Capítulo
27
-
Muy bien chico,
habla (dijo Alejandro nada más bajar del
coche).
-
Creí que íbamos a pelear (dijo Sebastian mirando receloso a Alejandro)
-
No. Eso solo era
una excusa (dijo serio Alejandro) ahora empieza a hablar
-
¿Hablar de qué? (dijo
haciendo como que no entendía nada)
-
¿Qué tenéis
planeado Antonia y Tú?
-
Íbamos a ver una peli de
esas de coches, pero salisteis con lo de ir a pelear y
- Plass
(Alejandro le dio un bofetón) No me
desafíes, muchacho ¡Responde! (rugió)
- Nada. Eres un
maldito paranoico, Alejandro. No sé cuantas veces tendré que repetíroslo: No
vengo a matarte.
- ¿Ni a quitarme el anillo?
(preguntó alzando una ceja. Sebastian hizo una meuca de disgusto pero no
contestó).
- Responde a tu tío, Sebastian (dijo
Julio y Sebastian lo miró con odio pero debido al patria-potestas no podía
desobedecerle ni mentirle)
- Alejandro te
juro que No voy tras tu puto anillo (dijo con odio. Julio
y Alejandro se miraron el uno al otro extrañados. Sebastian no podía mentirle a
Julio así que sino quería matar a Alejandro y no iba tras su anillo ¿qué hacía
allí? ¿cuáles eran sus verdaderas intenciones?).
- ¿A qué has venido Sebastian? (preguntó
su padre cansado)
- Pensaba que a
pelear, pero por lo visto, me equivocaba (dijo
con una sonrisita burlona).
- PLASS
(esta vez la bofetada fue de su padre y le hizo sangrar el labio) no es momento para hacer chistes, Sebastian ¿Cuál
es el plan?
- Buffff
(resopló y mientras resoplaba la cabeza le iba a mil. Tenía que encontrar la
forma de contestar a esa pregunta, sin mentirle pero sin decirle la verdad) Evitar que
acabéis todos muertos (dijo muy
serio)
- ¿Qué? (dijeron
Alejandro y Julio a la vez)
- Los caballeros
de la rosa. Vosotros pronto los habéis olvidado, pero seguís estando en
peligro, aunque no os lo creáis (eso
era cierto y esperaba que les sirviera como respuesta). No estoy aquí para matarte, estoy aquí para
salvarte el culo (se giró y le
dijo con desprecio a su tío).
-
Mientras lleve
este anillo, no podrán acabar conmigo, y lo sabes
- ¡Y ellos
también, joder! (dijo frustrado Sebastian). Mientras lleves
ese anillo esta familia tendrá una enorme diana dibujada en sus espaldas. Tu
sobrevivirás, quizás (añadió EL
QUIZÁS para no incurrir en mentira), pero los demás no llevan anillo ¿no sé si
te percataste de ese detallito?
- Soy muy consciente de ello, Sebastian (dijo
Alejandro muy serio).
- Mirad, no he
venido a mataros, sé que os parece increíble que el “malvado” de Sebastian no
quiera vuestras cabezas en una bandeja de plata. Pero es así. Y sinceramente me
he cansado ya de tener que decíroslo cada día. Si tanto sospecháis de mi ¿Por
qué narices me volvisteis a aceptar en la manada? (dijo
irritado Sebastian)
-
Eres un Bocha
- Lo era también
hace 5 años cuando me echasteis. ¿qué? No me mires así Alejandro, llevo razón…¿Qué
papi ahora callas? (dijo mirando con rabia a su padre)
-
Hijo, como ha dicho tu
tío eres un Bocha. Además cuando se te expulsó no sabíamos que estabas bajo un
hechizo.
- Debiste dado
cuenta. ¡Eras mi padre! (y que utilizado el pasado le
dolió profundamente a Julio) ¿Pero que mierdas hablo? No tenías ni idea de cómo
era…eso era cosa de Alejandro ¿no?
- Hijo, yo nunca renuncié a ti (dijo
herido Julio)
- ¿No
renunciaste? No, mucho peor ¡Renegaste!
