martes, 30 de enero de 2018

UN REGALO DE NAVIDAD



UN REGALO DE NAVIDAD

Bruce Wayne se paseaba por la mansión cabizbajo sumido en sus pensamientos, mientras los otros integrantes de la familia revoloteaban a su alrededor en el frenesí que significaba la época navideña y adornar toda una mansión.
Dickie corría detrás de Alfred envuelto en guirnaldas parecía un verdadero árbol de navidad andante, mientras Jason y Tim sacaban fotos con sus celulares para luego burlarse de su hermano mayor.
Damián por otro lado lidiaba con las luces de navidad, sentado como un monje en la enorme sala que en ese momento se encontraba abarrotada de arreglos navideños, algunos eran verdaderas antigüedades de la familia Wayne.


Bruce estaba ajeno a los arreglos de navidad tenía otras preocupaciones, las empresas Wayne, Batman y su familia ocupaban todo su tiempo. Pero por sobre todo era su familia lo que más le preocupaba en especial cierto jovencito que crecía más de lo que Bruce le pudiese gustar.
En todos estos años había logrado mantener un firme control sobre sus hijos, nunca los perdía de vista y eso era porque aún los chicos eran pequeños, ahora la cosa parecía cambiar y aunque no le gustara a Bruce debía adaptarse a esa ecuación.
Dick estaba ya en los cursos superiores y eso significaba que los chicos necesitaban más libertad y además la Academia de Gotham le gustaba confraternizar y eso significaba que los chicos de cursos superiores podían intercambiar con otras academias según decían los profesores eso les daba una nueva visión a los chicos.
Así que Bruce se vio enfrentado a un Dick que lo miraba con cara de cachorro y un permiso listo para que él lo firmara y que significaba eso, que Dick podía viajar con otros alumnos de la Academia no solo fuera de Gotham sino que a otro continente, los chicos iban a ir a Italia y pasear por todos los lugares históricos, compartirían con profesores de allá que los apoyarían para comprender más sobre la cultura y la historia.
Sabía que Dick era un chico responsable, no era eso lo que le preocupaba era que al ser hijos de Bruce Wayne eso los hacía blanco de cualquier secuestrador, que más tentador era secuestrar a uno de los herederos de la mayor fortuna de Gotham, por eso era que Bruce tenía a sus hijos bajo vigilancia cada vez que salían fuera de la mansión, aunque ellos no lo supieran tenían guardaespaldas designados que nunca les quitaban la vista de encima.
No era ser paranoico, era que vivían en Gotham, la ciudad era un hervidero de traficantes y villanos.
Se tomó un tiempo para pensar, mientras Dick cada vez que lo miraba lo hacía suplicante.
-Preocupado Señor? – dijo seriamente Alfred mientras traía una merienda para los chicos.
Bruce lanzó un suspiro – Porque tienen que crecer?
-Eso es algo que ni siquiera Usted puede evitar, Señor.
-Lo sé Alfred, pero debo lidiar con eso mis pajaritos quieren volar del nido.
-El Señorito Richard es un niño muy responsable, se portara como debe en su viaje escolar Señor.
-Sé que Dickie se portara bien lo que temo es que algo pueda pasar.
-Lo entiendo, Señor recuerdo cuando me sentaba toda la noche esperando a que usted volviera de alguna de sus “Vigilias” o cuando decidió recorrer el mundo por su cuenta, debe haber tenido tan solo un par de años más de los que ahora tienen el señorito.


Bruce suspiro, Alfred lo conocía más que él mismo no tenía mucho más que reflexionar esa misma tarde firmaría el permiso para que Dick se vaya junto con su curso a Italia.
Dick literalmente saltaba de un lado a otro del despacho de Bruce mientras él lo miraba sorprendido ante tal demostración de felicidad de parte de su siempre bien comportado hijo mayor.
-Nunca pensé que estarías tan feliz de abandonarnos.
-Oh vamos papá, sabes que no es eso  - dijo el adolescente divertido.
Bruce lo miro serio – abra reglas jovencito, que te haya dado permiso no significa que tienes libertad plena.
Dick gruño pero nadie le quitaba la felicidad de su rostro ni las mil reglas de su padre.
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El tiempo pasó incuestionablemente y ahí estaba Bruce Wayne en el aeropuerto de Gotham despidiendo a su hijo que se iba lejos de su protección lejos de su mirada siempre atenta.


