Hermano Mayor
Elizabeth se sentó en la silla del pequeño pero
acogedor comedor de su casa, junto a ella Peter la miraba preocupado.
- ¿Cómo está?
- Todavía tiene fiebre – dijo algo cansada – le di un
paracetamol, si mañana amanece igual haré una cita con el Medico.
Peter se quedó mirándola, su esposa se veía cansada
era imposible disimular las ojeras que lucía en su bello rostro – Hon no crees
que deberíamos hablar con Neal.
El tomó su taza humeante de té ya que el café quedo de
lado hace ya varias semanas – Todavía es muy pronto – la mujer le dio una
mirada que demostraba todo su miedo y resignación – Peter esto ya lo hemos
vivido antes y si lo pierdo, ya no soy tan joven – dijo resignada.
Peter sabía
cómo consolar a su esposa, El había pasado por eso más de una vez, antes que
Neal llegara a sus vidas ella había sufrido abortos y cada perdida fue peor que
la otra fueron años muy duros que sobrevivieron gracias al amor que se tenían.
Cuando ya pensaban que nunca llegaría la hora de ser
padres entonces una luz alumbro su vida, la adopción fue como un bálsamo, una
esperanza que se concretó cuando Neal llego a sus vidas y entonces todo cambio volvieron las sonrisas los juegos y todo el
sufrimiento se quedó en el olvido hasta ahora cuando ya pensaban que todo solo
era un triste recuerdo entonces El comenzó a sentirse extraña diferente pero a
la vez era algo que ya había vivido y eso la alarmó, no podía ser no después de
tanto tiempo.
Pero la vida se encarga de que no todo sea como una
planea ni como uno quiere y ahí estaba después de 3 pruebas caseras de embarazo
y un examen de sangre oficialmente estaba embarazada otra vez espero que pasara
lo que siempre había pasado, se preparó para vivir otro duelo en silencio pero
esta vez nada pero aun así no quiso hablar no quería que su familia sufra por algo que
ella pensaba era inevitable.
Peter conocía muy bien a su esposa, El era tan parte
suya como él parte de ella eran uno solo y cuando tu mitad está sufriendo es
inevitable que tú también sufras así que un día salió antes de su trabajo y la
fue a buscar con el pretexto de salir a tomar algo – Y bien Hon que pasa? – así
era Peter sencillo y directo.
Pero nada lo preparó para la respuesta de El – Estoy
embarazada – y en vez de saltar de su asiento y gritar a los cuatro vientos su
alegría se quedó pensativo, no quería que El sufriera.
- Vamos a pasar por esto los dos Hon – dijo Peter
tomando la mano de su esposa sonriéndole y consolándola, como siempre.
Pero hasta ahora nada había pasado el embarazo seguía
su rumbo normal como una triste ironía de la vida, como una broma macabra.
Eizabeth esperaba el desenlace solo que este nunca
llego y ya tenía 3 meses de embarazo, solo con su primer embarazo llego hasta
tan avanzado, pero su gran preocupación era decirle a Neal o esperar y así ya
no habría nada que contar.
Pero si Peter pudo presentir algo, entonces Neal
también pero a él nadie le dio una explicación y tampoco tenía como pedirla
solo sabía que su mamá siempre tan preocupada estaba distraída, Neal que
siempre tuvo una imaginación prodigiosa pensó que el matrimonio sólido de sus
padres estaba pasando por una de esas crisis que siempre hablaban las mujeres.
Neal sintió miedo su vida tal como la conocía estaba
pendiente de un hilo y sintió rabia por sus padres como podían hacerle esto y
como buen hijo único que piensa que es centro del universo hizo de las suyas
aprovechándose a que sus padres parecían estar preocupados de cualquier cosa
menos de su hijo querido.
Así que por las tardes saltaba clases y se iba a
dibujar y pintar eso era lo que más le relajaba, pasaba donde June a quien
consideraba su abuela y se instalaba en la salita que habían acondicionado
especialmente para él, June que nunca preguntaba algo esperaba que Neal se confesara solo le dio tiempo antes de
llamar a Peter y a El.
La tercera tarde que Neal se saltaba clases en vez de
ir donde June se fue a la piscina del colegio a nadar, nadie nunca pasaba por
ahí en las tardes las clases se hacían siempre por la mañana así que sacó de su
casillero el traje de baño y se fue toda la tarde a nadar pero no llevaba ni
toalla ni ningún otro implemento y las tardes se hacían heladas.
Su incursión en la piscina terminó con Neal enfermó y
como odiaba estar con gripe, por lo menos su madre como siempre se desvivió por
atenderlo y aviso al colegio que ese día se quedaba en casa grande fue su
sorpresa ya que el director le comunicó que Neal se había saltado las clases de
la tarde.
Se salvó de la paliza que pensaba darle su padre solo
porque estaba enfermo y porque El se interpuso, Neal se dio cuenta entonces que
las cosas entre sus padres no habían cambiado al revés parecían muy cercanos,
Peter era más cariñoso que nunca con El, y de que tenga memoria ni siquiera
había escuchado una pelea.
