ESTA VEZ SERE YO Capitulo Cuarenta y cuatro
A las horas llegó Karen de la
universidad y se fue directo a su habitación.
Karen: Bebeee llegueee.
Francisco: Karencita. Dijo tratando de
tapar a Fran.
Karen: Oh oh por lo que veo un niño hoy
se portó muy mal. Dijo al entrar a la habitación.
Francisco: se portó muy mal el
Francisquito pero nada que el papá no pueda arreglar. Le dijo con una señal de
azote, intentó levantarse de la cama pero Fran se lo impidió.
Karen: quédate yo tengo que estudiar
porque debo adelantar los exámenes.
Francisco: hija estudia en el
escritorio. Dijo señalando la esquina de la habitación no era necesario que se
fuera a la casa. ¿Comiste?
Karen: una chocolatina. Al ver la cara
de Francisco agregó. No tenía hambre. Mintió tenía y mucha pero había tenido
que comprar unos libros para la Universidad que no los cubría la beca y con eso
se había gastado el dinero del disponía para la alimentación y no podía pedirle
a sus padres.
Francisco: Pues ya les voy a subir
comida decente mi nietico no puede alimentarse con solo eso. Y no quiero
discusión ambos se lo comerán todito incluido los vegetales ¿entendido Fran?.
Fran: pero si yo no dije nada. Se quejó
acaba de despertar y ya lo estaban retando. En cuando salió Francisco. ¿Por qué
no comiste?, no me digas que no tenías hambre o falta de tiempo, te conozco
Karen.
Karen: es que Fran.…
Fran: Es que…¿qué?
Karen: Me gaste lo que me quedaba en
unas guías y libros… lo siento tanto amor.
Francisco venía junto a una de las
chicas que trabajaba en casa con cena para los dos chicos, pero al escuchar los
gritos le pidió que dejara las cosas ahí y se retirara.
Fran: Que mierda Karen, QUE LO SIENTES.
Le grito sin controlarse. Estas embarazada no te das cuenta que nuestro hijo
necesita comer. Dijo golpeando el velador.
Karen: No me grites Francisco. Dijo
rompiendo a llorar con miedo, pues Fran no había sido todo lo caballero que se
podía esperar, pues la droga le había hecho tener comportamientos para nada
apropiados con “su chica” como le solía decir cuando estaba borrado.
Fran: NO TE ESTOY GRITANDO, POR LLORAS,
MALDITA SEA DIME PORQUE LLORAS AHORA. Dijo acercándose a ver qué era lo que le
pasaba, porque no le cuadraba la reacción de Karen.
Karen: No te atrevas Francisco, que
mierda te metiste ahora. La chica estaba en modo pánico su corazón se aceleró y
Fran no se dio cuenta de eso, por lo que siguió presionando.
Fran: Eso crees de mí. Dijo
tomándola del brazo y acercándola a su cuerpo.
Karen: Déjame Fran déjame no voy a
dejar que me vuelvas a pegar. Dijo empujándolo con todas sus fuerzas lo que le
provocó un gran dolor en el vientre.
El mundo de los Fran se derrumbó qué
mierda había hecho.
Fran: Mientes yo jamás haría eso.
Karen: SOBRIO NO, Ayyy me dueleee.
Fran: dime que mientes. Grito al ver
imágenes en su cabeza de él golpeando a Karen cuando lo quería sacar de algún
carrete donde ya se había reventado a grados peligrosos, y cayó al piso al
borde de una crisis y lo único que podría calmarla, él sabía dónde estaba, por
lo que comenzó a buscar una bolsita de emergencia y definitivamente hoy era una
de ellas.
Francisco: ¿QUE RAYOS PASA FRAN? ¿Karen?
¿Karencita hija? Y corrió a auxiliar a la chica que al parecer sintió un tirón
fuerte, además la cara de asustada que tenía lo decía todo.
Fran: Sácala de aquí, que no me vea.
Dijo con la bolsa de coca en la mano, apuntó de aspirarla.
