Trece primos y una historia: Lacour
Capítulo 3: Terror
En realidad
México no es tan violento como se exagera en las películas, novelas o medios de
comunicación. Aunque tampoco nos sorprenden situaciones como la que le sucedió
a la familia Lacour, pues llegan a suceder en algunos casos, sobre todo en los
estados con un alto índice de narcotráfico.
Fernando POV
Cuando oímos ese primer disparo todos mis hermanos se
agacharon en la camioneta, y yo hice lo que el instinto me dijo, apreté el
acelerador en reversa y me estrellé contra un carro que estaba estacionado en
la curva, los otros dos delincuentes también accionaron sus pistolas. Traté de
dar la vuelta pero la camioneta era muy larga como para dar la vuelta en un
solo movimiento en aquella calle. Y quedamos atravesados en la calle mientras
los delincuentes disparaban una segunda ráfaga de balazos, en ese momento
comprendí que no estábamos muertos solamente porque la camioneta estaba
blindada.
Cristian POV
Estábamos en una posición vulnerable, pues los
delincuentes podían continuar disparando y en un momento dado vencer la
resistencia del blindaje, sobre todo si traían armas más poderosas. Fernando
trató de dar la vuelta, pero los delincuentes se subieron a su propia camioneta
para seguirnos y sacaron una ametralladora por la ventana.
Pensé: Estamos muertos.
Afortunadamente para nosotros ellos no eran
delincuentes muy profesionales, y en vez de disparar en triángulo contra la
ventana de la camioneta para vencer el blindaje dispararon una ráfaga en línea
recta. Jamás había visto a Fernando manejar a esa velocidad (y eso que es un
loco para manejar), pero logramos salir a una carretera mientras nos perseguían
a alguna distancia. Traíamos la adrenalina hasta el cerebro y para nada se
parecía a la sensación de ver una película de acción. Sientes un instinto de
supervivencia y una especie de frío acelerado.
Huíamos a gran velocidad rebasando los otros
automóviles en la carretera hasta que de repente tuvimos frente la caseta de
peaje y Bruno le gritó a Fernando:
-¡Salta la caseta!
No cabe duda que a mi hermano lo habían influenciado
bastante los videojuegos, pues confundía entre la vida real y el GTA o el Need
for Speed.
-Eso es imposible- le dijo Santiago
Fernando se detuvo frente a la pluma para intentar
pasar el peaje con la tarjeta de prepago mientras oímos otra ráfaga de
ametralladora contra la ventana trasera de la camioneta. Pero en ese momento
salieron varios agentes de la policía federal que custodiaban la caseta y
respondieron a los disparos armándose una balacera con los policías desde el
frente de la camioneta y los delincuentes detrás de la misma. Los federales
estaban conscientes del riesgo que corríamos al estar en fuego cruzado y al ver
que éramos menores de edad trataron de evitar que el enfrentamiento continuara
en esas circunstancias, y uno de los delincuentes aprovechó dicha situación
para intentar tomar como rehén a la aterrorizada conductora del automóvil de al
lado. Los agentes al percatarse de eso abatieron al delincuente lo que provocó
una reacción de balazos por parte de los delincuentes detrás de nuestra
camioneta.
-Agáchense de nuevo- nos gritó Fernando
Nos mantuvimos lo más agachados posible, rezando
mientras oíamos los disparos, los gritos y los cristales de los carros y de las
casetas que eran destruidos por las balas. Andrés, María José, Sofía y Ana
estaban llorando, los demás chicos no estábamos llorando pero nos moríamos de
miedo. Nos abrazamos agachados y tratamos de consolarnos mutuamente. Así pasó
muy lentamente el tiempo y de pronto comenzaron a caer sobre nosotros los
vidrios de nuestra camioneta, el blindaje había cedido a los disparos del fuego
cruzado. Oímos que llegaban más patrullas y que los disparos se incrementaban a
cada momento.
