8.
Armando estaba en su mesas estudiando muy duro, el viernes había un examen
de química, y la química no era de sus asignaturas favoritas. Oliver estaba
tumbado en la cama con los auriculares puestos viendo una película en el
portátil, pero de vez en cuando se le escapaba una risotada, y eso crispaba los
nervios a Armando.
Cuando su padre llegó del bufet, fue a ver como andaba Armando. El chico
era muy trabajador y nunca necesitó que nadie lo mandara a hacer sus tareas o
estudiar, a diferencia de todos los demás que era una lucha constante. Cuando
se acercaba a la habitación de Armando y Oliver escuchó el familiar sonido de
esos dos peleándose. Francisco sabía que era normal que los hermanos se
pelearan entre si, pero esos dos no se daban descanso. No podían vivir ni
juntos ni separados. Francisco respiró hondo antes de abrir la puerta para
comprobar como Oliver estaba sentado encima de su hermano mientras le daba de
nalgadas. Francisco corrió a quitar a Oliver de encima de Armando que aprovechó
que su padre sujetaba a Oliver para darle un rodillazo en las pelotas. Oliver
vomitó en le acto. Esos dos siempre se peleaban pero pocas veces iban a las
manos y solo en un par de ocasiones se habían peleado tan fiero.
-
¡Armando!
(rugió su padre. Armando solo se dio cuenta que la rodilla había ido a la
entrepierna de su hermano cuando este ya estaba doblado en el suelo vomitando.
La patada tenía que haber ido al estómago).
-
Yo, yo, lo
siento, no quería darte en los huevos.
-
Ni en los…(apunto
de decir huevos) los testículos, ni en
ninguna parte, no te muevas ni un milímetro (dijo Francisco llevándose a su
hijo mayor al baño. Cuando salieron Rui y Nico estaban en el pasillo para ver
que era tal escándalo) ¡A vuestro cuarto a hacer los deberes! (estaba claro que
Francisco no estaba para replicas así que Nico y Rui se escondieron en su
cuarto y por si acaso se pusieron con las tareas, vaya que sobrase para ellos)
Déjame ver (dijo su padre en cuanto entraron en el cuarto de baño).
-
¡Papá, nooo!
Estoy bien, solo es que ahí duele horrores (dijo apartándole las manos a su
padre que iba a por la goma del pantalón de deporte).
-
PLASS (le picó
en la mano para que la quitara y echó una mirada rápida en la zona impactada,
no se veía nada, Oliver llevaba razón, solo había sido la impresión por el
dolor). Por si acaso, ve a la cocina a por la bolsa de guisantes congelados y
te la pones...ahí
-
Papaaaaa
(protestó) que estoy bien.
-
Plass (le dio
una palmada bien dura en el muslo derecho) ve y rapidito, que ahora hablaremos
de eso de pelearos como animales (Oliver resopló pero salió del baño a por esa
maldita bolsa. Francisco regresó a la habitación de Armando y Oliver, y Oliver
estaba sentado en la cama con cara de corderito degollado). Podías haberle hecho
mucho daño a tu hermano. ¿Sabes? Una patada en esa zona…
-
Lo sé, no era
mi intención.
-
Ya lo he oído,
querías darle en el estómago (dijo echándole una mirada de reproche muy dura). Sé
que tu hermano a veces es un grano en el culo pero no tolero que os lieis a
golpes. Es algo que ya os he repetido muchas veces ¿He de hacer cómo hago con
Célia y Rui?
-
No (dijo
bajando la cabeza, en ese instante entró Oliver sujetando la bolsa de guisantes
en la entrepierna).
-
¿Qué ha pasado
aquí? (preguntó Francisco y ambos callaron, como de costumbre, la ley del
silencio cuando ambos sabían que habían hecho algo que estaba mal). Niñoooooos
(Francisco no estaba para bobadas, ahí tenía a dos hombre más latos que él y
que se comportaban como dos niños de párvulos)
-
Empezó él (dijeron
los dos a la vez apuntándose el uno contra el otro. Francisco cerró los ojos y
respiró profundamente).
-
¿Oliver? ¿Qué
ha pasado? (preguntó cansado Francisco)
-
No es justo,
siempre él primero (Armando puso morros y se cruzó de brazos).
-
Soy el mayor,
idiota (dijo rodando los ojos).
-
Eres un
mentiroso compulsivo, imbécil. Solo haces que perdamos el tiempo, si al final
me vas a creer a mi porque yo no soy el que te miente (ahora Armando
encarándose a su padre) porque perdemos el tiempo escuchando a ese.
