-
I was born the first, the sofa is mine, and I’m the
older. Go, sit in the armchair! (“Yo nací primero, el sofá es mío, soy
el mayor, ve y siéntate en el sillón” le contestó Mark apartándola hacía el
sillón)
-
Mooooom
Mark’s laying across the sofa and he don’t let me sit on, (Pero
Bea en vez de sentarse en el sillón volvió a acusarle a su madre “mamá, Mark
está estirado en el sofá y no me deja sentarme”).
-
Ohhh stop whining, you’re such a crybaby, you’ve the armchair
right there! (“Oh, para de lloriquear, eres tan
llorona, tienes el sillón justo ahí” le dijo Mark que ahora ya empezaba a
calentarse).
-
Come
on, Mark, let me sit (le suplicó una vez
más que le dejara sentarse en el sofá).
-
No,
I was here before (“no, yo llegué antes” le contestó
como un niño de párvulos).
-
Pleaaaaase
(por
favooooooor, le decía poniendo morritos Bea, pero ahora ya no le hacían efecto
porque Mark estaba molesto)
-
Nooooooo
(hizo en el mismo tonito que su hermana para burlarse de ella)
-
Mama
Mark’s mocking at me (“mama Mark está
haciendo mofa de mi” Bea volvió a gritar)
-
Tattletale! (“¡acusica!)
-
Brat!
(“¡Niñato!” y le agarró del brazo para que se
levantara del sofá, pero Mark puso el peso muerto y no había manera de moverlo)
-
Aaaaaaaaaaaaaaaaau
you hurt me! Moron! (“ me hiciste daño,
boba” se quejó Mark) I’m gonna kill you
little bitch (te voy a matar, pequeña perra).
-
Moooooom
(Y Bea bajó las escaleras como un cohete seguida de
Mark y empezaron a perseguirse al rededor del sofá donde Pedro Y Cristina
estaban tumbados intentando echar una cabezadita).
-
Niños,
parad, parad (Cristina se incorporó un poco y Pedro
no le quedó más remedio que sentarse también), tiraréis algo, romperéis algo, u os haréis daño, parad de una vez ¡Mark!
(le llamó la atención a su hijo al ver que no le hacían caso. Mark paró en
seco al oír su nombre)
-
¿Qué?
(Mark estaba furioso, no entendía porque era a él
quien le llamaba la atención su madre)
Es ella ¡Mira! (le enseñó el brazo que lo tenía todo arañado).
-
¡Beatriz!
(exclamó sorprendida Cristina que no podía creer que
le hubiera dado tremendo tarascón a su hermano)
-
It was him! He didn’t let me sit on the sofa. (Bea enseguida salió a
protestar diciendo que había sido Mark, que no le dejaba sentarse en el sofá)
-
Bea,
en español (le dijo Pedro)
-
No, I don’t wanna. He’s always bossing me around. I’m
sick of all this Alpha attitude of him. (“No, no me da la gana.
El siempre me está mangoneando, estoy harta de toda esa actitud de macho alpha
suya!” Dijo apuntando de forma causadora a su hermano y chillando y casi a
punto de llorar: pedro no sabía si reñirla o consolarla)
-
Oh really? And I’m sick of all your “emo” attitude, so
go suck a lemon, baby.
(“¿en
serio? Pues yo estoy harto de tu actitud emo ¡Anda y vete a freír espárragos,
monina!” Mark se volvió a enfrentar a Bea, porque estaba claro que la mocosa
estaba jugando sucio, siempre tenía que jugar a ser la pobre victima).
-
And I’m sick of all this nagging! And one more thing,
Bea, Mark! If I've told you once, I've told you a thousand times... You have to
speak Spanish at home! I’m really sick
and tired of repeating myself. If I have to say it one more time, you two are
gonna be two very sore children. Have I spoken enough clear to you now? (Y
yo estoy harto de todo este pataleo. Y una cosita más, Bea, Mark, Si no es dicho
mil veces no os lo he dicho nunca, Tenéis que hablar en español en casa! Estoy
realmente cansado y harto de repetirme y si lo tengo que decir una vez más
vosotros dos vais a ser dos niñitos muy apenados. ¿He hablado ahora lo
suficientemente claro para vosotros?” Pedro no aguantó más explotó allí mismo.
vivir con dos preadolescentes era terrible, todo el día eran gritos, malas
caras y contestaciones insolentes. Pedro no estaba acostumbrado a vivir en
familia y de repente se encontró viviendo con dos adolescentes difíciles y una
mujer con la mecha muy corta)
-
Irish?
