martes, 29 de octubre de 2013

Los Bati-hermanos capitulo cinco



1..2..3…¿Probando?...Uhmmm…veamos…uhmmm…¿Cómo empiezo?...
hmm…¡¡Caray que es complicado!!...Uffff...bien, bien, bien… creo que comenzaré confesando que este ha sido el capítulo más difícil de escribir durante mi carrera en…en…ehhh llamémosle “locuras literarias” y aunque todos piensen que ya debería estar acostumbrada, tienen que reconocer que nos encontramos en medio de una escena bastante vergonzosa… bueno, para mí no tanto como para Jasón, quien seguro está odiándome y creyendo que soy la más rastrera y malvada escritora de toda la ciudad…caray que ahora resulta que soy peor que el Jocker!!
Pero atención que antes de escribir la primera línea de este capítulo, quiero que se publique en el New York Time que estoy dispuesta a borrar esta escena por completo…es más, léanla, lloren un par de lagrimitas, sonrían un poco, escríbanme un comentario y luego olviden que existió y así quizá…solo quizá, algún día, Jasón Tood me perdone por colocarlo en la posición más incómoda y dolorosa de toda la serie!!
En fin, lo malo es que a pesar de todo el remordimiento que pueda sentir por permitir que castiguen al más cool de los chicos Wayne, en todo este asunto no vale ni mi opinión como escritora, ni la de ustedes como fan de Jasón, ni la de Guardiola como entrenador del Bayern Munich, aquí el único que puede detener el castigo de nuestro rebelde sin causa es…es…es…bueno, mejor ya comienzo el capítulo para que ustedes lo averigüen por sí solos…

“Y POR ESA RAZON EXISTEN LOS HERMANOS MAYORES”
(“Los Bati-hermanos”)

