Un mensaje de un hijo a un padre -Promesas y el Recordatorio de un Ángel-
Tres semanas después del viaje…
Era Sábado, ya todos estaban en cama, Santiago y Michel había salido un par de días y estaban descansando del viaje así que fueron los primeros en ir a dormir. Richard llego de ver ido con unos amigos a jugar bolos, comer pizza y hablar un rato, llegando a casa solo tocando la puerta del cuarto de sus padres para que supieran que ya estaba en casa.
Toc, toc, toc –sonaron los golpes bastantes fuertes que hicieron que Santiago se parara y casi callera al piso- Papá ya llegue.
Arman: y tienes que gritar.
Tomas: ya le gusta llamar la atención.
Richard: a ustedes no les dije metiches.
Santiago solo escucho los gritos de sus hijos no era muy tarde eran apenas las 9:00 bastante temprano, pero Richard había salido desde muy temprano, Santiago salió a ver que su hijo estuviera bien, decirle que cenara si no había comido nada, regresando a dormir nuevamente.
Tomas estaba jugando en su cuarto con una consola de juegos, Fátima en el celular hablando con una de sus amigas y Arman en la computadora chateando con los amigos, que no dejaban de insistir que fuera a una pequeña reunión.
A las 11 de la noche ya todas las luces estaba apagas, Richard y Tomas aun despiertos, pero sus padres y Fátima ya había caído dormidos. Arman se salió de su cuarto sin zapatos para no hacer ruido revisando la recamara de sus padres y asegurarse que estuvieran dormidos, entro a su cuarto y se empezó a cambiar, nada bastante extravagante, un pantalón corto y una camisa, poniéndose solo los calcetines salió con mucho cuidado hasta llegar a la puerta de la entrada, abrió con mucho cuidado la puerta y la cerro con la llave para que no hiciera ruido al salir, se estaba jugando el pellejo ya que por su buen comportamiento y por hacer algunas tareas y deberes extras en casa su padre le había rebajado el castigo a mes y media ya que lo veía desesperado por salir, pero solo había acortado esa parte del castigo.
Lo que Arman no noto y descuido es que su padre siguiera durmiendo, Santiago estaba en la cocina, no había prendido la luz, había ido por un vaso de agua, podía ver, la luz de la luna podía dar algo de claridad. Por lo que vio cuando Arman bajada la escalera no le dijo nada queriendo saber hasta dónde podía llegar, se fue a paso lento sin perder le la vista al chico, ¿a que salía? a nada bueno se respondía el mismo, ya que lo vio ponerse los zapatos en cuanto salió de la casa.
Santiago solo movía la cabeza negativamente, cuando entendería su hijo de no hacer esas cosas, Arman puso el bote de basura y arriba de este coloco otro haciendo una especie de torre la cual empezó a tratar de subir, para ese momento Santiago ya estaba fuera enojado, pero quería ver si le llegaba un rayito de luz al chico y a ultimo momento reasignada y regresaba a la casa, pero no, el rayito de luz parecía que no llegaría, ya estaba por subir el muro cuando Santiago con una mano le galo el pantalón sosteniéndole a la ves para que no se fuera a caer y lastimar.
Arman: aaggg… pa, papá.
Santiago: si papá. Que haces fuera? –Sabia su respuesta pero quería escucharla de labios de su hijo-
Arman: yo, yo, solo iba.
Santiago: a salir con tus amigos?
Arman: no… que haces, espera, pa.
Santiago empezó a desabrochar el cinturón de Arman, forcejando un poco en el proceso, hasta que se lo quito por completo, pero no fue lo único que hiso, con las dos manos se encargó de bajar por completo el pantalón que se llevo y el calzoncillo de por medio.
Arman: no, no papá.
Santiago: no, tu sabes que esto está mal, lo sabes jovencito.
Teniéndolo con una mano agarrado y con el cinto doblado en dos le dio con este, dejando rojita la piel.
ZASSSS -aauuuu-
Arman: no, papá, te lo puedo explicar. –decía metiendo la mano-
Santiago: a, claro me lo vas a explicar.
ZASSSS, ZASSSS, ZASSSS, ZASSSS, ZASSSS, ZASSSS –aauuu, aiii-
Santiago apenas llego a la puerta de la casa, abrió y dejando el cinturón en la mano con la que le tenía agarrado y entre maromas y jalones le quito el pantalón por completo pero Arman logro conservan el calzoncillo pero apenas alcanzando a tapar un poco de su vergüenza, Santiago se lo llevo a nalgadas hasta su recamara a la cual pensó que llegaría sin que nadie más viera, pero era tarde para pensar eso ya que tanto Richard y Tomas salieron a ver qué pasaba abriendo la puerta y viendo con una mueca lo que ocurría, solo cruzaron la mirada una décima de segundos cuando los dos hermanos cerraron las puertas.
Santiago no presto atención a eso, solo hiso entrar Arman al cuarto.
Santiago: dime que tienes en esa cabecita hijo? Porque no la usas no es de adorno. Cuántas veces hemos hablado de lo mismo? ¿Cuántas Arman? que te estoy preguntando.
Arman: shhff muchas.. pero
Santiago: si muchísimas.
Arman: pero, tengo tres semanas sin salir ni un rato
Santiago: si hijo, pero estas castigado, además ve la hora, como no se te cruza por esa cabecita… ve la hora hijo, es tarde, que vas andar haciendo tu a estas horas.
Arman: a Richard si le dejas salir y llega tarde.
Santiago: tu hermano ya es mayor de edad y aun si tiene un horario.
Arman: shff perdón, yo solo quería salir un rato.
