Trece primos y una historia: Lacour
Capítulo 10: El otro ¿primo? Parte
1
Jonathan POV
Venía
caminando por la calle empedrada, el día estaba claro y radiante, más no así mi
estado de ánimo. Más bien me sentía como las débiles sombras que dejaban las
montañas en el valle y que danzaban al ritmo del brillante sol. Me acompañaba Francisco
un amigo de la secundaria.
-¿Así que tu
papá era ese chilango gachupín, tan rico que se murió en su helicóptero?-Me
preguntó Francisco
-Sí-le dije
sin mayor intención de profundizar en el tema
-Bueno pero
eso no te preocupa verdad? Fue como un desconocido para ti a final de cuentas.
- No es eso
lo que me preocupa-le aseguré antes de que nos despidiéramos afuera de mi casa.
Entré a la
casita. El calor se percibía en el ambiente. E irradiaba de las paredes cafés
rojizo y hasta del polvo acumulado en el suelo.
-¿Por qué abuelita?-
pregunté sin poder dejar de pensar en ello
-Ya te lo
expliqué muchacho, no puedo mantenerlos a ti y a tu hermano ahora que tu mamá y
tu tío se fueron a Estados Unidos y no hemos tenido noticias de ellos en varios
meses.-insistió mi abuela
-¿Pero qué
voy a hacer entonces? - Volví a preguntar como un crío, a pesar de que ya me lo
había explicado.
-Te digo que
hablé con ese joven, Miguel Ángel, me explicó que tu padre había muerto en un
trágico accidente pero que él se había hecho cargo de sus hijos, tus medios
hermanos. También me dijo que estaba dispuesto a hacerse cargo de ti.
-¿Por qué voy
a confiar en el sobrino de un hombre que tuvo 13 años para conocerme a mí, su
hijo, y nunca se digno venir?- dije con una mezcla de temor y repugnancia.
-Por la única
razón de que es tu mejor opción. Entiéndelo muchacho, esas personas tienen
dinero, tal vez no te muestren mucho cariño, pero por lo menos tendrás la
oportunidad de estudiar y llegar lejos.
-¿Y qué qué
hay de Ramón, el novio de mi mamá?
-¿Ese
criminal? Ni lo menciones. No, no, no, precisamente quiero evitar que acabes
siendo un vil delincuente como él.
-No pienso
separarme de mi hermanito. Tendrás que convencer a Miguel Ángel de que nos
acepte a los dos, o preferiré qué nos lleven a una casa de acogida para que
podamos estar juntos.-Vi la expresión cansada de mi abuela, pero también vi la
cara de susto de Moisés, mi hermanito de 8 años que no concebía el hecho de que
nos fuéramos a separar probablemente para siempre.
Salí de la
pequeña casa y me dirigí al establo que había en el patio para llevar el
caballo a rentar en las calles centrales del pueblo de Tepoztlán. Ensillé al
caballo pinto y le puse las riendas. Después lo monté y salí mientras mi
hermanito me habría la puerta.
-Déjame ir
contigo, Johny- me suplicó Moisés
-No Moi, hoy
no, por favor quédate con la abuela
Pero su
respuesta fue echarse a correr calle arriba para encontrar a sus amigos.
Cabalgué hacia
el centro del pueblo sumido en mis pensamientos. Lo poco que consideraba mi
mundo se desmoronaba a pedazos. Hundí mi cara en la crin del caballo. <<¿Tú
tampoco quieres que te deje, verdad>> le susurré al caballo. ¿Cómo sería
ir a vivir con unos extraños? No debería de ser tan mala, idea ¿O sí? Mi abuela
insistía en que me ayudarían económicamente, pero yo realmente anhelaba algo
más para mí y para mi hermanito, algo que no me atrevía a decir en voz alta:
cariño. Pero la vida rara vez nos otorga lo que deseamos así que decidí resignarme
y tratar de hacer lo posible porque mi hermanito no sufriera.
-¿Cuanto la
hora?- una voz sacudió mis pensamientos y me trajo de vuelta a la realidad.
-$120-
respondí aunque me sentía renuente de dejarle el caballo al capitalino que
tenía enfrente.
Pero el señor
pareció conformarse con el precio así que tuve que bajarme del caballo,
ayudarle a subir y cederle las bridas. Sus dos hijos y su esposa también habían
rentado caballos.
Decidí
observarlos con detenimiento, se veían adinerados, aunque claro, todos los
turistas se ven adinerados. ¿Se parecería ese señor a Miguel Ángel?
