Capítulo III Al día siguiente

Capítulo III

Al día siguiente

El funeral fue más triste que el velorio, Alessandro tuvo que ser sacado en brazos por su padre... el crio se tiro sobre los ataúdes rogando que despertaran, que seria bueno, que no los haría regañar más, que si despertaran pero eso no sucedió, el que se levantó fue su padre... él que lo cobigo con la fuera que su hijo necesitaba… lo sostuvo cuando las piernas que Alesaandrito ya no respondían se lo llevó a la casa, lo dejó dormir... o más bien dejo que le inyectarán a su hijo otro calmante para dormir...

Los días que siguieron fueron mejor porque Antonella se fue a quedar con él.

 Aunque ella ignoraba olímpicamente a Gino. Si él preparaba la cena ella ordebana comida y se encerraba a comer con Alessandro, si él decía a la cama ella ponía una película. Gino no decía nada sabia que se lo merecia, pero llego el día en que debía viajar, no podía seguir posponiendo mas la conversación.

“Alessandro”

“¿Papà vas a vender la casa de los nonnos?”

“No”

“Te importa si me quedo... puedo pagarte arriendo”

“Alessandro que dices”

“Que me quedo papà, no me voy contigo”

“Pues eso no está en discusión figlio”

“No papà, no está en discusión, no me iré contigo, tu me repudiaste como figlio hace 16 años ahora io repudio a ti como padre”

“Alessandro”

“Alessandro nada papà” dijo parándose de la mesa...

“Soy tu papà Alessandro, el peor del mundo pero soy tu papà” digo apegándolo a su cuerpo y aspirando su olor, “soy tu papà figlio”

“Eso quiere decir que no me cobraras arriendo”

“Eso quiere decir que si no te vas io me quedo contigo” le beso las manos “tú eres mi figlio Alessandro mío” y esta vez lloro no por la perdida de sus padres sido por la pérdida de su hijo.

“Y Hollywood súper estrella”

“A la mierda Hollywood”

Alessandro abrió los ojos enormes, en casa no se permitían esas palabras.

“Donde está el tarro” dijo Gino sacando un billete.

“Donde siempre”

“Esta bastante llenito” dijo al verlo rebosante.

“Mala semana”

Gino abrazó a su hijo.

“tengo que terminar de grabar la película no me queda mucho… me puedo tomar unos días, luego debo volver” le sujeto la cara, le beso la frente. “podemos ir los dos cuando estés de vacaciones, yo puedo grabar y en las tardes podemos recorrer”

“puedo ir con Antonella”

Gino quería decir que no… pero no podía.

“claro”

“No quieres”

“no quiero… quiero estar contigo… sé que es mi culpa, pero quiero compensarte”

“lo sé, papà… podemos hacer el intento…” sonrió.

“gracias figlio” le sonrío

Pasaron el primer mes sin mayores contratiempos porque ambos tanteando terreno, y la verdad fue muy fácil para ellos, Gino trata de complacerlo en todo y Alessandro era un adolescente sin resentimientos.

El problema surgió cuando Gino tuvo que viajar a terminar unas tomas tres días, tres días que Ale tomo como de fiesta, pensaba ordenar a tiempo, pero Gino en vez de tomarse la semana, que había volvió a solo tres días y encontró un desastre en la casa, después de llamar a los padres de todos los adolescentes borrachos y esperar que los fueran a recoger se quedo con su hijo que lo miraba desafiante.

“No tenía derecho”

“sí lo tengo, soy tu padre Alessandro”

“pues metete tu paternidad por donde te quepa y haz lo que has hecho los últimos 16 años” le grito

“no, voy hacer lo que debía hacer echo a hace 16 años” dijo tomándolo del brazo, acercándoselo.

¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS!

“Alessandro, no voy a permitir que te hagas una fiesta sin permiso”

¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS!

“que haces papà” dijo asombrado

¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS!

“Aaaaaah que me dueleeee” lloro

¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS!

“No mas Alessandro Costa, no harás cosas a mis espaldas”

 ¡ZAS! ¡ZAS!

“buaaaaaaa nunca massssss”

“ya tesoro, lo que quieras puedes decírmelo pero no puedes actuar a mis espaldas, sé que no tienes muchos motivos para confiar en mi… pero te demostrare que puedes hacerlo”

“volviste antes” le reclamo sobando su trasero

“te extrañe” le dijo sincero

“Me dolió”

“entonces empieza a portarte bien para no tener que castigarte de nuevo”

“nunca más papà” le dijo mimoso, Gino sonrió le beso los ojos, le dio una palmada en el poto.

“a ordenar antes que vaya por el cepillo de tú nonna”

“NO EL CEPILLO NO” grito mientras corría a ordenar…

“Hay cosas que no cambian mamà” dijo Gino al cielo

“y hay cosas que si” respondieron sus padres desde el cielo.