domingo, 3 de abril de 2016

ABRIL AGUAS MIL

 
ABRIL AGUAS MIL
-         Jorge  está lloviendo, no podemos ir al parque (dijo Elvira tomando aire profundamente porque llevaba más de medía hora con la misma cantinela)
-         Pero tu lo prometiste (Jorge  puso su mejor carita de perrito abandonado)
-         Lo sé hijo, pero no controlo el tiempo y está lloviendo y lloviendo no se puede ir al parque (Elvira pensó ilusamente que quizás a la veintitresava vez su hijo lo entendiera)
-         ¿Porque no? (Jorge  puso unos ojos como si justo le acabaran de despojar de su bien más preciado)
-         Porque los columpios están mojados y porque si te mojas tú te pondrás malito (Elvira volvió a intentar explicarle porque no podían ir al parque).
-         No, no me pondré (dijo el pequeño Napoleón Bonaparte)
-         Jorge, no vamos a ir al parque, así que déjalo (la paciencia de Elvira tenía un límite y su hijo hacía rato ya que lo había sobrepasado) . ¿Qué te parece si jugamos a algo aquí dentro? ¿Te apetece jugar con las pinturas que te regalo el tío Luís? (quizás lograra convencerlo si le ofrecía algo más interesante que el dichoso parque)
-         Nooooooooooo, quiero ir al parque (Jorge  se cruzó de brazos y cambio la cara adorable por una cara de enfado)
-         ¡Jorge, no hay parque! ¿Te pongo unos dibujos? (Elvira se preguntaba cuando dejó de ser su pequeñín la cosita más adorable del mundo para convertirse en aquel pequeño tirano)
-         ¡Nooooooo, el parque! (y acabó la frase con un pisotón en el suelo)
-         Jorge, que no hay parque (Elvira se encomendó a todo el santoral para no perder los nervios)  ¿Quieres o no que te ponga unos dibujos?
-         ¡Eres Mala! ¡Yo quiero el parque! (Jorge  estaba rojo como un tomate, fruncía el ceño y la miraba con cara de puro odio)
-         Jorge , no eres un bebé, deja ese berrinche ahora mismo (A Elvira no le sentó nada bien esa actitud)
-         Eres una mentirosa, me prometiste que si recogía todos los días mis juguetes hoy  me llevarías al parque (Jorge  empezó a gritar y apretar los puños como si estuviera a punto de dar el primer puñetazo)
-         ¡Jorge! Ya está bien (ahora era Elvira la que estaba enfadada). Ve a tu cuarto cuando te calmes vienes y vemos que podemos hacer aquí en casa (dijo y lo agarró del brazo y lo encaminó hacía su habitación).
-         No, tú eres mala, vete tu al cuarto, por mentirosa (Jorge  ya ciego de rabia empujó a su madre y le dijo una cosa muy fea pero que en ese momento ni lo pensó)
-         Plas plas plas plass A mamá no se le chilla plass plass plass plass a mamá no se le empuja plass plass plass PLASS a mamá no se le dicen cosas feas plass plass Y ahora te pones en esa esquina y piensas bien en lo mal que te has portado plass (Elvira le dio unas buenas palmadas sobre los pantaloncitos cortos de Jorge. No fueron de las de “aviso” fueron un poco más firmes. Elvira no le gustaba mucho tener que darle palmadas a su hijo pero a veces, como esa mañana, su hijo parecía no entender que debía comportarse bien sino era con el culete calentito)
-         Bwuaaaaaaa bwuaaaaaaaaaaa (Jorge  empezó a llorar como si lo estuvieran matando. En parte por el impacto de las palmadas pero la verdadera razón era porque su mamá lo estaba castigando por ser malo y encima no lo iba a llevar al parque como llevaba toda la seman esperando) bwuaaaaaaa bwuaaaaaaaaa malaaaaaaaaaa (Elvira lo llevó a la esquina donde solía aparcarlo castigado y se sentó en el sofá, miró su reloj  e intentó calmarse de nuevo. El tiempo de espera no solo servía para que Jorge  recapacitara sobre su comportamiento también servía  a sus padres para calmarse y no estrangularlo. Lentamente el llanto de Jorge  fue decreciendo hasta solo oírse de vez en cuando un suspiro. Cuando logró estar más de 3 minutos en silencio Elvira dio por acbado el castigo).
-         ¿Jorge  ya estás más calmado? (preguntó Elvira también más calmada ella)
-         Si, mamá (dijo girando la cabecita pero sin abandonar la esquina como le habían enseñado sus papás)
-         ¿Si te doy permiso para salir del rincón de pensar crees que sabrás comportarte? (dijo con media sonrisa, después de castigarlo Jorge  siempre ponía unas caras que bien parecía un niño sacado de una novela de Dickens)
-         Sí, mamá (asintió con la cabeza para dar énfasis a su SI)
-         Muy bien, hijo, ven aquí. (Jorge  se apresuró a abandonar aquella cochina esquina e ir hacía su mamá) ¿Hay algo que quieras decirme? (Elvira le preguntó antes de dar por zanjada la charla)
-         Lo siento mucho mamá, no quise decirte mentirosa ni empujarte (dijo mientras se balanceaba y miraba los dibujos que hacían las baldosas del suelo)
-         ¿y? (Elvira alzó una ceja, Jorge  sabía que esa no era la respuesta completa)
-         Y no puedo ir al parque porque llueve y cuando llueve no hay parque (dijo a regañadientes y con la mirada le suplicó el perdón. Elvira en cuanto escuchó esa frase le abarzó dulcemente y le dio un par o tres de besitos para hacer las paces. Jorge  también se abrazó y se dejó mimar)
-         Muy bien, todo perdonado (dijo sonriente Elvira y Jorge  le devolvió la sonrisa), venga trae tus colores y vamos  a ponernos a hacer un dibujo bien bonito para papá.


Fin


3 comentarios:

  1. Me fascino es una ternura de relato.

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  2. Aaahh pobre Jorge ya no hubo parque y todavía lo castigan!!
    Elvira y la lluvia se pasan!! T-T

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  3. Muy cortitooooo.... pero muy lindo, ejeje!!!! =D Me gustó mucho!

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