EL MECHERO NO ES UN JUGUETE
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No.
-
¿Cómo
dijiste?
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Que no,
papiiii.
-
Mateo,
dame eso, a la de tres. Una…
-
¡No!
-
Dos…
-
¡No te lo
doy!
-
…Y tres….
Javier se acercó a su
hijo y le quitó el mechero de las manos. Al final su mujer iba a tener razón, y
dejar de fumar se iba a convertir en una cuestión de prioridad por el bien del
niño, pero no tanto por sus pulmones como por sus tendencias pirómanas. El
mocoso de ocho años le había quitado el mechero y casi le prende fuego a las
cortinas mientras practicaba para encenderlo.
Una vez puso el
mechero a buen recaudo en su bolsillo, giró al pequeño y le tumbó sobre una de
sus rodillas.
PLAS PLAS PLAS PLAS
PLAS
-
¡Ay, au,
au!
-
Eso no se
hace, Mateo. No se cogen mis cosas, ni se juega con fuego. Y si te digo que me
lo des, me lo das.
PLAS PLAS PLAS PLAS
PLAS
-
Au….bwaaaaaaaaaa….papiiii….eres
malooooo.
-
Un ogro
–respondió Javier, rodando los ojos, y levantando a Marcos para cogerle en
brazos. – Pero el mechero no lo cogemos más, ¿eh?
-
Bueno,
papi… ¿y las cerillas?
N.A.: FELIZ AÑO NUEVO A TOD@S ^^
Simplemente hermoso.
ResponderBorrarJaja que salidas tiene el mocoso
ResponderBorrarjajajajaja niños...
ResponderBorrarjajaja oh pero si esta lleno de buenas ideas este chico!!
ResponderBorrarMe gusto el final jajaja