Entonces no se estaban divorciando o eran muy buenos
actores, pero si había alguien que no podía disimular esa era El, su rostro su
cuerpo todo en ella delataba que algo le pasaba y entonces Neal lo supo su
madre estaba enferma y el mundo se derrumbó a sus pies.
El lo era todo no solo para Neal sino que para Peter
también, si ellos eran una familia era porque El era como el pegamento que los
mantenía unidos.
Neal de pensar que su madre pudiera morir comenzó a
sollozar no importaba que su padre se enojara más él debía saber que pasaba con
su familia y necesitabas respuestas ya.
Así que bajo silenciosamente al comedor y pudo
escuchar parte de la conversación de sus padres y eso solo confirmo sus
sospechas sin poder esperar más se lanzó en busca de la verdad.
Con lágrimas en los ojos y sollozando se lanzó a los
brazos de El – No quiero que te mueras mamita, por favor no te mueras.
El lo miró angustiada – Neal, cariño no me voy a morir
– dijo mientras acariciaba el cabello de su hijo – Pero que haces fuera de la
cama.
- Yo quiero saber qué te pasa – dijo Neal decidido –
porque te pasa algo no me mientan.
Peter que también miraba a Neal con angustia – Neal es
mejor que vuelvas a la cama, después hablamos ahora ya es tarde – dijo Peter
serio, no quería que El se sintiera mal al ver a Neal tan preocupado.
- No me voy a ninguna parte sin saber qué les pasa –
dijo Neal y se plantó entre sus padre, Peter suspiro y se paró para ponerse
delante de su hijo, lo tomó del brazo y soltó tres palmadas que hicieron que su
hijo emitiera tres quejidos.
- Ouch Ouch papá no es justo yo soy parte de esta
familia y ustedes me están ocultando algo, es que mamá está enferma
cierto? - y Neal miró a Peter buscando
una respuesta desesperado porque no sea un sí.
Peter al ver la cara de dolor de su hijo, lo abrazo
como queriendo protegerlo de todos sus temores – No hijo tu madre no está enferma, ahora jovencito vuelve a la cama o
tendré que llevarte de la mano y asegurarme que te acuestes, recuerda que estoy
muy enojado por lo de la escuela Neal, no tientes mi paciencia.
Neal lo miró con ojos de cachorro apaleado - Pero estoy enfermo no puedes castigarme –
dijo como si fuera un crío, Peter y El sonrieron por primera vez ese día.
- Si quieres apostar, hijo – Peter dijo divertido y
Neal intentó mantener su trasero lejos del alcance de su padre.
- Esta bien Peter deja que se quede, tienes razón
tenemos que hablar – dijo Elizabeth
mientras Neal se sentaba lo más cerca que pudo de su madre.
El le contó de sus abortos pero no de su dolor, no
quería que su hijo se sintiera mal ni sufriera por ella – Entonces mamá estas
triste – dijo Neal
- Si lo estoy, hijo – El se calló, como le costaba
decirlo en voz alta tomo aire – Neal estoy embarazada.
Neal la abrazo y sonrió sinceramente, jamás pensó en
tener un hermano ya se había hecho la idea de ser hijo único – Felicidades –
dijo pero sus padres no estaban muy en modo celebración.
- Hijo no es que no estemos felices por la noticia es
que lo más probable es que este embarazo no llegue a término – dijo Peter.
Y Neal se dio cuenta del dolor que sentían esas dos
personas, las más importantes en su vida y también se sintió mal por todo lo
que estaban pasando – abrazó a su madre y le dio un beso, todo va a salir bien
mamá ya verás – y le regalo una de sus mejores sonrisas.
- Gracias, mi pequeño – dijo Elizabeth, como amaba a
su hijo – Ahora a la cama – dijo El regalándole una palmada a su niño – sin
discutir.
Neal se costó en su cama y todos las dudas llegaron a
él, como sería tener un hermano, tendría que cambiarse de habitación ya que la
suya era la que estaba más cercana a la de sus padres, como se cambia un pañal,
pero la peor de todas vino después: sus padres querrían al bebé más que a él, porque ese niño sería su
hijo en todos los sentidos, no como él que era su hijo adoptivo.
Con todo eso en su cabeza se fue al cole más dormido
que despierto, preocupado sin su habitual buen humor, intentó pasar
desapercibido pero era Neal y las chicas lo seguían a pesar de que no fue muy
amable con ninguna.
Por la tarde se fue cerca del laboratorio de ciencias,
nadie nunca estaba por ahí, por fin pudo encontrar la paz que necesitaba hasta
que vio que en el laboratorio muy concentrada leyendo un libro estaba Camila,
sin pensarlo se acercó a ella solo para saludar.
- Hola Camila, estas escondiéndote de alguien en particular.
- Hola Neal, no digamos que siempre vengo por los
laboratorios en las tardes es uno de los pocos lugares en que se está
tranquilo.
- Si, ya veo.
- Y tú te perdiste o qué?
