PALABRA EMPEÑADA
Capítulo 12
Tras
aquella sincera plática ambos se retiraron a descansar, Bruce, pese a que
cuando se metió en la cama pensó que por lo atormentado que estaba por los
problemas con Dick no pegaría ojo, increíblemente penas apoyó el rostro en la
almohada se quedó dormido como un tronco y no oyó absolutamente nada de
nada.
En cambio
Dick se despertó tan solo una hora después de todo este embrollo. Asustado y
desorientado porque su cama no estaba en su lugar habitual. El recuerdo de todo
lo sucedido le hizo estremecerse desde la nuca, pasando por toda la columna
vertebral, hasta la uña del dedo gordo del píe. Su enfado dio paso a la
preocupación porque su padre no había hecho el menor intento por conversar con
él. No lo llamó, no insistió, no gritó, no aporreó la puerta, no despotricó
como solía hacer Bruce Wayne “el dueño de la verdad absoluta”. Eso no era lo
habitual en Bruce y eso le dio mala espina. Los oscuros pensamientos se
apoderaron de él ¿y si Bruce perdió interés por él?, ¿y si la ofensa fue tan
grande que decidió que no valía la pena ni siquiera para llamarle la atención?
Y se
quedó sentado, a oscuras, mirando el balcón. Agudizando sus oídos tratando de
oír algo que rompiera el silencio que envolvía la mansión. Pero no oyó nada de
nada, Dick creyó sinceramente que Bruce ni siquiera vendría a buscarlo, cuando
en realidad su padre estaba ahí mismo, tentado a entrar por su ventana y si no
lo hizo, fue solo por no darle ideas a Jason y a Tim, que no despegaban sus
ojos de encima suyo y de la puerta de Dick. Y aquellos oscuros y sombríos
pensamientos volvieron a cabalgar como una estampida por su mente si a Bruce ya
no le importaba lo que fuera de él ni un pedo, no tenía sentido seguir con la
farsa. Así que tras muchas vueltas sobre lo mismo, tomó la peor la decisión de
todas: HUIR.
Pero
había un serio inconveniente, aquella
mansión, aparte de ser la mansión de un tipo muy rico con cosas muy caras, era
la mansión de Batman, por lo que su sistema de seguridad no era moco de pavo. No podría salir de la mansión, sin que alguien se diera cuenta, necesitaba
ayuda urgentemente, necesitaba que alguien lo ayudara a salir de allí, y dejar todo aquello atrás; su primer
instinto fue llamar a Wally, pero, pero dudó un momento, lo mejor sería no
involucrarlo, Wally no era un tipo famoso por ser muy sutil, peor discreto, mejor encontrarse con él directamente una vez hubiera salido de
allí, y pedirle que le dejara pasar la noche, luego ya vería… total, no estaba
tan lejos de la casa de Wally, solo rogaba que su tío Barry no estuviera en
casa, o si lo estaba que no se diera cuenta.
Dick sabía bien como ingresar a casa de Wally sin ser
visto, detalle que lo frustró y se deprimió muchísimo al darse cuenta que sabía
cómo entrar a la casa de su amigo, pero no sabía cómo salir de la mansión sin
que Alfred o Bruce se dieran cuenta; ¡Mierda! Se maldijo dándose de pequeños
golpecitos en la cabeza, ¿y qué diablos iba a hacer él ahora?, ¿quién era lo suficientemente astuto como para poder burlar las
cámaras de seguridad de la aquella casa que ahora mismo le parecía una cárcel
de máxima seguridad?, ¿quién por Dios?, ¿QUIÉN?...