De repente oímos que nos llamaba alguien por una de
las destruidas ventanas de la camioneta, era un agente federal.
-¿Están bien? ¿Hay alguien herido?- nos preguntó muy
alarmado.
-No estamos bien, pero creo que nadie está herido- le
respondió Fernando rápidamente.
-¿Ya terminó la balacera?- le preguntó
-Sí, tres de los delincuentes fueron abatidos y dos se
entregaron al quedarse sin cartuchos.- Le respondió el agente viéndonos con
preocupación.
-Sácanos de aquí.- le rogué
-Espera, Cristian, deja que el agente nos indique que
hacer.- me dijo Santiago.
-Esperen tantito, vuelvo en un segundo chicos.- nos
dijo mientras se retiraba tratando de darme una tranquilizadora sonrisa.
Observamos como los agentes retiraban los vidrios
destruidos de una de las puertas y posteriormente la abrían para dejarnos
salir. Habían varios médicos de las ambulancias esperando afuera para revisar
que no estuviéramos heridos, y milagrosamente sólo tuvieron que curarnos
algunos rasguños que nos habían hecho los vidrios, y digo milagrosamente porque
cuando vimos el escenario a nuestro alrededor no creíamos estar con vida. En
ese momento vi que a Fernando se le salían las lágrimas y que todos estábamos
sumidos en nuestros pensamientos de lo que podía haber pasado, finalmente Fernando
se quedó viendo la camioneta
-Miguel Ángel nos va a matar- dijo
Sabía que era cierto, y no tanto por la camioneta,
sino por el riesgo que habíamos corrido al desobedecerlo.
Miguel Ángel POV
Acababa de salir de la agencia de seguros, bastante
frustrado con todos los trámites y documentación que me pedían para ir
resolviendo lo del seguro de vida que faltaba cobrar. Llevaba muchas horas en
filas, trámites y sacando documentos.
Mi trabajo aquel día había terminado pues la mayoría
de oficinas ya habían cerrado, tendría que continuar después. Pedí un Uber para
regresar a Querétaro y tomé una botella de agua.
El conductor estaba escuchando las noticias en el
radio y se dispuso a cambiarlo por música de mi elección de acuerdo al
protocolo de Uber pero alcancé a escuchar:
Estamos aquí
en la escena de la balacera que ocurrió hoy en la caseta de la carretera
Querétaro-León. Hay varios vehículos totalmente destruidos por el fuego cruzado
incluyendo una camioneta Cadillac Escalade en la que viajaban 12 menores de edad…
El conductor había cambiado el canal y había puesto
música y yo casi enfurecí
-Regrese a las noticias- le grité
-Claro- me dijo un poco extrañado por mi reacción
Hay dos
detenidos y tres delincuentes fueron abatidos. Además dos agentes federales
están heridos y uno más perdió lamentablemente la vida. El estado de los
civiles que se encontraban en el área no ha sido confirmada por las
autoridades. Los delincuentes traían dos pistolas calibre 0.22 y una calibre
9mm así como dos rifles de asalto Kalashnikov (AK-47) y decenas de cartuchos y
varios kilogramos de droga escondidos en su camioneta.
-¡Vamos para allá!- exclamé al conductor de Uber
-Está bien- me respondió más sorprendido por mis
reacciones
-Esos chicos, los 12, son mis primos- le aclaré
Durante el camino no pude dejar de pensar en mis
primos, ¿estarían bien? ¿qué habría pasado? ¿qué hacían en la autopista hacia
León? Las noticias no especificaban la situación en la que se había presentado
la balacera ¿habrían estado involucrados directamente o solamente por el azar?
Tenía la esperanza de que el blindaje de la camioneta los hubiera protegido
pero estaba consciente que el blindaje tiene un límite de resistencia que muy
seguramente había sido superado en aquel enfrentamiento.