¡Los dos! (Sebastian se dio cuenta que se estaba
alterando mucho y no podía permitirse el lujo de perder el control y menos
ahora que estaba bajo el patria-potestas de Julio. Respiró hondo e intentó
calmarse).No
es de mi de quien debéis preocuparos, ni de esos vampiros, ni de Leopold o los
Hof…me parece genial que estéis con todos vuestros sentidos alerta incluso me
parece genial tu paranoia (le dijo a su tío), pero deberíais de tener cuidado porque
pude que mientras estáis fijándoos en el blanco equivocado venga el verdadero
peligro y os golpeé por la espalda. Es por eso que no me he ido aún. ¡Porque
para variar estáis en la puta inopia!
- ¡Sebastian! ¡Ya es suficiente! (dijo
Alejandro y no tuvo ni que tomar la apariencia de semi bestia para que
Sebastian se pusiera en guardia) Te creo (dijo
tras unos segundos. Sebastian lo miró desconfiado Julio lo miró sorprendido). Confío en ti (añadió al cabo de un
rato)
- Gracias (dijo
aún receloso)
- ¿Y tú confías en nosotros?(le
preguntó Alejandro con ternura como hacía cuando era solo un niño)
- No
(dijo sin pensarlo, era un pensamiento que se había escapado).
- No puedo recriminártelo. Tienes razón debí
darme cuenta que tú jamás harías nada contra nosotros, no en tus plenas
capacidades mentales (Alejandro por primera vez
des de que regresara le estaba hablando de una forma cordial). También debí ordenar que fueran a buscarte
cuando supe lo del hechizo (entonces Julio miró a su hermano con
decepción. Lo había sospechado des del momento en que no tuvo ningún problema
en aceptar las palabras de Sebastian. Sospechaba de todo lo que proviniera de
Sebastian pero no puso en duda ni un segundo que lo que Sebastian les contó de
estar bajo un hechizo cuando los atacó fuera una patraña). Pero como sabes romper el voto solemne de toda una manada no es fácil…y yo
perdí algunos aliados importantes cuando en vez de matarte te expulsé del clan (Sebastian
apretaba fuertemente la mandíbula).
- No pretenderás
que sienta pena por ti ¿verdad? (dijo
con rabia Sebastian).
- No fue fácil para nosotros tampoco (dijo
algo a la defensiva Alejandro que estaba harto de jugar el papel del malo)
- Vete a la
mierda (dijo dándose la vuelta y caminando hacia el
coche)
-
Sebastian, espera,
no hemos acabado aún
- Yo si (dijo
sin ni girarse. Alejandro miró a su hermano y aunque en ese momento Julio no
estaba nada contento con Julio asintió)
- Sebastian, regresa (dijo
en un tono que aunque era imperativo no era muy firme. Sebastian gruñó y
masculló unas cuantas maldiciones pero se dio media vuelta y caminó de nuevo
hacia donde estaban su padre y su tío. Cuando llegó frente a ellos no puedo evitar
mirar a su padre con odio. Aquello era denigrante pero lo fue aún más que al
llegar su Tío lo agarrara por la oreja y que le hiciera a arrodillarse para que
le rindiera pleitesía).
- Aparte de tu tío y tu mayor soy el leader de
los Bocha y no puedes hablarme así. No es que no lo sepas, no es que no te
acuerdes es que es una provocación escandalosa y reiterada. Y no importa que
intente ser paciente y comprensivo contigo. Esto no va a acabar hasta que te
ponga en tu sitio ¿no? (Sebastian no dijo nada, las
palabras no le salían de la boca).
- Antes de que “lo pongas en su sitio” (le
interrumpió Julio) ¿Me permites? (Alejandro
asintió) Quizás pienses que no te conozco que
nunca me preocupé de ti, hijo. Pero te conozco, te conozco bien y sé que estás
mareando la perdiz. Hacías lo mismo cuando eras pequeño y querías algo, pedías
cientos de cosas pero solo querías una y cuando tu madre finalmente te la
compraba parecía que estuviera siendo severa. Pero ahí estabas tú con aquel
cochecito teledirigido rojo (Sebastian
miró a su padre y se le pusieron rojas las orejas)
- ¿A dónde quieres ir a parar, Julio? (le
preguntó Alejandro mientras padre e hijo mantenían un pulso de miradas).