Y si la idea de huir no fuera de por si mala, Dick se
superó cuando se dio cuenta que si había una forma de salir de allí sin ser
visto, y con la sonrisa de quien acaba de encontrar la respuesta al acertijo,
alzó el catre y puso unos cojines en las patas para arrastrar la cama lo
suficiente para que no hacer ruido. Una vez la vía de salida estuvo libre, con
muchísimo cuidado abrió la puerta, y sin calzado se deslizó a la habitación de
su hermano, el único que sabía la forma de salir de allí, ante las narices de
todos. Era hora de cobrar algunas cuentas…
-
Shuuuuu – susurró Dick atrapando la boca de Jason con
la palma de su mano, prendiendo la pequeñísima lámpara de bebé que tenía en su
alcoba. Y que en el fondo servía para cuando Tim se quedaba a dormir allí y a
media noche debía deslizarse al baño. Dick no había contemplado siquiera
aquella posibilidad y milagrosamente Tim no estaba ahí – Necesito tu ayuda – le dijo con la voz quebrada, con la cara roja
y brillante. Sus ojos estaban demasiado hinchados para ser cierto, había
llorado como una Magdalena y las huellas estaban intactas, porque ni siquiera
se lavo la cara por no hacer ruido. Jason iba a darle un puñete del susto al
despertarlo así, pero cuando vio la cara fúnebre de su hermano se tranquilizó y
enterró el hacha de guerra. Jason calmadamente se sentó moviendo
afirmativamente la cabeza – ¿Prometes
que no vas a gritar? – le rogó Dick y Jason supo que su hermano estaba
demasiado vulnerable y con miedo como para soltarle una de sus acostumbradas
frasecitas. Jason afirmó de nuevo con la cabeza en espera de que Dick lo
liberase
-
¿Qué quieres que haga por ti? – contestó Jasón una vez Dick lo soltó y se
asomara a la puerta mirando por el rellano de la misma o por la ventana hacia
el patio y la calle, su hermano estaba pensando huir se dijo a si mismo Jasón,
después de todo, él era un experto en el lenguaje corporal y experto en huir en
situaciones de estrés
-
Necesito salir de aquí – murmuró…y Jason lo miró enigmáticamente
elevando una ceja – ¿¿¿qué??? –dijo
ofendido Dick que no estaba para sermones y menos de un mocoso como él – No me digas que no sabes cómo hacerlo
porque sé que te saliste el domingo para ir al centro comercial – dijo con
maldad – ¿ahora vas a ayudarme o no?
– preguntó en medio de una amenaza explicita en el
tono de voz y
Jason movió la cabeza afirmativamente sin contestar, parándose ya no mas y
poniéndose guantes
-
Toma – le dijo pasándole un par
-
¿Para qué?, yo no necesito guantes, no está
haciendo frio – respondió
-
¿Quieres salir? – preguntó Jasón – Entonces hazme caso y no discutas – le ordenó – Nada de esto hubiera pasado si hubieras
acudido a mí en un primer momento – le riñó
como si fuera su padre, igualito a
cuando solía reñir a Tim en el orfanato
cuando éste metía la pata – ¡POR LELO estas metido en
este rollo! – afirmó fehacientemente, y
Jason no pudo más con la emoción de saber que esta vez él tenía la razón sobre
su poderoso hermano mayor, y le pegó un
pescozón, como solía hacer Bruce antes de meterlos al despacho, un sútil pero
molesto golpecito con los dedos en la nuca como empujando – ¡Ayyyyyy Dickie!, DE VERDAD QUE ME DAN GANAS
DE PATEARTE AHORA MISMO – aseguró– espero que ahora hayas
aprendido que no se obtiene nada con dártelas de niño
bueno y obediente – dijo
con condescendencia como si él fuera el adulto o por lo menos el primogénito – como se te ocurre a ti decirle eso a
Bruce –… y Dick pensó que le echaría en cara el negar a Bruce como padre,
pero Jason siguió como si nada colocándose un par de zapatillas y metiendo algo
en una pequeña bolsa que parecía estar preparada – ….decirle que vas a llamar a Wally y que irás a la fiesta. Eres un
idiota de campeonato. ¿Cuándo aprenderás a guardarte algunas cosas para ti? Si