-¡¡BRUCE!!!...¡¡BRUCE!!!...¡¡BRUCE!!!...
El nombre resonaba con eco en el estudio y cualquier lector que recién apareciera en la escena, podría pensar que alguien estaba muy animado echándole porras a nuestro superhéroe…pero en realidad, los gritos provenían de la garganta de Jasón y al escucharlos, Bruce se sorprendió tanto que detuvo los azotes…e incluso, su respiración.
El reloj de la pared le confirmó que llevaba exactamente tres minutos con cincuenta segundos ajustando cuentas con la retaguardia de su hijo. La fuerza de las palmadas era moderada pero constante, así que a estas alturas, incluso bajo la protección de su calzoncillo el trasero de Jasón lucía un bonito tono rojo, lo cual era muy normal dadas las circunstancias pero y entonces ¿Por qué Bruce estaba tan sorprendido?... Pues por la sencilla razón que ésta era la primera vez…si, leyeron bien…ésta era la primera vez, en su extenso historial disciplinario, que Jasón gritaba mientras Bruce le castigaba.
Desde que su orgulloso hijo se tendió sobre sus rodillas, el joven padre percibió la tensión acumularse en el joven y atlético cuerpo. Era como si en lugar de un castigo, Jasón se preparara para pelear una batalla contra la liga de las sombras.
La técnica habitual del jovencito se basaba en una sola palabra: ORGULLO…y ojo que lo escribo con mayúsculas!!
Bruce me contó en confidencia una vez (y espero me guarden el secreto), que desde su llegada a la mansión Wayne, Jasón demostró más osadía, terquedad altivez y rebeldía que sus demás hijos y fueron esas cualidades la que le llevaron a cultivar una relación muy cercana con la vara y es que el chico traía arraigado un comportamiento de mucha elegancia…pero del tipo de elegancia que poseía la mafia Rusa.
Es así que cada vez que Bruce debía castigar a Jasón, la cosa se convertía en una lucha, una pelea entre dioses del Olimpo en la que no habría un ganador, sino más bien, dos prepotentes perdedores.
Para colmo, a veces no pasaban ni 24 horas y Jasón se volvía a meter en otro lío…es por eso que cada noche, el agotado padre se cuestionaba si hacía lo correcto y su conciencia muchas veces ni siquiera le dejó dormir.
¿Por qué con Jasón todo era tan complicado?...Dick nunca fue un niño difícil al momento de enfrentar un castigo, pero Jasón…era…era…era…pues era Jasón y con él nada, absolutamente nada resultaba fácil. Imagínense que cuando Bruce lo regañaba, se dormía y hasta roncaba en pleno sermón!!!…cuando le castigaban sin salir de casa, siempre encontraba la forma de escaparse y si le asignaban tareas extras, por alguna inexplicable razón, Tim, Damian o hasta el mismo Richard terminaban haciéndolas!!…si, definitivamente, con Jasón Tood nada era fácil.
Entonces…¿cómo se suponía que debía disciplinarlo?...ahhh pues claro, con la vara. La vara siempre fue el último recurso a utilizar para Bruce…en lo que respecta a sus otros hijos porque en lo que refiere al Sr. Orgullo, parecía ser el primero y el único modo de frenarlo…aunque con Jasón, esto tampoco resultaba ser un castigo muy eficiente.
Según la experiencia personal de Bruce (ya sea desde la posición en que le tocaba decir: “Inclínate y bájate los pantalones” o desde la posición en que le tocó gritar: “Ayyy!!...no lo vuelvo haceeeer!!”) de cinco a diez varazos bien dados, bastaban para dejar cualquier chico desechos en lágrimas y prometiendo encontrar la cura contra el cáncer…pero…¿A que no adivinan con qué jovencito tampoco se aplica ésta estadística?... pues nada menos que con Jasón.
Recuerdo que la última ocasión en que Jasón intentó fugarse de la mansión, llevándose el nuevo Mercedes de su padre y su tarjeta de crédito…ese día, el chico recibió quince varazos. Era lo máximo que Bruce había dado a uno de sus hijos, pero el chico los soportó sin emitir una súplica y Bruce llegó a pensar que quizá Jasón Tood era otro clon extraviado de Superman… algo así como hermanastro de Conner.
Dado tales antecedentes, no es de extrañar que Bruce se sorprendiera tanto al escuchar que Jasón gritara su nombre con tanta insistencia y en su mente, Bruce formulaba mil hipótesis por segundo: ¿Será que al fin se dio cuenta de su mal comportamiento y quiere disculparse?¿Será que lo estoy lastimando? ¿Será que le duele algo…bueno, algo aparte de su trasero?.
-¡¡¿BRUCE?!!!...
Se escuchó otro grito más y el caballero de la noche comprobó que no había alucinado.
-¿Qué ocurre hijo?...Le preguntó manteniendo su palma derecha suspendida en aire y que formaba una perfecta sombra sobre la sonrosada piel.
Jasón jadeaba un poco, obviamente no estaba llorando, pero parecía como si le faltara el oxigeno, aún así se las arregló para gritar: ¡QUIERO…QUE…TE DETENGAS…DE INMEDIATO!
Vale, yo me esperaba un “lo siento”, un “No lo vuelvo a hacer” y en el más insólito de los casos un “Prometo portarme bien” aunque fuera de mentira!!!…pero parece que Jasón ya descubrió quien es la única persona con potestad absoluta para detener su castigo y pues decidió exigírselo, así de simple!!...ven que es un chico muy directo y valiente… aunque con un sentido de preservación pulsando el botón de “Off”.
