Trece primos y una historia: Lacour
Capítulo 2: Centros comerciales
Decidí ajustar la fortuna de los Lacour a una cantidad más razonable
para hacer más realista la historia, 54 millones de dólares para ser precisos.
Aunque sigue siendo mucho dinero, hay miles de familias en México con una
fortuna similar, y la historia está contada desde la perspectiva de una familia
millonaria.
Miguel Ángel POV
En el salón
de juegos del hotel hacíamos mucho escándalo, y probablemente éramos una
especie de espectáculo para las otras personas. Román, Bruno, Santiago y
Fernando jugaban en el hockey de mesa, mientras que yo, Ricardo, Alejandro,
Cristian, Sofía y María José jugábamos ping pong. Por su parte, Leonardo, Ana y
Andrés jugaban armando Lego.
Hicimos un
mini torneo y Alejandro nos dominó brutalmente con sus jugadas rápidas y sus
potentes disparos. Alejandro acababa de sacar a Ricardo del juego cuando recibí
una llamada al celular, revisé el nombre, era de mi abogado. Tomé la llamada.
-¿Cómo está
Licenciado?-dije
-Pues yo
mejor que nunca- me respondió con algo de ironía, algo que me extraño- el que
creo que no está tan bien es usted.
-No lo
comprendo Licenciado.
-Bueno Miguel
Ángel, para no extenderme mucho, le informo que ha perdido toda la fortuna
Lacour, incluyendo las propiedades, las inversiones, el dinero y las acciones.
-¿Qué?-
Exclamé horrorizado
-Sí, aunque
por piedad a sus primos decidí dejarle su Penthouse en Balvanera y una de las
camionetas Cadillac Escalade blindadas que tanto le gustan a su familia. Además, para que vean mi buena
disposición, yo pagaré la cuenta del hotel.- dijo con mayor ironía y riéndose
maliciosamente.
-Haber si por
primera vez en sus vidas aprenden a trabajar- remató.
Me desplomé
internamente, creo que mis primos se dieron cuenta porque los mayores dejaron
de jugar y se me quedaron viendo preocupados. Tenía ganas de gritarle todo a mi
abogado, tenía ganas de arrojar el celular al suelo el celular, pero vi a mis
primos y comprendí que debía calmarme por nuestro propio bien. Necesitaba
pensar mucho, aceptarle esas migajas que mi abogado me ofrecía eran un golpe
mortal a nuestra dignidad, pero no teníamos más opciones. Así que le dije que
estaba de acuerdo con sus ofrecimientos aunque le aseguré que haría todo lo
posible por recuperar mi dinero legalmente.
-Voy a pagar
la cuenta del hotel ahora mismo.- me dijo y colgó.
Santiago POV
La llamada
que estaba haciendo Miguel Ángel se nos hizo muy extraña, y vimos que estaba
verdaderamente preocupado. Cuando terminó nos miró, respiró y nos dijo: vamos
al cuarto, tengo que explicarles algo muy importante.
Cuando
estábamos todos en la suite, Miguel Ángel nos explicó la situación.
-Mi abogado
nos quitó el dinero y nos dejó sin nada. Salvo mi casa y una de las camionetas.
Tengo la esperanza de que recuperaremos todo de nuevo, pero los juicios pueden
llevar meses, y tenemos que ver la forma de vivir mientras.
Todos nos
quedamos en silencio tratando de asimilar lo que eso significaba.
-¿Cómo vamos
a pagar la cuenta del hotel?- preguntó Fernando
-Gabriel (el
abogado) va a pagarla- respondió Miguel Ángel
-Tenemos algo
de dinero en nuestras cuentas personales, chicos, y además tenemos la casa. Voy
a tratar de cobrar el seguro que faltó.- Miguel Ángel trató de calmarnos, y en
cierta forma lo logró, él siempre fue un gran primo para nosotros y hoy que
estábamos a su cargo no traicionaba nuestra confianza.
El abogado
pagó el checkout del hotel y nosotros nos dirigimos al Penthouse en Querétaro.