lo hicieras serías más feliz – le aconsejó – ¿No me ves a mi?... si yo hiciera como tú, a la primera semana de
estar aquí ya hubiera sido niño muerto – le aseguró sin dejar de hacer lo suyo, para finalmente pararse y
mirarlo a los ojos, afirmando muy seriamente aquel discurso –
Mira, Dick, si Bruce supiera todo lo que hago me estaría dando todo el santo
día palizas ¿Y sabes porque no lo sabe? Porque yo no le pongo sobre pista
pidiéndole previamente permiso. ¡Hermano, no preguntes, toma lo que es tuyo! – y Dick frunció el ceño reconociendo que sus
esfuerzos no dieron el resultado que él deseaba. No tenía caso salir el sábado,
todos saldrían directo a la fiesta, ese sábado nadie iba a pasear a los centros
comerciales a las pistas de patín ni al cine. Todos se irían a la fiesta, todos
sin excepción…menos él claro, EL ERA LA EXCEPCIÓN… QUE ASCO
-
¿Y que querías que hiciera, genio? – le preguntó enfadado pero obediente,
siguiéndolo sin preguntar a donde… y Jason rió para sus adentros, su hermano no
cambiaria. El inocente estaba tan enviciado con la obediencia pura y ciega, que
ni siquiera le cuestionaba nada. Bruce lo había malogrado, realmente una pena
que no se hubieran conocido antes, de ser así, quizás habría esperanzas para su
hermano; aunque quizás todavía pueda
hacer algo por salvar al infeliz.
Mientras Dick, estaba ahí siguiéndolo como cordero al matadero. Si Jason fuera
realmente malvado, lo hubiera llevado a la alcoba de Bruce mediante alguna
argucia, sabiendo que el “buenazo” ni cuenta se daría de la traición hasta que
fuera demasiado tarde
-
Acudir a mí – contesto con autosuficiencia y con el dedo le indicó que
callara, habían llegado a su
destino. Jason
desatornilló la rejilla del respiradero del baño con sumo cuidado, y sacó una
laptop. Encendió la computadora y al ver que Jason estaba dentro del programa
informático que controlaba el sistema de seguridad de la mansión, Dick abrió la
boca tanto que se le iba a desencajar la mandíbula – Tú eres bueno en lo tuyo y yo en lo mío – Dick observaba
asombrado mientras Jason desbloqueaba la alarma y congelaba una imagen del monitor…
ese enano era un maldito genio escapista ¿12 años? ¿en serio? – yo te hubiera ayudado a
ir a esa tonta fiesta – le dijo mientras por fin
lograba que la puerta del patio se abriera – A partir de aquí viene lo
divertido, Dick, aquí se pondrá en tela de juicio tus habilidades jeje – sonrió mostrándole en el monitor todo lo que
se veía – porque aunque la alarma está
apagada, no encontré todavía la forma de abrir las rejas de acceso al
condominio; pero solo es cuestión de tiempo – aseguró elevando las cejas– … ¿Te apetece un poco de
ejercicio, hermanito? – le
dijo alargándole el equipo de escalada. Y agarrando una mochila muy elegante,
de Bruce sin duda. Dick siguió a su hermano y sin problemas salieron de casa y
pasaron por el patio sigilosamente hasta la barda más lejana de la mansión por
donde Jason lo ayudó a escalar y poder salir pero antes de que su hermano
desapareciera Jason le hizo una señal para llamar su atención – ¿Irás a la fiesta, verdad? – inquirió y Dick lo miró ausente. La fiesta ahora mismo era el
menor de sus problemas. Él pensaba correr el mundo buscando un circo. Al fin y
al cabo, era su verdadero mundo del que no debió salir jamás. Pero no le dijo
nada al pequeño – Dick – Jason le arrojó una piedra al ver que el otro
estaba en la luna
-
Auuuuuuuu
- ¿Qué si irás a la fiesta?
TONTO – volvió a preguntar, porque ajeno de las ideas que pasaban
por la cabeza de su hermano, él estaba ayudándolo para eso, para poder ir él a
la fiesta. El plan sería, encontrarse
con Dick a una hora señalada y regresar juntos sin que Bruce se diera cuenta
que no estaban. Un acto algo demasiado altruista, mejor dicho una total
utopía... eso de que Bruce no se dé cuenta, claro que se daría cuenta tarde o
temprano.
