John caminaba de un lado a otro dentro de la
habitación de aquel hotel a un costado de la carretera, el reloj en la vieja y
descolorida pared daba las 10:30 y su madre todavía no había regresado,
impaciente abrió las cortinas y observó el exterior, la imagen se repetía no
había ninguna señal de Sarah, mientras esperaba comenzó a preguntarse y
responder a la vez, primero pensó que su madre había salido por una simple
llamada telefónica o se encontraba pagando el hotel por adelantado...Un amigo
le había enviado dinero y eso lo puso de los nervios ya que se le pasó por la
mente la siguiente pregunta ¿Y si mi madre está en peligro? Sin pensar más
se dirigió a la cama de Sarah y cogió el arma que se encontraba debajo de la
almohada, luego se puso los zapatos y caminó hacia la puerta.
Una vez que abrió y salió por la entrada del hotel se
topó con Sarah quien le dio la peor mirada que le había dado en toda su vida,
John bajó la vista.
- Regresa a la
habitación ¡¡AHORA!!- Ordenó y él chico giró al instante regresando al horrible cuarto que era su hogar, hace una semana.
- ¡¡John
Connor!!... ¿Qué te dije que hicieras
cuando salí?-
Regaño y Preguntó en voz alta al entrar
El chico trató de responder pero no pudo, su boca
estaba demasiado seca por la ansiedad que había vivido antes de que regrese su
madre.
- ¡RESPÓNDEME!- Rugió.
- Mamá... que
no saliera del hotel.- Respondió con un nudo en su garganta.
- ¿Y lo
hiciste?-
Preguntó mirándolo intimidarte.
- No.- Respondió en voz baja, casi
en un susurro
- Primera
falta.-
Aseguro y con su mano levanto la vista
de su hijo, él cual le regreso la mirada y respondió con la cabeza en un gesto
afirmativo.- Ok, segundo... explícame
¿Por qué demonios tenías una pistola?
- Pensé... que
me necesitabas... y me asuste.- Respondió avergonzado.
- Ok,
¿Revisaste el arma antes de salir?.- John negó con la cabeza.- ¡¡Demonios hijo!!, eres demasiado importante para hacer una cosa
¡¡ASÍ!! .- Advirtió amenazante, para luego preguntar la consecuencia frente
a tal falta.- ¿Qué dije que haría si me
desobedecías?- John palideció al recordar y miró directo a Sarah, Su madre
levantó su ceja derecha. - Responde,
sabes que no me gusta repetir las cosas,
hijo.
- Dijiste que
me darías una paliza.- John respondió apenas por encima de un susurro.
Sarah se acercó y cogió el cinturón que estaba sobre
una silla, John al ver lo que hacia su madre se alejó aterrado y rogando.
- No, mamá, por
favor... por favor, aprendí mi lección. ¡¡Siempre haré lo que me digas!!.- John prometió tratando de
alejarse mientras , ella trataba de sostenerlo pero no lo consiguió así que
intento tres veces fracasando.
- Hijo ven.- Ordeno y sonrió feliz... su
hijo había aprendido a esquivar a un
enemigo y eso la complacía. - ¡John Connor!- La voz de Sarah se
elevó, dejando al chico de piedra frente al rugido de su madre.- ¡Ven aquí ahora mismo!- Grito esta
vez y cogió su cinturón otra vez, pero su hijo lejos de obedecer saltó por la
ventana y cuando comenzó a correr feliz al ver que su madre no lo seguía se
encontró con su pie entre las piernas de su madre girandolo y puso una mano en
su espalda, deteniendo cualquier intento de escape.
- Nunca plaff
huirás plafff de mí...plafff ¡Nunca más!
- Ayyy para
mamaaa.- Se
quejó avergonzado pensando que alguien los podía oír en el hotel., luego Sarah
lo metió dentro de la habitación y cogió el cinturón por tercera vez.
ZASSS siempre
ZAAAS debes revisar ZAAAA tú arma para ver si está cargada ZAAS
- Ayaaaay .- Se quejó Jhon dando saltitos
por el dolor. Sarah apretó el agarre y continuó.
ZAAAS ¡¡Eres
importante hijo y debes tener cuidado!! ZAAAS ¡te quieren matar! ZAASSSS
¡mataron a mucha gente! ZAAAS ZASSS .- Dijo horrorizada recordando lo que le contó su
padre antes de morir.
- SI MAMAAAA
SIIII, NUNCA MASSS YA NO ME PEGUES Buuaaaa ¡por favor !.- Sarah al reaccionar frente a
las palabras de su hijo, lo abrazo y John de 10 años se apegó a ella llorando
mucho tiempo, una vez que se fue calmando, su madre tomó su rostro y lo observó
dulcemente.
- Te amo John.- Dijo con el profundo amor
que sentía por su hijo, esto al ser oído por
John provocó una nueva ola de lágrimas en su rostro y en el de su madre, Sarah lo abrazó hasta que se durmió.
Unas horas más tarde él chico despertó
despistado, no estaba seguro de cuántas
horas durmió, solo supo que al abrir los ojos ya era de noche y su mamá estaba
hablando por teléfono muy alterada y llorando.
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