(¿Irlandés? Mark preguntó extrañado por
el acento irlandés tan marcado de Pedro. Hasta ahora solo les había dicho un par
de palabras en inglés, y no le había notado ningún acento, ni siquiera el
español. Pero después de aquella retahíla y de todo aquel cabreo, Mark se había
percatado que Pedro tenía acento de Irlandés. Pero aquello no podía ser él
sabía perfectamente que Pedro era español. Aquella colleja le sobrevino porque
lo primero que dijo justo después de esa bronca fue en inglés precisamente y
Pedro lo vio como una muestra de rebeldía y desobediencia)
-
Auuuuuu
pero si yo hablo en español (Pedro lo miró
incrédulo) casi siempre (añadió Mark
viendo que se avecinaba otra colleja).
-
Aquí
en casa todos hablamos inglés (dijo pedro, pero esta
vez se dirigía más a Mea que a Mark. Mark hablaba en inglés con Bea
básicamente, con el resto hablaba español. Y su nivel de español era bueno,
tenía un terrible acento y a veces se liaba con el género, pero era bueno para
no ser español y solo llevar viviendo allí 9 meses), pero vosotros no vais a mejorar vuestro español si seguís
empecinándoos en hablar entre vosotros y a vuestra madre en inglés. (Pedro
se puso las manos en la cintura como hacía su propia madre cuando era pequeño y
le reñía) Y niños, si no sabéis
compartir la salita, ¡Se acabó la salita y punto!
-
¡Ves,
lo que has conseguido, mongui! (le dijo dándole una
colleja a su hermana)
-
Auuuuu
mamaaaaaá (se llevó la mano al cogote y puso
pucheritos para que su madre corriera a consolarla)
-
¡Mark!
(le recriminó su madre y Pedro le dio otra colleja a
Mark)
-
Jooo
siempre soy yo quien recibe, pero si es ella
(Mark estaba más que cansado de ser siempre el malo. Vale, no era un angelito,
pero Bea tampoco).
-
Mark,
eres el mayor, y ella es una niña, deberías de tratarla mejor (le
riñó su madre, ese tipo de bronca la llevaba teniendo con su hijo desde que Bea
empezó a gatear. Cristina conocía muy bien esa dualidad tirano/salvador que
solían tener los mayores, al fin y al cabo, ella había tenido 4 hermanos
mayores. Y por lo general no se metía mucho, pero había veces que Mark se
pasaba de la raya, ya fuera en el sentido salvador o en el sentido tirano).
-
Estoy
harto, a ella siempre le reis todas las gracias, yo estaba antes, estaba
acabando de ver una peli, ella solo ha venido a incordiar (Mark
también alzó la voz, ya que no le daban la razón por sus razonamientos quizás
se la dieran por sus decibelios).
-
La
salita es de los dos, eso fue lo que os dijimos cuando llegamos
(Cristina intentaba razonar con su hijo, pero era terco como su madre). Y como ha dicho Pedro si no sabéis
compartir, se cierra y punto.
-
Pero
yo sí que sé compartir (gritó indignado), es ella que no sabe (apuntándole con
el dedo). Yo siempre lo estoy
compartiendo todo con ella, y a ella nunca le obligas a compartir nada de lo
suyo.
-
Mark,
no me hagas hablar que aún saldrás perdiendo.
-
¡Te
odio! ¡Siempre te pones de su lado! (dijo rojo de
rabia)
-
¡Mark!
(le llamó de nuevo la atención su madre que ya se
estaba poniendo muy impertinente).
-
Noooo,
mira (poniéndole el brazo en todos los morros
para que viera bien los arañazos. Que por cierto, tenían una pinta horrible,
Bea debía cortarse las uñas en vez de pintárselas con colores fosforitos) Y aún no te oído ni decirle ni mu. Pero si
yo le hubiera puesto el brazo así, ya me habrías despellejado vivo o me habrías
echado a la puta calle.
