Regla de la familia
“Aprender a Compartir”
Leonardo
un hombre joven de 25 años tiene
viviendo en Francia 6 años, su esfuerzo y sus buenas calificaciones le
dieron esa oportunidad, es el mayor de cinco hermanos, el más chico tiene 14, le
sigue uno 17, otro más de 19 y el segundo hijo de 21 años todos hijos de Sebastián y Sara. Leo se alejó de su familia pero les llamaba cada
vez que podía, le fue difícil alegarse
ya que siempre fue unido a todos ellos, solo en dos ocasiones en el trascurso
de esos 6 años había podido ir a visitarlos, la última vez que los vio fue hace
tres años que fue cuando les dio
personalmente la noticia de que serían abuelos en poco tiempo. Robert un pequeño niño de 2 años 10 meses no conoció
a sus abuelos ya que a un estaba en el vientre de su madre. Pero ya
hacía falta verse y como los abuelos tendrían
una fiesta Leonardo aprovecho que tenía
días libres y fue a visitarlos.
.
Leonardo
les dio una gran sorpresa, solo uno de sus hermanos estaba enterado de
que iría a verlos por lo que todos
estaban encantado con su llegada.
.
Sebastián
tenía abrazado a su hijo diciendo lo
orgulloso que estaba de él, así como de
todos sus hijos, pero era su hijo mayor
al que no veía todos los días.
Sebastián tenía su brazo apoyado en la espalda de su hijo como sin
soltar el abrazo, ya tenía una hora en el lugar y apenas tenía unos minutos con su hijo ya que Sara no lo quería soltar.
Robert
el pequeño hijo de Leo estaba dormido, cansado del viaje y apenas estaba
despertando.
Robert:
mami.
Mireia:
hola corazón.
Sara:
hola mi nieto hermoso, hola precioso.
Robert: Mami, quién es?
Mireia:
es tu abuelita… no la vas a saludar?
Robert:
mmg –negó con la cabeza-
Mireia:
tú dijiste que le ibas a dar muchos abrazos y besos, anda no seas grosero.
Robert
le dio un pequeño abrazo algo tímido porque no conocía a todas esas personas y
a un tenía algo de sueño.
Mireia:
ya que agarre confianza no los va a soltar.
Por un
rato el niño estuvo buscando a su papá, estaba a un adormilado pero pudo verlo, está hablando con unas personas, puso un puchero y salió corriendo.
Robert:
es mio, es mio.. es mi papá. –
Y
ninguno se esperó a que el pequeñito llegara y le soltara una patada a Sebastián y que le hiciera saltar sobándose
su pie.
Robert:
es mioo –tenía los ojos llorosos-
Leo:
Robert… eso no se hace. –tomo al niño y le dio tres nalgadas-
Pass,
pass, pass
Robert:
buaaaa, wuaaa, eres mi papáa buaaa solo yo y mami te podemos abrazar buaa
buaaaa.
Leo:
si soy tu papá bebe, soy tu papá, pero
no tienes que patear a la gente. –lo abrazo mientras el niño escondía su
carita-
Sebastián:
aauu.. mi nieto tiene un buen pie… va hacer un buen jugador cuando crezca. Oye
peque este muchachito es mío… es mi hijo, así como tú eres el hijo de él.
Robert:
noo mio.
Sebastián:
no me lo vas a prestar.
Robert:
noo buaaa.
Sebastián:
tú papi no te enseño a compartir? Sabes que les pasa a los niños que no
comparten.
Robert:
noo –se hizo bolita-
Sebastián:
pues yo si… quieres que te diga.
Robert:
no, no, no -se tapó sus nalguitas-
Sebastián:
aa ya sabes… ven -lo cargo- ya vez, tu
papá si comparte y me dejo abrazarte a él no me los voy a nalguear verdad que
no.
Sebastián
y Sara siempre enseñaron a sus hijos a compartir y cada vez que no lo hacían
les dan una nalgada, enseñanza que Leonardo estaba tratando de seguir con su
hijo ya que a veces le costaba compartir
y eso no le agradaba.
Robert:
te pesto a mi papi, pero un datito, sí.
Sebastián:
jajaja que buen niño eres… aai las ganas que tenia de verte mi muchachito. –lo
abrazo y lo meció en sus brazos- te acuerda que te dije que te iba a dar cuando
vinieras?
Robert:
siiiii
Sebastián:
pero solo si me das un beso y te disculpas.
Robert:
peldon abuelito, me peldonas, vedad que sí. –le dio un beso-
Leo:
convenenciero.
Sebastián:
tal para cual… es tu vivita imagen.
Sebastián
entro a la casa con su nieto en brazos y salió con un niño con una sonrisa
gigante el cual tenía un balón nuevo en
sus manos.
Robert:
mira papi.
Leo:
mira qué bonito, el abuelo te da un balón y tú lo pateaste.
Robert:
yoo?
Sebastián:
jajajaja… ya no vas a volver hacer eso verdad que no.
Robert:
no, lo pometo.
…
Era tarde,
estaban solo Sebastián y Sara con sus hijos, su nuera y su único nieto al que
todos están consintiendo.
…
Leo:
mamá, no le muestres eso.
Maite:
aiii si estabas hermoso.. cosita.
Sergio
21 años: jaja sus cositas.
Leo:
eea yo puedo mostrar también tus fotos.
Sergio:
jajaja encuéntralas primero.
Leo:
cierto… que paso con ella? No recuerdo.
Sebastián:
las quemo.
Leo:
que suerte, porque yo nunca hice eso?
Sara:
porque le di una buena paliza a calzón
quitado, por eso tú no lo hiciste.
Leo:
jajajaja si, si ya recuerdo.
Sergio:
mamáaaa grrr… tú cállate estúpido.
Sara: así
que si alguno de ustedes tiene ganas de estarme rompiendo mis fotos ya sabe a
lo que se atiene.
Sergio:
mamá no tienes por qué decir eso. –De eso hacía ya 6 años, casi un mes antes de
que su hermano se fuera a estudiar-
Sara:
que tiene de malo?
Leo:
jeje.
Mireia:
aaag jeje.
Leo:
amor… deja eso. –le quito una foto- aaiii mamá porque tomaban estas fotos.
Sara:
no tienen nada de malo.
Mireia:
amor déjame verla.
Leo:
nooo.
Robert:
abue… papi no le pesta sus cosas a mami…
e no compate.
Sebastián:
Leonardo sabes que tienes que compartir, préstale las fotos o ya sabes qué pasa.
–le dijo en todo su papel de padre estricto, pero en son de broma-
Sergio:
jojojaa.
Leo:
paa.
Mireia:
ándale ya sabes que puede pasar, no seas envidioso.
Leo:
mmg toma.
Todos
los hermanos soltaron la carcajada, esa
era una de las reglas de la casa que siempre se cumplía.
Jajaja, muy agradable y tierna la pequeña historia. Curioso porque en mi familia era un poco al revés ;) creo que hasta el día de hoy sigo siendo demasiado compartido, y mis papás me decían que tenía que cuidar mis cosas. ;)
ResponderBorrarMe fascino esta nueva familia.
ResponderBorrarMuy lindooo1! Que no se vaya ya Leo!!! =D jijiji
ResponderBorrarHermosa familia!!!
Jajaja pobres como les toman fotos así!!..
ResponderBorrarY las mamás que fea costumbre de andar enseñando eso!!...
Me gustó esta nueva familia!!!