Antes de
salir de la ciudad nos dirigimos al banco para revisar nuestras cuentas
personales, nuestros padres siempre nos abrían una cuenta bancaria al cumplir
10 años, y desde pequeños nos enseñaban a administrar el dinero. Lo que
encontramos en nuestras tarjetas fue lo siguiente:
1 dólar = 17 pesos mexicanos
Miguel Ángel:
$280 mil pesos (Miguel siempre había sido muy ahorrador)
Fernando: $57
mil pesos (Fernando siempre fue un excelente administrador)
Yo
(Santiago): $13 mil pesos (yo ahorraba
pero también gastaba en cosas caras)
Bruno: $300
pesos (Bruno gastaba más que todos en tecnología)
Román: $19
mil pesos (Román era término medio en todo esto, gastaba más en ropa, relojes,
etc… )
Sofía: $1500
pesos (no cuidaba mucho su dinero)
María José:
$3800 pesos (gastaba mucho en ropa aunque cuidaba un poco mejor su dinero)
Cristian:
$5700 pesos (es fanático de los drones y está ahorrando para uno más grande)
Alejandro:
$4000 pesos (Alejandro prefiere leer, tiene muchos libros pero aún así le queda
algo de dinero)
Ricardo:
$2000 pesos (Lleva poco tiempo con su cuenta y todavía no se administra muy
bien)
Como he
mencionado anteriormente, desde pequeños nuestros padres nos enseñaban a
administrar el dinero. A partir de los 9 años nos pagaban una semana de $2000
pesos que se incrementaba $500 pesos por cada año adicional de edad. Este
dinero era adicional a todo lo que nuestros padres nos compraban, y podíamos
gastarlo en gadgets de tecnología, libros, juegos, películas, viajes,
restaurantes, con nuestros amigos, con la novia, ahorrarlo o como quisiéramos.
Los menores de 9 años solamente recibían dinero en cumpleaños u ocasiones
especiales.
Además de lo
anterior, Leo tenía $500 pesos en efectivo. Andrés y Ana no tenían nada.
Cuando lo
sumamos dio la cantidad de: $370’800 pesos más los $16 mil pesos que Román
separó de su cuenta para pagarle a Bruno su celular. Eso era todo lo que
teníamos aparte de la camioneta y del Penthouse.
Pasamos todo
el dinero a la cuenta de Miguel Ángel para que él lo administrara aunque nos
dejó a cada quién dos mil pesos en nuestras cuentas. Después fuimos a comprar
el celular de Bruno y nos dirigimos a Querétaro.
Miguel Ángel POV
El viaje a
Querétaro no fue tan fácil, pues ir trece personas en una camioneta diseñada
para ocho o nueve no es precisamente la comodidad total. Además de que todos
estábamos acostumbrados a vivir entre el lujo, lo cual complicaba un poco más
la adaptación. Al llegar a Querétaro quisieron pasar a comprar algo, les
recordé que ya no podíamos despilfarrar el dinero como antes, pero accedí a que
pasáramos a comer algo al centro comercial. Controlar a doce chicos en un
centro comercial es un verdadero maratón. Como no se ponían de acuerdo en qué
querían comer y separarnos iba a ser un caos, yo decidí que comeríamos sushi.
Pedimos tres charolas grandes de sushi, otras de arroz japonés y dos más de camarones
empanizados. Tenía un <> (pensé) problema, Ricardo odiaba
los mariscos, pero el problema empeoró.
-Yo eso ni
siquiera lo voy a probar- exclamó Ricardo
-Pues vete
acostumbrando- le dijo María José para molestarlo- ahora que somos pobres tal
vez tengamos que comer sushi y camarones diario.
No pude
evitar sonreír ante la ocurrencia de María José, es que no cabe duda que comprendían muy poco
de la diferencia entre ricos y pobres. Y por supuesto, no sabían que entre los
pobres los mariscos son casi un lujo. Pero la sonrisa me duró poco, pues vi
como Ricardo golpeaba en el brazo a su hermana.
-¡Antes me
muero de hambre que comer esta basura de pobres!-Exclamó furioso
Yo salté de
la silla, y le grité-¡para!
Nuevamente
éramos el centro de atención de todas las mesas en la fuente de sodas.
-I’ll give
you a spanking- le dije en inglés para evitar que la mayoría de las personas a
nuestro alrededor nos entendieran. [Te daré una paliza]
Con eso logré
evitar que le diera un segundo golpe a su hermana y además se volteó ruborizado
hacia mí. A pesar de que era poco probable que la gente alrededor hubiera
entendido lo que le dije, se puso algo rojo de la cara y me miró sorprendido y
preocupado a la vez.
-But.. at
home.. please- tartamudeó
-Claro- le dije
tratando de no reír por su actitud infantil, pues me pedía que fuera en la
casa. Y por supuesto que no era mi intención avergonzar a Ricardo.
Después de
eso le compré una hamburguesa y nos sentamos a comer más calmadamente.
Ya en el
Penthouse tratamos de distribuir los cuartos.
Les dejamos
el cuarto pequeño a las tres niñas, y yo me quedé en el principal con Leo,
Andy, Alejandro, Ricardo y Cristian, mientras que les dejé el cuarto mediano a
Fernando, Román, Bruno y Santiago.