- ¿Para qué quieres saberlo? –
le preguntó Dick y algo en el tono de voz de su
hermano alertó a Jason, pero su mente de niño y sus ganas de fiesta, no
hicieron caso a aquella alarma y prefirió seguir en sus ensoñaciones.
- ¿Cómo que para qué?… Para
que nos encontremos y regresemos a casa juntos, tú necesitas mi ayuda para
volver a entrar sin que Bruce o Alfred se den cuenta – contestó.
- Es mejor que no te metas en
problemas enano, ahora vuelve a casa – ya había pasado la pierna al otro lado y solo era cuestión de
soltarse para caer de la barda a la calle
– anda, vete – le ordenó ante la inercia de Jason
- Primero dime si irás a la
fiesta y volveremos juntos, sino ahora mismo, llamo a Bruce y le digo que te
escapaste – y le mostró un móvil de
última generación igual al de Bruce, o quizás era el de Bruce. Maldito enano
grandísimo... ¿De dónde sacó eso? Dick movió la cabeza para centrarse, pero que
idiota sorprenderse por algo así. Si Jason tenía una laptop en el conducto de
aire no era una locura que tuviera también un móvil… y Jason empezó a marcar,
ante el silencio de Dick, haciendo que al pobre se le frunciera el trasero;
GRRR maldito chantajista y Dick había caído de 4 patas
- ¡ESTÁ BIEN!... ESTÁ BIEN
JASON – se apuró en contestar
levantado un mano – no es necesario que
lo llames, nos veremos en la fiesta – contestó por quitárselo de encima,
mañana a esa hora Dick estaría lejos, muy lejos no en ninguna fiesta
- Bien, entonces toma esto – le pasó la mochila, aquella tan lujosa que por cierto, pesaba una
tonelada
- ¿Qué es? – preguntó Dick frunciendo el ceño ante el peso de aquello
- Mi ropa para el baile ¿No
pensarás que voy a salir de aquí emperifollado para que se rasguen mis
vestiduras en la barda? – le dijo pasando su mano por
su cuerpo como una actriz de ópera
– hay que tomar precauciones “genio” – le
contestó el muy descarado y Dick solo movió la cabeza con resignación antes de
saltar, es que al pobre no le quedaba otra
- Ok… adiós – le dijo y saltó la barda –
te voy a extrañar hermano – murmuró pero ya al otro lado del muro
Y se
adentró en el bosque en busca de la carretera más cercana, haría dedo hasta la
casa de Wally, mañana ya pensaría que haría con su vida. Miró su reloj, apenas
era medía noche, no le resultaría problemático encontrar algún coche que lo
acercara a la ciudad… y pensando en eso buscó en sus bolsillos, maldita sea, no
había ni una sola moneda. Se olvidó la billetera en su cuarto, bueno no es que
se olvidara, la aventó al inodoro en un arranque de orgullo al no querer “las miserias” de su padre y ahora no
sabía cómo llegar a casa de Wally sin caminar, hasta que se acordó de la
mochila que le pesaba en el hombro, seguro ahí había una moneda. Era oficial,
Dick como prófugo apestaba. Y no necesitaba a Jason para que se lo dijera, él
sólito se dio cuenta.
Y empezó
a rebuscar viendo el contenido de la bolsa, un par de Nike de color verde
fosforescente, que daba pánico mirar de lo enceguecedor que era el color, ¡vaya
mierda!, Jason logró convencer a Bruce para comprarle aquel par extravagante de
calzados y a él nunca le dejó usar zapatillas de otro color que no fueran
blancas. Grrrr, empezaba a ver las diferencias que habían entre ellos, estúpido
embustero “todos son mis hijos, a todos los trato igual, no hago diferencias y
no tengo preferencia”… a la mierda con eso… ¡AL DIABLO! Para que renegar, de
todos modos ya no importaba, solo debía hacerse con unas monedas.
