Ojos que no ven…manos que
guían. Cap-1
Camila
Mi
vida ha sido muy complicada pero no me puedo quejar, decidí dejar de llorar y
renegar de la vida hace mucho tiempo. En estos momentos vivo con mi único hijo
Fernando un pequeño que le gusta estar metido en problemas muy a menudo. Es un
niño excelente aun que como cualquier niño tienes sus momentos tiernos y otros,
bastante chantajista para su pequeño tamaño.
Hacía
dos años me enamores por segunda vez, tarde en aceptar ese amor ya que el
primero me rompió el corazón, Fernando era muy celoso pensaba que alguien le
quitaría a sus mamá, a la vez yo también tenía miedo de que él no aceptara a mi
hijo pero todo resultó muy bien.
Fer
tiene 7 años y a su corta edad no conoce
el rostro de su mamá o su propio rostro ya que nació con ceguera, sus ojos no
servían y no se podía hacer una operación porque era muy pequeño y había tenido
algunos problemas médicos, el doctor recomendó dejarlo en lista para un
trasplante pero que tendría que esperar para después de los 15 años, mientras
tanto tendría que vivir así.
Vivía
con una tía abuela ya que tuve problemas con mis padres y mi antigua pareja,
ellos no me ayudaron cuando estuve embarazada, solo pude contar con la ayuda de
mis tíos abuelos, y mis abuelos
directos. Trabajaba y cuidaba a mi niño, apenas pude terminar la preparatoria.
Antes vivía en un pequeño pueblo rodeado de muchos ranchos, pero me vine a la
ciudad por el apoyo que no tuve en mi casa.
.
Fernando:
mami, podemos compran un pastel, si…
Camila:
pero nadie cumple años.
Fer:
pastel si.
Camila:
está bien, ya que te portaste bien todo el día, vas a tener una rebanadota de
pastel…-tome a Fer de la manita y lo lleve a una pastelería y le compre una rebanada de pastel-
Cuando
llegamos a casa él fue con sus tíos a decirles que su mami le compro un pastel
grandote.
Tía:
a que rico, ven siéntate para que te lo comas –lo senté en la silla y le dio
una cucharita-
El
sabia comer con cubierto, aunque a veces no le atinada a su boca, él podía
récor toda la casa ya la conocía muy bien pero no tenía permitido abrir las
puerta de la calle o salirse.
Fer:
quieres pastel.
Tía:
no amor, es mucho dulce para mí.
Fer:
mami, quieres pastel.
Camila:
claro que sí, -tome su cucharita y me comí un pequeño bocado, tome otro pedazo
y se lo di a el- está muy rico.
Fer:
si, es de queso, me gusta mucho.
.
Estaba
cansada trabajaba de 5 de la mañana a 2 de la tarde para poder cuidar a mi niño las tardes completas y que
no se sintiera solo, mi tía lo cuidaba en las mañanas un rato y lo llevaba a
una escuela especial a las 8 así que yo
pasaba a recogerlo cuando salía de mi trabajo… limpie la cocina y me fui a mi
cuarto llevándome al niño.
Camila:
peque voy a dormir un ratito sí.
Fer:
yo duermo contigo –
Los
dos nos quedamos dormidos una hora, fue lo que necesitaba para sentirme como
nueva. Me quede jugando con Fer, le
enseñada todo lo que podía… le compre muchos juegos didácticos con los que él
pudiera aprender, así como figuritas que pudiera reconocerlas con el tacto, es
muy inteligente y podía memorizar las cosas fácilmente. Le estaba enseñando el
ABC, él tenía un juego con todas las letras… las palpaba y podía ir formado
palabras.
Fer:
perro…
Camila:
no esta no es la e es la c… mira tócala, le falta… a ver busca la e…
Fer
se puso a buscar la letra y a los pocos segundos la encontró: esta mami.
Camila:
muy bien, ahora si dice perro…
Continúo
formando palabras y entre ellas forma
una mala palabra…
Camila:
Fernando… que te dijo mamá de esa palabra…
Fer:
mami, un amigo la dijo porque yo no…
Camila:
porque es una mala palabra.
Fer:
pero que quiere decir puto…
Camila:
Fernando… es una palabra que no tienes por qué repetir… solo no la digas
Fer:
pero que es puto…
Lo
pare de donde estaba y recargándole en mi pierna de baje un poco el pantalón y
le di tres nalgadas.
Passs,
passs, pass –auuu buuaa ya no la digo-
Camila:
eso espero, peque… porque si no mamá te va a volver a castigar en tus pompitas…
Fer:
buuaa…-me senté en el piso y lo puse en mis piernas-
Camila:
ya peque, no digas esas palabras soy feas y malas, además si tus maestros te
escuchas te van a castigar.
Fer:
pero mi amigo la dice…
Camila:
y no le han dicho nada?
Fer:
la maestra le dijo… al rincón.
Camila:
lo castigaron.
Fer:
pero eso no es un castigo.
Camila:
cuando dicen al rincón, es porque te tienes que quedar paradito en un
rinconcito sin moverte por un buen rato,
tu quieres eso.
Fer:
aaa… sin moverte… para nada…
Camila:
así es.
Fer:
no, yo no quiero que me castiguen…
Me
sonreí un poco, Fer no se podía quedar quietecito para nada, siempre estaba
moviéndose de un lado a otro o tocando las cosas o paredes, nunca lo había
castigado así por lo mismo.
Camila:
bueno, vamos a aprender más palabras de acuerdo.
Fer:
sí.
La vida es así tantos niños que no estan bien!!!
ResponderBorrarESte Fernando en una lindura.. y muy inteligente!!!!
Que buen inicio para un nuevo ficc Mary!!!!