Después de
organizarnos un poco mis primos se fueron a jugar a los jardines y canchas del
club Balvanera (Balvanera es un residencial club), todos excepto Ricardo.
Llamé a
Ricardo a mi cuarto.
-Chico, tú
sabes que lo que hiciste estuvo muy mal. No estoy de acuerdo con que se
molesten, pero es algo normal. Lo que no es normal es que tu reacciones con
golpes a la broma de tu hermana.
-Sabes que no
les voy a permitir pelearse de esa forma, y mucho menos que golpees a tu
hermana.- continué
– Sácate el pantalón chico- le indiqué.
Igual que
Bruno aquella primera vez, se sorprendió bastante con mi petición, y me suplicó
que no. Pero al final me hizo caso. Tomé el cinturón y…
Zas.. Zas..
Ouch.. Zas.. Ya!.. Zas.. Ay.. Zas.. Ah Zas.. Buaa
Ricardo
comenzó a llorar, pues le estaba dando un poco fuerte. Me sentí mal de hacerlo
llorar. Pero le di dos más para reforzar la lección, no quería que pensara que
podía golpear a su hermana sin consecuencias.
Zas.. Zas..
Buaaaa..
En total le
había dado ocho con el cinto, un poco fuertes, pero creo que sus acciones lo
ameritaban.
Llorando,
Ricardo se levantó y se sobó, pues le habían dolido. Se puso el pantalón y yo
lo abracé.
-No quiero
que vuelva a pasar esto- le dije. – Ahora ve y discúlpate con tu hermana y
después puedes ir a jugar.
-Perdón- me
dijo mientras me apretaba en un abrazo- no lo voy a volver a hacer.
Con una
sonrisa de asentimiento, lo conduje a la puerta para que fuera a jugar con sus
hermanos, y después me desplomé en el sillón de la sala. Tenía que pensar en
muchas cosas.
Una de las
cosas que más me preocupaba era que al ser la sociedad mexicana una sociedad
extremadamente clasista, mis primos sufrieran el cruel clasismo dentro del
círculo social al que pertenecíamos, pues habíamos pasado de la élite mexicana
a una especie de clase media alta con riesgos de seguir bajando más en la
escalera social mexicana si no nos administrábamos bien.
Por el momento no me preocupaba de la escuela
de mis primos, pues estábamos en las vacaciones de medio año. Pero muchos de
los gastos como las membresías de clubes y otros lujos tendrían que terminar.
Una de las cosas que más extrañaría era el polo, pues yo siempre había sido un
excelente jugador y lamentablemente el polo es uno de los deportes más caros de
practicar. Decidí seguir dándoles su semana a mis primos aunque reducida a un
10% de lo que originalmente recibían. Así mismo solamente contrataríamos a la
señora de la limpieza de la casa y a un joven para que se encargara de la
camioneta y de cualquier extra. Después de haber estado rodeados de una
multitud de sirvientes, escoltas y chóferes la diferencia era considerable.
Sabía que la
mayoría de los amigos de mis primos no comprenderían realmente la situación,
así que decidí que no habría problema si seguían en contacto con sus amigos.
Tenía la esperanza de que por lo menos algunos de sus amigos lo fueran
realmente, de esos que no les importa tanto el dinero o la posición social,
sino la amistad.
Otro aspecto
que me preocupaba era el de mis primos, ¿estaba llevando bien esto de cuidar a
mis primos? [[Lectores, dejen sus
opinión de si Miguel Ángel está haciendo la cosas bien o hay alguna crítica que
tengan respecto a la forma en la que se encarga de sus primos]] No me
agradaba tener que castigarlos pero creía que sus acciones lo ameritaban a
veces . De cualquier forma creo que estábamos superando los retos bastante bien
y que a pesar de todos los males que nuestra familia había pasado estábamos
contentos de estar juntos.
Román POV
Llevábamos
varios días en Balvanera, y yo personalmente disfrutaba mucho ver las prácticas
de polo en el club. No comprendí como había rechazado el practicar polo cuando
podíamos pagarlo, pero ahora solamente era un sueño. Observaba a los jinetes
golpear la pelota con el taco mientras continuaban en ese potente trote. Un día
uno de los entrenadores me miró y me dijo:
-¿No quieres
tomar una clase de prueba?
-Tal vez- le
dije aunque en realidad moría de ganas.
-La próxima
semana puedes venir a una de las clases de principiantes- me invito.
