, y lejos de aquí (dijo
con odio). En
cierto modo os debería de estar agradecido. Gracias a que me echasteis descubrí
todo un mundo ahí fuera…ahora no solo soy más fuerte que cuando me echasteis,
también soy más listo y tengo una visión más amplia de la vida de lo que
vosotros jamás tendréis (dijo
algo gallito).
-
Puede que no haya
visto tanto mundo cómo tú, hijo. Pero no necesito ir a ninguna parte para saber
como son mis hijos
-
¿Siempre que no estén hechizados, no?
(dijo riéndose y aquello fue la gota que colmó el vaso, Ver como Sebastian no
solo no le estaba escuchando sino que se estaba riendo de él hizo que Julio
explotara. Julio se sacó el cinturón rápidamente y lo dobló en dos y agarró por
el bíceps a su hijo. Sebastian intentó zafarse del agarre se su padre pero
Julio parecía enganchado con pegamento industrial) Suéltame o te haré daño (le dijo
Sebastian poniendo la cara de semi bestia)
-
Precisamente porque no
estás hechizado no lo harás. Te eduqué bien…nunca me levantarías la mano sino
fuera para proteger a alguien más débil (dijo
con rabia pero con orgullo. De sus tres hijos Sebastian era él único que tenía
pelotas para defender sus ideas hasta su último aliento.) ZWASS (y dejó caer un cuerazo. Sebastian dio un bote par intentar
alejarse del alcance del cinturón pero su padre no lo soltaba y sabía que si se
enfrascaba en una pelea con su padre, Julio iba a acabar muy mal parado. Y
tenía razón no quería herir a su padre, no de esa manera) no
te consentiré que uses a tus hermanos para hacernos daño a tu tío o a mí ZWASS
Ellos
no tienen nada que ver ZWASS
si quieres hacerme daño, sé un
hombre ZWASS atácame
a mi directo, de cara ZWASS
(a Sebastian se le saltaron las lágrimas pero no por el dolor de los
cuerazos, que sí, era horrible sino por las palabras de su padre. Porque desde
hacía un tiempo era precisamente tener que utilizar a Max lo que le reconcomía
por dentro) ZWASS Y grábate esto,
hijo, ZWASS si vuelves a
entrometerte ZWASS en como educo a tus hermanos o los pones en mi contra ZWASS no será un cinturón sino un látigo lo que use
contigo y que dios se apiade de ti porque yo no tendré ninguna misericordia ZWASS
ZWASS ZWASS ZWASS ZWASS ZWASS
-
¡Yaaaaaaaaa Basta! (Sebastian rugió
poniendo la mirada de lobo, agarrando al vuelo el cinturón antes que volviera a
estallar contra su piel y quitándoselo a su padre. Julio sabía que des del
primer cuerazo su hijo pudo hacer lo que acababa de hacer pero que dejó que le
castigara porque en el fondo sentía que merecía ese castigo. Así que muy
desencaminado no iba. Sebastian estaba jugando con todos ellos) Papá solo te lo
diré una vez más, no tengo intención de haceros ningún daño. Y si no quieres
creerme por mi te puedes ir al infierno (dijo con rabia) pero no voy a
seguir aguantándote tus acusaciones, la próxima vez haré valer mi superioridad
jerárquica (dijo mirando a su padre de la forma más fiera que pudo).
-
¿Me estás amenazando,
hijo? (dijo Julio muy serio, aquella mirada no
le había intimidado lo más mínimo. Para él Sebastian seguía siendo aquel niño
que no sabía aceptar un no como respuesta).
-
Solo te estoy avisando, “papá” (Sebastian
se gustó a si mismo. Le había oído a su padre esa misma frase cientos de veces
cuando aún vivía en casa)
-
Plass
(y Julio le dio otra bofetada, Sebastian parpadeó varias
veces para salir de su asombro) Cuidado hijo,
porque si tú haces valer tu superioridad jerárquica entonces yo puedo hacer
valer mi pater-potestas (Sebastian no había caído en eso. Al
regresar al clan, se había restablecido todo, incluida la pater-potestas. Eso
podía poner en peligro sus planes. De repente Sebastian sintió algo que se
podría aproximar a un ataque de pánico. Tras un largo rato de incómodo
silencio, Sebastian soltó la correa. Julio lo miró y se debatió entre acabar la
zurra que había empezado a darle o dejarlo ahí).
-
¿Lo harías? (le
preguntó preocupado Sebastian ya en un tono más calmado)
-
¿Por el bien de mi
familia? ¡Sin dudarlo! Y Sebastian eso
incluye protegerte a ti de ti mismo (Julio
también hablaba en un tono más relajado. Julio le dio tiempo para que pensara.