En ese momento sonó mi teléfono: llamada de Fernando
Fernando POV
Estábamos en shock, las niñas lloraban y Leo movía un
casquillo de bala que había levantado del suelo.
-¿Son menores de edad, verdad?- me preguntó el amable
agente que nos había sacado de la camioneta.-¿son familiares o amigos?
-Sí, somos menores de edad y somos hermanos.- le
respondí brevemente.
-Es necesario que reportes la situación a tus padres.-
continuó
-OK, gracias
Los paramédicos que estaban ahí nos repartieron
botellas de agua y yo llamé a Miguel Ángel después de tomar un poco de agua.
-Bueno
-¿Fernando?
-Miguel Ángel
-¿Están bien?
-No tanto…
-¡¿Están vivos?!
-Sí ¿ya sabes?
-Algo, ¿qué pasó?
-Terrible, estamos vivos de milagro. ¡Vente!
-Si ya voy.
-Aquí te contamos. Ya estamos protegidos por la
policía.
-OK ¡los quiero! No se separen
-Ya viene- le dije al agente
-Pero está cerrada la carretera, un helicóptero de la
policía lo puede recoger ¿en dónde está?-me dijo el agente
-Ya viene de la Ciudad de México
-Dile que un helicóptero lo va a recoger a la caseta
de la carretera México-Querétaro.
Le dije a Miguel Ángel y estuvo de acuerdo, pues de
otra forma no había paso, la carretera estaba cerrada.
-Legalmente no puedes declarar sin el consentimiento
de tu padre o tutor, pero tal vez nos puedas dar algo de información “no oficial”
para comprender un poco qué sucedió.- me pidió el agente
Le explique lo que había sucedido al principio.
-Los pudieron haber matado por no cooperar.- me
comentó
-Lo sé, pero no podíamos arriesgarnos a un secuestro o
algo así.-
Observé a mis hermanos, estaban más tranquilos, Leo
comenzó a recoger los casquillos regados por el suelo.
-Mejor que tu hermanito no los agarre, porque son
necesarios para la investigación.- me solicitaron los agentes.
-Leo deja eso- le pedí
-Los quiero de recuerdo- me respondió
-Por favor Leo, los policías los necesitan.
-¿De recuerdo?- me preguntó con sorpresa
-No precisamente, más bien para juzgar a los malos.
-Pero estos ya no sirven
-Son pruebas- comenzó a desesperarme
-Yo te voy a regalar otros que sí sirven- le dijo un
comandante que nos observaba
Leo, que le encantaba coleccionar soltó los casquillos
y corrió hacia él.
El policía le dio 3 balas y Bruno y Cristian le
pidieron una también.
-Ya chicos- les dije algo avergonzado con el
comandante
-No hay problema- me dijo al entregarles sonriendo a los
otros dos chicos una bala.- generalmente no haría esto, pero estoy seguro de
que ustedes son buenas personas y solamente las usarán como recuerdo.
-Gracias dijeron los chicos.
Oí a Román y a Alejandro decirse
-Están locos
Pero no pudieron disimular una pizca de envidia que le
tenían a sus hermanos por poseer aquellas balas.
No pude evitar sonreír, y estuvimos así algún rato
hasta que llegó el helicóptero con Miguel Ángel.
Miguel Ángel POV
El helicóptero de la policía me recogió en la caseta,
y un oficial de la corporación me hizo algunas preguntas y me dio más detalles
de la situación. Según lo que los policías pudieron darse cuenta, la balacera
comenzó cuando los delincuentes intentaban disparar a la camioneta, ¿Cómo se inició
todo? Los policías no tenían la respuesta todavía.
Cuando el helicóptero llegó al sitio y observé desde
arriba la escena casi me desmayo. Estaba oscureciendo pero todavía se alcanzaba
a ver la devastación. La escena estaba llena de policías y agentes de
investigación. Descendí del helicóptero y lo primero que hice fue abrazar a mis
chicos, a cada uno de ellos.
- ¡Están
vivos!- exclamaba una y otra vez.