Me sentí
orgulloso, tal vez habíamos perdido mucho dinero, pero la gente que no lo sabía
me consideraba digno de jugar polo.
El club tenía
muchas actividades y algunos espacios estaban libres para los residentes, así
que mis hermanos y yo jugábamos fútbol con otros chicos del residencial. Bueno
todos los chicos excepto Bruno que prefería jugar videojuegos en su IPad y
Alejandro que se la vivía leyendo. Afortunadamente María José y Sofía tenían una
fascinación por cocinar juntas, así que se la pasaban cocinando para todos
nosotros. Para ellas cocinar fue como un hobby esos primeros días.
La mayoría de
nuestros amigos estaban de viaje por las vacaciones, así que decidí que no
tenía que darles explicaciones de nada, y de vez en cuando nos escribíamos por
Whatsapp como si nada hubiera pasado. Por increíble que parezca estas eran de
las mejores vacaciones que yo recordara, y es que estar todos los primos juntos
(ahora hermanos) era simplemente maravilloso.
Además en cierta forma estábamos disfrutando las cosas sencillas como
jugar con los demás chicos del residencial o ir todos juntos al cine.
Al final de
la semana solamente habíamos gastado unos quince mil pesos, lo cuál era una
verdadera muestra de austeridad para nosotros.
Fernando POV
El lunes
Miguel Ángel fue a checar lo del seguro de vida que faltaba cobrar. Salió a las 5 de la mañana y decidió irse en
Uber para evitar problemas con los estacionamientos y todo ese relajo cuando
uno va a hacer trámites.
Nos dejó una
nota: aquí tienen $1700 para que coman y
hay algo de comida en el refrigerador para que desayunen. No salgan, pidan lo
que necesiten al ayudante. Espero regresar pronto. Pórtense bien.
El día
comenzó un poco más caótico que de costumbre, con algunos pleitos entre mis
hermanos. Sofía y María José se negaron a cocinar y como eran las 7am la
sirvienta todavía no había llegado. En nuestro cuarto oí a Román y Bruno
peleando por la película que querían poner en Netflix, y en el cuarto de Miguel
Ángel los pequeños también estaban peleando.
Los llamé a
todos a la sala, y les pregunté
-¿Qué quieren
o qué piensan hacer?
Todos
empezaron a hablar en voz alta y aquello se volvió un caos.
Entonces Román
propuso que saliéramos a desayunar y a pasear fuera del residencial, más
específicamente hacia la ciudad.
Bruno,
Santiago y todos los demás también lo apoyaron. Miguel Ángel nos había pedido
que no saliéramos pero yo también tenía ganas de salir a pasear y además
controlar a los chicos en esta situación era imposible. Miguel Ángel había
dejado la camioneta y yo era el único de los chicos además de Miguel Ángel con
licencia de conducir, así que nos subimos a la camioneta y nos fuimos a la
ciudad manejando yo.
Pusimos en el
GPS el camino para llegar al centro comercial más grande de Latinoamérica, el
famoso centro comercial Antea ubicado en Querétaro. Después de eso comenzó el
pleito para escoger la música que pondríamos en la camioneta, todos trataban de
conectar sus celulares al Bluetooth de la camioneta, y para solucionar el
problema conecté con un cable mi celular y desconecté el Bluetooth del estéreo,
después de eso puse una playlist de DJs y todos se quejaron pero por lo menos
se acabo el pleito. Bruno y Santiago decidieron utilizar audífonos y los demás
se conformaron.
Llegamos al
centro comercial sin problemas y desayunamos pizzas, pasta, papas y aguas de
sabor. Nos gastamos unos 1100 pesos solamente en el desayuno. Después estuvimos
recorriendo el enorme centro comercial y fuimos al cine con el dinero que nos
había dejado Miguel Ángel en nuestras cuentas. A la hora de comer nos quedaba
muy poco dinero así que decidimos pedir algo más sencillo, unos paquetes de
baguettes con refresco y chips en promoción. Con muy poco dinero que nos
sobraba decidimos regresar a la casa, esperábamos que Miguel Ángel todavía no
hubiera regresado.