Francisco: FRANCISCO JOSE NOOOOOOOO.
Y con una habilidad sentó a su yerna con delicadeza, y con un vuelto totalmente
diferente corrió a arrancarle la droga de la mano, lo empujo que lo tiró a la
cama. YA VUELTO NI OSES MOVERTE UN CENTÍMETRO FRANCISCO JOSE. Ayudó a su
yerna a acostarla en su cuarto, y hasta que no estuvo tranquilo de verla
calmada, tras llamar a su esposa que viniera rápido. Luego fue al encuentro de
su hijo, con correa en mano le daría la paliza de su vida, pero Fran no estaba
en su cuarto, se había escondido en un closet del pasillo y Francisco no daba
con él.
Fran: me mata, ahora sí que me mata…
que mierda hice… yo le pegue a Karen, no merezco vivir. Soy una mierda de
persona si merezco que me maten a palos pero me duele tanto… que no me creo
capaz de soportarlo.
Francisco sabía que su hijo estaba en
casa porque la misma tenía medidas de seguridad precisamente por Fran.
Francisco: Francisco José hijo sal de
donde estés metido muchachito, sé que estas escondido y no dejare de buscarte
hasta encontrarte...UNO…. DOS…. Decía por todas las partes de la casa abriendo
todas las puertas que encontraba.
Fran: no voy a salir porque me quieres
pegar y ya me pegaste mucho y… y… yo no valgo la pena para que te desgaste en
educarme, solo estoy tomando valor para cuando me digas que se acabó y que debo
irme de casa. Yo ya no puedo ni quiero lidiar con lo que he hecho… yo tomé una
decisión. Dijo saliendo del closet. Yo no quiero salir de las drogas yo hice
mucho daño, no merezco una segunda oportunidad yo merezco morir de ya
sobredosis tirado en cualquier zanja sin que nadie se moleste en reclamar
mi cuerpo. El pequeño había perdido el brillo en sus ojos y la fe en
recuperarse, pues la última gota de esperanza y amor propio murió cuando
recordó cómo había tratado a Karen cuando ella lo cuidaba las veces que estuvo
a punto de morir por sobredosis.
ZAAS, ZAAS, ZAAS
Francisco: No te quiero escuchar que lo
que mereces es estar muerto, si supiéramos que no vale la pena una segunda
oportunidad para ti ninguno escúchame bien ninguno hubiésemos movido un dedo
por ayudarte, vales tu peso en oro hijo. Sólo necesitas ayuda nadie dijo que
iba a ser fácil, y como padre nunca me rendiré en brindarte mi mano, aunque por
ahora viene empuñada con esta.
ZAAS, ZAAS, ZAAS y odio castigarte pero
se que en estos momentos hace falta… y no es por venganza es para que aprendas
una lección… si no quieres salir adelante por ti piensa en tu bebé, en Karen
que te ama a pesar de todo, sino ya se hubiera ido para el coño, por tu madre
por mí que muero si te pasa algo.
Fran: Buaaaa papaaaa la golpee, yo lo
hice, ahora recuerdo todo, la humille, la maltrate, me aproveche que me amaba,
soy una mierda de persona papá, mi hijo no merece un papá así, es mejor que
Karen vuelva con Samuel y yo desaparezca de la vida de todos.
Francisco: Fran, mírame Fran… no
estabas en tu sano juicio, estabas bajo la influencia de las drogas hijo, esa
maldita cosa es la culpable de todo, es la razón más importante para que las
dejes. Karen está consciente es por ello que no se ha ido de tu lado, ella cree
en ti que eres capaz de superar esto, te ama a ti no ama a Samuel. Todos temían
que recordarás ese momento, pero yo sé que es mejor, ahora es el momento de
pagar por esa falta, pedir perdón y recomenzar, ahora estas consiente de lo que
hace la droga, no solo te daña a ti sino a todos alrededor. De verdad no quiero
hacer esto en este momento que estás tan vulnerable pero sé que después te
quitaras un peso de encima. Dijo acomodando a su hijo en una cruel posición,
como estaría un buen rato se colocó una almohada sobre sus piernas y tumbó a
Fran encima, después de bajar la ropa. Se veían algunas franjas en su trasero.