Los
capitalinos siempre están malhumorados y prestos a criticar, y estos no eran la
excepción.
-¡Qué caballo
tan famélico me diste muchacho, deberías de ver los que rentamos en la
Marquesa!
Yo escuche sus
refunfuños en silencio, ya estaba acostumbrado.
Cuando había ganado
unos $200 en cabalgatas para mi abuela fui a casa de Alejandra, mi novia.
Alejandra era
una niña parecida a mí en el hecho de que era hija de una madre soltera y tenía
rasgos extranjeros, aunque con la piel y el cabello más claros qué yo. Ella era
la manzana de la discordia de todos los chicos de la escuela por su belleza
foránea, pero también despertaba mucha envidia. Más de una vez la habían
llamado bastarda y cosas así, incluso a mi también me lo decían, sobre todo
desde que éramos novios, pero no me importaba, era una niña de la misma edad y
casi tan alta como yo, agradable y con una sonrisa encantadora.
Pasé por su
casita, y la vi a través de la puerta abierta allí en la única mesa haciendo la
tarea. Me quede pasmado un rato contemplándola.
-Hola Johny,
¿Quieres pasar y quedarte a comer con nosotros hoy? Todavía queda pozole de
ayer y está riquísimo-La voz de su mamá me sobresaltó.
-No muchas
gracias… quiero decir claro que sí…-tartamudeé sin saber que decir.
En eso Alejandra
levantó la vista y su cabellera medio rizada y dorada danzó sobre su pecho… se
me aceleró el corazón.
-Hola Ale
¿Cómo estás?-pregunté embobado, pues la había visto hace unas horas en la
escuela.
-Bien. ¿Por
qué no pasas y te quedas a comer?
-Gracias pero
hoy preferiría que saliéramos a cabalgar un rato, tengo que decirte algo
importante.
-Bueno, como
tú quieras.
-No regresen
tarde- nos pidió su mamá
-No señora-le
dije mientras subíamos los dos al caballo
Guié el
caballo calle abajo a trote ligero, tener a Ale tan cerca era tan agradable.
Llegamos al
zócalo del pueblo y nos sentamos en una banca al pie del kiosco. Y ahí le conté
todo…
-No quiero
irme Ale, no te quiero dejar aquí.
-Tranquilo,
podremos hablar por teléfono o tal vez incluso por Internet en el café
Internet. Y si vas a tener dinero seguro que puedes venir a visitarme.
-Pero tengo
miedo, por mí, por mi hermano, porque no se qué nos espera.-se me escurrieron
las lágrimas.
-No,
tranquilo, todo va a salir bien, me tranquilizó acariciándome con sus suaves
manos.
Miguel Ángel POV
Trataba de
concentrarme en la hoja de Excel que tenía enfrente, pero no podía. Mi cabeza
estaba en otro lado, debido a la llamada que me había hecho aquella mujer el
día anterior. ¿Hice lo correcto? Por supuesto que hice lo correcto, ese niño,
Jonathan, también era mi primo, y dejarlo a la deriva hubiera sido como dejar a
Sofía o a Leo. ¿Cómo reaccionarían los demás? ¿Cómo reaccionaría él? ¿Qué
pasaría con su hermanito? Yo le había ofrecido cuidarlo también, pero su abuela
solamente me dijo que lo iba a pensar. Además tenía que planear el viaje para
ir por él y todo lo que implicaría.
Esa noche
dejé la oficina y traté de juntar a todos los chicos en el salón principal.
-Hijos, tengo
que darles una noticia importante.- dejé que me pusieran atención antes de
continuar.
-Fernando,
Román, Sofía y Alejandro tienen otro hermano, bueno un medio hermano que se
llama Jonathan y tiene trece años.
Dejé que
todos procesarán la información, naturalmente todos se sorprendieron mucho.
-¡No, eso no
puede ser! ¿Eso quiere decir que mi papá…- comenzó a decir Fernando pero se
calló inmediatamente.
-Bueno, la
otra noticia es que se viene a vivir con nosotros, y tal vez su hermano
también, porque su mamá desapareció yendo a Estados Unidos.
- Tengo que
ir a México a traerlo y había pensado que me acompañen todos, pues puedo dejar
encargado el casino a Gerardo (Gerardo había sido presidente de una de las
empresas de mis tíos hasta que el abogado Gabriel hizo el fraude y entonces
renunció a la empresa que ahora había pasado a manos de Gabriel, pero ahora era
gerente en el casino).
-Pero a
ustedes no los puedo dejar y estar tranquilo, así que me van a acompañar todos.
