lunes, 2 de marzo de 2015

EN CASA DE HERRERO... CUCHARA DE PALO 8.



8.

Armando estaba en su mesas estudiando muy duro, el viernes había un examen de química, y la química no era de sus asignaturas favoritas. Oliver estaba tumbado en la cama con los auriculares puestos viendo una película en el portátil, pero de vez en cuando se le escapaba una risotada, y eso crispaba los nervios a Armando.
Cuando su padre llegó del bufet, fue a ver como andaba Armando. El chico era muy trabajador y nunca necesitó que nadie lo mandara a hacer sus tareas o estudiar, a diferencia de todos los demás que era una lucha constante. Cuando se acercaba a la habitación de Armando y Oliver escuchó el familiar sonido de esos dos peleándose. Francisco sabía que era normal que los hermanos se pelearan entre si, pero esos dos no se daban descanso. No podían vivir ni juntos ni separados. Francisco respiró hondo antes de abrir la puerta para comprobar como Oliver estaba sentado encima de su hermano mientras le daba de nalgadas. Francisco corrió a quitar a Oliver de encima de Armando que aprovechó que su padre sujetaba a Oliver para darle un rodillazo en las pelotas. Oliver vomitó en le acto. Esos dos siempre se peleaban pero pocas veces iban a las manos y solo en un par de ocasiones se habían peleado tan fiero.
-         ¡Armando! (rugió su padre. Armando solo se dio cuenta que la rodilla había ido a la entrepierna de su hermano cuando este ya estaba doblado en el suelo vomitando. La patada tenía que haber ido al estómago).
-         Yo, yo, lo siento, no quería darte en los huevos.
-         Ni en los…(apunto de decir huevos) los testículos,  ni en ninguna parte, no te muevas ni un milímetro (dijo Francisco llevándose a su hijo mayor al baño. Cuando salieron Rui y Nico estaban en el pasillo para ver que era tal escándalo) ¡A vuestro cuarto a hacer los deberes! (estaba claro que Francisco no estaba para replicas así que Nico y Rui se escondieron en su cuarto y por si acaso se pusieron con las tareas, vaya que sobrase para ellos) Déjame ver (dijo su padre en cuanto entraron en el cuarto de baño).
-         ¡Papá, nooo! Estoy bien, solo es que ahí duele horrores (dijo apartándole las manos a su padre que iba a por la goma del pantalón de deporte).
-         PLASS (le picó en la mano para que la quitara y echó una mirada rápida en la zona impactada, no se veía nada, Oliver llevaba razón, solo había sido la impresión por el dolor). Por si acaso, ve a la cocina a por la bolsa de guisantes congelados y te la pones...ahí
-         Papaaaaa (protestó) que estoy bien.
-         Plass (le dio una palmada bien dura en el muslo derecho) ve y rapidito, que ahora hablaremos de eso de pelearos como animales (Oliver resopló pero salió del baño a por esa maldita bolsa. Francisco regresó a la habitación de Armando y Oliver, y Oliver estaba sentado en la cama con cara de corderito degollado). Podías haberle hecho mucho daño a tu hermano. ¿Sabes? Una patada en esa zona…
-         Lo sé, no era mi intención.
-         Ya lo he oído, querías darle en el estómago (dijo echándole una mirada de reproche muy dura). Sé que tu hermano a veces es un grano en el culo pero no tolero que os lieis a golpes. Es algo que ya os he repetido muchas veces ¿He de hacer cómo hago con Célia y Rui?
-         No (dijo bajando la cabeza, en ese instante entró Oliver sujetando la bolsa de guisantes en la entrepierna).
-         ¿Qué ha pasado aquí? (preguntó Francisco y ambos callaron, como de costumbre, la ley del silencio cuando ambos sabían que habían hecho algo que estaba mal). Niñoooooos (Francisco no estaba para bobadas, ahí tenía a dos hombre más latos que él y que se comportaban como dos niños de párvulos)
-         Empezó él (dijeron los dos a la vez apuntándose el uno contra el otro. Francisco cerró los ojos y respiró profundamente).
-         ¿Oliver? ¿Qué ha pasado? (preguntó cansado Francisco)
-         No es justo, siempre él primero (Armando puso morros y se cruzó de brazos).
-         Soy el mayor, idiota (dijo rodando los ojos).