Sabía que Sebastian era una persona que cuando decidía hacer algo no paraba
hasta lograrlo pero también sabía que su hijo no era ningún necio. O eso
esperaba). ¿y Bien?
-
¿Qué quieres de mí? (dijo a disgusto)
-
Solo que pases página.
Tenemos una segunda oportunidad no la desperdicies con esa sed obsesiva de venganza (Julio
se sentó sobre unas cajas) Hijo, la
venganza no te traerá la paz. Lo sé. Cuando tu madre murió, matar a aquellos
vampiros no me trajo la paz, no me la regresó, no me quitó el dolor
-
Pero igualmente los mataste, tuviste tu venganza (dijo
amargamente).
-
Es cierto, los
matamos. Ellos mataron a tu madre ¿Eso es lo que vas a hacer tú? ¿Matarnos? Tu
tío tenía que matarte pero te perdonó la vida, no espera (viendo que su hijo estaba a punto de saltar) te recuerdo que
no sabíamos que estabas bajo un hechizo. Pero igualmente te perdonó la vida
porque te quería, porque esos 22 años que vivimos todos juntos bajo el mismo techo
le traían demasiado recuerdos y no podía matarte…no lo hizo por mi como todos
pensaron. Lo hizo por el amor que sentía por ti. Y sé que tu también lo
querías…podría decir que incluso más que nos querías a tu madre o a mi (Sebastian
se puso tenso, Julio prosiguió rápidamente para poder decirle todo lo que
quería). Si lo matas, estarás matando a
alguien a quien quisiste mucho, alguien a quien admirabas y al que te querías
parecer. No a unos desconocidos que de la noche a la mañana te arrebataron a tu
esposa. No es lo mismo Sebastian. Ni siquiera tu tío, con todo lo que es, pudo matar a alguien que quería. Y tú, hijo,
ahora no estás bajo ningún hechizo, así que esos sentimientos siguen estando
ahí (dijo mirando hacia el corazón de su hijo). No
podrás matarlo, te conozco, al igual que sé que lo intentarás y cuando
finalmente te des cuenta que no puedes ya será demasiado tarde. Hijo esta
familia está demasiado jodida ya (Sebastian abrió mucho los
ojos su padre no solía blasfemar muy a menudo) esta
es nuestra segunda oportunidad para hacer las cosas bien. Te ruego, te suplico
que no sigas adelante (su padre le estaba rogando a él, eso era algo
inaudito en la historia de los hombres lobo). No
lo hagas por mi, ni siquiera por ti mismo, hazlo por tus hermanos…se merecen
una vida sin tanto odio y reproches…en el poco tiempo que llevan en este mundo
ya han vivido demasiadas tragedias ¿no crees?
-
Vine aquí con un propósito, papá. Y no me iré hasta que lo haya
obtenido (julio
lo miró con tristeza). Si alguna vez signifiqué algo para ti, si alguna vez
confiaste en mí…no te entrometerás. Yo a cambio te doy mi palabra de honor que
ni los niños ni tú sufriréis daño alguno (dijo solemnemente
Sebastian. Julio negaba con la cabeza su hijo estaba cegado por el odio. No se
daba cuenta que si seguía adelante con su venganza, solo lograría que Alejandro
lo matara, y lo más probable es que Julio muriera intentando evitarlo, entonces
Max y marcos estarían solos. Solos no, les tocaría vivir con el hombre que
había matado a su hermano y su padre. Eso sería el fin).
-
Quizás no de tu mano,
pero…
-
Papá (dijo
casi suplicando con lágrimas en los ojos) por una puta vez en tu vida confía en mi
(Julio quería confiar en su hijo, quería demostrarle que seguía queriéndole
incondicionalmente, pero tenía otros dos hijos que proteger. Y también temía
que su hijo se hubiera enfrascado en un plan suicida de venganza).
-
Hijo, te quiero, te
quiero de verdad y sé que nunca harías daño a tus hermanos de forma
intencionada, pero te conozco bien, sé que acabarás haciéndote daño a ti mismo
y eso nos salpicará…tus hermanos lo pasaron demasiado mal la última vez. Todos
lo pasamos mal (lo miró con tristeza y respiró hondo) por el poder que me otorga las leyes de la manada
reclamo mi patria-potestad sobre ti (dijo de forma solemne y
Sebastian lo miró no con odio sino con desesperanza). A
partir de ahora no solo me deberás obediencia, respeto, lealtad y franqueza
sino que tu vida me pertenece (Sebastian apartó la mirada de su padre no
podía mirarlo a la cara).
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