Max estuvo toda la mañana trabajando en la empresa Hoffman, cansado del trabajo llego a su casa para ver a su pequeño que ya estaba en compañía de Alex viendo un nuevo programa infantil con una particular cancioncita pegajosa, Max se divirtió mucho al ver al niño cantar tan divertido y moverse de un lugar a otro como bailando, imitando los movimientos de aquellos personajes tan singulares. Pronto el programa se convirtió en lo mejor que hay para los pequeños de casa pero no tanto para los más grandes ya que llegaba hacer molesto después de verlo y oírlo 6 veces al día, que no tenían algo mejor que pasar en la televisión? Pero claro que había, el problema era que el pequeño Leo no quería que nadie le cambiara al canal.
Alex: vamos padrino – ya suplicante, tapándose
los oídos-
Max: Leo,
peque ya hay que ver otra cosa hijo, sí.
Leo: no, cantando –decía mientras se mecía de un lado a otro-
Max: pero eso ya lo viste, no quieres ver otra
cosa?
Leo: no, ese, esa no.
Max: grrrr
…
Al final del día el pequeño Leo gano, Alex se
fue a su cuarto a tratar de dormir pero Max se quedó a cuidar a Leo un rato hasta que finalizó el programa y
se quedó dormido.
….
Dos semanas después y tanto Max como Alex ya estaban con los pelos de punta cada vez que
escuchaban esa canción, pero parecía que
a Leo jamás le cansaría escuchar y ver eso.
…
En la mañana Max lo llevo a la guardería, Alex se fue a la escuela y él se fue a
trabajar.
…
En el trabajo Max estuvo bastante ocupado por
buen rato, yendo en dos ocasiones a la oficina de su
hermano y jefe. Pero se veía cansado, agotado y no era tanto por el trabajo o tal
vez también tenía que ver pero
era que tenía todo el día esa cancioncita en la cabeza y ya lo tenía vuelto loco. La
tercera ves que fue a la oficina de Edward y ya para salirse.
Edward: Max
Max: que paso –contesto
enojado y tenso-
Pero Edward solo se le quedo viendo feo por un
momento, para después verlo con calma y paciencia.
Max: perdón –dijo casi en automático al ver su contestación-
Ed: que es lo que te pasa?
Max: lo que pasa.. Pasa que Leo tiene como tres
semanas viendo un programa infantil con una horrenda canción, lo ve todo el día
y no quiere ver nada más y ya me estoy volviendo loco.
Ed: jajajajaja
Max: no tiene gracia –dijo molesto por su
desdicha-
Ed: es su época, todos los niños son así… vamos
que yo tengo seis hijo y pase por lo mismo no eres el único hermanito… ya le
pasara y va a encontrar otro programe que le guste igual o más y vas a cambiar
de canción jeje.
Max: mmmggg
Max salió resignado a terminar su trabajo. En
la tarde que estuvo en casa y al saber que Leo no se comió sus verduras lo
castigo de la peor forma que el niño pudo considerar… le desconecto el
televisor a lo que Leo se puso a llorar.
Leo: papi quito tele –le decía a Alex acusando a su
padre-
Alex: aaaa –se le dibujo una sonrisa- que… que
malo verdad, pero te tienes que comer todas tus verduras Leo.
Leo: no quiedo buuaaa.
Max: sin llorar, tienes que comerte tus
verduras peque.
Leo: no –cruzo sus manitas y se negó a comerse
eso-
Max: pues entonces no hay caricaturas para ti.
Leo hizo un hermoso puchero pero ni con eso
convenció a su papá para que le pusiera su caricatura favorita. Se hizo hora de dormir y Max como todas las noches
acostó a Leo. Pero Leo tan inteligente y sin ver visto en todo el día tv se
escapó a la sala poniendo una sillita,
se trepo y se puso a intentar conectar el televisor que tenía el enchufe
alto para su gusto, estaba de puntitas
pero no alcanzaba así que se bajó y consiguió algunos libros pero no conto con
que quitando los libros rompería la estabilidad de las
cosas del estante y se cayeran alarmando
a Max y saliendo del cuarto para ver que
pasaba, solo vio al niño poniendo su dedito en sus labio para que las cosas
dejaran de caer y hacer tanto ruido.
Leo: shhhhh….. yo no fui –dijo en su defensa al ver a su papá
acercarse-
Max: Leonardo Enrique que estás haciendo?
Leo: nada papi –escondió el cable en su
espalda, pero por obvias razones no estaba ocultando mucho-
Max se acercó rápido, pero calmado no quería
que el pequeño se fuera a caer de aquella silla con la pila de libros, lo cargo
y apartando todos los libros se sentó y desvistió el pequeño traserito dejando
unas pompitas blancas al aire y dejándole en sus piernas para soltar una tanda
de palmadas no muy fuertes.
Pass, pas, pass –buaaa,
buaa-
Max: no tienes que pararte de la cama…
Pass, pas, pass –buaa no do vuelvo hace-
Max: menos subirte a una silla y jugar con los
enchufen de la luz
Pass, pas, pass. –buaa,
buaa waaaa-
Max: te pudiste caer peque.
Max abrazo a su niño aun sentado en la silla subiéndole la ropita en
el camino viendo las pequeñas nalguitas
un poquito colorados por las palmadas.
Max: ya, ya no llores, no tienes que hacer
travesuras de acuerdo.
Leo solo puso un pucherito en la boca abrazando
a su papá, y después de un rato le pregunto
que si podía dormir con él.
Max: claro que si.
Leo: puedo ve
la tele.
Max: no, es noche, es hora de dormir… anda. –lo cargo y lo llevo
a su cuarto tapándole con la sabana y durmiendo aun lado de él-
En la mañana su rutina fue la
acostumbrada, en la noche no pudo evitar
ver esos ojitos suplicantes que le pedían ver su programa favorito a los que
por supuesto Max accedió.
Alex: que débil –le dijo con una sonrisa-
Max: aag –cansado pero divertido le devolvió la
sonrisa, simple mente el pequeño Leo se merecía todo aunque el quedara traumado
con una canción-.
Pero como le dijo Ed el pequeño le tomo interés
a otra cosa y por fin Max y Alex pudieron descansar.
…………….
Miranda espero te guste la historia… espero que
pases felices fiestas.
Me encanto esta lleno de ternura
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