Las lágrimas se nos salían con los abrazos.
-Gracias por estar aquí- me dijo Santiago
Después de esta ceremonia, les pedí a los chicos que
me explicaran que había pasado.
-Nos vas a matar, pero te lo contaremos- me dijo
Fernando y me contó cada detalle de aquel día. Yo lo escuche pensativamente, de
que los iba a matar, los iba a matar, pero ese no era el momento. Observé a los
oficiales que nos esperaban pacientemente y les dije a los chicos que teníamos
que apoyar a los policías con la versión oficial de lo hechos. Les tomaron las
declaraciones a los chicos más grandes con mi consentimiento y yo me dediqué a
algunos otros detalles como el seguro de la camioneta. Afortunadamente el
seguro de cobertura amplia nos cubría un reemplazo temporal de la camioneta en
lo que se resolvía la cobertura del complicado percance.
Mientras estábamos en todo esto se acercaron varios
reporteros para hacerme preguntas. Pero solamente respondí las más importantes
sin entrar en detalles.
-¿A qué se debe este lamentable enfrentamiento?-
preguntó uno de los periodistas
-Parece que fue un intento de secuestro- respondí
-¿Los menores se encuentran bien?-preguntó otro
reportero
-Sí, están bien- aclaré brevemente
-Señor Lacour ¿qué hay de los rumores que circulan
respecto a que perdieron su fortuna?- me importunó uno de los reporteros
-Rumores siempre hay…- dije sin intención de
profundizar en el tema.
Fue anocheciendo y las autoridades despejaron el área
del crimen después de hacer las investigaciones correspondientes para poder
reabrir la carretera. Algunos oficiales se quedaron acompañándonos mientras
esperábamos la camioneta de repuesto del seguro. Cuando llegó subí a los chicos
a la camioneta, y me dirigí al agente que había estado a cargo de mis primos
mientras no estaba yo.
-Muchas gracias, en verdad no tengo palabras para
agradecerles. Salvaron la vida de mis chicos arriesgando las de ustedes. Y en
verdad, lamentamos mucho el fallecimiento de su compañero, quien fue un
verdadero héroe. Asistiremos al funeral a darle nuestra ofrenda por su
sacrificio.
Traté de darle 800 dólares de propina pero los
rechazó.
-De nada. Sus palabras significan mucho para nosotros.
Nosotros estamos dispuestos a esto y más, es nuestra vocación, y la mayor
satisfacción es cuando logramos que ustedes estén seguros… Solamente le pido
una pequeña petición: estoy consciente de que es justo que esté enojado con
ellos, pero téngales paciencia a los chicos, son buenos chicos.- me dijo al
final el agente.
Asentí y me despedí del agente, y subí a la camioneta
que parecía más un cementerio. Conduje en silencio a la casa, mientras trataba
de ordenar todos los pensamientos en mi mente.
Llegamos al Penthouse agotados y les dije a los chicos
que me miraban como estatuas:
-Hoy vamos a descansar, mañana hablamos todo lo que
tengamos que hablar.
Nos fuimos a acostar y aquella fue la noche más
tranquila desde que habíamos estado todos juntos, pues parecía como si nadie
quisiera romper el silencio. Yo traté de dormir pero no podía dejar de pensar
en lo que les diría el día siguiente.
Santiago POV
Todo fue culpa de Fernando y de Román pensaba mientras
trataba de dormir aquella noche. A ellos es a quienes Miguel Ángel debe
castigar. Pero otro pensamiento me acusaba de mi responsabilidad: si no
hubieras apoyado la idea de Román y más bien lo hubieras ayudado con los más
pequeños la historia habría sido otra.
