lunes, 28 de diciembre de 2015

Hermanos parte 4




Hermanos parte 4
Años después de que mi madre muriera me fui a su casa en vacaciones,  Diana estaba embarazada pero apenas tenía dos meses y trabajaba,  así que la mayor parte del tiempo los niños estaba en  casa de sus abuelos   que vivían cercas. En aquel entonces tenía 15 años mis abuelos había salido pero yo no quería ir con ellos ya que irían a casa de una hermana de papá (mi abuelo) que era la mujer más atosigante que puede haber en este mundo pero como no me podía quedar solo mis padres   le dijeron a Salvador que si  podía estar con ellos dos semanas.
Todo estaba bien pero Salvador era bastante exagerado con muchas cosas,  una de ellas era que me acercara a la cocina o que tomara un cuchillo… sus delirios no me dejaban hacer mucho.
Maik: no me pasa nada, no me voy a cortar no tengo tres años Salvador.
Salvador: no me importa te puedes cortar así que deja eso yo lo hago.
MAik: aaarrrr yo puedo hacerlo –le dije ya enojado-
Recuerdo que trate de mandarlo al carajo y enojado me puse a picar la fruta con coraje casi llevándome un dedo, me alcance a cortar…   deje el cuchillo y me lleve el dedo a la boca enojado,  cuando Salvador sin mucho problema me giro, me bajo el pantalón y me soltó algunas palmadas.
Maik: qué? qué te pasa,  déjame auuuuu, iiaaa.
Salvador: te dije que dejaras el cuchillo
PASSSS, PASSS, PASSSS, PASSS, PASSS, PASSSS, PASSS, PASSS –yaaa, arrr dejame-
Me llevo hasta la sala a palmadas y me hizo sentar, se retiró unos minutos yo me  levante la ropa y me sobaba el trasero enojado por aquello, cuando llego solo tomo mi mano y me puso un curita/bandita  revisando que el corte no fuera profundo y cuando termino me dio un beso donde la pequeña herida,  eso se  me hizo  extraño porque él no tenía por qué demostrar afecto a mí,  porque no era su de su sangre… era algo que siempre hacia cuando mis hermanitos se lastimaban les daba un besito y decía que ya con eso no dolería… pero en primera  eso si seguía doliendo a pesar de que era una pequeña cosa de nada   y en segunda no tenía seis u ocho años, tenía quince era un adolecente.
MAik: que exagerado eres,  te pasas.
Salvador: no me gusta que toquen los cuchillos.
Maik: de verdad  que eres exagerado… solo estaba cortando algo de fruta para comer… en casa de mis padres siempre lo hago… que? a ti no te dejaban tocar  las cosas con filo hasta los 20 años?
Salvador: okey  exagere…
Maik: tu crees?
Salvador: ya entendí… pero que los pequeños no te vean hacer eso porque luego quieren hacer lo mismo que tu… te quieren imitar en todo.
Maik: si son pequeños copiones –le dije con una risita-
Salvador: puede que sí, pero más bien es que  te admiran mucho.
Maik: de verdad?
Salvador: si.
Esa era la forma de ser de Salvador exagerado hasta los huesos,  pero con los hijos que tiene pues quien no,  solo en cuatro  ocasiones me había reprendido… una vez fue antes de que mamá muriera y fue por salir corriendo a la calle,  la otra fue cuando tome el cuchillo aunque eso fue una tontería, la tercera ves tenía 17 años y fue cuando me enoje con mi papá (abuelo) y me salí de casa… como mis abuelos tenían dos hijos vivos y lejos… uno vivía en california y el otro en los Ángeles  y su demás familia vivían a horas del lugar, su único conocido más confiable fue Salvador y su familia que se pusieron a buscarme y fue Salvador quien  me encontró a las cuatro de la mañana bajando en una terminar de autobuses dispuesto a buscar a mi padre biológico. Me resistí a que me llevara a mi casa e ir con él,  estaba enojado pero a él parecía que no le interesaba y me llevo a cintos hasta su casa y termino de darme una paliza ahí mismo,  llore mucho me había dolido mi pobre traserito, pero