El viaje será de aproximadamente una semana, yo voy a hablar con el director de
su escuela para que no tengan problema. Así que ya saben, comiencen a prepararse
pues nos vamos mañana.
Cristian POV
Un primo más,
la idea sonaba divertida y además lo que nos sobraba era espacio y no nos
faltaba dinero.
Subí a mi
cuarto que era como la torre de la hacienda, pues era el único cuarto que estaba
a tres niveles, y entré para preparar un poco para el viaje.
Estaba tratando
de sacar una maleta de mi closet cuando se resbaló y cayó la pesada lámpara de
mano al suelo. La madera se despostilló, pero lo que más me llamó la atención
fue un sonido como el de vidrio quebrándose. Seguro que Miguel Ángel me iba a
regañar, pero sólo eso. Observé la lámpara, pero no estaba quebrada, así que el
sonido tenía que haber venido del suelo.
Con un
desarmador de los que usaba para mis drones quité la tabla despostillada y vi
los cristales quebrados, estaban recubiertos de yeso para que no se notara la
diferencia con el resto del suelo bajo la madera. Retiré los vidrios con
cuidado y solamente quedó a la vista un cubo en el suelo con una especie de
palanca de hierro viejo y oxidado. Jalé la palanca pero se rompió.
TRAS! En ese
momento un golpe me sobresaltó y casi se me sale el corazón.
-Estás bien
Chris? Qué hacías?- me preguntó Alejandro que había entrado azotando la puerta.
Yo me dejé caer en el suelo del alivio y de repente toda la adrenalina qué
había tenido se esfumó y me quedé temblando en el suelo.
-Na.. da, es
que me asustaste.
Pero Alejandro
tardó menos de medio segundo en fijarse en el cubo del suelo y la palanca rota.
Sus ojos mostraron su sorpresa, pero se limitó a preguntar:
-Ya la has
abierto antes?
-Que si he
abierto qué?
-La puerta,
la puerta que seguramente abre esa palanca rota?
- Esa palanca
abre la puerta del cuarto y por eso se azotó cuando entraste?
- No tonto,
la puerta secreta.
Me quedé
viendo la palanca y me entró una especie de euforia mezclada con algo de miedo.
-¿Cómo lo
sabes?
-Porque
también hay una en mi cuarto.
-En serio? Y
qué hay detrás de la puerta?
- Y qué hay
atrás de la tuya?
-No sé- le
aclaré- se rompió la palanca. Pero aunque sea enséñame la tuya.
Alex negó con
la cabeza- primero tenemos que ver qué hay aquí
Estuvimos
como media hora tratando de abrir la palanca con las pocas herramientas que tenía
para mis drones, y hasta casi nos acabamos el aceite especial, y cuando
estábamos tan desesperados que estábamos considerando prenderle fuego a la
palanca escuchamos unos pasos rápidos en la escalera, Alex reaccionó como un
rayo y jaló el tapete de un lado de mi cama para tapar el agujero en el suelo.
Yo no entendí porque hacía eso
-Hazme caso
por favor Chris, y aguanta el castigo que seguramente nos va a dar Miguel Ángel
y te prometo enseñarte mi cuarto secreto y descubrir el de aquí- me dijo Alex
pero yo le entendí todavía menos
En eso entró
Miguel Ángel y nos echó una rápida mirada a nosotros y al desastre en el suelo.-¿Qué
te dije Alex?-le dijo algo molesto
-Perdón,
perdóname por favor papá. Sé que me dijiste que era urgente que fuéramos, pero es
que estábamos tratando de guardar todo esto y bueno, fue un caos tal que
tuvimos que vaciar la maleta
-Sé que nos
merecemos un castigo, pero fue más mi culpa que de Chris.
Miguel Ángel
frunció el ceño- Alex, fui muy claro en lo importante que era que fueras con Chris
al estudio rápido, pues estoy comprando los boletos de avión, y se canceló la
sesión y ahora las tarifas están más altas.
-No fue mi
intención- Alex se oía triste y preocupado a la vez
-Te creo que
no lo hiciste aposta, acabo de perder varios cientos de dólares en la tarifa de
los billetes de avión, pero créeme, ese no es el problema, el problema es que me
desobedeciste conscientemente, y por eso tengo que castigarlos.
-Sí, lo
entiendo- respondió Alex y se limitó a implorarme con los ojos que siguiera su
ejemplo sin decir nada
Pero yo no
estaba loco como para dejar que me castigaran por esconder una palanca vieja, y
además era su culpa por no haberme dicho que Miguel Ángel nos llamaba.