-         Eres un mentiroso compulsivo, imbécil. Solo haces que perdamos el tiempo, si al final me vas a creer a mi porque yo no soy el que te miente (ahora Armando encarándose a su padre) porque perdemos el tiempo escuchando a ese.
-         ¡Armando! Cierra el pico antes que cabes más hondo tu fosa (le advirtió su padre con una voz profunda y grave. Armando puso morros y se cruzó de brazos pero cerró la boca). ¿Oliver? (Francisco se volvió a dirigir a su hijo mayor).
-         El capullo este que en una de sus pataletas de dama estupenda,  me ha roto el portátil (señalando al suelo donde el portátil estaba con la pantalla por un lado y el teclado por otra) y lo necesito para la uni.
-         ¿Por qué te ha roto el portátil? (intentando avanzar en la cuestión)
-         ¿Y porque pian los pajaritos por la mañana? Yo que sé, papá. Este hijo tuyo es una histérica que le dan arrebatos.
-         Oliver (le advirtió su padre) sin faltar al respeto (le recordó muy serio). Dudo mucho que tu hermano simplemente se levantara y fuera hacia tu portátil y lo rompiera. Ya nos conocemos de hace mucho ¿Qué le hiciste?
-         ¿Yo? (dijo ofendido) Yo estaba aquí tranquilito haciendo unos ejercicios de derecho penal 1 y el muy gilipollas me lanzó su libro de algebra y me tiró el portátil, rompiéndolo en dos.
-         ¡Oliver! Nada de insultos.
-         No lo creas, papá,  miente, como siempre (Armando ya no pudo guardar silencio por más tiempo). Es un cerdo mentiroso.
-         ¡Armando! ¿Qué acabo de decir de insultaros? (rugió Francisco que sus hijos parecían no escuchar lo que decía).
-         Lo siento (dijo Armando poniendo morros, Francisco asintió y miró a su hijo mayor)
-         Lo sientooo (dijo sin ganas).
-         Ok, Armando quiero oír ahora tu versión.
-         Yo estaba estudiando porque el viernes tengo un examen de química y le pedí que no hiciera ruido, y al principio me dejó estudiar, pero se puso a ver una peli (Oliver apretó fuerte los puños en cuanto su padre se largara le iba a destrozar los morros a ese chivato) y no paraba de reírse y hacer comentarios, le pedí varias veces que se callara que necesitaba concentrarme para estudiar para el examen (Oliver debía de reconocer que su hermanito sabía que decir para que su padre se cabreara con él), pero entonces empezó a reírse más fuerte, y está claro que lo hacía para fastidiar.
-         ¿Y entonces le tiraste el libro de algebra?
-         De química (le corrigió Armando flojito mirando la moqueta del suelo que parecía más interesante que nunca).
-         No fue así, papá. Yo estaba haciendo mis ejercicios en silencio, lo juro (haciéndose una cruz en el pecho) y él empezó a cabrearse porque no le salían los ejercicios de química, le ofrecí mi ayuda porque es un poquito lerdo para las ciencias (Francisco casi lo fulmina con la mirada al oír como volvía a insultar a su hermano) y el inútil este no solo no aceptó mi ayuda sino que me mandó a la mierda y me lanzó su libro, supongo que quería darme en al cabeza, pero como antes cuando me dio la patada en los huevos, falló y le dio al portátil (Francisco echó otra mirada al portátil, estaba para el desguace, lo agarró y abrió el lector de cds ya allí había un cd que ponía “wrong men”. Francisco sabía que esa era la serie que sus hijos veían últimamente. Sabía que Oliver intentaría engañarle, pero necesitaba pruebas, porque el condenado era muy bueno mintiendo. Pero él era perro viejo)
-         ¡Ja! (dio una risotada Armando señalando a su hermano) ves cómo fue culpa suya, sé pilla antes a un mentiroso que a un cojo, idiota (y Oliver se lanzó contra su hermano pero su padre lo agarró por el brazo y le impidió que se liara a golpes con Armando).
-         ¡YA ESTÁ BIEN! (dijo furioso Francisco) OLIVER (LE dio tres palmadas) PLAS PLAS PLAS NO TE LO REPITO, NO ESTÁ PERMITIDO PEGARSE. (Oliver se alejó rápidamente sobándose el muslo donde acababa de recibir las tres duras palmadas. Francisco agarró a su otro hijo y le fio otras 3 palmadas) ARMANDO PLAS PLAS PLAS NO MÁS INSULTOS (Armando también se alejó lo más que pudo de su padre en cuanto le soltó).