estaba enojado con mi papá(abuelo) ya que me oculto que Mario mi padre biológico me estaba buscando,  quería saber de mí y conocerme,  mi abuelo me grito… me dijo que ese cabron no tenía derecho ni a verme mucho menos a que yo le dirigiera la palabra,  si no tuvo los huevos para hacerse responsable de mí  en  su momento que no fuera a molestar, pero a mí no me dijo nada, ni me dejo escoger o decidir,  eso fue lo que me dio tanto coraje y por lo que termine llorando y sobándome como loco las nalgas,  Salvador se quedó ahí conmigo, hablándome diciéndome que  no tenía por qué enojarme con mis abuelos,  que ellos hacían lo mejor por mí.
La ultima paliza que obtuve de él fue cuando tenía  19 y cuando me subí  a una motocicleta sin saber usarla,  tenía el carro,  pero eso no era lo mismo… el problema no fue subirme a la moto sino que en mi estupidez me puse a correr en plena avenida principal jugando carreras  con otro tipo que trato de pasarse de listo… me estampe en un muro fracturándome la pierna… en ese momento estaba solo,  mis abuelos se habían ido  a los Ángeles… se quedaban hasta tres meses con sus hijos y como yo ya estaba en la Universidad  y no quería irme con ellos para no dejar la escuela y dejar de ver a mis hermanos tanto tiempo pues me quedaba yo solo. Mi único contacto  cercano fue Salvador que fue al hospital a recogerme y hacerse cargo de todo,  el llamo a mis abuelos,  les dijo lo que había pasado y que él se haría cargo de mí en lo que mi lesión se curaba. A la semana ya me sentía bien ya me podía mover con las muletas y le dije que me quería ir,  que yo sabía cuidarme solo… no debí decir eso,  algo en su cabeza exploto y a pesar de mi tamaño y de mi lección como pudo me dejo recostado en sus piernas y  me dio una buena paliza con el cinto a medio castigo yo tenía la ropa interior en las rodillas y sin enterarme en que segundo eso había ocurrido,  lo único fue que cada cinto lo sentía en el alma porque dolía,   le dije que me soltara, renegaba  pero no solté ningún lamento,  para cuando termino ya me había subido la ropa y yo estaba rojo de coraje,  de dolor y frustración pero no me salían las palabras.
Salvador: ¡si,   te sabes cuidar muy bien tu solo! –dijo irónico- ya viste como estas verdad… pero si te hubieras quedado a vivir conmigo otro cosa seria… no tendría que estar solo tanto tiempo y las ideas tontas no se te cruzarían en esa cabeza tan loca. Como te pones a hacer semejante estupidez…
Maik: que  te importa si yo estoy solo o no… no eres mi padre.
Salvado: porque tu no lo quieres,  porque para mí si eres mi hijo.
Las malditas lagrimas me engañaron y salieron de mis ojos como si les hubiera dado el permiso de salir, me limpie la cara con coraje y ya no dije nada me acosté en la cama,  después de una hora las narices de mis hermanos se asomaron y se subieron a la cama.
Samuel: papá te pego?
Maik: no.
Ismael: si, si te castigo te oímos.
Me puse rojo y hundí la cara en la almohada.
Ismael: Maik juego un rato con nosotros sí, los  bebes están dormidos y no podemos hacer mucho ruido.
Maik: yo veo a dos trepados en la cama.
Samuel: yo no soy un bebe… Maik tu lloras cuando te castigan?
Salvador: niños dejen en paz a su hermano.
Los dos se salieron corriendo del cuarto y me dejaron dormir un rato.
….
Nunca le he llamado papá o padre a Salvador no me siento cómodo diciéndoselo pero si le he tomado mucho  cariño.


2 comentarios:

  1. Precioso!!!! Me encantó!! Quiero más!!! Siii?!!!

    Pregunta: Diana y Maik de aquí no tienen nada que ver con Leo, no?!

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  2. mi mary mary mary mary, me encanto este fic, tiene de todo un poquito *w*

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