-
¡Mark,
se acabó! ¡Vete a tu habitación! (le ordenó
Pedro)
-
¡Claro
que sí!, Mark vete a tu habitación
(imitó a Pedro), si ya lo sé yo, si yo
os molesto…pero no sufras en una semana haré 15 y cuando tengas los 16 pediré
la emancipación y me largaré de aquí, ¡Y así podréis jugar los tres a las
casitas hasta que reventéis! (dijo furioso y subió a su habitación dejando
a todos con la boca abierta esa pataleta era más propia de Bea que de Mark) .
-
¿Te
puedes encargar de Bea? Yo voy a ver que mosca le ha picado ahora a mi hijo.
-
Vale
(dijo aún perplejo Pedro. Pedro esperó a que
Cristina subiera a la habitación de Mark y una vez escuchó la puerta cerrarse
le indicó con el dedito que se acercara a Bea. Pedro estaba muy serio, aquella
tarde había visto una faceta de Bea que no le había agradado para nada).
-
Estoy
bien aquí (dijo tímidamente pero intentaba parecer
segura).
-
Bea
(y se palmeó sobre la rodilla).
-
Pedro
soy muy grande para sentarme sobre tus rodillas
(y le regaló una de esas sonrisas encantadoras y se sentó a su lado en el sofá.
Cristina también las tenía pero eran un poco distintas a las de Bea, en la sonrisa de Cristina
siempre había algo de picardía).
-
Cómo
quieras (Pedro no pudo más que sonreír, nunca
tuvo que sentar a Mark sobre sus rodillas para acabar dándole unos buenos
azotes. Pero no podía recriminarle a la niña que intentará alejar su trasero lo
máximo del alcance de su mano). ¿Me
puedes decir qué es lo que ha pasado ahí arriba? (dijo poniéndose serio).
-
Mark,
no me dejaba sentarme en el sofá (dijo poniendo
morritos).
-
Eso
ya nos quedó claro a todos, Bea. Lo que quiero saber es ¿Cómo acabó tu hermano
con el brazo en carne viva?.
-
Fue
sin querer, no se movía.
-
Beatriz,
no me gusta que me tomen por idiota o que me mientan, esas marcas no son de
“fue sin querer” le clavaste bien hondo y a conciencia tus uñitas.
-
Él
no se movía (dijo cruzándose de brazos).
-
¿Y
eso te da derecho a hacerle daño a tu hermano de esa manera?
-
Él
es más grande que yo y más fuerte, ¿qué querías que hiciera?
-
¡Exacto
Beatriz, él es más grande y fuerte que tú! Y no ha utilizado la fuerza contigo
¿no?
-
Me
ha empujado (dijo un poco gallita)
-
¿En
serio? (Pedro arqueó una ceja).
-
Si
(Pedro la miró son darle mucho crédito) un poco (finalmente admitió viendo que
Pedro no se lo acababa de creer).
-
Beatriz,
no me importa lo burro que se ponga tu hermano, no quiero ese tipo de acciones
en mi casa. No más arañazos. Ni arañazos, ni mordiscos, ni puntapiés, ni
bofetones, ni collejones ¡ni nada! Está IMPERATIVAMENTE PROHIBIDO en esta casa
PEGARSE.
-
Pero
mamá y tú (empezó a protestar)
-
Perdón,
déjame que replantee mi frase: “Está IMPERATIVAMENTE PROHIBIDO en esta casa que
tú o Mark PEGUÉIS.
-
Pero
él es más fuerte ¿Cómo he de hacer que me respete, eh?
-
Pues,
muy sencillo acudes a tu madre o a mí.
-
Yo
lo intenté pero mamá no vino (dijo mirándolo con
mucha actitud).
-
Tu
madre no subió porque creía que era una pelea típica entre hermanos y que
sabríais solucionarlo sin su ayuda, ya tenéis una edad, Beatriz, para estar
todo el día en plan acusica. Y eso va también por Mark, no te creas.
-
¿En
qué quedamos acudo a mamá o no acudo? Bufffff
-
Beatriz,
si tu hermano se pone estúpido acudes, pero si tu hermano está tan
tranquilamente acabando de ver una película y decides que para los 10 o 15
minutos que el quedan se mueva y que vea lo que tú quieras NO, en ese caso no
llames a tu madre.
-
Eso
no es así.