Era difícil pensar que todos podíamos haber muerto tan
fácilmente por una “pequeña desobediencia”. Y en cierta forma me sentía muy
culpable. Miguel Ángel había ido a ver lo del seguro de vida para poder
sacarnos adelante y le pagábamos de esta forma. Me sentía realmente triste y
anhelaba ser uno de los peques como Andy, que siempre se metían en problemas
pero en problemas pequeños. Esta vez Miguel Ángel sí nos va a matar, y con
justa razón continúe pensando hasta quedarme dormido en un sueño intranquilo.
Miguel Ángel POV
Me desperté algo incómodo, no había podido dormir muy
bien. Espere un rato acostado en la cama, ese día nadie queríamos levantarnos.
Finalmente pasé por todos los cuartos y junté a todos los chicos y a las niñas
en la sala.
-Tenemos que hablar. Lo que pasó ayer fue muy delicado
y creo que ustedes lo saben mejor que yo- les dije y traté de leer las
expresiones.
-Al principio he querido castigarlos a todos, pero
después de pensarlo un poco quiero que sean muy sinceros ¿quiénes son los
responsables de lo que pasó ayer? Si no aclaramos eso voy a tener que
castigarlos a todos con el cinto, y espero que no permitan esa injusticia y que
mejor tengan el valor de enfrentar las consecuencias de sus acciones.- les dije
y los observé nuevamente. Realmente no pensaba castigar a los pequeños por
culpa de los mayores, pero estaba seguro que ejercería presión para que
aceptarán su responsabilidad.
Román POV
Cuando oí lo que Miguel Ángel nos dijo comprendí que de esa no me salvaba, pero no
teníamos el valor de hablar. Andy comenzó a llorar y ver llorar a mi hermanito
pequeño me dio valor.
-Fue mi idea- le dije con la cabeza agachada. Esa declaración era mi sentencia de muerte.
-¿Así qué tú obligaste a Fernando y a todos a llevarte
al centro comercial?-dijo Miguel Ángel con cierta ironía, dirigiéndose hacia
Fernando
-Yo también estuve de acuerdo, yo decidí llevarlos.-
se animó a decir Fernando.
-¿Nadie más tiene algo de responsabilidad aquí?-
preguntó Miguel Ángel
Santiago y Bruno se voltearon a ver y se ruborizaron.
Estaban conscientes de que también habían participado. Miguel Ángel se dio
cuenta y se dirigió a ellos:
-¿Santi, Bruno?
-Nosotros… también… estábamos de acuerdo-dijo Bruno. Y
Santiago asintió avergonzado.
-OK chicos ¿nadie más?-preguntó Miguel Ángel
-Bue..bueno… nosotros no quisimos cocinar el
desayuno.- dijo derramando una lágrima Sofía.
-OK, no te preocupes, no era tu responsabilidad aunque
se agradece cuando nos apoyas. ¡Cocinas delicioso!- Miguel Ángel la consoló con
una sonrisa.
Miguel Ángel
era particularmente amable con las niñas aunque a todos nos quería mucho.
-Bueno- dijo finalmente Miguel- chicos, tengo que
hablar con los mayores. Sofía, Mary José vayan a la terraza con Andy, Ana, Leo,
Cristian, Ricardo y Alex. Recuerden siempre que me tienen que hacer caso
pequeños, para evitar situaciones como la de ayer. Por cierto pueden usar el
jacuzzi de la terraza.
Nosotros esperamos algo tensos a que las niñas y los
pequeños desaparecieran.
-Espérenme aquí- nos indicó mientras entraba a su
cuarto y buscaba en el closet y salió con el cinto en la mano.
-¿Creo que está más que clara la razón por la que los
voy a castigar no chicos? Me desobedecieron y arriesgaron sus vidas. Así que
pasemos al castigo que yo tampoco estoy disfrutando este momento.- dijo algo
serio Miguel Ángel
- pues entonces no lo hagas- le dijo Bruno tratando de
sonar algo infantil.
Qué listo, pensé irónicamente, a nadie nos convenía
provocar a Miguel Ángel en estos momentos.