Pero el instinto de Bruce nunca fallaba y cuando tuvo la dicha de ser padre este instinto se había multiplicado por mil, con sus hijos todos sus sentidos se agudizaban y por algo no le gustaba dejar a Dick fuera de su rango de vigilancia.
Con tres niños el tiempo pasaba volando especialmente cuando uno de ellos era Jason. Bruce salía en dirección de la academia Gotham para ver que había hecho Jason esta vez cuando Alfred entra en su habitación - Señor es necesario que conteste esta llamada – dijo Alfred serio, la intromisión de Alfred solo podría ser algo serio.
Bruce tomo el teléfono inalámbrico y su cara inmediatamente se desfiguro solo respondía con monosílabas al colgar – Alfred necesito que vayas a la Academia por Jason y necesito que el Jet esté listo para salir a Roma lo antes posible.
Alfred salió a toda prisa mientras Bruce tomaba su celular llamando a Lucius para que se hiciera cargo de todas las reuniones que iba a tener que cancelar, mientras que un niño lo miraba desde la puerta sin atreverse a entrar viendo como su padre caminaba de un lado a otro como león enjaulado.
Hasta que la curiosidad pudo más – Papi, adónde vas? – dijo Damián
Bruce dejo su preocupación de lado para tomar a su bebé en brazos –tengo que viajar pequeño, pero prometo volver muy pronto, debes prometerme que te portaras bien y le harás caso en todo a Alfred.
El niño arrugo su nariz – Puedo ir contigo?
-No bebé, no puedes será un viaje muy corto ni te darás cuenta y ya estaré de vuelta.
-Vas a buscar a Dickie?
-Sí, Dami voy en busca de tu hermano.


Bruce se apresuró en tomar el Jet, mientras llamaba a sus abogados en Italia y fijaba una reunión urgente a penas aterrizara.
Quería que todo fuera lo más confidencial pero sabía que eso era muy difícil una noticia como esa, seguro que traspasaba fronteras, por eso no llamo a su representante en Roma para que fuera a la comisaría donde estaba detenido su hijo, quería ir en persona.


Al llegar al lugar lo estaba esperando Walter, el mejor abogado que conocía en Italia.
-Walter gracias por venir tan de prisa – dijo Bruce estrechando la mano al hombre mayor que lo miraba con suspicacia.
-De nada Bruce, ahora me podrías decir de que se trata todo esto.
Bruce no le había dicho nada a nadie sobre todo no quería que la prensa amarillista se enterara de lo que estaba seguro era un mal entendido.
-La policía me acaba de informar que tienen a Richard detenido por presunta posesión de droga.
El abogado puso mala cara –Lamento decirte que en Italia las regulaciones contra la posesión de drogas es muy estricta incluso si se trata de una mínima cantidad y un menor de edad.
El semblante de Bruce se puso tenso –Walter es mi hijo al que están acusando, necesito sacarlo de ese lugar, todos te deben decir lo mismo pero estoy seguro que esto es un error.
-Cálmate Bruce, es mejor que entremos déjame hablar a mí, pediré que te dejen ver a Richard y me pondré al tanto de los antecedentes.