-
Beatriz,
que a estas alturas ya nos conocemos un poquito. Tú no te acuerdas de la
existencia de la salita hasta que ves que tu hermano se mete. Y podías haberte
sentado en el sillón perfectamente, es muy cómodo y se ve muy bien la tele
también (Bea estuvo a punto de replicarle pero
Pedro le echó una miradita que se lo hizo replantear). Sé que todo eso de chincharse
es algo normal entre hermanos, no tengo hermanos, pero tus tíos fueron como
unos hermanos para mí, y se pasaban la vida buscándose las cosquillas los unos
a los otros. Es más a día de hoy se siguen picando los unos a los otros. Pero
una cosa es un sano pique entre hermanos, y otra de muy distinta, es llevarte
medio brazo de tu hermano.
-
No
pensé que le haría tanto daño, me estaba molestando.
-
Beatriz,
no era Mark él que entró a molestar, y si estás molestas con tu hermano se lo
dices pero no te tiras sobre él como una fiera salvaje. ¡No eres un animalito,
eres una persona!
-
Pero…
-
No
Beatriz, no hay peros, sabes muy bien que ese tipo de comportamiento no es
tolerable.
-
¡Él
me insultó! (dijo indignada)
-
Y
tú a él, Bea, que no somos sordos en esta casa, aunque vosotros os empeñéis en
creerlo. Y Beatriz, Tu madre ya se está ocupando del comportamiento de tu
hermano, así que deja de preocuparte tanto por lo que hace o dice tu hermano, y
empieza a preocuparte por lo que hace o dice la señorita Beatriz Eugenia
Geldof. Y ahora deja de hacerte la remolona, que ambos sabemos lo que viene (Bea
se puso muy rígida y lo miró horrorizada).
-
No
puedes.
-
No
es lo que ha dicho tu madre (y la agarró por la
muñeca y tiró de ella y se la colocó sobre el regazo, como ya había hecho en
varias ocasiones con su hermano).
-
Nooooooo
(Bea pataleaba y se retorcía como una fierecilla)
-
Plaff
(cayó una palmada y Bea que no se esperaba que esa
primera palmada fuera tan fuerte se quedó quieta de golpe) ¿Has acabado ya? (dijo muy regio Pedro. Pedro no le volvía loco
tener que hacer de padre de los chicos, pero lo que no iba a permitir es que se
comportaran como auténticos salvajes delante de sus narices y en su propia casa).
-
¡Me
pegaste! (dijo indignada)
-
No,
aún no, pero a eso vamos (y le subió un poco la
faldita del vestido y le bajó las braguitas hasta debajo justo de las nalgas,
para preservar un poco de modestia de la niña. Bea tragó saliva y se agarró con
fuerza al cojín del sofá, preparándose para lo que se le venía encima). Plass, Plass, Plass, Plass, Plass
(Pedro dejó caer 4 nalgadas en la nalga derecha) Plass, Plass, Plass, Plass, Plass (y a continuación otras 4 en la
nalga izquierda) Plass, Plass, Plass,
Plass, Plass Plass, Plass, Plass, Plass, Plass Plass, Plass, Plass, Plass,
Plass (12 seguidas sobre la nalga derecha) Plass, Plass, Plass, Plass, Plass Plass, Plass, Plass, Plass, Plass
Plass, Plass, Plass, Plass, Plass Plass, Plass, Plass, Plass, Plass (16
seguidas sobre la nalga izquierda)
-
ARGGGGGGGGGGGH
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAY AU AU NOOOO AAAAAAAAAAAAAY DUELE DUELE NOOOO NO TAN
FUERTE AAAAAY NO PEDRO NOOOOO AYYY AUUU ME LASTIMAS AAAAAY AUUUUU AAAAH
-
(Pedro encontró que
aquel era el momento para empezar a reñirla) VAS A DEJAR DE BUSCARLE LAS COSQUILLAS A TU HERMANO A CADA RATO Plass,
Plass, Plass, Plass, Plass NO VOLVERÁS A ATACAR A TU HERMANO NI ANADIE Plass,
Plass, Plass, Plass, Plass SE ACABÓ COMPORTARSE COMO UNA PRINCESITA CONSENTIDA
Plass, Plass, Plass, Plass, Plass SI VUELVO A PILLARTE LEVANTÁNDOLE LA MANO A
TU HERMANO Plass, Plass, Plass, Plass, Plass ESTOS AZOTES TE VAN A PARECER
PURAS CARICIAS Plass, Plass, Plass, Plass, Plass ¿ENTENDISTE?
