15.
Los pequeños de la casa
entraron armando jaleo en el salón, la paz y tranquilidad se había acabado,
pensó Armando. Por alguna razón ninguno de aquellos tres era capaz de hablar en
un tono civilizado, era en momentos así que Armando le hubiera gustado ser hijo
único.
-
¿A dónde vas empollón? (le dijo Rui a Armando, al verlo salir
de su habitación con su mochila. Armando le echó una mirada muy dura a su
hermano, que tuviera que aguantar lo de “empollón” y demás lindeces de Oliver
tenía un pase Oliver era 2 años mayor que él, y en un cuerpo a cuerpo tenía
todas las de perder, pero Rui era un microbio y que le faltara así al respeto
le rechinaba los dientes)
-
A la Biblioteca a estudiar, aquí no se puede (dijo enfadado).
Y si me vuelves a llamar empollón te arreo, enano. Estás avisado.
-
¿Tú y cuantos más? em-po-llón (dijo muy gallito Rui).
-
Mira, idiota, te puedo con una sola mano, así que déjate de
payasadas, tienes suerte que tengo prisa.
-
Sí que suerte jajaja (Armando respiró hondo y contó hasta 10
y lo dejó correr. Siempre que caía en las provocaciones de Rui acababa mal para
él. Aunque la culpa fuese toda del niño del demonio Armando estaba convencido
que su padre siempre se ponía de lado de sus hermanos. Pero si preguntásemos a
sus hermanos, ellos dirían que su padre siempre se ponía del lado de Armando,
porque era “el hijo perfecto”).
-
Rui un día tu hermano te va a patear el culo, y te lo tendrás
merecido, queréis dejar al pobre chico en paz (le advirtió su tía).
-
Vaaaaaale (dijo solo para que su tía no le siguiese riñendo).
Oye Nico, Luís me dijo que han montado una feria en el barrio de la Florida ¿Te
hace?
-
No, puedo, Sergio nos va a llevar a Juan y a mí a la playa.
Ya sabes antes de que lo trasladen (dijo intentando no parecer muy triste).
-
Ahhhh (era cierto que Nico se lo había comentado hacía unos
días, pero se le había ido por completo
de la cabeza). Bueno, iré solo, ya te traeré algo.
-
Jovencito, tú no vas a ningún sitio, estás castigado
¿recuerdas?
-
¿qué? Armando y Oliver estaban castigados y salieron ayer. No
es justo.
-
Habla con tu padre, yo lo tengo muy claro Oliver tiene 19
años, ya es mayorcito para saber lo que hace o deja de hacer. Y a Armando se le acortó la condena por buen
comportamiento…deberías de probarlo (dijo intentando no reírse).
-
Oh, vega tía, si me he portado super bien (Carolina lo miró
sin poder creer lo que acababa de decir) hoy (añadió Rui).
-
Lo dicho, habla con tu padre. Yo me voy que hemos quedado con
Sergio y Juan no quiero llegar tarde (dándole un beso en la frente a su
sobrino). Pórtate bien (y agarró la bolsa y Nico y ella salieron dejando con
dos palmos de narices a Rui. Célia des del sofá se rio de su hermano) Oh,
cállate, idiota.
-
Jajaja le diré a papá que me llamaste idiota (sacándole la
lengua).
-
Y yo le diré que has estado toda la semana castigada sin
recreo (no sabía porque pero a la hora del recreo no la había visto y cuando le
preguntó a la señorita Diaz, le dijo que Célia estaba castigada sin patio esa
semana. Célia le echó una mirada de puro odio a su hermano y volvió a ver los
dibujos animados en la televisión. Rui corrió al jardín donde estaba su padre,
haciendo un poco de jardinería porque según él lo único en esa casa de locos
que le relajaba) papaaaaaaaaaaa
-
Ey, campeón (dijo sonriente Francisco) ¿qué haces? (dijo al
ver que su padre estaba haciendo más tareas de bricolaje que de jardinería)
-
Quiero cubrir esta pared con jazmines (dijo muy emocionado),
estaba entre dama de noche o jazmines, pero finalmente me he decidido por los
jazmines.
-
Pues vale (dijo sin importarle tres cominos, ninguno de sus
hijos había heredado su pasión por la jardinería). Oye papá, que este fin de
semana hay feria en la Florida y quería saber si me dejarías volver a casa a
las diez en vez de las nueve (dijo obviando lo de estar castigado a ver si a su
padre se le había olvidado como se le había olvidado con Armando y Oliver).
-
Buen intento, pero estás castigado, y después del fiasco del
otro día con tu amiguito, me sorprende que aún lo intentes.
-
Joooooo Armando y Oliver salieron ayer (dijo dando un pisotón
en el suelo)
-
Rui, no vayas por ese camino que no te conviene (le advirtió
pero de una forma muy cordial, estaba con sus plantas y no quería enfadarse,
era fin de semana y quería pasarlo en paz y tranquilidad)
-
¡Pero no es justo!
-
Rui estás castigado, y en vez de hacer méritos para que te
levante el castigo, como han hecho tus hermanos, vas e invitas a un amiguito a ver porno en
casa (le dijo Francisco sonando un poco irritado pero aún muy civilizado).