-
¡Armando!
Cierra el pico antes que cabes más hondo tu fosa (le advirtió su padre con una
voz profunda y grave. Armando puso morros y se cruzó de brazos pero cerró la
boca). ¿Oliver? (Francisco se volvió a dirigir a su hijo mayor).
-
El capullo este
que en una de sus pataletas de dama estupenda,
me ha roto el portátil (señalando al suelo donde el portátil estaba con
la pantalla por un lado y el teclado por otra) y lo necesito para la uni.
-
¿Por qué te ha
roto el portátil? (intentando avanzar en la cuestión)
-
¿Y porque pian
los pajaritos por la mañana? Yo que sé, papá. Este hijo tuyo es una histérica
que le dan arrebatos.
-
Oliver (le
advirtió su padre) sin faltar al respeto (le recordó muy serio). Dudo mucho que
tu hermano simplemente se levantara y fuera hacia tu portátil y lo rompiera. Ya
nos conocemos de hace mucho ¿Qué le hiciste?
-
¿Yo? (dijo
ofendido) Yo estaba aquí tranquilito haciendo unos ejercicios de derecho penal
1 y el muy gilipollas me lanzó su libro de algebra y me tiró el portátil,
rompiéndolo en dos.
-
¡Oliver! Nada
de insultos.
-
No lo creas,
papá, miente, como siempre (Armando ya
no pudo guardar silencio por más tiempo). Es un cerdo mentiroso.
-
¡Armando! ¿Qué
acabo de decir de insultaros? (rugió Francisco que sus hijos parecían no
escuchar lo que decía).
-
Lo siento (dijo
Armando poniendo morros, Francisco asintió y miró a su hijo mayor)
-
Lo sientooo
(dijo sin ganas).
-
Ok, Armando
quiero oír ahora tu versión.
-
Yo estaba
estudiando porque el viernes tengo un examen de química y le pedí que no
hiciera ruido, y al principio me dejó estudiar, pero se puso a ver una peli
(Oliver apretó fuerte los puños en cuanto su padre se largara le iba a
destrozar los morros a ese chivato) y no paraba de reírse y hacer comentarios,
le pedí varias veces que se callara que necesitaba concentrarme para estudiar
para el examen (Oliver debía de reconocer que su hermanito sabía que decir para
que su padre se cabreara con él), pero entonces empezó a reírse más fuerte, y está
claro que lo hacía para fastidiar.
-
¿Y entonces le
tiraste el libro de algebra?
-
De química (le
corrigió Armando flojito mirando la moqueta del suelo que parecía más
interesante que nunca).
-
No fue así,
papá. Yo estaba haciendo mis ejercicios en silencio, lo juro (haciéndose una
cruz en el pecho) y él empezó a cabrearse porque no le salían los ejercicios de
química, le ofrecí mi ayuda porque es un poquito lerdo para las ciencias
(Francisco casi lo fulmina con la mirada al oír como volvía a insultar a su hermano)
y el inútil este no solo no aceptó mi ayuda sino que me mandó a la mierda y me
lanzó su libro, supongo que quería darme en al cabeza, pero como antes cuando
me dio la patada en los huevos, falló y le dio al portátil (Francisco echó otra
mirada al portátil, estaba para el desguace, lo agarró y abrió el lector de cds
ya allí había un cd que ponía “wrong men”. Francisco sabía que esa era la serie
que sus hijos veían últimamente. Sabía que Oliver intentaría engañarle, pero
necesitaba pruebas, porque el condenado era muy bueno mintiendo. Pero él era
perro viejo)
-
¡Ja! (dio una
risotada Armando señalando a su hermano) ves cómo fue culpa suya, sé pilla
antes a un mentiroso que a un cojo, idiota (y Oliver se lanzó contra su hermano
pero su padre lo agarró por el brazo y le impidió que se liara a golpes con
Armando).
-
¡YA ESTÁ BIEN!
(dijo furioso Francisco) OLIVER (LE dio tres palmadas) PLAS PLAS PLAS NO TE LO
REPITO, NO ESTÁ PERMITIDO PEGARSE. (Oliver se alejó rápidamente sobándose el
muslo donde acababa de recibir las tres duras palmadas. Francisco agarró a su
otro hijo y le fio otras 3 palmadas) ARMANDO PLAS PLAS PLAS NO MÁS INSULTOS
(Armando también se alejó lo más que pudo de su padre en cuanto le soltó).