-         Armando, siempre estamos igual, ya te he dicho miles de veces que no importa cuanto te provoquen o molesten tus hermanos, no puedes pelearte con ellos, liarte a patadas, ni lanzarles cosas (dijo muy enfadado). Y Oliver, por dios, que ya no eres un niño, no puedes pasarte la vida chinchando a tus hermanos. Tu hermano necesitaba un poco de silencio para estudiar, lo mínimo era que te mantuvieras calladito ya que no eres tan aplicado como él y en vez de hacer tus tareas te pasas la tarde holgazaneando. Por tu propio bien espero que cuando lleguen las calificaciones de este trimestre de la facultad no vea ni un suspenso (Oliver se puso pálido, ya había suspendido dos y aún no habían llegado los exámenes). Ah, y él único que puede dar unos buenos azotes soy yo. Si te vuelvo a ver zurrando a alguno de tus hermanos como lo estabas haciendo con Armando cuando entré, me quito el cinto y te doy ahí mismo hasta que te salte la piel a tiras ¿Estamos? (tanto Oliver como Armando sabían que su padre sería incapaz de lago tan brutal pero eso no quitaba que diera mucho miedo)
-         Si, señor (dijo Oliver casi tartamudeando).
-         Estáis castigados (antes que pudieran abrir la boca Francisco subió la voz) LOS DOS, no hagáis planes este fin de semana. Armando ve a por la cuchara de la cocina (Armando miró a su padre como si acabara de dictar su sentencia de muerte).
-         Papá, por favor, no es necesario, te juro que no vuelvo a lanzarle nada a Armando, ni a pegarle, ni tan siquiera me discutiré.
-         Sois hermanos, os pelearéis hasta el fin de vuestros días. No es por eso que estoy cabreado, es porque le arrojaste un libro, si le hubieras dado en la cara como supongo que querías, en vez de en el ordenador, ahora podíamos estar hablando en le hospital. Hijo y en vez de arrepentirte o disculparte y aprender de tus errores, volviste a arremeter contra él y esta vez le diste en esa zona tan sensible y suerte ha habido que solo haya sido un susto. Ahora ve a por la cuchara, no me hagas contar, Armando (dijo entre dientes Francisco. Armando miró a su padre con ojitos de cachorrito abandonado, pero sabía que con lo furioso que estaba su padre no iba a funcionar. Así que fue hacia la cocina a por la maldita cuchara de madera que jamás había removido un caldero. Mientras Armando iba a por la cuchara, Francisco se acercó a su hijo mayor). Oliver no pienso poner ni un céntimo para comprarte otro portátil. Te compré el portátil para tus estudios y hasta hoy te lo he visto usar para todo menso para eso (le dijo con una falsa serenidad).
-         ¡Venga ya! Me lo ha roto el menopaúsico ese, y si que lo usaba para la facultad.
-         ¿para algo relacionado con la carrera?
-         Pues sí, hay una asignatura que es online.
-         Pues, hasta que hayas ahorrado para tu nuevo portátil, la tendrás que hacer en ese ordenador (señalando el ordenador que había en la habitación, que des de que Oliver tuviera el portátil no había vuelto usar).
-         ¿Ese?  (dijo con desprecio) Ese es de Armando
-         Ese es mío, igual que el difunto portátil, igual que todo lo que hay en esta casa (le recordó Francisco). Y si tu hermano dice algo me lo dices y ya hablaré yo con él. Y eso me recuerda algo (le agarró de la oreja como cuando era pequeño y se la retorció)
-         Au ayy ay papá, suelta que me haces daño (agarrándose la oreja para intentar evitar que su padre la retorciera aún más)
-         PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS (le dio 6 palmadas lo más fuerte que pudo. Oliver intentó no aullar por la vergüenza de que alguno de sus hermanos se enteraran que su padre lo estaba zurrando)  me da igual lo que te haga tu hermano, aquí soy el único con potestad para zurrar. Si tienes problemas con tus hermanos o lo solucionas pacíficamente ¡Que ya tienes 19 años! O acudes a mí. PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS (6 más cayeran antes que Armando llegara y Francisco soltara a su hijo. Armando aunque no pudo verlas escuchó las 6 últimas justo antes de entrar y la postura tan rígida y la cara desencajada de Oliver no necesitaban más explicaciones. Francisco sentía que era ridículo estar así con un tío de 19 años ya. Pero es que Oliver no ponía ni un gramito de juicio en su cabecita loca) Oliver, tu hermano tiene un examen muy difícil, no quiero que entres en el cuarto hasta después de la cena, si tienes faena puedes ponerte conmigo en mi despacho. Prometo no molestarte (Oliver se puso rojo como un tomate, lo de hacer los deberes vigilados por papá era lago que no hacía des de los 9 años).