-No es
cierto, Miguel Ángel, nada de lo que te está diciendo Alex es verdad
Alex POV
Tenía que
haber pensado desde un principio que Christian no era como yo, y que no podía
esperar que aceptara un castigo por algo como mi cuarto secreto. Además había
sido muy idiota de haber olvidado para que me había mandado Miguel Ángel.
Cuando
Christian dijo eso entendí que mi trasero y mi secreto estaban igual de
acabados.
No sé por qué
lo hice, solo sé que me arrojé al tapete, que Christian estaba comenzando a
mover para dejar al descubierto la palanca, de rodillas frente a Miguel Ángel y
le dije desesperado
-perdóname por
favor, Christian tiene razón, no le dije que nos llamabas porque pensé que no
nos íbamos a tardar en lograr arreglar su nuevo carro de control remoto, y pensé
que si le ayudaba me lo iba a prestar (parte de eso era verdad y hacía la historia más realista), pero castígame, sé
que me lo merezco – en este punto me puse a llorar porque me sentía como un
idiota en todos los sentidos, y además odiaba a Christian aunque el pobre no
tuviera la culpa.
Me sentía
desesperado, pero en eso sentí como los brazos fuertes de Miguel Ángel me
ponían de pie tirando suave pero firmemente de mis muñecas
-No, Alex,
tranquilo, claro que te perdono, todos cometemos errores y aunque te tenga que
castigar por desobedecer y mentirme te aseguro que no te voy a lastimar, nunca
soy cruel con ustedes.-me dijo mientras se inclinaba y me abrazaba
El abrazo de
Miguel Ángel me ayudó a calmarme un poco, pues aparte sabía que tenía razón en
lo que me decía. Me sentí muy mal de seguir ocultándole las cosas cuando lo
único que recibía de mi primo-papá era cariño, cuidados y educación. Pero hice
acopio de mis últimos recursos de obstinación y le dirigí a Christian la mirada
más fulminante que pude mientras le señalaba con la cabeza que nos dejara solos
para el castigo. Afortunadamente me entendió y salió con cara de disgusto hacia
mí cerrando la puerta estrepitosamente.
Observé el
cinturón que llevaba ese día Miguel Ángel, era de cuero grueso, teñido de negro,
de un aspecto temible (todos se ven temible cuando te van a castigar con ellos,
pero éste un poco más). Me armé de valor y me desate el cinturón que aseguraba mi
short de bermuda; sin pensarlo mucho me baje el short hasta los tobillos para después
avanzar hacia la cama de Christian con pasos cortos que me permitía la ropa
enredada y me quedé mirando hacia abajo esperando lo que fuera qué siguiera.
Pasaron
varios instantes antes de que oyera la voz de Miguel Ángel- Bueno Alex, yo
tampoco quiero alargar esto demasiado, sí te voy a castigar pero recuerda que
te perdono y que te castigo no por crueldad o venganza, sino porque quiero
educarte y que aprendas a hacer las cosas bien.
Me limité a
asentir y a inclinarme en la cama pero Miguel Ángel me levantó
-No, hoy así no-me
dijo mientras se sentaba él en la cama y me hacía señas para que me inclinara
en su regazo. En ese momento me entró el pánico porque seguramente estaba
haciendo eso para mantenerme controlado mientras me daba una paliza fuerte.
Como me quede inmóvil Miguel Ángel me reclinó y unas lágrimas corrieron por mis
mejillas y cayeron sobre su zapato. Creo que Miguel Ángel se dio cuenta porque
me mantuvo en esa posición, pero en vez de comenzar el castigo puso sus manos
sobre mi espalda y me acarició la espalda hasta que me sentí un poco más tranquilo,
de él no tenía que tener miedo.
Escuché el
tintineo de la hebilla cuando Miguel Ángel tomaba el cinturón y lo doblaba
manteniendo la hebilla en su mano para no lastimarme con ella. Y en eso puso su
brazo izquierdo sobre mi espalda y con su pierna inmovilizó las mías.
Zas.. Sentí
el primer cinturonazo y pasaron unos segundos antes de que sintiera el segundo Zas..
El aguijón qué sentí me dio a entender
que me estaba pegando fuerte.
Zas.. El
tercero también tardó en llegar y el escozor me produjo una desesperación para
tratar de frotarme con las manos pero Miguel Ángel las tenía bien sujetadas..
Zas..cuando el cuarto abrasó la piel que se escondía bajo mi slip, lancé un gemido
de dolor y traté de patalear pero también mis piernas estaban firmemente bloqueadas
con la de Miguel Ángel
Zas.. Llegó
el quinto y no aguanté, me puse a llorar Zas.. ¡Ya por favor! Le rogué cuando
llegó el sexto
Zas.. Ya!