-
Armando,
siempre estamos igual, ya te he dicho miles de veces que no importa cuanto te
provoquen o molesten tus hermanos, no puedes pelearte con ellos, liarte a
patadas, ni lanzarles cosas (dijo muy enfadado). Y Oliver, por dios, que ya no
eres un niño, no puedes pasarte la vida chinchando a tus hermanos. Tu hermano
necesitaba un poco de silencio para estudiar, lo mínimo era que te mantuvieras
calladito ya que no eres tan aplicado como él y en vez de hacer tus tareas te
pasas la tarde holgazaneando. Por tu propio bien espero que cuando lleguen las
calificaciones de este trimestre de la facultad no vea ni un suspenso (Oliver
se puso pálido, ya había suspendido dos y aún no habían llegado los exámenes).
Ah, y él único que puede dar unos buenos azotes soy yo. Si te vuelvo a ver
zurrando a alguno de tus hermanos como lo estabas haciendo con Armando cuando
entré, me quito el cinto y te doy ahí mismo hasta que te salte la piel a tiras
¿Estamos? (tanto Oliver como Armando sabían que su padre sería incapaz de lago
tan brutal pero eso no quitaba que diera mucho miedo)
-
Si, señor (dijo
Oliver casi tartamudeando).
-
Estáis
castigados (antes que pudieran abrir la boca Francisco subió la voz) LOS DOS,
no hagáis planes este fin de semana. Armando ve a por la cuchara de la cocina
(Armando miró a su padre como si acabara de dictar su sentencia de muerte).
-
Papá, por
favor, no es necesario, te juro que no vuelvo a lanzarle nada a Armando, ni a
pegarle, ni tan siquiera me discutiré.
-
Sois hermanos,
os pelearéis hasta el fin de vuestros días. No es por eso que estoy cabreado,
es porque le arrojaste un libro, si le hubieras dado en la cara como supongo
que querías, en vez de en el ordenador, ahora podíamos estar hablando en le
hospital. Hijo y en vez de arrepentirte o disculparte y aprender de tus
errores, volviste a arremeter contra él y esta vez le diste en esa zona tan
sensible y suerte ha habido que solo haya sido un susto. Ahora ve a por la
cuchara, no me hagas contar, Armando (dijo entre dientes Francisco. Armando
miró a su padre con ojitos de cachorrito abandonado, pero sabía que con lo
furioso que estaba su padre no iba a funcionar. Así que fue hacia la cocina a
por la maldita cuchara de madera que jamás había removido un caldero. Mientras
Armando iba a por la cuchara, Francisco se acercó a su hijo mayor). Oliver no
pienso poner ni un céntimo para comprarte otro portátil. Te compré el portátil
para tus estudios y hasta hoy te lo he visto usar para todo menso para eso (le dijo
con una falsa serenidad).
-
¡Venga ya! Me
lo ha roto el menopaúsico ese, y si que lo usaba para la facultad.
-
¿para algo
relacionado con la carrera?
-
Pues sí, hay
una asignatura que es online.
-
Pues, hasta que
hayas ahorrado para tu nuevo portátil, la tendrás que hacer en ese ordenador
(señalando el ordenador que había en la habitación, que des de que Oliver
tuviera el portátil no había vuelto usar).
-
¿Ese? (dijo con desprecio) Ese es de Armando
-
Ese es mío,
igual que el difunto portátil, igual que todo lo que hay en esta casa (le
recordó Francisco). Y si tu hermano dice algo me lo dices y ya hablaré yo con
él. Y eso me recuerda algo (le agarró de la oreja como cuando era pequeño y se
la retorció)
-
Au ayy ay papá,
suelta que me haces daño (agarrándose la oreja para intentar evitar que su
padre la retorciera aún más)
-
PLASS PLASS
PLASS PLASS PLASS PLASS (le dio 6 palmadas lo más fuerte que pudo. Oliver
intentó no aullar por la vergüenza de que alguno de sus hermanos se enteraran
que su padre lo estaba zurrando) me da
igual lo que te haga tu hermano, aquí soy el único con potestad para zurrar. Si
tienes problemas con tus hermanos o lo solucionas pacíficamente ¡Que ya tienes
19 años! O acudes a mí. PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS (6 más cayeran
antes que Armando llegara y Francisco soltara a su hijo. Armando aunque no pudo
verlas escuchó las 6 últimas justo antes de entrar y la postura tan rígida y la
cara desencajada de Oliver no necesitaban más explicaciones. Francisco sentía
que era ridículo estar así con un tío de 19 años ya. Pero es que Oliver no
ponía ni un gramito de juicio en su cabecita loca) Oliver, tu hermano tiene un
examen muy difícil, no quiero que entres en el cuarto hasta después de la cena,
si tienes faena puedes ponerte conmigo en mi despacho. Prometo no molestarte
(Oliver se puso rojo como un tomate, lo de hacer los deberes vigilados por papá
era lago que no hacía des de los 9 años).