Le daría una buena paliza a su hijo con la mano y culminaría la misma con
algunos correazos, sería un castigo de eso que recordaría su traserito por días
sobre todo al sentarse.
Fran: papiiii noooo, papito me duele
mucho muchooo, moriré de dolor, no resisto papito no resisto.
Francisco: Mi hijo es un chico fuerte,
yo lo sé. Además después de la que se lanzó es bien merecida, necesita paz
interior y esto te la dará.
PLAS, PLAS, PLAS, PLAS, PLAS, PLAS,
PLAS, PLAS, PLAS, PLAS, PLAS……..
Francisco se puso sordo ante la
pataleta, la lloradera, las pedidas de auxilio y demás de su hijo. Y hasta que
el pobre no tenía realmente bien rojo el traste no paro con la mano, tragó
grueso al tomar la correa solo le daría 3 de las 6 que pensaba su niño estaba
llorando demasiado.
Francisco: Ya casi pequeño ya vamos a
terminar aquí. Le dijo con la voz entrecortada.
Fran: Ay ay ayayayyy no lo resisto no
puedo más papaaaaa para papito mío para por favor no me pegues más.
ZAAS, ZAAS, ZAAS.
Fran: Owwww buaaaa grito Fran hasta
caer rendido. Cuando su papá lo iba a levantar le dijo. NO AÚN NO HE PAGADO.
Todo esto recogiendo el cinturón que su papá había soltado. Pégame hasta que
deje doler. Le exigió. Porque si no lo haces me voy a drogar hasta que deje
sentir.
Francisco: Eso crees, que aún no has
pagado bueno tengo la solución para eso, pero por hoy más que suficiente bebé,
ahora una buena ducha y a dormir. Mañana a primera hora lo primero que sentirás
será mi mano en tu trasero, tres buenos palmazos para que recuerdes cómo
comportarte, y vendrás a trabajar conmigo a la oficina quieres dinero para tu
bebé pues a ganárselo como es debido, y te llevarás tus libros para estudiar allá,
no te despegaras de mi ni un segundo.
Fran: de verdad papá. Se echó a sus
brazos, de verdad creí que ya no merecía más oportunidades y tú me
ofreces una vida. Su trasero le dolía horrores pero su corazón estaba lleno de
amor y esperanza.
Francisco: Te mereces todas las
oportunidades que la vida puede brindarte hijo. Shhh Shhh ya vamos a la ducha.
Mientras lo ayudaba lo mimo mucho, le dio pesar como lo había castigado, Fran
cuando sintió el agua al inicio le dolió y después sintió alivio, al tiempo que
puso un puchero adorable al recordar la sentencia de la mañana.
Fran: Papi … ¿por cuantos días estaré
castigado? Duele mucho te lo jurooo.
Francisco: ya veremos mi vida, ahora a
portarse bien.
Ya en la cama, acostado boca abajo
llegó Mark a revisarlo, mientras Karen era atendida por Sofía.
Mark: como estas peque. Dijo revolviéndole
el cabello.
Fran: tiito yo no sé si pueda con esto,
no solito no sin Fabián, haz que vuelva o me terminarán matando a palos o
intentando de nuevo, ayúdame yo quiero salir de esto pero hay veces que siento
que no puedo con los recuerdos de lo que hice.
Mark: Mañana estará aquí ya tu papá
converso conmigo. Fran lo pasado pasado no ganas nada atormentándote, vive el
presente un paso a la vez, con miras al futuro. Uno muy lindo peque, una
carrera seguro exitosa, una familia que formaras bellísima, porque de seguro
ese bebe que viene tendrá muchos hermanitos… y necesitaran un papi 100%.