Buaa Ya! Tarde varios segundos en darme cuenta que Miguel Ángel había dejado de
pegarme y me estaba acariciando la espalda con sus manos.
Después de un
par de minutos Miguel Ángel me levantó y me subió el short
-Perdóname por
favor- le dije con la nariz congestionada por el llanto
Él me miró a
la cara- Claro Alex, te perdono y sólo te pido que la próxima vez me hagas caso
y me digas la verdad sin involucrar a tus hermanos si no tienen la culpa- finalmente
Miguel Ángel me sonrió y me abrazó y yo me sentí muy aliviado a pesar de que
todavía me dolía el castigo que me había dado
-Ahora sí vamos
a comprar los boletos, así que vente, tienen 5 minutos para recoger este caos y
los espero en el estudio- me dijo mientras se adelantaba a las escaleras
-OK
Cuando salió
Miguel entró Christian e inmediatamente le reclamé
-¿Qué hacías
ahí parado escuchando cómo me castigaban, te divierte?
-Esto es
absurdo, yo creo que más bien a ti te gusta que te castiguen
-Claro, y
también me gusta gritar de dolor y la vergüenza de llorar como un crío cuando
Miguel Ángel me pega con el cinturón- le dije en el tono más irónico y molesto
que pude
- Si tanto te
molesta estar conmigo ¿qué haces aquí?
-Miguel Ángel
me dijo que arregláramos esto
En eso por
primera vez Christian pareció fijarse en el caos que había en el suelo
-Todo es tu
culpa, por tus absurdas ideas ya eché a perder todas mis herramientas y el
aceite de mis drones. ¡VETÉ!
-Con todo el
gusto del mundo me voy de tu cuarto. Y que bueno que Jonathan viene a vivir con
nosotros porque así puedo sustituir el hermano que perdí hoy.- Le espeté mientras
me encaminaba a la puerta abrochándome el cinturón.
¡VETÉ!- me
gritó mientras me empujaba afuera de su cuarto y azotaba la puerta.
-¿Qué pasa
Alex?- era Fernando que había subido por el escándalo
-Nada, dile a
Christian que Miguel Ángel quiere que estemos en el estudio en cinco minutos.
-Para- me
dijo mientras me sujetaba por los hombros cuando intenté echarme a correr-
¿seguro estás bien?- se quedó observando mis rostro enrojecido y congestionado
-Sí, sólo que
Miguel Ángel me castigó y además yo y Christian estamos peleados- le dije
mientras trataba de sacudirme sus manos
-Pues no
pienso dejarte que te vayas peleado con un hermano- me dijo sujetándome
-Suéltame!
Suéltame Fer, esto no es asunto tuyo
En eso escuchamos
un escándalo que venía subiendo por las escaleras, yo dejé de jalonearme y
Fernando dejó de sujetarme tan fuertemente
Mis hermanos
hacían demasiado ruido, pero alcancé a captar algunas palabras: hombre anciano,
más viejito, video de ayer, es él, está muerto, camioneta mercedes G. negra. Al
oír eso sentí que el corazón se me paraba... Continuará
Me encantó primos nuevos pero como lo dejas así.
ResponderBorrarPrimo nuevo más cuartos secretos, de verdad que no lo puedes dejar así
ResponderBorrarGracias por comentar. Sí, sorpresas que nos sorprenderán mucho :)
BorrarLa familia crece!!!
ResponderBorrarY porfa no dejes solo al hermanito de ese chico!!
Miguel Ángel es medio extraño pero tiene un buen corazón!!!
Ya quiero leer que más sorpresas nos tiene esta historia!!
Gracias Estrella.
BorrarTe quedo genial el capi, me gusta tu historia. Please actualiza pronto... :)
ResponderBorrarMuchas gracias, pronto actualizaré. :)
BorrarTe quedo genial el capi, me gusta tu historia. Please actualiza pronto... :)
ResponderBorrarEstuvo lindo el capítulo, pero vaya que le falta tacto a Miguel para dar las noticias!!!! Estoy con la misma opinión de Estrella, es extraño, se comporta como viejo, jejej... A veces me da pena que tenga esa responsabilidad.
ResponderBorrarMuy interesante lo del otro hermano... y qué habrá detrás de esa puerta?!!
Jaja, gracias por los comentarios. Creo que es más mi culpa que de Miguel Ángel ;)
BorrarPronto continuaré.