Bruce entró a la comisaría con el estómago apretado jamás pensó estar en una situación como esta, en su interior estaba seguro que todo era un mal entendido, una muy mala broma, pero contra todos sus deseos podía ver a su hijo sentado al lado de lo que suponía era un policía en un sala.
Walter hablaba con los encargados –Bruce puedes ver a Richard –  lo acompaña hacia la sala, el oficial se levanta para dejar a padre e hijo a solas.
Bruce miró a su hijo que tenía los ojos rojos, no era el momento de pedir explicaciones,  Bruce se acercó para darle un abrazo y eso fue todo lo que Dick necesito para sacar su frustración.
Dick lloraba abrazado a su padre, mientras Bruce solo podía consolarlo –Dick tranquilo ya estoy aquí, no tienes de que preocuparte.
-Papá yo no ……intentaba hablar pero las lágrimas y los sollozos no lo dejaban había pasado muchas horas en ese lugar, en la incertidumbre.
-Tranquilo Dickie ya habrá tiempo de que hablemos de lo que paso, ahora tienes que descansar.
Walter entró a la sala para decirle a Bruce que ya se podía llevar a Dickie, pero no podían dejar el país y debían dejar una dirección de contacto.
Bruce dio un suspiro y sin dejar de mirar a Dickie le dio a su abogado una tarjeta con su dirección en Roma, Alfred ya había hecho todos los preparativos y estaban esperando a Bruce en una de sus propiedades en Roma, prefería que fuera en un lugar lejos de todo y en especial que no fuera un hotel.
Bruce no alcanzó a llegar a la puerta de la comisaria cuando vio a cientos de cámaras y reporteros se dio media vuelta para preguntar si es que había otra salida pero no tuvo suerte, dio un gruñido pensando en cómo es que todos esos reporteros pudieron enterarse tan rápido.
Tomo a Dick de los hombros y lo acercó más a él – Escúchame Dickie quiero que te quedes pegado a mí.
Dick solo sollozo y se apoyó en su padre, tampoco quería que hubiera fotografías de este incidente quería que todo esto fuera una pesadilla.


La salida fue un caos, los flashes de las cámaras cegaban a todos pero finalmente llegaron al automóvil que los esperaba, Bruce no pudo dejar de ver que algunos reporteros eran de los medios de Gotham, cosa que no dejo pasar por alto, como era posible que en Gotham ya supieran lo que pasaba en Roma, acaso alguien había seguido a su hijo todo este tiempo?.


Por fin estaban lejos de todo, Dickie estaba en su habitación, el chico había caído rendido en su cama.
Bruce por otro lado no estaba nada tranquilo, no le gustaba nada lo que le había dicho el abogado, Dick podía irse a Gotham siempre que reconociera que portaba cocaína que era solo para su consumo, pagaban la multa y al ser menor de edad solo necesitaban la firma de Bruce.
Pero Bruce no quería que el historial de Dick quedara manchado, especialmente cuando sabía que todo esto tenía una explicación, confiaba en Dick con su vida.


Por la mañana Dick despertó con un terrible dolor de cabeza, salió directo al baño y se quedó bajo el agua más tiempo de lo normal hasta que sintió ruido afuera.
Tenía que enfrentar a su padre aunque no quería ver reflejado la decepción en el rostro del hombre que más admiraba.


Bruce esperaba a su hijo, pensando en cómo solucionar las cosas lo más rápido posible para volver a Gotham, no le gustaba tener que interrogar a Dickie pero tampoco quería que nada manchara su hoja de vida por lo que debía saber que había pasado.