-
No, no tengo
nada urgente (dijo aún rojo como un tomate, Armando no puedo evitar sonreír al
ver el corte que su padre le acababa de dar a su hermano y dijo agarrando el
teléfono y saliendo de la habitación para dejar a solas a su padre y a su
hermano).
-
Armando la
violencia no es algo que permita en esta casa, así que como hago con Célia,
esta semana no tienes ninguno de los privilegios que normalmente tienes, como
tú aún estás castigado por lo de la comisaría.
Me parece mentira que tenga que tener esta conversación contigo a estás
alturas.
-
Es qué él sabe
donde dar para hacerme cabrear. Y le encanta hacerlo, de verdad papá, que
llevaba toda la tarde aguantándome.
-
La próxima vez agarras
tus cosas y te vas a mi despacho, tienes permiso para entrar. Para estudiar
(decidió sabiamente añadir). Pero hoy podía haber ido a la cocina, o al salón o
incluso al desván.
-
¿Por qué tenía
que irme yo? Yo era el que estaba estudiando, Él era el que estaba solo dando
por culo
-
¡Armando, esa
boca!
-
Pero es verdad
(dijo indignado. Francisco respiró hondo sabía que cuando querían los hermanos
podían hacerse la puñeta a base de bien).
-
Lo es. Pero si
hubieras hecho lo que te he dicho siempre que debes hacer en vez de lanzarle
objetos a tu hermano, ahora él estaría recibiendo una bronca y tú y esta
cuchara (quitándole la cuchara) no tendríais el placer de volveros a ver
(Francisco agarró a Armando por el bíceps y lo volteó para tener acceso a su
trasero y sin más dejó caer 12 estocadas).
Plack plack plack plack plack
plack plack plack plack plack plack plack
-
Aaaaaaaaaaaaaaaaaaarhggggggg
ufffffffffffffffffffffffff
grrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr au ayyyyy no au ya, ya, ya para, auuuuuu au
mmmmmm
-
Ya, Armando,
ya, (dijo acabándolo de voltear pero ahora para poder abrazarlo y que el
muchacho llorara sobre su hombre como solía) hijo, siento haber sido tan duro,
pero es que ya me tenéis hasta la coronilla de vuestras infantiles disputas.
Ninguno de los dos ya es un nene, y llevo toda vuestra vida pidiéndoos que no
os peléis, pero ni caso. Al menos con esta (enseñándole de nuevo la cuchara)
estaremos un tiempo sin peleas. Espero que llegue un día que no sea ésta
(refiriéndose) la que os recuerde que sois hermanos sino ésta (tocándole la
cabecita).
-
¿Papá? ¿Tío
Carlos era tan molesto como Oliver?
-
Nop, pero tu
tía Carolina le da un millón de vueltas a todos.
-
Pero ella es
hermana de mamá, no tuya.
-
¿Te olvidas que
la sufro desde los 15?
-
Jajajaja pero
no es igual
-
Ok, no es
igual, y tu tío Carlos quizás no era tan molesto como tu hermano pero era mucho
más mandón jajaja
-
Eso si que me
lo creo
-
Anda, ponte a
estudiar, que sé que la química y tú no sois amiguitos precisamente.
-
No la soporto,
papá. Estoy deseando acabar el instituto para no volver a ver una fórmula más
en mi vida.
-
Te creo yo
también odiaba las ciencias.
-
Y a mamá
tampoco le gustaban, solo a Oliver se le dan bien. ¿no sé porque está
estudiando Derecho?
-
Para
atormentarme jajajaja (y ambos rieron, porque es lo que todos pensaron cuando
Oliver dijo que iba a estudiar Derecho).
Me encanta esta familia.
ResponderBorrarDe todos ese par deb hermanos son los que más me agradan!!!!!
ResponderBorrarPero yo no entiendo como es que acabo viviendo la cuñada con ellos!!!!!