-
AAAAAAAAAAAA
BWUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA BWUAAAAAAAAAAAAAAAA SIIIIIII, NO MÁS, NO MÁS, SERÉ
BUENA, NO LO HARÉ NUNCA MÁS, LO JURO, SERÉ BUENA, LO JURO, NO VOLVERÉ A PEGARLE
A MARKY NUNCA JAMÁS EN MI VIDA AYYYYY AUUUUU AAAAAAAAYYY NOOOOOO
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARGHH BWUAAAAAAAAAAAAA BWUAAA (Pedro
le colocó de nuevo las braguitas en su sitio y le colocó bien la falda del
vestido).
-
Shhhhhh
ya está, Bea, yaaaaa, ya pasó shhhhhh ya está, cielo. Tú no vas a volver a
pegar a tu hermano y tú y yo no vamos a tener que repetir esto nunca más
shhhhhh (aquello lo decía más para él que para
ella. Pegar a Bea era totalmente distinto que pegar a Mark. Con Mark la mayoría
de veces se tenía que frenar, porque de buena gana le arrancaba la piel a
tiras, en cambio con Bea se tuvo que obligar a darle en serio, porque de buena gana
le hubiera dado solo 4 palmaditas amorosas y le hubiera dicho “no lo vuelvas a
hacer, traviesilla”. Era difícil ponerse duro con alguien con esa carita de
ángel y con esa vocecita y con esos ojitos...Era como antinatural, pero Pedro
sabía que no podía dejarlo con una simple reprimenda o Bea al igual que su
hermano cada vez iría a más. Como decía su abuelo, “lo que es malo, hay que
cortarlo de raíz, antes que se extienda y te arruine toda la cosecha” o como
decía el abuelo de los niños “si se hace bien a la primera, no hay porqué
repetirlo” y él sinceramente no quería tener que repetirlo nunca más).
-
Lo
sientoooo sniff
-
Ey,
ey, no es conmigo con quien debes disculparte, jovencita. No es a mí a quien has señalado todo el brazo
(le dijo abrazándola para darle un poquito de afecto, no soportaba verla con la
cara toda roja y los ojos hinchados y ella echa un mar de lágrimas) shhhhh luego a la noche, en la cena, te
disculpas con Mark ¿eh?
-
Sniff
sniff (asintió y sorbió los mocos y se limpió
las lágrimas con la mano. Pedro respiró profundamente ser padre de un par de preadolescentes
era terriblemente agotador. Ahora se compadecía de los padres de sus alumnos,
quizás no fueran tan negligentes como había pensado todos estos años).
-
Shhhhh
está bien, shhh todo está perdonado, todo está bien, cielo, shhhh ya se acabó (Bea
se dejó caer sobre Mark y el la abrazó y le besó en la cabecita y estuvieron
así hasta que la niña finalmente dejó de llorar).
-
¿Estoy
castigada? (preguntó aún un poco afectada).
-
Por
mi parte, ya has sido castigada y más que perdonada, pero tu madre pueda que
tenga algo que decir ¿Por qué no aprovechas que tu madre aún tardará y te das
un baño de eso de espuma en la bañera de mamá ¿eh?
(des de que se mudaron que Bea había querido bañarse en la bañera de
hidromasajes de Pedro y Cristina pero su madre les había dejado claro que a su
dormitorio no se entraba y por eso aún no la había podido probar, pero ahora
que Pedro le daba permiso, no lo iba a desaprovechar y se le ilumino de repente
la cara. A Pedro también se le iluminó
la suya y se le aligeró el corazón al verla de nuevo sonreír) venga ve.
-
Gracias
(y le dio un abrazo fuerte y un beso y salió corriendo hacía la habitación de
Pedro y su madre para tomar ese baño de burbujas en la bañera de su madre).
Y en la planta de
arriba…
Cristina
Entró en la habitación de Mark sin llamar y se sentó en la cama al lado de su
hijo que estaba bocabajo ocultando su cara por la almohada. Cris sabía que eso
significaba que estaba llorando.
-
Mark,
déjame ver ese brazo, anda.
-
Noooo,
a ti no te importa (dijo a través de la almohada) .
-
Eyyy,
claro que me importa, cielo, deja que te lo mire (pero
Mark ni se movió), Marky venga (le
dijo con cariño), por favor (Mark no
se movió pero le alargó el brazo para que lo pudiera mirar). Bufff, vamos Mark levanto, eso hay que
lavarlo bien y curarlo antes que se infecte.