-
Puede que el empollón haya hecho méritos, ¿pero Oliver? ¡Si,
claro! (dijo con sarcasmo).
-
Rui, ¿Qué te tengo de llamar a tu hermano así? (le riñó) Y tú
hermano Oliver es mayorcito, ya sabe lo que se hace, y sí, para tu información,
si que ha hecho méritos (Oliver había asistido a todas las sesiones con el
psiquiatra sin rechistar, bueno, sin rechistar mucho). Rui, en vez de fijarte
tanto en tus hermanos deberías fijarte más en ti mismo.
-
¡Pero ya me castigaste por lo de la peli! (dijo furioso Rui,
que se sentía como Oliver Twist).
-
Lo hice, y no estás castigado sin salir por lo de la
peliculita esa, lo estás por la escena de exhibicionismo y vandalismo que tú y
tus amiguitos hicisteis en el centro cívico hace un par de semanas (Francisco
dejó lo que estaba haciendo y se puso serio). Lo que digo es que a diferencia
de tus hermanos en vez de demostrarme que se puede confiar en ti con un
comportamiento ejemplar sigues haciendo travesuras
-
¡Yo no hago travesuras, no digas eso, eso es para niños
pequeños! (le gritó Francisco solo le
hizo falta alzar una ceja para que Rui se acobardara)
-
Rui tengamos la fiesta en paz, metete dentro y si quieres ve
la tele con tu hermana, pero no vas a ir a ninguna parte, sigues castigado (Rui
estaba que echaba fuego por la boca. Su padre era superinjusto. Él era el único
que tenía que cumplir los castigos, él era el único que se tenía que aburrir
como una ostra cuando todos se lo pasaban bien. Así que antes de decir algo que
le llevara a las rodillas de su padre se metió de nuevo en casa. Pero no por
mucho rato, porque fue directo a su habitación a ponerse sus deportivas y a por
su cartera. Solo tenía unas monedas, era final de semana y se había pulido toda
su semanada en chucherías. Rui fue a la habitación de Oliver y Armando y abrió
todos los cajones en busca de algo de dinero. Rui estaba tan enfadado con su
padre que ni se planteó lo mal que estaba quitarle dinero a sus hermanos.
Además estaba furioso con ellos también porque ellos podían salir y él no. Así
que cuando vio la alcancía de Armando no tuvo problemas para abrirla y agarrar
un par de billetes).
Hacía
un día precioso, no mucha calor por lo que era agradable estar fuera
trabajando, Francisco estaba sonriendo como un colegial, imaginando como
quedaría todo cuando la celosía estuviera colocada y los jazmines empezaran a
encaramarse. Ya podía oler la fragancia del jazmín durante las cenas que en
días como aquel le gustaban hacer fuera.
Francisco miró su reloj, eran casi la hora del almuerzo, así que llamó a
Célia y a Rui para ver si les apetecía
pedir algo de comer o preferían comer unas ensaladas en el jardín con él. Pero
solo acudió Célia que se estaba comiendo un helado.
-
Célia, ¿Qué te tengo dicho de comer dulces antes de la hora
de comer?
-
No es dulce, es de limón, es ácido (dijo haciéndose la
listilla. Francisco no pudo más que reírse, esa niña tenía respuestas para
todo).
-
Cómo no comas todo lo que te ponga en el plato…(y le hizo el
gesto internacional para los padres de
dar unos buenos azotes).
-
Me lo comeré todo (dijo rodando los ojos).
-
Llama a tu hermano a ver que quiere comer él.
-
¡Pero si se fue!
-
¿Cómo que se fue? (a Francisco se le transformó la cara,
hasta Célia abrió mucho los ojos al ver la transformación en el increíble Hulk
de su padre).
-
Se fue (dijo tragando saliva).
-
¿Cuándo? ¿Dónde?
-
No sé, se fue hace rato antes de que empezara “Violeta”
(preguntar algo a su hija era como sumergirse en otro mundo. No era capaz de
contestar clara y concisamente). Y no me dijo a dónde.
-
¿Te apetece comer Frankfurts y algodón de azúcar? (le
preguntó con la mirada oscurecida por el coraje de ver como su hijo se había
ido a la feria esa a pesar de que se lo había prohibido expresamente)
-
Si!!!!! (y empezó a dar saltitos de pura alegría) ¡Frankfurts
y algodón de azúcar, Frankfurt y algodón de azúcar, Frankfurts y algodón de
azúcar! (canturreaba feliz).
-
Pues ve a cambiarte, nos vamos a la feria (dijo dejando las
herramientas ahí sin recoger y entrando para cambiarse también).
En que lio se metió Rui,me encanta esta familia.
ResponderBorrarAh no se vale ya me leí todos tus capis así que me quedaré con la duda de que es lo que sigue!!!! Ese Rui es de armas tomar bien me agrada!!!
ResponderBorrarLittle admiro cada una de tus historias, tienes un talentasoo
Oye .. mmmm .... oye ... mm buen ay voy de pediche mmm no piensas regalarnos uno-s cuantos capi-s más de Largo Fin De Semana es que amo esa historiaa posfiss