-         No, no tengo nada urgente (dijo aún rojo como un tomate, Armando no puedo evitar sonreír al ver el corte que su padre le acababa de dar a su hermano y dijo agarrando el teléfono y saliendo de la habitación para dejar a solas a su padre y a su hermano).
-         Armando la violencia no es algo que permita en esta casa, así que como hago con Célia, esta semana no tienes ninguno de los privilegios que normalmente tienes, como tú aún  estás castigado por lo de la comisaría. Me parece mentira que tenga que tener esta conversación contigo a estás alturas.
-         Es qué él sabe donde dar para hacerme cabrear. Y le encanta hacerlo, de verdad papá, que llevaba toda la tarde aguantándome.
-         La próxima vez agarras tus cosas y te vas a mi despacho, tienes permiso para entrar. Para estudiar (decidió sabiamente añadir). Pero hoy podía haber ido a la cocina, o al salón o incluso al desván.
-         ¿Por qué tenía que irme yo? Yo era el que estaba estudiando, Él era el que estaba solo dando por culo
-         ¡Armando, esa boca!
-         Pero es verdad (dijo indignado. Francisco respiró hondo sabía que cuando querían los hermanos podían hacerse la puñeta a base de bien).
-         Lo es. Pero si hubieras hecho lo que te he dicho siempre que debes hacer en vez de lanzarle objetos a tu hermano, ahora él estaría recibiendo una bronca y tú y esta cuchara (quitándole la cuchara) no tendríais el placer de volveros a ver (Francisco agarró a Armando por el bíceps y lo volteó para tener acceso a su trasero y sin más dejó caer 12 estocadas).  Plack plack plack plack plack plack plack plack plack plack plack plack
-         Aaaaaaaaaaaaaaaaaaarhggggggg ufffffffffffffffffffffffff  grrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr au ayyyyy no au ya, ya, ya para, auuuuuu au mmmmmm
-         Ya, Armando, ya, (dijo acabándolo de voltear pero ahora para poder abrazarlo y que el muchacho llorara sobre su hombre como solía) hijo, siento haber sido tan duro, pero es que ya me tenéis hasta la coronilla de vuestras infantiles disputas. Ninguno de los dos ya es un nene, y llevo toda vuestra vida pidiéndoos que no os peléis, pero ni caso. Al menos con esta (enseñándole de nuevo la cuchara) estaremos un tiempo sin peleas. Espero que llegue un día que no sea ésta (refiriéndose) la que os recuerde que sois hermanos sino ésta (tocándole la cabecita).
-         ¿Papá? ¿Tío Carlos era tan molesto como Oliver?
-         Nop, pero tu tía Carolina le da un millón de vueltas a todos.
-         Pero ella es hermana de mamá, no tuya.
-         ¿Te olvidas que la sufro desde los 15?
-         Jajajaja pero no es igual
-         Ok, no es igual, y tu tío Carlos quizás no era tan molesto como tu hermano pero era mucho más mandón jajaja
-         Eso si que me lo creo
-         Anda, ponte a estudiar, que sé que la química y tú no sois amiguitos precisamente.
-         No la soporto, papá. Estoy deseando acabar el instituto para no volver a ver una fórmula más en mi vida.
-         Te creo yo también odiaba las ciencias.
-         Y a mamá tampoco le gustaban, solo a Oliver se le dan bien. ¿no sé porque está estudiando Derecho?
-         Para atormentarme jajajaja (y ambos rieron, porque es lo que todos pensaron cuando Oliver dijo que iba  a estudiar Derecho).




2 comentarios:

  1. De todos ese par deb hermanos son los que más me agradan!!!!!
    Pero yo no entiendo como es que acabo viviendo la cuñada con ellos!!!!!

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