-
Grrrrrr
-
Maaaaark.
-
Está
bien, no me duele.
-
Mark,
hazme feliz anda y deja que juegue a las enfermeras contigo, como cuando eras
pequeñín.
-
Mamaaaaa
(se quejó porque ya tenía 15 años y no podía tratarlo como si tuviera 5).
-
Venga,
cielo (Mark finalmente se giró y
efectivamente había llorado). Vamos al
lavabo (Mark la siguió a regañadientes y dejó que su madre le lavara el
brazo y le pusiera una pomada para que no se infectara y después le pusiera una
vendaje) Ves, ahora puedes decirles a las niñas de tu clase que tuviste un
accidente de motocross.
-
Eso
solo funcionó contigo (riéndose porque Mark
había escuchado ciento de veces la historia del “accidente de motocross” de su
padre).
-
jejeje
tienes razón las niñas de hoy en día no son tan ilusas ¿verdad?
-
Las
españolas no (dijo con una mueca de tristeza).
-
¿Mal
de amores?
-
¡No¡
¡No me iría con una de esas ni loco!
-
Ey,
te recuerdo que tu madre es una de esas! (dijo
un poco ofendida)
-
No
te ofendas mamá, pero no eres mi tipo jejeje (Cristina
también tuvo que reírse a eso)
-
ok,
ok, algo menos de lo que deba preocuparme. Y hablando de preocuparme, cielo ¿Me
puedes contar qué es lo que ha pasado antes?
-
Tu
niñita, que siempre está buscándome las cosquillas.
-
Lo
sé, lleva haciéndolo des del día que aprendió que pones esa cara tan graciosa
cuando te enfurruñas.
-
Yo
no pongo ninguna cara (dijo enfurruñándose).
-
jajaja
claro que no, cielo. Hijo normalmente lo llevas muy bien, me refiero que no
sueles discutirte con Bea, no así.
-
Supongo que me harté que siempre todos
tengamos que hacer lo que a la princesita se le antoja.
-
¿Y
te hartaste por? (le preguntó con media sonrisita
Cristina)
-
Porque
si (dio una respuesta bastante infantil y lo sabía
pero no quería dar otra).
-
Maaark
que te he parido a otro con esa pose de estar de vuelta de todo. Algo te ha
hecho perder la paciencia con tu hermana y quiero saberlo.
-
Me he levantado con el píe equivocado
(dijo encogiéndose de hombros).
-
Por
favor Marky, por una vez me gustaría que no todo fuera una lucha contigo. podrías ayudarme un poquito a comprenderte
mejor (le miró poniéndole pucheritos de forma
tan graciosa que hasta Mark se rió).
-
No es nada, supongo que Bea tiene razón soy
bastante capullo.
-
¡Mark!
(Cristina se puso seria) no eres ningún
capullo, no voy a mentirte, te juro que a veces pienso que te comportas como un
pequeño salvaje, y que lo haces solo para molestar. Y si, hijo molestas, y lo
sabes, pero creo que solo quieres que la gente se sienta como te sientes tú.
Estás enfadado con la vida te sientes defraudado y estafado. Yo también hijo,
yo también. Pero en vez de extender mi miseria
a los que me rodean, intento superarlo por ellos. Para que nadie se
sienta triste o incomodo o apenado cuando esté conmigo.
-
Va
a venir (dijo en un susurro de voz y sin
poderla mirar a la cara).
-
¿Quién
va a venir? (le preguntó Cristina que no entendía
por dónde iba la conversación)
-
Él
(Cristina lo miró sin entender). Papá
(finalmente dijo con rabia).
-
¿Qué?
(alzó la voz)
-
Shhhhhh
(le dijo que bajará la voz. Mark no quería que Bea supiera que se lo estaba
diciendo a su madre) Si, el otro día, le
escribió un email a Bea, va a venir (Mark se estaba arrepintiendo de haber
abierto la boca. Ralamente no quería hablar del tema).
-
¿A
Bea? ¿Cuándo va a venir? (están entre asustada,
impactada y enfadada).
-
No
lo sé, solo sé que pronto. Bea le preguntó si estaría aquí para la fiesta de
final de curso y dijo que intentaría hacer lo posible para estar.
-
¿Des
de cuando tu hermana se escribe con tu padre?
-
Des
de siempre (dijo bajando la cabeza y sonando muy
arrepentido).