-Intenta disuadirme, ya sabes que conmigo eso no
funciona.- le respondió Miguel Ángel. A pesar de todo no sonaba enojado su tono
de voz.
Miguel Ángel POV
Habrá quien me juzgue de insensible, pero nadie estaba
más triste que yo ese día de tener que castigar a cuatro de mis chicos el día
después de haber estado a punto de perderlos.
-Todos se ponen a hacer sentadillas volteando hacia la
pared mientras yo los llamo para el
castigo, no lo hagan más difícil por favor- les indiqué.
Me hicieron caso al instante y decidí comenzar el
castigo con Bruno.
Bruno dudó si debía bajarse el pantalón, pero le dije
que no era necesario, lo decidí así porque llevaban pantalones de pijama ligeros.
Lo incliné sobre el sillón y comencé:
Zas.. Zas.. Ouch Zas.. Zas.. Ay Zas.. Me Zas.. Est
Zas.. as Zas.. Daaan Zas.. do Muy Zas.. Zas.. Duuuuu Zas.. roooo!
Bruno estaba llorando incluso delante de sus hermanos
y me sentía mal por hacerle esto, pero tuve que obligarme a continuar.
Zas.. Buaaa Zas.. Yaaaa!
-Ya chico- le dije levantándolo del sillón con
cuidado. Le había dado fuerte y aunque estaba seguro de que no lo había
lastimado sí que le dolía mucho. Trató de frotarse para intentar aliviar el
escozor del cinturón.
-Espérame parado frente a la pared, junto a tus hermanos.-
le indiqué a Bruno y llamé a Santiago al castigo. Me sentía raro de tener que
castigar a Santiago de esta forma, pero decidí proseguir y lo incliné en el
sillón:
Zas.. Zas.. Mgr Zas.. Zas.. Au Zas.. Zas.. Zas.. Ay
Zas.. Zas.. Au
Como me imaginé, Santiago trataba de aguantarse para
no llorar y más bien emitía algunos gemidos
Zas.. Zas.. Zas.. Ouch! Zas.. Zas.. Ya! Zas.. Por
favor!
-Ya Santi- le dije al levantarlo con cuidado. Igual
que con Bruno sabía que sí le habían dolido aunque había tratado de
controlarse.
-Espera a lado de tus hermanos.- le indiqué a Santi y
llamé a Fernando. Aquello era muy difícil de hacer para mí, aunque
afortunadamente mis chicos cooperaban con el castigo.
Fernando POV
Las sentadillas que nos puso a hacer Miguel Ángel nos mantenían
ocupados mientras castigaba a mis hermanos, pero no impedían que pensáramos en
lo que iba a suceder. Pensé en no cooperar para el castigo, pero sabía que sería
absurdo y cobarde de mi parte comportarme así.
Miguel Ángel me inclinó en el sillón y comencé a
sentir los cinturonazos:
Zas.. Zas.. Zas.. Zas.. Ouch!
Gemí pero traté de controlarme. Ese cinturón escocía
espantoso.
Zas.. Zas.. Zas Ay! Zas.. Zas..
No aguantaba la sensación de ese cinturón que me
estaba abrasando, quería protegerme con las manos.
Zas.. Zas.. Auu! Zas.. Por Zas.. favor!
Se me escaparon unas lágrimas por las mejillas.
Zas.. Zas.. Yaaaa! Zas.. Zas.. AyAuuuu Zas..
-Ya estuvo Fernando- me dijo amablemente Miguel Ángel mientras
me levantaba cuidadosamente.-Espera parado junto a tus hermanos. Román, ven
aquí chico.- llamó al último sentenciado.
Yo me sequé las lágrimas y escuché cómo comenzaba el
tormento de mi hermano.
Zas.. Zas.. Ay! Zas.. Zas.. Zas.. Ouch!
No sé qué era peor, si el escozor que sentía atrás o
los gemidos de mi hermano Romy.
