Hermanos
parte 4
Años
después de que mi madre muriera me fui a su casa en vacaciones, Diana estaba embarazada pero apenas tenía dos
meses y trabajaba, así que la mayor
parte del tiempo los niños estaba en
casa de sus abuelos que vivían
cercas. En aquel entonces tenía 15 años mis abuelos había salido pero yo no
quería ir con ellos ya que irían a casa de una hermana de papá (mi abuelo) que
era la mujer más atosigante que puede haber en este mundo pero como no me podía
quedar solo mis padres le dijeron a Salvador que si podía estar con ellos dos semanas.
Todo
estaba bien pero Salvador era bastante exagerado con muchas cosas, una de ellas era que me acercara a la cocina o
que tomara un cuchillo… sus delirios no me dejaban hacer mucho.
Maik:
no me pasa nada, no me voy a cortar no tengo tres años Salvador.
Salvador:
no me importa te puedes cortar así que deja eso yo lo hago.
MAik:
aaarrrr yo puedo hacerlo –le dije ya enojado-
Recuerdo
que trate de mandarlo al carajo y enojado me puse a picar la fruta con coraje
casi llevándome un dedo, me alcance a cortar…
deje el cuchillo y me lleve el dedo a la boca enojado, cuando Salvador sin mucho problema me giro, me
bajo el pantalón y me soltó algunas palmadas.
Maik:
qué? qué te pasa, déjame auuuuu, iiaaa.
Salvador:
te dije que dejaras el cuchillo
PASSSS, PASSS, PASSSS, PASSS, PASSS, PASSSS, PASSS,
PASSS –yaaa, arrr dejame-
Me
llevo hasta la sala a palmadas y me hizo sentar, se retiró unos minutos yo me levante la ropa y me sobaba el trasero enojado
por aquello, cuando llego solo tomo mi mano y me puso un curita/bandita revisando que el corte no fuera profundo y
cuando termino me dio un beso donde la pequeña herida, eso se
me hizo extraño porque él no
tenía por qué demostrar afecto a mí, porque no era su de su sangre… era algo que
siempre hacia cuando mis hermanitos se lastimaban les daba un besito y decía
que ya con eso no dolería… pero en primera
eso si seguía doliendo a pesar de que era una pequeña cosa de nada y en segunda no tenía seis u ocho años,
tenía quince era un adolecente.
MAik:
que exagerado eres, te pasas.
Salvador:
no me gusta que toquen los cuchillos.
Maik:
de verdad que eres exagerado… solo
estaba cortando algo de fruta para comer… en casa de mis padres siempre lo
hago… que? a ti no te dejaban tocar las
cosas con filo hasta los 20 años?
Salvador:
okey exagere…
Maik:
tu crees?
Salvador:
ya entendí… pero que los pequeños no te vean hacer eso porque luego quieren
hacer lo mismo que tu… te quieren imitar en todo.
Maik:
si son pequeños copiones –le dije con una risita-
Salvador:
puede que sí, pero más bien es que te
admiran mucho.
Maik:
de verdad?
Salvador:
si.
…
Esa
era la forma de ser de Salvador exagerado hasta los huesos, pero con los hijos que tiene pues quien
no, solo en cuatro ocasiones me había reprendido… una vez fue
antes de que mamá muriera y fue por salir corriendo a la calle, la otra fue cuando tome el cuchillo aunque
eso fue una tontería, la tercera ves tenía 17 años y fue cuando me enoje con mi
papá (abuelo) y me salí de casa… como mis abuelos tenían dos hijos vivos y
lejos… uno vivía en california y el otro en los Ángeles y su demás familia vivían a horas del lugar,
su único conocido más confiable fue Salvador y su familia que se pusieron a
buscarme y fue Salvador quien me
encontró a las cuatro de la mañana bajando en una terminar de autobuses
dispuesto a buscar a mi padre biológico. Me resistí a que me llevara a mi casa
e ir con él, estaba enojado pero a él
parecía que no le interesaba y me llevo a cintos hasta su casa y termino de
darme una paliza ahí mismo, llore mucho
me había dolido mi pobre traserito, pero estaba enojado con mi papá(abuelo) ya
que me oculto que Mario mi padre biológico me estaba buscando, quería saber de mí y conocerme, mi abuelo me grito… me dijo que ese cabron no
tenía derecho ni a verme mucho menos a que yo le dirigiera la palabra, si no tuvo los huevos para hacerse
responsable de mí en su momento que no fuera a molestar, pero a mí
no me dijo nada, ni me dejo escoger o decidir,
eso fue lo que me dio tanto coraje y por lo que termine llorando y
sobándome como loco las nalgas, Salvador
se quedó ahí conmigo, hablándome diciéndome que
no tenía por qué enojarme con mis abuelos, que ellos hacían lo mejor por mí.