-
¡Maldita
sea Mark! ¿Por qué me ocultaste algo así?
-
No
quería que sufrieras.
-
Yo
soy la madre aquí, yo soy la que se preocupa de que vosotros no sufráis y no al
revés, y si me ocultáis cosas ¿Cómo narices he de protegeros, eh? ¡dime! (Cristina
estaba furiosa, pero no tanto con sus hijos sino con ella misma por no haberse
dado cuenta).
-
No
te voy a decir que lo siente, me dijiste que no querías más mentiras.
-
¿y
no decirme esto como lo llamas, hijo?
-
No
te lo dije, no es que te mintiera.
-
Hay
una línea muy fina que separa el Omitir del Mentir ¿y estabas jugando a eso
conmigo? (Mark no dijo nada porque la respuesta
era que sí) ¿y tú? ¿también has estado
en contacto con tu padre?
-
¡No,
yo no! No le he repuesto ni a uno de sus emails, lo juro.
-
¿Pero
los recibías y los leías, no? (dijo resoplando por la
nariz. Mark asintió con la cabeza sin poder mirar a su madre a los ojos) ¿Qué más cosas me ocultas, hijo? Di ¿qué
más? (Mark se mordió el labio inferior) ¡Oh dios mío, hay más! (exclamó Cristina que reconocía ese gesto de
su hijo)
-
No
(enseguida corrigió)
-
Mark,
te conozco, hay algo más y por esa cara puedo decirte que es gordo. ¿Hijo?
-
no
te dije toda la verdad sobre el día que papá se fue.
-
¿Marky?
(Cristina se sentó en el bidet al lado de su hijo agarrándole las manos, pero
no era tanto para darle su apoyo como para no echarse ella misma a temblar).
-
Antes
de que papá me pillara en casa, le oí una conversación con Joshua
(un compañero de trabajo de su padre que era como uno más de la familia). Estaban discutiendo y Joshua le dijo a
papá que se estaba precipitando (Cristina lo miró extrañada), que la policía solo estaba investigando que
no tenían ningún sospechoso. Y que si salía huyendo así entonces sí que
levantaría sospechas.
-
¿qué?
-
Papá
desfalcó 12 millones de euros del ayuntamiento.
-
¡QUÉ!
-
Shhhhh
Bea no sabe nada (le puso la mano en la boca para
que no continuara gritando).
-
¿todo
este tiempo sabías que tu padre había huido por miedo de ir al cárcel?
-
Si,
y también sé des de hace unos meses que está en Venezuela. Que mira tú por
donde no tiene acuerdo de extradición con Holanda
(pero si con España, pensó Mark).
-
¡Dios
mío! (Cristina se pasó las mano por la car
no daba crédito a lo que estaba escuchando). No puede ser, tu padre jamás haría lago tan deshonroso.
-
Ya
¿y tampoco nos abandonaría, no? (Ahí le había dado de
pleno Mark. Cristina se quedó muda durante un buen rato. Mark tampoco sabía que
decir, así que ambos se quedaron sentados en el cuarto de baño sin decir nada).
-
Hijo,
necesito que me prometas que si tu padre vuelve a contactar con vosotros me lo
dirás de inmediato.
-
Vale
(dijo no muy contento). ¿decía en alguno
de esos emails cuales eran sus intenciones? ¿a qué venía?
-
A
vernos, a disculparse, a compensarnos, bla bla bla, puras patrañas, no le creí
ni una palabra, mamá, no sufras.
-
Ya,
hijo, lo sé (le acaricio con cariño la cara).
-
Pero
Bea si, ella sigue pensando que papá es perfecto. Está convencida que esto solo
ha sido una pequeña separación temporal. Y que en cuanto regrese papá, tú
dejarás al maestrillo (Cristina le echó una
miradita de reprobación pero no dijo nada) y
nos regresaremos todos a Rotterdam y comeremos perdices y seremos felices
(dijo burlándose con puro odio).
-
Eso
no va a pasar.
-
Lo
sé. Pedro es un coñazo, pero al menos no me hace sentir como si no estuviera a
la altura. Papá siempre me hacía sentir como si no acabara de complacerle,
nunca era suficiente para él, no importaba cuanto me esforzara o incluso lo
bien que lo hiciese, él siempre encontraba alguna pega. Sé que siempre dices
que papá quiere que demos lo mejor de nosotros y que nos superemos y no nos
conformemos. Pero mamá, ¿Qué le costaba decirme “muy bien hijo” alguna vez?