Zas.. Zas.. Auuu! Zas.. No Tan Zas.. Fueee Zas..
erteee! Zas.. Zas.. Ouch! Zas.. Zas.. Papi Zas.. Por favor! Zas..
Ese cinturonazo
se oyó un poco más leve
Zas.. No lo Zas.. Voool Zas.. veemos Zas.. A Hacer!!
Zas..
Romy estaba llorando y Miguel Ángel había terminado al
parecer. Miré y me sorprendió ver que Miguel Ángel estaba llorando también al
levantar a Román del sillón. Lo abrazó y nos llamó:
-Vengan chicos.-Nos dijo sollozando mientras nos
trataba de abrazar a todos a la vez.-perdónenme por lo que acabo de hacer, a mí
me duele más que a ustedes pero pensar en que lo pude haber perdido a todos por
una desobediencia me duele mucho más.
No pudimos más y nos soltamos a llorar mientras le
pedíamos perdón a Miguel Ángel, lo abrazábamos y le prometíamos no volver a
desobedecerlo.
Después de eso Miguel Ángel nos animó y nos retó a un
partido de tenis y fuimos a jugar después de que Miguel Ángel revisara a los
pequeños que jugaban en el Jacuzzi.
Josué POV
Mi papá se comportaba de una forma más rara cada día.
Ya había pasado por todos los estados de ánimo desde que se hizo con la fortuna
de los Lacour. Pero ese día entró a la cocina refunfuñando y parecía
particularmente frustrado.
-¡Ayer intentaron secuestrar a los Lacour, y a mi ni
quien me ponga atención!
-¿Pues es que deseas que te secuestren o qué?- le
preguntó irónicamente mi mamá
-¡Pues lo prefiero pero quiero que todos sepan quién
es el dueño ahora!
-No cabe duda que la ambición ya te volvió loco.
Me extrañó qué mi mamá le dijera eso a mi papá,
últimamente peleaban demasiado.
-Pues es gracias a mi ambición que estás al volante de
una Porsche Cayenne.- le espetó mi padre
-Preferiría mi Versa de antes pero con un esposo y padre,
a mi Porsche con un loco ambicioso.
-¡Entonces quédate con tu Versa y no me molestes más! ¡Vete
de mi cuarto!
-Me voy a casa de mi hermana porque ella necesita
ayuda ahorita, ¿acaso olvidas que su esposo era el agente que mataron en la
balacera de Querétaro?
-Ni sueñes que voy a mantener a tus sobrinitos-dijo
con algo de ironía mi papá
-No creo que quieran dinero de un ladrón ambicioso,
ellos sí son personas honradas.-le dijo mi mamá aunque vi que se le escapaban
un par de lágrimas.- hijo has tu maleta, vamos a casa de tu tía.
Yo asentí y me dirigí a hacer mi maleta mientras
trataba de asimilar lo que oía. Todo lo que oí me shockeo. ¿Es que el dinero en
vez de hacernos más felices estaba destruyendo a mi familia, o sería más bien
la actitud de mi papá? No quería pensar mal de él, así que decidí pensar en
otra cosa. ¿Cómo se sentirían mis primos? Trataría de consolarlos pero sabía que
aquello era muy difícil. Decidí que les compraría un crucifijo de oro con el nombre de mi tío grabado
en la cadena, seguramente sería un buen detalle en ese momento.
Me apuré con mi maleta y le pedí a mi mamá que antes
de ir a casa de mi tía me llevara a una joyería por el crucifijo para mis
primos. Escogí uno de $34 mil pesos y lo pagué con la tarjeta que me había dado
mi papá.
De ahí salimos para casa de mi tía.
Continuará….
Es que no puedes dejaloasi porfavor, en serio has que ese abogaducho de pacotilla pague por lo qye hizo y que Josue logre ver esa sutil difeencia entre lo q hace la ambicion del mal dinero y del buen dinero
ResponderBorrarpd: disculpa los horrores ortograficos. >...<