El problema
fue que la avenida por la que teníamos que regresar estaba cerrada por una
manifestación política en contra del gobernador, una protesta válida (según el
loco de mi hermano Santiago que es al único de la familia que le interesa la
política). Tratamos de buscar otra forma de regresar, pero no sabíamos que la
alternativa que nos daba el GPS pasaba por un barrio un poco peligroso a las
afueras de la capital de Querétaro. La moderna ciudad de Querétaro con sus
lujosos hoteles, centros comerciales y sus prósperos comercios e industrias se
fue convirtiendo en barrios descuidados y algo solitarios, con gente de no muy buen
aspecto. De pronto un grupo de cinco personas nos impidió el paso y sacaron
tres pistolas para apuntarnos, seguramente al ver la lujosa camioneta habían
decidido asaltarnos o secuestrarnos. Traté de dar marcha atrás mientras uno de los delincuentes disparaba su arma
contra la camioneta. Mis hermanos se asustaron mucho, y yo traté de actuar con
la mente fría…
Continuará…
Tu historia me gusta mucho *-* Será que me van las multitudes jajajaja Por experiencia te digo que manejar tantos personajes puede ser confuso al principio. En mi caso, soy muy desorganizada, y al principio no tenía muy clara la personalidad de cada uno. Personalidades diferentes harán que la gente diferencie rápidamente unos de otros, así como algunos hobbies característicos, y tal. Tú ya lo haces así, así que genial.
ResponderBorrarA mí me cuesta a veces recordar las edades de tus chicos, y tengo que volver al primer capítulo para ver quién era el de diez, etc. Por eso tal vez estaría bien si de vez en cuando mencionas algo que haga que nos acordemos de su edad.
Dicho esto, sobre lo que preguntabas, MIGUEL ANGEL ME ENCANTA. Creo que es una persona digna de admirar. Y en el primer capítulo simplemente lo amé. Pero… Ricardo es el de 10 ¿no? ¿No se pasó un poco esta vez al castigarle? (Sí, me voy a poner del lado de los peques, jajajaj Defensora de causas infanto-adolescentes y perdidas xD)
Ahora, desde ya te digo ¿CÓMO .LO DEJAS ASÍ? Voy corriendo a leer el siguiente capítulo. Espero que no les haya pasado nada.
Jaja, ya sé porque te gusta esta historia. ¡Porque está inspirada en la de "Once historias y un hermano"! Y además porque está escrita por tu más grande admirador. Hace aproximadamente un mes y medio descubrí este blog y tu historia. ¡Leí tus 49 capítulos en menos de cinco días! Me cautivaron y me inspiraron a escribir mi propia historia, un proyecto que había querido escribir desde hace algún tiempo pero que tu historia fue el impulso perfecto para iniciar y publicar.
BorrarPor cierto, hace tiempo que no actualizas a los Whittemore, la situación de enfermedad de Theodore nos tiene con el alma en un hilo,y no se diga su romance con la periodista mamá de otro tanto de hijos ;)
Con todo verás que mi historia no es precisamente una copia de la tuya, pues de entrada la idiosincrasia y cultura de los personajes es diferente, además de que se desenvuelven en contextos y con aventuras diferentes. Por cierto, podría apostar que tu corriente literaria favorita es la misma que la mía: Realismo
Te mando un afectuoso saludo y agradezco mucho tus comentarios.
Y esto va para todos:
¡Sigan comentando en mis historias que eso es lo que me anima a seguir! Feliz Navidad y año nuevo!
Por cierto, debo admitir que tu lado humano me agrada bastante. Tus historias no son crueles y yo trato de que las mías tampoco lo sean aunque tal vez a veces Miguel Ángel exagera, hay que darle oportunidad pues apenas está aprendiendo a controlar a doce escuincles latosos (chicos traviesos en lenguaje mexicano ;)
BorrarMe encanto espero la continuacion
ResponderBorrarMe da mucha satisfacción el que mi historia les guste. Por cierto, la continuación ya está publicada. ¡Feliz navidad y año nuevo Taz!
BorrarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
BorrarMe encantó tu historia. .. también me pasa esto de olvidar las edades pero me voy apañando ... me gusta la manera en la que escribís y Miguel Ángel hace un buen trabajo aunque eso de llamarlos" chico" antes de castigarlo no me gusta es algo impersonal (desde mi punto de vista) preferiría q les diga x el nombre. Por el resto me encanta... pero espero q no se haga costumbre esto de los finales con tanto suspenso q mata jaja... de verdad me gusta.
ResponderBorrarSólo algo más... voy a tener q disputar el puesto de fan número 1 de once hermanos y una historia ya que los amo y se q hay varias antes que yo disputando el puesto jajaja es broma!! Y felices fiestas tambien
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarholas, mousse aqui presente, leilos comentarios y concuerdo con Dream en que please coloca las edades porque no me acordaba de las edades y si es mucho castigo el cinturon para un pequeño >...< pd: En serio debes actualizar mas seguido please que la mezcla de emociones y realidades abruptas son sencillamente esquisitas y siiii los comentarios animan a escribir asi que tu comenta tambien cada vez que leas un fic!!
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