Así que aquí estaba Mr. Tood, usando un tono muy varonil, al estilo de un Matón del Barrio Chino, para lograr convencer a su padre que se detuviera…uy pero quizá debió practicar un vozarrón más grave y siniestro porque Bruce continuó con los azotes como si no hubiese escuchado ni un minúsculo Bip!!
-¡OWWWWW!...BRUCE!!..Jasón chupó los dientes de nuevo, su padre parecía aumentar su fuerza en cada palmada: ¿QUÉ NO ESCUCHASTE ?...preguntó algo molesto, claro es que Bruce era muy viejo y seguro tenía los oídos tapados.
El caballero alzó una ceja al escuchar las primeras palabras y para el final de la pregunta ya tenía ambas cejas casi rozando su cabello. Apretó los labios y pensó un poco su respuesta, aunque al parecer, Jasón no esperaba que le respondiera nada y comenzó a ejercer presión para levantarse.
Al sentir la rebeldía, tanto interna como física de su hijo, Bruce no abrió la boca…no, no la abrió porque él era de los que rezan el dicho: “un gesto vale más que mil palabras”…así que decidió contestar no con uno, si no con media docena de azotes que impactaron en el mismo punto central y como era de esperarse, Jasón se revolvió y soltó otro grito:
-¡¡Ayyyyyyy CARAJO!!!...DETENTE BRUCE…POR FAVOR…Esto último me sonó a súplica…creo que porque eso era!!!
-Ah ¿Ya no me ordenas?...le preguntó con sarcasmo acomodando cuatro azotes más en el centro de la retaguardia de Jasón.
-Ouch.. ¡Bruceeeeeee!….Ouch...¡Esto está mal!...Ouch...¡Escúchame!!…Ouch...Es importanteeeeeeeeeee!!
Bruce detuvo los azotes y Jasón se quedó con los ojos apretados.
-Esta bien hijo, te escucho pero ten cuidado con lo que digas que cada palabra puede ser usada en tu contra ante el juez…
- ¡Joder Bruce! …El chico volteó de lado su cara para dedicarle a si padre, su mejor mirada de: Te odio con odio jarocho: ¿Ahora resulta que eres el abogado acusador?
-No, para tu mala suerte soy el juez!!...y dicho esto el caballero llevó su palma derecha hacia arriba y la bajó con incontable veces con tal rapidez que Jasón se preguntó si Barry y Bruce serían familia cercana.
-Ayy…ok, Owww…ok, Ouchhhh….ok…Bruceeeeeeeeeee…Ouuu…ya entendíiiiiiiiiii……
-Bien, pero estas advertido!!... Bruce dejó la mano suspendida en el aire de nuevo y esta vez la sostuvo ahí por varios segundos.
“¡¡Advertido y adolorido, mierda, que derecha te cargas pareces hijo de Muhammad Ali!!”...El chico pensó mientras intentaba recuperar el aliento para hablar: Quiero…que… sepas que este tipo de castigo es inútil…
-Bueno hijo, tan inútil no creo que sea porque de que te duele y eso no lo puedes negar…Bruce le contestó con cierta gracia.
Jasón gruñó un poco, vale que si, le dolía…la maldita mano de Bruce picaba con ganas, sip, ya lo admitió pero ustedes le guardan el secreto que tampoco era la gran cosa: Da igual, al principio te dije que éste es un castigo muy infantil y tú sabes que tengo razón…¿Cuánto llevamos aquí?...¿Media hora, una hora?...
-Uhmm…Bruce vio el reloj de nuevo…No, la verdad es que apenas llevamos siete minutos.
-¡¿Qué?!...Digo, Ehhhh…pues ahí lo tienes, es mucho tiempo…¡¡Mierda tan poquito!!!...Ese maldito reloj debe estar tan atrofiado como su dueño!!!..Mejor dicho, una verdadera pérdida de tiempo
-¿A qué te refieres con eso?… “Interesante…¿Con qué locura me saldrás ahora?”...
Bruce habló como si estuviera dispuesto a negociar uno de los contratos de las empresa Wayne, solo que en vez de charlar cara a cara con su socio, estaba hablando cara a…cara a…mejor olvídenlo y continúen leyendo.
Cada ocasión anterior, en la que Jasón debía reclinarse sobre aquel escritorio, permaneció lo más silencioso posible para demostrarle a Bruce que aunque estuviera ahí, recibiendo una paliza con el trasero al aire, aún tenía el control de su cuerpo y que no era un debilucho, no señor….es más, su padre podía quitarle los pantalones y la capacidad de sentarse, pero su orgullo seguía intacto...pero ésta vez era diferente…y eso no le agradaba.
Su cuerpo (su trasero principalmente) y su orgullo estaban heridos por tan humillante posición y le pedían a gritos salir de ahí y correr lejos, lejos, lejos de las rodillas de Bruce e incluso de la mansión Wayne. Jasón Tood, el mismo que se creía inmune al dolor, que no se dejaba intimidar ni siquiera por su dentista, ese mismo chico tosco que yo adoro (Y ustedes también no se hagan!) en este momento se sentía indefenso e incapaz de controlar sus emociones… ¿Por qué?... Pues…eso ni yo misma lo sé, es su secreto y nunca lo ha contado a nadie….quizá nos lo diga luego, quizá lo publique en su auto-biografía…o quizá se lo cuente a Tim en el capítulo final de la serie!!!