Fran: lo intentó de verdad, pero es tan
difícil no sé cómo me pude meter en tanta mierda, pero ya mi papá se encargó de
eso... me castigó muy pero muy duro. Dijo con un puchero.
Mark: Pues bien por el papá, y recuerda
que los tíos también podemos castigar muy duro también. Le dijo deshaciendo el
puchero con la mano, en forma de mimo. Es que te queremos mucho, pero sobre
todo sabemos que saldrás de esta.
Fran: Me duele mucho… me puedes dar
algo para el dolor.
Mark: Lo siento para para ese dolor en
particular no pudo recetar nada, pues precisamente la idea de un castigo es que
aprendas una lección. Le dijo revolviéndole el cabello.
Fran: me duele muchoooo, te lo ruego mi
papá me… me castigó en más de 3 ocasiones y todas fuertes.
Mark: Concéntrate en lo que aprendiste
del castigo y no en el dolor.
Fran: lo que aprendí del castigo es que
duele, lo que me enseñó papá es otra cosa que me la pudo enseñar con palabras,
no a correazos. Dijo enojado ante la negativa de Mark a darle algo para el
dolor, Mark suspiro.
Mark: peque no puedo darte calmantes
por el tratamiento, solo en casos extremos y aunque te molestes este no lo es.
Fran: Sabes quiero dormir, porque no te
vas y me dejas en paz. Dijo mirando al otro lado.
Mark: Bueno si tanto insiste te puedo
poner un inyectable bien grande para aliviarte el dolor, deja prepararlo ya
mismo, si con eso mi sobrino se le quita el enfado conmigo. Dijo serio, pero
sabía que cuando Fran escuchara lo del inyectable cambiaría de opinión
rápidamente, por lo que casi se mordió el labio por la maldad que decía e hizo
finta en tomar su maletín para sacar las cosas.
Fran: Ya. Dijo con un puchero. Pero que
no duela tanto. Mira que mi papá me lo mató.
Mark se preocupó por aquello que el
chico aceptará un inyectable eso era extremadamente extraño, así que decidió
chequear si Francisco no se le había pasado la mano con el castigo a su hijo.
Mark: A ver peque enséñame tu culito
muerto. Dijo incorporándolo cerca de él.
Fran: igual me da un poquito de
vergüenza. Dijo destapándose pero sin bajarse el boxers.
Mark: ¿Vergüenza? ¿De qué? Nada que no
haya visto antes… es más en no menos de 8 horas en realidad. Y lo decía porque
él mismo se había visto en la necesidad de castigar al mayor de sus hijos.
Fran: Pero yo ya soy un adulto y un
papá. Como si eso bastara como explicación.
Mark: Un papá que tiene papá… niño no
sabes las que me he llevado de mi padre teniendo 3 hijos, grábate esto ser papá
no tiene fecha de caducidad.
Fran: ups… de verdad me duele mucho.
Dijo cerrando los ojos para olvidar la vergüenza.
Mark al examinar a Fran, no pudo dejar
de fruncir el ceño ya le reclamaría a Francisco, un poquito más y comenzaba a
hacerle daño al chico, de seguro se las había ganado pero debía medirse.
Mark: Tranquilo peque sentirás un
pequeño piquetito ¿bueno?
Fran: espera, espera… papá quiero a mi
papi acá.
Mark: Lo ¿buscas tú o lo llamo yo? La
verdad que Mark estaba molesto con Francisco, ya le cantaría 4 como médico y
como amigo.
Fran: PAPAAAAAAA ven que me
quieren picar mi potito.
Francisco corrió al escuchar el alarido
de su hijo
Fran: papá papi me van a pinchar mi
potito, me duele mucho como no te da pena lo que le hiciste a tu hijito. Le
recriminó.
Mark: Es verdad Francisco, pensé que
era un capricho de Fran, pero como médico me vi en la necesidad de examinarlo y
estuviste así de yo tomara medidas de tipo legal en defensa de Fran. Así que te
guste o no lo voy a inyectar para aliviar al chico el dolor, y te agradecería
que alternes los castigos con otros métodos. Dijo muy serio.