Nunca lo dijo, jajaja (rio como un loco) y después resulta que él no era nada más
que un vulgar ladrón, estafador y cobarde hombrecillo.
-
¡Mark!
-
No,
mamá, a estas alturas no me vengas a defenderlo. No tengo 10 años, sé lo que es
mi padre. Y no me importaría lo más mínimo si no se hubiera pasado los últimos
14 años de mi vida machacándome con lo de la virtud, el honor, la honra y el
orgullo. ¡Nunca me sentí a su altura, nunca!
(gritó entre lágrimas) ¡Él se
avergonzaba de mí! ¡no era el hijo que él hubiera querido! ¡Nunca fui
suficiente para él! Así que comprendí que era inútil seguir esforzándose, jamás
sería lo suficientemente bueno para él (Mark después de liberar esa rabia
contenida de tanto tiempo se derrumbó) Snif
snif snif ¿Por qué mamá? (ya lloraba abiertamente) ¿Por qué no era suficiente para él?
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Shhhhhh
mi amor
(lo abrazó y le acarició la cabeza mientras lo medio mecía y le susurraba la
oído palabras llenas de amor y sosiego) tú
padre es un hombre difícil. Pero créeme él te quiere, y sé que dejaros habrá
sido muy duro para él. Yo no sé si podré llagar a perdonar a tu padre, pero
hijo, mírame bien (le agarró la cara con ambas manos y le obligó a mirarla) tu padre siempre te ha querido con toda su
alma, y siempre ha estado muy orgulloso de poder decir que era tu padre. No te
cambiaría por nadie más en este mundo.
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No
es cierto…no dudó en dejarnos, no escuchó a Joshua, no me escuchó a mí, solo le
importa él mismo. es un cobarde egoísta y ¡Le odio! Bwuaaaa (pero
Mark no le odiaba y era eso lo que le rompía el corazón, el pensar que su
padre, al que quería a pesar de todo lo que le había hecho le seguía queriendo,
no le quisiera en cambio a él).
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Shhhhhh
ya está mi vida, yaaa déjalo ir, déjalo, suelta todo lo que tengas que soltar,
no te lo quedes más a dentro (le decía Cristina
mientras le acariciaba la cabecita).
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No
quiero, no quiero darle ese poder, no quiero que me importe, él no se lo
merece, no quiero que me duela por su culpa más bwuaaaa
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Shhhh
ya está mi cielo, shhhh no pasa nada por sentir, aunque sea por sentir ese
dolor, eso significa que también hay mucho amor. Hijo, siempre has tenido un
corazón enorme, más grande incluso que le de tu madre, y eso ya es decir jajaja
(Mark no quería reírse pero se rio).
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Pues
yo no lo quiero…
-
Me
temo hijo que eso es de nacimiento, una vez naces con esa malformación, con esa
malformación mueres…naciste con un corazón enorme y eso te traerá mucha
felicidad pero también sentirás las penas más que los demás.
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Pues
no quierooooooo
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Mi
cielo, lo siento, pero tengo un hijo que es un amor aunque quiera vestirse esa
coraza de “chico rebelde y duro”.
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Mamaaaaaaaaaaaaa
(dijo todo rojo por la manera tan infantil que le
acababa de hablar su madre)
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Jajajaja
anda cielo, acuéstate un poquito, seguro que te duele la cabeza una barbaridad (Cristina
sabía que a Mark le entraba unas horribles migrañas cuando lloraba). Yo subiré
con un vaso de agua y una pastilla, en seguida (le dio un beso en la frente)
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Mamá,
no le digas a Pedro que lloré.
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¡Dios,
hijo! No sé te van a caer los huevos por mostrar que tienes sentimientos ¿lo
sabes?
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¡Mamá!
(dijo escandalizado)
...ahora como que se esta entendiendo mas la cosa,pobre peque,que triste todo lo que ha tenido que sufrir solito,ojalá y el sol brille pronto para él,y así si alguna vez vuelve ha llorar sea por cosas que correspondan ha su edad.
ResponderBorrarCada vez mejor Little,ya te lo había dicho verdad??¡GRACIAS,disfruto mucho "tus"historias("S"),sí en plural,por favor no te detengas que están de LUJO!!!
Marti.
El padre es un maldito cobarde
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