Casi para cumplir exactamente los 10 minutos, Jasón comenzó a sudar frío y lo único que sentía caliente era su cola, debía persuadir a Bruce para que se detuviera ahora mismo porque de seguir este mismo ritmo, en cinco minutos más, capaz y terminaba llorando como un crío justo sobre las rodillas de papito…caramba una gran humillación para un Tood, así que habló rapidísimo, soltando casi todo el oxigeno que tenía en su explicación:
-Pues que tú y yo ya somos viejos en esto ¿Cuántas veces me has castigado? ambos sabemos que no servirá de nada, que solo lo haces para liberar tu conciencia, para que admita que tienes razón, para sentirte un buen padre y bla, bla,bla…así que porque no nos ahorramos todo el teatro y pues, lo dejamos en un empate ¿Te parece?...
Bruce respiró hondo, hondísisisismo y cerró sus ojos con fuerza. Pensó en el día en que Jasón llegó a su vida, con su porte de machito que contrastaba con su voz de jilguero porque estaba a medio cambiar. Pensó en las veces que lo había visto dormir…incluso en esa lúgubre cama de hospital y al final, las tiernas palabras de Tim se mezclaron con sus memorias.
Justo en ese momento Bruce abrió los ojos. Podía sentir el vaivén del estómago de su hijo sobre sus muslos y recordó que ésta era la primera vez que castigaba a Jasón sobre su regazo. Este hijo en particular, no era cliente habitual de las rodillas de papá, sino más bien, de la vara y si su instinto de padre no le fallaba, podía decirse que éste tipo de penitencia realmente había impactado a Jasón…no solo en el trasero, sino también en su orgullo y puede que hasta en su conciencia.
Al contrario de su niño, Bruce se tomó su tiempo en cada sílaba de su discurso: Hijo, esto no es un partido para clasificar al mundial, así que no podemos ni dejarlo en “empate”, ni tampoco irnos a penales. Esto es un castigo, te lo ganaste por mentirme y por ir a ese club, es peligroso y aún eres menor de edad…Jasón resopló de mala gana con ese comentario, pero no había nada que hacer ¿Por qué no se les había ocurrido aprobar que la mayoría de edad fuera a los 15?...
Bruce ignoró las “silenciosas quejas” y continuó hablando: Te doy la razón en lo de: “ya somos viejos en esto”… pero no estoy de acuerdo en que sea una mala inversión de mi tiempo. Eres un mi hijo, un gran chico así que cuidarte, protegerte e incluso castigarte cuando lo merezcas son cosas que jamás consideraré como una pérdida de tiempo…¿sabes por qué?...
Jasón negó con la cabeza y Bruce se acercó un poco a su oído.
-Porque te amo Jasón Tood Wayne.
Las palabras fueron dichas con calma y reconozco que hasta con un poco de dulzura, vale que Timothy estaría muy orgulloso de su papá…lástima que Jasón no pensó lo mismo, porque al escuchar esa frase sintió todos sus recuerdos agolparse en su pecho y comenzó a revolverse de nuevo como si las rodillas de Bruce tuvieran clavos.
Bruce apretó su mano izquierda alrededor del estómago de su hijo para sostenerlo, no podía correr el riesgo de que cayera por accidente de su regazo y parecía que esa era su intención!!....
Para el chico, todo esto era una prueba para medir fuerzas, pero para Bruce, esto era una prueba para demostrarle lo mucho que lo amaba…¿Irónico no?
-NO!!!...suéltame, suéltame, no quiero estar contigo!!...Jasón continuó gritando y removiéndose de arriba a abajo, de un lado a otro, de aquí para allá…de allá para acá, lo que en resumen quiero decir es que el chico se movía con ganas!!
Pero inexplicablemente, o será debido al desvelo, Bruce conservó la calma ante los arrebatos de su hijo como si no le afectaran, vale que se esperaba mínimo un “yo también te quiero papá” pero igual, Francia no se construyó en un día y al verle, supo que ahí, tendido en su regazo no se encontraba su hijo…bueno, si era Jasón pero al mismo tiempo no lo era…ok sé que suena confuso, pero por favor, no me pidan que se los explique porque ni yo misma me entiendo, creo que es algo que solo es posible percibir cuando miras con los ojos del alma…esos mismos ojos llenos de compasión, angustia y cariño que Bruce tenía en estos momentos y que motivaron a su traicionera mano izquierda a frotar el cuello de su niño.
-Bruce…suéltame…estas muy equivocado, muy equivocado…Supongo que Jasón se había quedado sin ganas de pelear porque ahora su voz sonaba casi como un infantil quejido y Bruce y yo apenas pudimos escucharla…
¿De verdad estoy cometiendo un error?...Bruce se preguntó a sí mismo como cada vez que debía castigar a Jasón. Esperaba encontrar en su pecho esa conocida vocecita que le decía: ¡Eres un desastre de padre bruce Wayne!…pero a pesar de la cantaleta de su hijo, esta vez no le acompañó ningún sentimiento de culpa, es más, hasta sintió cierta paz y juró escuchar a su conciencia decirle: “Por primera vez en mucho tiempo, estás haciendo lo correcto”


2 comentarios:

  1. me encanta tu historia .. amo a jason tood y me gusta tu forma de relatar espero sigas y le des fin a esta historia.

    Mary

    ResponderBorrar
  2. Qué maravilla de capítulo!!!!! Ambos, Bruce y Jason son geniales, igual que vos

    Camila

    ResponderBorrar