…
La
ultima paliza que obtuve de él fue cuando tenía
19 y cuando me subí a una
motocicleta sin saber usarla, tenía el
carro, pero eso no era lo mismo… el
problema no fue subirme a la moto sino que en mi estupidez me puse a correr en
plena avenida principal jugando carreras
con otro tipo que trato de pasarse de listo… me estampe en un muro fracturándome
la pierna… en ese momento estaba solo,
mis abuelos se habían ido a los
Ángeles… se quedaban hasta tres meses con sus hijos y como yo ya estaba en la
Universidad y no quería irme con ellos
para no dejar la escuela y dejar de ver a mis hermanos tanto tiempo pues me
quedaba yo solo. Mi único contacto
cercano fue Salvador que fue al hospital a recogerme y hacerse cargo de
todo, el llamo a mis abuelos, les dijo lo que había pasado y que él se haría
cargo de mí en lo que mi lesión se curaba. A la semana ya me sentía bien ya me
podía mover con las muletas y le dije que me quería ir, que yo sabía cuidarme solo… no debí decir
eso, algo en su cabeza exploto y a pesar
de mi tamaño y de mi lección como pudo me dejo recostado en sus piernas y me dio una buena paliza con el cinto a medio
castigo yo tenía la ropa interior en las rodillas y sin enterarme en que
segundo eso había ocurrido, lo único fue
que cada cinto lo sentía en el alma porque dolía, le dije que me soltara, renegaba pero no solté ningún lamento, para cuando termino ya me había subido la ropa
y yo estaba rojo de coraje, de dolor y
frustración pero no me salían las palabras.
Salvador:
¡si, te sabes cuidar muy bien tu solo!
–dijo irónico- ya viste como estas verdad… pero si te hubieras quedado a vivir
conmigo otro cosa seria… no tendría que estar solo tanto tiempo y las ideas tontas
no se te cruzarían en esa cabeza tan loca. Como te pones a hacer semejante
estupidez…
Maik:
que te importa si yo estoy solo o no… no
eres mi padre.
Salvado:
porque tu no lo quieres, porque para mí
si eres mi hijo.
Las
malditas lagrimas me engañaron y salieron de mis ojos como si les hubiera dado
el permiso de salir, me limpie la cara con coraje y ya no dije nada me acosté
en la cama, después de una hora las
narices de mis hermanos se asomaron y se subieron a la cama.
Samuel:
papá te pego?
Maik:
no.
Ismael:
si, si te castigo te oímos.
Me
puse rojo y hundí la cara en la almohada.
Ismael:
Maik juego un rato con nosotros sí, los
bebes están dormidos y no podemos hacer mucho ruido.
Maik:
yo veo a dos trepados en la cama.
Samuel:
yo no soy un bebe… Maik tu lloras cuando te castigan?
Salvador:
niños dejen en paz a su hermano.
Los
dos se salieron corriendo del cuarto y me dejaron dormir un rato.
….
Nunca
le he llamado papá o padre a Salvador no me siento cómodo diciéndoselo pero si
le he tomado mucho cariño.
Precioso!!!! Me encantó!! Quiero más!!! Siii?!!!
ResponderBorrarPregunta: Diana y Maik de aquí no tienen nada que ver con Leo, no?!
mi mary mary mary mary, me encanto este fic, tiene de todo un poquito *w*
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