Dickie se dirigió hacia la cocina, el desayuno era casi sagrado en la familia Wayne, era el único momento en el día en que todos se encontraban.
Y no se equivocó la mesa estaba servida y su padre estaba sentado con una humeante taza de café mientras hojeaba el periódico.
Dick se dejó caer en una silla, no tomo nada porque no tenía hambre a pesar de que no había comido nada desde hace ya un día.
-Come un poco Dickie, vamos a tener un día muy largo.
-No tengo hambre.
Bruce le dio una mirada seria, dejando el periódico de un lado.
Dick no tuvo más remedio que comer algo aunque sentía que nada podía pasar por su garganta, Bruce por otro lado no quería regañar a su hijo, primero debía saber que paso con lujo de detalles, necesitaba que Dickie le contara todo no con monosílabos como lo solía hacer cuando todo comenzaba con un regaño.
-Tenemos que hablar de lo que pasó.- Bruce dijo calmado.
Dick se revolvió en su asiento -Papá no quiero hablar de ese asunto.
-Lamentablemente hijo, tenemos que hacerlo.
-Pero ya te dije que no tuve la culpa.
Bruce suspiro hondo, claro que él sabía que no tenía la culpa pero debía saber los detalles de lo que había pasado.
-Y te creo pero necesito aclarar este asunto, hay algunos vacíos que la prensa se está encargando de llenarlos con falsedades.
-Tú mejor que nadie sabe que los paparazis viven de vender mentiras.
-Si Dick lo sé, pero esta vez es diferente.
Bruce se mostraba impasible y no iba a dar su brazo a torcer, definitivamente no quería firmar la declaración en que su hijo se declaraba culpable por portar droga, no lo haría y si podía evitarlo con la simple aclaración de los hechos contados por el propio Dick, le resultaba la mejor opción.
-No quiero más escándalos de prensa en todos los periódicos o en la televisión, ahora mismo estamos lejos de Gotham pero por lo que me mantiene informado Alfred ya hay historias bastante estrafalarias con lo de tu arresto y eso no lo voy a permitir, eres mi hijo, un Wayne y como tal no puedes estar involucrado en lo que respecta drogas…
Dick al principio escuchaba a su padre con comprensión pero luego que mencionara los medios y que le preocupaba el qué dirán malinterpretó las intenciones de su padre, acaso Bruce estaba avergonzado de él?, bueno, si él hubiese llevado droga por supuesto que tendría motivos para estar avergonzado, pero no era eso lo que había pasado, ya se lo había dicho y acaso no bastaba para la figura emblemática de  Gotham? Dick de pronto se molestó con su padre, no sólo eso, estaba muy furioso.
-…Ya te dije que no quiero hablar de eso.
-Dick entiendo que estés aturdido por lo que pasaste, pero esto es importante…
-… Por qué me presionas tanto?
-Hijo, necesito saber lo que ha pasado, no tenemos pruebas y…
-…Entiendo que para ti mi palabra no es suficiente por lo tanto no es fidedigno para nadie, aun cuando yo digo la verdad.
-No estoy poniendo en tela de juicio tu palabra, sólo necesito saber lo que ha pasado, Dick no entiendes que tu reputación está en juego.
-Y sobre todo TU reputación verdad? Qué dirán los paparazis?: “El magnate millonario cometió un error al adoptar a un drogadicto”, o que tal: “El adinerado falló con su acto de caridad”, o seguramente tu más grande temor: “Predeciblemente el soltero más codiciado de Gotham se equivocó al querer jugar a ser padre”!
Bruce sabía que su hijo había pasado por un momento traumático pero el reaccionar de esta manera no ayudaba en nada, sobre todo cuando su expediente de vida estaba en juego, además todo lo que había dicho era muy injusto y su hijo no era así.
-Dick Wayne es suficiente! Voy a ignorar todo lo que acabas de decir pero necesito que me digas que pasó.
-Pues no lo haré, me importa un bledo lo que digan los demás y no puedes obligarme a decir nada!
Bruce se paró en toda su estatura intimidando al adolescente que rápido perdió la valentía con que había emitido los reclamos innecesarios con que había plasmado su frustración por lo que había pasado, Bruce no necesitó levantar la voz, ni siquiera emitió palabra alguna, solo se limitó a sujetar por el brazo derecho a su hijo para luego sentarse y colocarlo en la clásica posición de castigo, incomoda pero muy efectiva para hacer entrar en razón a cualquiera de sus hijos y Dick no era diferente y por supuesto que podía obligarlo a que diga todo, era Batman!      
-Soy tu padre Dick – Bruce dio a su hijo tres fuertes palmadas haciendo que el chico se retorciera- y como tal es mi responsabilidad cuidarte porque eres mi hijo y quiero lo mejor para ti y lo mejor no es que tu expediente quede marcado por una falsedad, no lo permitiré- agregó 5 palmadas más fuertes y el chico emitió quejidos-  te guste o no lo que hago lo hago por tu bien porque te amo- terminó con diez fuertes palmadas que hicieron que Dick lagrimeara no tanto por el dolor, después de media hora ni lo sentiría, sino porque Bruce nunca se rendía o cansaba de explicar que era su hijo y que lo amaba, aun cuando acababa de lanzarle veneno con sus palabras, aun así, su padre estaba ahí para decirle que lo quería y lo apoyaba como cuando lo vio llegar para sacarlo de prisión ahí estaba su padre incondicional y todo apoyo moral, emocional y como ahora lo demostraba también su característica forma de apoyo para que reaccione de su mala actitud.
Dick se recriminó mucho la actitud agresiva que había mostrado, Bruce no se lo merecía, imaginó como dejó a sus hermanos para ir a su rescate, no sólo eso, el trabajo y lo que hacía mella en su conciencia la vigilancia de Gotham.
-Lo siento papá, de verdad, snif snif snif lamento mi comportamiento.
Bruce reincorporo a su hijo que tenía la cara roja con lágrimas desbordando por sus mejillas, lo abrazó sin dudarlo y se alegró que el chico correspondiera al abrazo, eso significaba que iba a cooperar, Bruce suspiro aliviado ese era su hijo, así era Dick.
Dick le dio una descripción de todo lo que había hecho hasta llegar al Aeropuerto, lo hizo una y otra vez hasta que Bruce podía él mismo repetir cada paso que diera su hijo.
-Voy a estar fuera, no quiero que salgas Dick lo digo en serio – Puso énfasis en lo último no quería más fotografías de su hijo en ningún periódico.
-Pero Papá…. Yo quiero ir contigo podría ayudarte a….
-No Dick es mejor que te quedes – no de muy buena gana Dick se fue a su habitación.
Bruce Wayne fue directo a las oficinas que Wayne’s Company tenía en Italia y se puso a realizar llamadas especialmente a sus amigos encargados de la seguridad de los aeropuertos, tuvo que usar toda su influencia para conseguir tener acceso a las grabaciones que necesitaba y luego ir en persona a revisar dichas grabaciones, lo que buscaba no era específicamente tener una evidencia eso era casi imposible porque a pesar de que las cámaras se ponían en lugares muy abierto no firmaban todo lo que pasaba.
Solo un par de horas tuvo que pasar Bruce mirando las grabaciones y junto con la información del ingreso a Roma que habían hecho ciertos reporteros de Gotham tv justo unos días antes del incidente.
Bruce pudo dar con los dos reporteros que habían incriminado a su hijo solo por tener una noticia, eso fue lo que más enfado a Bruce, arruinar la vida de un chico, independiente que fuera su hijo por una noticia.
Bruce dio una conferencia de prensa, cosa que muy pocas veces hacía cuando se trataba de algo personal al lado suyo estaba Dickie para terminar un mal episodio en la familia.