- Nos está entreteniendo ¿no es así, hijo? (dijo
Julio sin apartar la mirada de su hijo. Sebastian no dijo nada seguía mirando
fijamente a su padre) ¡Contesta!
- Sí (dijo cerrando los
ojos, como si por responder se fuera a abrir la tierra a sus píes)
- Se acabó la charada, hijo. Ahora responderás solo
con un si o un no, no quiero oír nada más salir de esa boca sino te lo digo
expresamente ¿Entendido? (Julio dijo en un tono que
aunque no hubiera tenido el patria-potestas le hubiera costado desobedecer a
Sebastian)
- SÍ (Sebastian
parecía que estuviera a punto de vomitar en cualquier momento)
-
¿Planeas matar a
Alejandro?
- No (dijo
rodando los ojos)
-
¿Planea Antonia matar
a Alejandro
- No (dijo
ofendido)
-
¿Planeas matarme a mí?
- No (pero
en ese momento gustosamente lo habría ahogado con sus propias manos)
-
¿Planea Antonia
matarme a mi?
- No
-
¿Planeas matar a
alguno de tus hermanos?
- No (aquella
pregunta le había dolido de tantas maneras que ni podía mirar a la cara a su
padre)
-
¿y Antonia?
- No (dijo
secamente)
-
¿Planeas traicionar a
tu tío?
- No
-
¿Y Antonia?
- Si
(dijo y en ese momento se sintió la escoria más grande del mundo)
-
¿Cómo?
- Aprovechando
la caída de Alejandro para recuperar su anillo
- ¿su anillo? (Julio
miró a su hermano para buscar confirmación)
- Sí, es suyo
¿verdad tío?(dijo
entre dientes)
-
Casandra se lo
regaló a nuestro tatarabuelo…no se lo robó…es legítimamente de nuestra familia
- Nuestro
tatarabuelo engañó a Casandra, le hizo creer que se casaría con ella cuando él
ya estaba casado y cuando Casandra le dio la sortija, la traicionó (Julio miraba como su hijo y su hermano
discutían mientras que él no sabía nada de eso).
- ¡Alto! (ordenó Julio al ver
que su hijo estaba otra vez provocando a Alejandro para que se enzarzaran en
una pelea y dejar así el interrogatorio. Eso significaba que aún había algo que
Sebastian les estaba ocultando) Has dicho que
Antonia aprovechará la caída de Alejandro para recuperar su anillo ¿Cómo caerá
Alejandro?
- Max le quitará
el anillo y César aprovechará el momento e intentará acabar con él (si
Sebastian no hubiera estado bajo el pater-potestas tanto Julio como Alejandro no lo
hubieran creído por un segundo. Pero no podía mentir a su padre mientras éste
estuviera ejerciendo el patria-potestas)
- ¿Max? (dijo furioso Julio
viendo que su hijo había involucrado a su hermano en su maquiavélico plan.
Sebastian bajó la cabeza, no estaba orgulloso de ello, pero no había otra
forma. Solo él o Max podían. E iba a estar un poco liado intentando lidiar con
César) ¡TENÍAS PENSADO UTILIZAR A TU
HERMANO CONTRA NOSOTROS!
- ¡No, papá,
contra vosotros no!
- ¡Contra tu tío! (dijo
entre dientes Julio)
- Si, pero solo
para evitar que lo maten
- ¡Max solo tiene 15 años, maldita sea, Sebastian, es
tu hermano! (Julio estaba realmente colérico) esa
obsesión tuya te ha llevado demasiado lejos. Por la potestad que le
- ¡Espera!
¡Espera! (Sebastian
lo interrumpió antes que su padre pudiera hundirlo más en la miseria) Escucha,
escucha os lo diré todo, vale…pero no digas nada hasta que acabe
(Julio seguía rojo de pura furia pero le dio la oportunidad de explicarse)
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