Y así fue
sacando de a poco, un montón de cosas, entre ellas un par de jeans gastados,
que para colmo, eran suyos. ¿Pero es que Jason pretendía ponerse eso para la
fiesta? ¡Aún y cuando los botapies le quedaban enormes! También había una
camisa blanca muy bonita que Bruce les compró igual a los tres para una
aburrida cena de negocios. Una billetera ya no tan gorda que tenia diferentes
documentos de identidad falsos con la cara de Jason y obviamente los datos
personales inventados.
Y Dick no
pudo evitarlo, realmente se preocupó al ver aquello haciéndose un sinfín de
preguntas… ¿Serian parte de la vida pasada de Jason? o es que aun usaba todos
esos artilugios y continuaba con una vida delincuencias secreta, después de
todo acababa de ayudarlo a salir de la mansión como Pedro por su casa, pero
meditándolo un poco mejor, sacudió la cabeza como negando todo, ¡Qué importaba
ya!, ese ya no era su problema, era el problema de su Ex padre, pero antes de
perderse en más lúgubres pensamientos, su atención se fijo en una revista
Husler, cuya portada llevaba la foto de una chica con las tetas más grandes que
había visto en su vida.
Pero
antes de que se olvide por completo de su fuga por mirar tonterías, ojeó aquella
revista como si cada día estuviera viendo chicas desnudas y le tuvieran sin
cuidado, muy digno él, diciéndose a sí mismo que ya revisaría eso con más calma
cuando llegara a casa de Wally, como los ejecutivos que dicen que revisaran las
cuentas de sus clientes… pero pensando inconscientemente en el enorme baño con
jacuzzi de casa de Wally. Es que había que ser cuidadoso y no ensuciar nada y
que mejor que la tina para esos menesteres; pensamiento que sin querer lo llevó
a de nuevo en su hermano, en que si Jason tenía ese tipo de revista era porque
ya andaba en esos trotes y Dick automáticamente puso cara de asco al imaginar a
su hermanito pelándola wacala, y se dejó la revistita con las puntas de los
dedos como si estuviera toda llena de esperma.
Tras
recuperarse de esa nefasta imagen mental prosiguió en su búsqueda, encontró una
goma de mascar, una cajetillas de cigarrillo (en serio?, pero si es un mocoso),
una pistola de juguete, un par de botellas de minibar, un juego de ajedrez, un chocolate a medio
morder y una galleta molida dentro de su envoltura… ¿Qué carajos hacia su
hermano con todo eso dentro?, y lo más gracioso, decía que era para la fiesta,
¿qué se suponía que haría con todo eso en una fiesta?. Y siguió rebuscando hasta
que por fin pilló un ticket de metro y lo que pensó que era algo de dinero en
efectivo ¿Algo? ¡500 dólares!, con eso podría largarse a México y buscar un
circo, mmm, no, no usaría eso, eso seguro era de Bruce Wayne. ¡Vamos Hombre,
pero si hasta tenía aun el olor de su colonia! ¡Que se fuera al diablo! Él no
necesitaba nada que viniera de ese señor. Pero luego se lo pensó mejor, si
quería buscar un circo tenía que viajar, y dinero no tenia. Y conociendo a
Wally, dudaba seriamente que Wally llevara más de 20 dólares en el bolsillo,
así que Dick dejando a un lado su orgullo miro los 5 grandes en la mano
murmurando.
- La necesidad tiene cara de
hereje – y luego hizo un juramente
poniendo su mano al pecho – Te Juro
Bruce Wayne, que esta es la última cosa que uso de ti – dijo enojado antes
de meter los billetes en el bolsillo – …
además pienso devolvértelo
Agrego
mirando el horizonte….
Me encanto pero como lo dejas asi continualo pronto.
ResponderBorrarExcelente historia...me encanta
ResponderBorrarbrillante tu historia. Pobre Dick, que oscuro ve todo Continuala por favor, prontooooo
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