Hola hola!!!
Espero les guste, aquí el Titi al fin pierde la paciencia y pues a ver cómo le
va a Gabrielito o.o
Por favor
coméntenme qué les parece ;)
.
-¡DÉJAME!- berreaba el niño por toda
la casa mientras la jalaban del brazo como si nada… O al menos eso fue hasta
que el tal Titi sintió los afilados dientecillos encajarse en su brazo con
osadía.
-¡AGH!- el hombre se abstuvo de
soltarle el manazo en la cara que se merecía. En verdad que no sabía cómo
Catalina se había descuidado al punto de quedar embarazada- ¡YA ME TIENE HARTO,
USTED!- lo soltó con tal brusquedad que bien pudo haberlo aventado.
El chiquillo alcanzó a medio
reaccionar, pero el impulso fue tan fuerte que igual cayó de sentón.
-Entonces regréseme a casa de mi
abuela, que nadie le pidió que me sacara de ahí- repeló frunciendo el ceño.
Todavía que le había tenido caminando toda la tarde, se daba el lujo de empujarlo.
-Pues no, yo ya le dije que aquí no
se va a hacer lo que usted quiera- ya le había aclarado mil veces que a la casa
de su abuela, era de su abuela; él vivía donde vivían sus Padres, y sus Padres
(o al menos él) vivían ahí- Así que se calma ya o lo calmo yo-
Y esque el Titi no sabía qué se había
imaginado cuando se llevó al niño a vivir con él… No, corrección, más bien se
había imaginado a Catalina cuidándolo, porque se los había llevado a los dos…
Enserio que tenía que quererla muchísimo como para no sólo perdonarle que le estuviera
jugando chueco en ese momento, si no como para además seguirla queriendo como
loco aún entonces.
En fin, muy independientemente de lo
que se había imaginado o no, ciertamente jamás pensó que estaría levantando a
un peladito berrinchudo, desobediente y altanero. Justamente habían tenido que
regresarse temprano de la última finca porque el chiquillo se había aventado un
numerito de los que a él le encantaban… Con decir que había sido tanto el show
que ni siquiera los escoltas de su socio habían podido disimular las muecas de
desaprobación. Y esque el crío no tenía excusa; lo había cargado, le había
pedido a la cocinera de su amigo que le diera el niño algo de cenar, lo había
dejado acariciar a los perros de la finca, y de repente resulta que se aventaba
un berrinche nivel Dios me amas por qué
no lo había dejado irse solo al jardín a jugar…
-A mí no me importa lo que hayas
dicho. Esta no es mi casa ni tú eres nadie para decirme qué hacer- se atrevió a
repelar Gabriel.
-¿Qué no soy nadie? Soy tu padre y aunque
no te guste-
-¡Pues no!- Le gritó con los
pantalones que en verdad dejaban asombrado al narcotraficante- ¡Ni me gusta ni
eres nada mío!-
El Titi se felicitó mentalmente
cuando en lugar de voltearle la cara al chiquillo majadero ese, tan sólo un le
soltó un manazo en la boca… Quizás con un poco más de fuerza de la necesaria,
pero tampoco es que no se lo mereciera.
-Se calla YA, que bueno fuera que no
fuera nada suyo… No estaría aquí atrapado con usted- aunque eso último fue más
que nada para sí, el niño alcanzó a escucharlo y no le agradó en lo absoluto el
sentimiento tan feo que le dio… Comenzó a sentir como pesado en el pecho y
ardor en los ojos, y antes de que pudiera reaccionar ya le había vuelto a
encajar los dientes en el brazo al hombre.
El Titi se soltó para nada contento.
-¡QUE YA, GABRIEL, YA!- rugió antes
de agarrar el brazo del niño y a arrastrarlo hasta el sofá, donde se sentó y
casi casi lo arrojó sobre su regazo.
Si bien el Titi se lo había llevado
con él y estaba dispuesto a hacerse cargo de él, tampoco iba montada tantas
majaderías hasta que el crío tuviera 18 años. Le había aguantado desplantes,
berrinches y groserías, pero no más. Estaba clarísimo que nunca nadie le había
puesto un hasta aquí al chiquillo malcriado ese, pero si ni Doña Hilda ni al
blandengue de Albeiro ni la desobligada de Catalina habían tenido mano dura con
el niño, pues él sí.
Por otro lado, si el Titi (al menos
según él) sabía perfectamente lo que estaba haciendo, no era el mismo caso con
Gabriel. Si el niño le hubiera dado tiempo de tan siquiera considerar la
situación, se hubiese sentido del todo confundido… A él nunca nadie le había
levantado la mano ni siquiera para soltarle un manazo hasta hace unos cuantos
minutos, así que no tenía ni la menor idea de lo que se proponía su supuesto
Padre hasta que sintió el primero de muchos pesados golpes en su parte trasera.
-¡AAAUUUU!- eran ese tipo en momentos
los que hacían que el Titi se alegrara de no tener vecinos. Pero que
escandaloso…
Quizás de no haber estado tan
enojado, hubiera podido ponerse a considerar que quizás le estaba soltando la
mano muy pesada al niño, o que a lo mejor con unas cuantas como advertencia le
bastaban, pero la verdad es que estaba furioso, cansado, ¿Cuál cansado? Más
bien HARTO, y no le apetecía mucho ponerse a considerar al niño…
-¡YAAAA!- el hombre rodó los ojos
exasperado. Si algo tenía que reconocerle al crío era lo obstinado… Se veía el
trasero rojo y seguía grite y grite.
-Ya usted- soltó unas más fuertes
ahora en los muslos del mocoso- Ya basta de tanto problema, que me tiene
aburrido- ignoró los chillidos de dolor- No me interesa dónde quiere estar ni
con quien. Se va a quedar aquí y lo que yo digo, se hace-
El Titi siguió como si nada hasta que
cayó en cuenta del alarmante silencio, y esque el niño ese ya llevaba rato que
había dejado de gritar para ponerse a llorar a moco tendido. No es que no fuera
un niñito bastante orgulloso, pero era precisamente eso; un niñito al que le
acababan de soltar su primera paliza y bastante fuerte, cabe mencionar, y le
podía más el dolor que nada.
Fue en ese momento que el hombre al
fin hizo una pausa y se dio cuenta que tenía la mano un poco adolorida también.
Se quedó como anonadado un momento antes de al fin decidirse a bajar un poco el
pantalón del niño sin realmente saber qué esperar…
Me hiciste adicta a esta historia. Hasta ayer por la noche lei tus 5 capitulos y hoy todo el dia he estado pensando en ella. Te pasaste, chica, de verdad, ¡te pasaste! Espero otro capi pronto pa calmar mis ansias!!!
ResponderBorrarAl fin acción nena! pobrecito Gabriel, pero que se lo merecía ya! le colmó la paciencia al titi como me gusta tu historia.
ResponderBorrarjajajajaja ya era hora que le pusieran un estate quieto al niño!!
ResponderBorrarOyeeee que es bien berrinchudo!!
No había podido leer pero me encanta tu historia!!