Francisco: Hijito perdón mi amor. Dijo
deshecho en llanto. Perdón mi vida.
Fran: papi me merecía todas y cada una
de las que me diste, no llores que me partes el corazón, si no me duele, sólo
exagere un poquito pero no tengo nada, tío no es necesario que me ponga nada.
Dijo subiéndose el boxer para que su papá no sufriera.
Mark: Los dejare solo, creo que se
necesitan. Pero no me iré sin antes colocarte el inyectable que sé que te
aliviará peque.
Fran: No es necesario. Dijo con cara de
dolor y sentándose para demostrar su punto. Yo exagere. Pero para Mark no le
paso esa cara desapercibida y para Francisco que ya conocía muy bien a su hijo,
y su nobleza de disimular para no hacerlo sentir mal.
Mark: ¿En serio? Dijo levantando una
ceja.
Francisco: Bebé sé que te duele mi
niñooo. Dijo levantándolo con cariño, y besándole la frente. Mark te llamó para
que pases a colocarle el inyectable. Le murmuró.
Fran: papá fue mi culpa todo esto es mi
culpa. Ahora te sientes culpable por el resultado que yo provoque.
Francisco: shh shh nuestra culpa ¿te
parece? Y más mía que tuya necesitas de mi apoyo incondicional y te falle, en
tu momento de debilidad debo estar allí, esto con Fabián jamás te hubiese
sucedido. Le dijo con voz lastimera, porque al decirlo se dio cuenta de una
realidad.
Fran: tú no eres Fabián, eres mi
papá, él es una especie de bastón y no lo quise ver así, yo debo empezar a
volar solito, sé que me voy a caer pero tú estarás a mi lado y me contendrán
cuando me caiga y luego me obligaras a ponerme de pie, porque tú sabes que yo puedo.
Francisco: de eso no tengo dudas de que
tú puedes, y es por eso que yo no puedo darme el lujo de fallarte como bien
dices yo soy el papá. Le dijo apretando fuerte ese abrazo que necesita al
parecer el más que su hijo, era una manera de pedirle perdón.
Fran: papá, ¿cómo nos vamos a
disculparnos con Karencita? Dijo tratando de disimular el dolor.
Francisco: Ohhh Karen, la deje con tu
madre. Hijo por ella y por tu hijo debes modularte, debemos ver cómo le
compensamos.
Fran: Estoy tan cansado de esto, hay
días en que solo quiero llorar hasta desintegrarme, estoy tan frustrado, sé que
es mi culpa, pero eso no ayuda a que me sienta peor, mi pieza no tiene una puta
puerta papá, en esta casa no hay ni una puerta con llave, no puedo ni tener las
llaves de la casa, no puedo decidir nada, me estoy volviendo loco papá.
Francisco: Alto alto alto bebé, no te
pongas así, por los momentos no podemos tener puertas ni posibilidades de
llaves, y sabes el porqué, pero una vez que estés recuperado volveremos a la
normalidad en ese sentido, y tienes la decisión más importante tu vida luchar o
dejarte vencer, y espero que optes por lo primero, sé que puedes. Le beso la
frente al terminar de decirlo.
Fran: puedo decidir libremente. Dijo estirándole
la mano para que le pasará la bolsita de cocaína. Si tenía que tomar una
decisión lo haría.
Francisco: Sé que puedes hijo porque
eres mas mucho más importante que esta mierda. Le dijo dándole la bolsita en la
mano, ya vería como arrancársela si eso era necesario, pero debía mostrarle a
su hijo que confiaba en él.
Fran tomó una foto de él, miró a su
papá y le dijo.
Fran: sólo uno de ellos va a salir de
ahí y será para siempre. Y se encerró en el baño trabando la puerta.
Francisco: Fraaaaaaaaan, hijo abre la
puerta… Francisco José, cuento hasta 3 o derribo la puerta de una patada. 1… 2
...