- Supongo que también buscaba un poco de tranquilidad,
para variar.
- Te pasa algo – dijo Camila al fijarse mejor en la
cara de Neal se veía distinto.
- No, nada en especial solo….. Neal se quedó pensativo
– Dime como es tener un hermano?
A Camila la pregunta le pareció de lo más extraña,
pero como Neal lo dijo muy serio entonces ella como era su costumbre fue muy
sincera.
-No voy a mentirte, Neal. Ser hermano mayor es... es... es
difícil ser hermano mayor, sabes?! En un momento eres el centro de la atención
de tus abuelos, de tus tíos y de cualquier adulto conocido de tus padres y de
repente, alguien más viene a ocupar tu lugar... alguien más pequeño y tierno
que tú. Al principio suele ser complicado porque los papás están muy apegados
al bebé... a mí una vez me olvidaron como tres horas en la guardería porque mi
hermanita se había enfermado. Fue horrible! -Suspiró, recordando aquél episodio
en el que creyó que sus miedos de abandono se hacían realidad - Pero con el
tiempo, vas entendiendo que no es porque te quieran menos, sino porque ese
hermanito es más pequeño y depende de ellos para vivir...
- Te olvidaron en una guardería por tres horas – Neal dijo
con horror, El jamás se olvidaría de él seguro, pero entonces otra duda rondo
su corazón, él no su hijo biológico en cambio el bebé si lo sería.
- Si pero como te digo son cosas que pasan, no es para tanto
– Pero Camila vio que Neal aún tenía cara de preocupación – vas a tener un
hermanito.
Neal se quedó en silencio – Si, mamá está embarazada – dijo
no muy feliz ante la idea.
- Deberías estar feliz, ya verás que no es tan malo siempre
es bueno tener a alguien a quien molestar ni a quien echar la culpa – Camila
sonrío pero Neal seguía con cara de funeral.
- Es que yo soy adoptado, no es algo que me moleste ni mucho
menos, es que…….
- Ya veo, piensas que tus padres pueden querer más al bebé
porque es su……hijo biológico – Dijo Camila casi en un susurro.
Neal hizo un gesto que reflejaba dolor, Camila le tomo la
mano como una manera de darle consuelo – Mira Neal, no sé como pero los padres tienen amor suficiente para
uno, dos o 5 hijos.
Neal sonrió – Gracias Cami – le dijo con cariño.
El chico salió cabizbajo del cole, camino a su casa al llegar
vio a El, sentada en el sofá ya tenía una pequeña pancita que se hacía notar,
ella tenía un rostro tan pacifico que fue imposible para él mantener la misma
cara de sufrimiento.
- Llegue Mami – Y el niño se acostó en el sofá dejando su
cabeza en el regazo de su madre y ella como un reflejo instintivo comenzó a
acariciar la cabeza del ser que más amaba en su vida.
- Como te fue hoy, mi niño hermoso – dijo El con su voz de
madre orgullosa.
- Como siempre – dijo Neal y con una mano acaricio la pancita
de su madre – Como esta mi hermanito.
El sonrió, sabía que Neal había estado leyendo revistas sobre
embarazo que últimamente se habían hecho de lectura obligatoria en casa y en
ellas decía que el bebé podía reconocer las voces de los familiares.
- Los dos estamos muy bien.
- Mamá yo voy a entender si tu……. Si tú quieres al bebé más
que a mí.
- Que dices hijo?, Por qué iba a querer más al bebé, Neal ni
siquiera me imagino poder quererte más hijo, que cosas dices.
- Es que el bebé es tu hijo, digo tu hijo verdadero.
- Neal George alto ahí, soy tu madre y tú eres mi hijo no
existen hijos verdaderos o falsos en esta familia – Neal se levantó del sofá para
mirar a su madre cara a cara, así pudo ver El, el miedo en la cara de su hijo.
Elizabeth abrazo muy fuerte a su amado hijo – Mi pequeñito,
como puedes pensar algo así – dijo El susurrándole al oído.
Peter llego a casa para ver a su hijo y su esposa abrazados –
Hey que pasa aquí?.
- Nada, acaso no puedo abrazar a mi hijo – El dijo risueña y
dejó a Neal para darle un beso a su esposo.
- Por qué no suben a lavarse las manos, que la cena va estar
lista – dijo El mirando como los dos hombres que más amaba en la vida subían
por las escaleras alejándose de ella entre risas, Peter llevaba un brazo por
los hombros de Neal mientras caminaban.
Super bella, Gloria!!! Qué te puedo decir que no te haya dicho ya!! Simplemente genial... gracias por la historia! Me encantó!
ResponderBorrarLinda gracias a ti recuerda que esta historia es también tuya, tu eres la protagonista inspiradora!!
BorrarContinuala pronto porfa, esta muy bonita la historia :)
ResponderBorrarOh es esta historia esta reflejada los temores de los hermanos mayores!!
ResponderBorrarAaawww pero lo hiciste genial Glooria!!!
Espero leer la continuación!!!
Me hiciste llorar, amo tu historia.
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