Ya en Gotham, Dick estaba feliz de estar en su casa por fin, a pesar de que todos sus hermanos lo acosaban para saber los detalles de lo que había pasado. Estar en casa lo hacía sentir seguro.
Pero Dick aún se sentía culpable, ya había recibido castigo y muy doloroso, sin embrago quedaba una charla con su padre que habían dejado para cuando volvieran a casa, claro que Bruce siempre ocupado apenas pisaron Gotham tuvo que ir a su oficina prometiendo volver pronto, promesa que aún no cumplía.


Bruce sentado en su oficina mirando uno de tantos contratos que debía leer, sin embargo no podía dejar de pensar en su hijo mayor, necesitaba hablar con él, más que nada se sentía culpable porque en el fondo todo lo que le pasara a sus hijos era porque ellos eran ahora Waynes y eso era lo único que no podía cambiar.


Sintió los tímidos golpes en la puerta de su oficina – Pasa – fue todo lo que tuvo que decir para que Dick entrara lentamente, admiraba de su hijo mayor su valentía y como enfrentaba las cosas, al revés de él, Dickie le gustaba hablar y expresar lo que sentía.
-Papá solo quería decirte que esto no volverá a pasar, fue mi culpa al ser tan descuidado…
-Dickie perdóname tú, por tener que pasar por todo esto.
El chico se quedó extrañado, mientras Bruce suspiraba –Todo esto pasa porque eres un Wayne.
Dickie se quedó en silencio algo confundido.
-Ser un Wayne fue algo que te impuse, yo quería que fueras mi hijo y no me senté a pensar que era lo que eso iba a significar para ustedes, ser un Wayne significa estar en el ojo de todos los periodistas, de cada cámara de cada persona que se siente con el derecho a saber de nuestras vidas.
-Eso no me preocupa papá, tú me  diste un hogar estoy muy orgulloso de ser un Wayne.
Bruce sonrió – Sabes siempre he escuchado eso, tu salvaste a esos chicos, pero la verdad Dickie es que tú me salvaste hijo y me sigues salvando cada día.


Fin










1 comentario:

  1. Gloria que hermoso leer a tus chicos favoritos!!
    Te quedó increíble el regalito!!
    Me gustó mucho que Bruce dejó todo por rescatar a su hijo!!

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