Fran: déjame papá dijiste que yo podía
decidir.
Francisco: Esta bien solo le pido al
cielo que decidas lo correcto. Iba a decir algo más pero se le atragantaron las
palabras, y se limitó a sentarse en el suelo a esperar.
Fran dentro preparó todo para aspirar
hasta iba a usar su propia fotografía y vio el brillo en los ojos que tenía en
la foto hace cuánto que no brillaba así. Lo sabía… cuando supo que sería papá y
quería volver ver a ver ese brillo en sus ojitos. Boto todo al piso abrió la
puerta y se echó a los brazos de su padre.
Fran: Ayúdame papá buaaa yo no quiero
más esto, no quiero, quiero volver a ser tu Fran del que estabas orgulloso, del
que llevabas a todos lados para mostrarles a tu hijito. Quiero volver a ser él
y no sé cómo.
Francisco: Pero si eres ese niño
hermoso del que estoy orgulloso, mira lanzaste la droga al piso decidiste que
ella no te gobierna a ti, no más. Debes estar orgulloso Fran, como lo estoy yo
en este momento… shhh shhh ya no llores si lo que tienes es que estar feliz. Le
dijo abrazándolo fuerte.
Fran: sácame de aquí papá. Dijo
descansando su cuerpo en su padre.
Francisco: Shh shhh si vamos a la
cocina, voy a preparar unas ricas tazas de choco caliente que sé que te encantan,
y de seguro que a mi nietico también será nuestra primera ofrenda a Karen, y
mientras estés con ella, yo vendré a limpiar este desastre. Le dijo besándole
la cabeza se sentía tan orgulloso de su hijo.
Fran: me duele papi. Se quejó le dolía
mucho su potito.
Francisco: ¿Mucho mi ángel? ¿Quieres
que le diga a Mark que pase? Pregunto con algo de angustia, colocándole las
manos en su carita.
Fran: si, pero no te sientas culpable
yo me lo busque solito.
Francisco: Ahhh mi angelito, shhh shhh
ya voy a llamar a Mark. Y sin perder tiempo sacó su celu y lo llamo a pesar de
que Mark seguro estaba en la sala, pero no quería separarse de Fran, además aun
la droga está tirada en el suelo debía recoger y botar aquello.
Mark: vamos peque a la pieza. Miró a
Francisco sin comprender que pasó en el baño.
Fran: pero ya no nos retes más por fa.
Le rogo.
Mark: Tranquilo, no estoy acá para eso.
Necesito te acueste en la cama bien quietecito, Francisco necesito que
sostengas y le brindes toda la seguridad a tu hijo, le colocare un calmante que
es algo lento de colocar. Le murmuró bajito sabía que aquello iba a doler lo
suyo sobre todo por el estado que estaba aquel pobre traserito.
Francisco se recostó y acomodo a su
hijo sobre él, como hacía desde que Fran era pequeñito y no se dejaba inyectar,
así le daba la tranquilidad y seguridad que se hijo necesita.
Fran: estoy listo tío.
Mark: Es que eres un chico muy valiente
mi peque. Dijo introduciendo la aguja despacio.
Fran:
Auauauaua...ufffff uffff papiiiiiii. Dijo apretando
fuerte.
Francisco: tranquilo mi vida Mark ya
está terminando… ya va a pasar mi tesoro.
Mark: Listo. A los minutos Fran cayó
rendido. Le puse algo para dormir, llame a su clínica y me dijeron que lo
ayudará a descansar, mañana lo van a evaluar.
Francisco: ¿evaluar? ¿Crees que me lo
aparten de mi lado? El está superando esto Mark te lo juro, hace unos minutos
pudo drogarse y no lo hizo. Dijo casi en pánico.
Mark: Francisco, los del centro van a
buscar lo mejor para Fran. Debes estar tranquilo, y darle fuerza al pequeño.
Francisco: Te juro que lo intento.
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