Santiago: aagg dime que hago, una y otra vez sigues desobedeciendo.
Arman: es la primera vez que intento salir.
Santiago le había dado algunos cintazos en el trasero además de ya barias palmadas, no sabía si seguir reprendiendo o castigarle con más tiempo sin salir que era lo que más le dolía.
Santiago: se te van a aumentar dos meses más de castigo.-dijo al final-
Arman: no, no papá, por favor, más tiempo no, ni siquiera salí de la casa, no es justo, papá por favor –ya empezaba a llora, tres meses y medio encerrado en casa y se volvería loco, le había costado mucho trabajo que su padre bajar el castigo como para que en un minuto dos meses cayeran-
Santiago: entonces dime que hago hijo –se escuchaba molesto y cansado-
Arman: shfff, dos meses es mucho, ya no quiero estar encerrado –las lágrimas no dejan de salir de sus ojos estaba molesto, frustrado-
Santiago respiro profundo soltando el aire un millos de veces, sabía que ya estaba harto de no salir, pero salir de noche no había sido su mejor idea, se le quedo viendo por una rato, Arman ya no dijo nada se había dedicado a llorar su coraje.
Santiago dio un último respiro profundo calmándose y apretando un poco las manos, le tomo de la mano y lo jalo hasta llegar a la cama donde se sentó y sin decir nada le bajo el calzoncillo que Arman logra subir cuanto entro a la recamara, lo puso en sus piernas, Arman solo lloraba, pensar que recibiría otra paliza y tener dos meses más de castigo.
Santiago soltó la primera palmada fuerte.
PASSSSS –auuuu shhff -
PASSSS, PASSS, PASSS –auuu, aiiii-
Un total de 40 palmadas fuertes cayendo en el ya resentido trasero, Santiago no dijo nada en todo el momento, el también sentía algo de picor en la palma de la mano así que se podía imaginar como sentiría Arman el trasero, Arman a su vez solo lloraba y se quejaba.
Santiago termino pero no le dejo parar: no tienes que salir de noche hijo, si algo te pasa como carajos me voy a enterar, eres chico aun para estar a esas horas en la calle. Van hace dos semanas más de castigo, y solo para recordarte que no tienes que salir de noche te vas a dormir todos los días por una semana con el trasero bien calientito.
Arman: buaaaa
Santiago le subió el calzoncillo y abrazo a Arman por un buen rato hasta que este tranquilizo el llanto, y solo quedara un sollozo.
Santiago: ya estas más tranquilo?
Arman: eres malo shhff.
Santiago: mucho?
Arman: si.
Santiago: pobrecito bebe, pero este bebe tiene que entender de una o de otra forma. Anda a dormir.
Le ayudo a tumbarse en la cama haciéndole quedar boca abajo Arman tenía los ojos húmedos y aunque se limpiara la cara aún quedaba ese rastro, no pudo evitar llevarse la mano al trasero le dolía, pero no a gran extremo, su padre había aprendido no solo a medir sus palabras sino la forma de castigarle, pero no por ello le dolía menos, mas al imaginar que sus hermanos le hayan visto, solo recordó sus caras y no pudo evitar soltar un pequeño llanto “que vergüenza” pensó.
Santiago: que paso? Te duele mucho?
Y sin evitar se sentó en la cama y sin permiso bajo el calzoncillo, estaba bastante rojo y con algunas franjas pintadas por el cinto, pero no lastimo la piel.
Santiago: quieres que te ponga algo?
Arman: noo.
Santiago: que tienes hijo?
Arman: buaaa mis, mis hermanos me vieron buuugg.
Santiago: por eso lloras, hijo eso no tiene nada de malo, no es como que vayan a burlar de ti, anda duérmete. –le dijo besando su cabeza, acariciándole un poco el revuelto cabello y dejándole dormir-
Arman se tranquilizó un poco, sus hermano no se burlarían de él, nunca lo habían hecho, pero la vergüenza del momento no se la podrían quitar, pensando que ya jamás volvería a desobedecer, se recostó tratando de dormir un poco, pero no tenía sueño, no dejaba de pensar en aquello así que no era fácil conciliar el sueño, la luz estaba apagada cuando siento algo parecido a un pequeño manotazo en su trasero dio un pequeño brinquito en su cama volteando pero sin ver a nadie, ¡Que había sido eso! su imaginación? Se llevó la mano al trasero con algo de nostalgia sin saber por qué, cerró los ojos para tratar de dormir. Las ventanas de su cuarto estaban abiertas y una ráfaga de viento entro moviendo las cortinas y escuchando en un susurro.
Emily: mi pequeño a portarse bien, recuerda que lo prometiste.
Arman permaneció con los ojos cerrado sintiendo una cálida mano acariciar su espalda con mucha ternura, quedándose por fin dormido, su madre había ido a visitarlo a recordarle esa pequeña promesa.
Este fue mi favorito de la noche (y digo noche porque los leí en la madrugada!) Me gusta porque es Arman el que se mete en problemas por algo propio de su edad, por desobedecer y no por sentirse celoso o con miedo o triste o deprimido o lo que sea. Me gusta porque se lleva el castigo por una travesura y no por las notas o por faltar el respeto, o porque Santiago no tenga otra opción de cómo llegar a su hijo. No sé si se entiende lo que quiero decir, el caso es que me encantó muchísimo y el final también!!
ResponderBorrarUuff pobre Arman lo descubrieron con las manos en la masa..
ResponderBorrarPero es que estar castigado y sin salir no es de Dios...
Pero si se llevó una muy buena auch...
Me encantó mucho Mary!!