Capítulo 15
Sebastian fue directo a casa de
Antonia, aunque estab aín un poco enfadada con Sebastian al ver las horas que
eran y que Marcos le acompañaba, le abrió la puerta. Antonia y Sebastian
prepararon el sofá para que Marcos se acostara y se fueron a dormir. Aunque lo
de dormir es un decir, se pasaron la noche hablando osbre lo que había pasado
con César. Sebastian no era objetivo con César, no lo tragaba, no lo había
tragado des del mismo momento en que entró en casa. Pero esta vez Antonia le
dio la razón, César había cometida una estupidez que podía haberles costado no
solo sus vidas sino también la de aquellos que les estaban ayudando.
A la mañana siguiente Marcos tenía
que ir a la escuela pero cuando salió de casa solo llevaba el pijama y la cazadora. Así que Antonia decidió
que se quedará en casa viendo la tele, como haría cualquier chico de su edad en
un día de fiesta. Después de comer Antonia se despidió de los chicos, tenía que
ir a hablar con Leopold y Sebastian tenía llaves de su piso por lo que no había
ningún problema. Marcos estuvo muy callado todo el día, entre que no le gustaba
estar a solas con Sebastian y que estaba acojonado por cómo reaccionaría su
padre cuando se enterara no es que tuviera muchas ganas de charla. Pero un día
entero sin decir ni una palabra era demasiado para Marcos y aunque no fuera
santo de su devoción emepzó a habalr con Sebastian.
-
¿Cuándo
volveremos a casa? (preguntó Marcos mientras seguía cambiando de canales en al tele)
-
Cuando lo
diga Alejandro (Sebastian contestó sin pena ni
gloria).
-
¿Y papá? (Marcos miró disimuladamente
la reacción de Sebastian)
-
¿Papá, qué?
-
¿Que si sabes
cuando regresarán Max y papá? (preguntó molesto porque era
evidente a lo que se refería)
-
Pues supongo
que mañana, depende de Max…¿Es bueno?
-
No jajaja (par Marcos su hermano era un
auténtico negado en todo)
-
¿Qué es tan
gracioso? (Sebastian
a diferencia de Marcos tenía en muy buena consideración a Max)
-
Que Max es un
negado, el tío siempre está riñéndole
-
Alejandro
siempre está riñendo a todo el mundo (dijo con una sonrisa socarrona)
-
jajaja (no pudo evitar reírse aunque no le
cayera bien Sebastian) ¿qué crees que papá…crees que papá me…si tu fueras papá? (Marcos no sabía como preguntárselo y se estaba liando
aún más. Sebastian lo encontró gracioso)
-
Sí (respondio secamente)
-
¿si qué?
-
Si que se va a
cabrear un montón, si que estásn en un buen lío, si que te va a caer una buena
y si, si que vas estar castigado hasta el día del juicio final. Tío, no solo
has robado, le has robado a César y para comprarte esa mierda
-
No es ninguna
mierda
-
Según papá si,
y aquí y ahora es su opinión la que cuenta
(dijo Sebastian
serio pero sin parecer enfadado)
-
¿y si le digo
que tú ya me zurraste?
-
Eyyy ey a mi me
dejas en paz. Por si no lo has notado papá y yo no somos uña y carne. Además no
te zurre por eso, te zurré porque me pateaste.
-
Da igual el
porque, el hecho es que me zurraste, mi trasero ya ha sido castigado.
-
Jajaja buena
suerte con eso.
-
No hace gracia
Sebastian. Para ti es fácil, ya eres mayor.A ti no te pueden castigar (Sebastian pensó cómo de
equivocado estaba su hermano)
-
No sé ni como
se te pasó por la cabeza (dijo Sebastian volviendo al tema del
robo de la tarjeta)
-
Es que esto es
un coñazo, me aburro mortalmente, era eso o pegarme un tiro.
-
La hubieras
liado menos. Además no me vengas que aquí te aburres, le dijiste a Alejandro
que la primera vez que tomaste sin permiso la tarjeta de crédito de César fue
hace más de un año. Hace más de un año aún estabas en Quickwater. Lo siento,
Marquitos, pero lo mires por donde lo mires, estás bien jodido.
-
Muchas gracias,
no me había dado cuenta y todo gracias a ti. Sino le hubieras ido con el cuento
al tío, nadie se habría enterdao (dijo molesto).
-
No se lo dije
para acusarte, lo hice porque esa tarjeta podía haber sido rastreada y podían
haber dado con nosotros (intentó explicarle a su hermano. Marcos lo miró y se dio
cuenta que hubiera pasado si los hubieran rastreado). Antonia dijo que a César ni lo tenían como
residente de Quickwater, por lo que hemos tenido mucha suerte.
-
Crees que el
tío y César se separaran por esto
-
Ojala (se le escapó Sebastian, pero
en cuanto vio la cara de Marcos, rectificó). No lo sé, no lo creo. Pero seguro que en
una temporadita las cosas van a
estar aún más tirantes por casa. Y
Marcos un Alejandro cabreado y encerrado no es algo que uno quiera ver (Sebastian
puso una mueca de disgusto y al pensarlo Marcos también retorció el hocico).
-
Mi vida es una
mierda (se quejó Marcos)
-
Bienvenido al
club, enano (y
le pasó el brazo por encima en plan compadreo, Marcos no lo apartó)
-
¿Quieres que me vaya? (César ya no pudo más
Alejandro había pasado toda la noche fuera y llevaba toda la mañana
esquivándolo)
-
No (dijo muy seco)
-
No puedes pasarte el resto de
tu vida ignorándome
-
Has puesto en peligro a mi familia, solo por
una estúpida ñoñería de las tuyas. Guardar esta tarjeta fue una auténtica
estupidez.
-
Lo sé, y créeme cuando te
digo que nada de lo que me digas va hacer que me sienta peor de lo que ya me
siento (dijo realmente mortificado César).
-
Me has puesto en una situación muy incómoda
César. Has puesto en peligro al clan y eso se castiga con la muerte…sé que no
eres un Bocha de sangre pero tú mismo lo dijiste ahora éramos tu clan (César miró a Alejandro y no
supo que decir). Quedamos muy pocos, y
eres un efectivo muy valioso por lo que no puedo darme el lujo de matarte, pero (Alejandro
estaba a punto de vomitar) no puede
hacerte daño…no puedo, pero
-
Lo entiendo ¿y si le pides a
Julio? Él es el segundo ¿no?
-
No le puedo pedir eso a mi hermano, lo haría,
pero es ponerlo en una situación muy incómoda y solo porque yo no quiero hacer
lo que tengo que hacer (dijo Alejandro muy seco).
-
Pídeselo a Sebastian, ambos sabemos que él no
tendrá problema alguno (dijo César preocupado).
-
¿Sebastian? ¿Estás seguro? No eres su persona favorita,
precisamente (le dijo Alejandro sabiendo
perfectamente que Sebastian seguía guardándole rencor. Cuando César llegó
a casa Sebastian estaba en plena
adolescencia, y que su profesor fuera el compañero de su tío, no le sentó nada
bien. Pero que encima tuviera que obedecerlo, sin ni tan siquiera pertenecer a
los Bocha, siendo él el legítimo heredero, fue un gran golpe en su ego. La
relación entre Sebastian y César no empezó con buen píe y con los años no solo
fue a peor sino que llegó a ser bastante insoportable) ¿Sabes que él me ha pedido tu cabeza en más de una ocasión, verdad?
-
No me va a matar, como tú has
dicho somos muy pocos, no puede darse ese lujo aunque lo desee con todas sus
fuerzas. Sebastian es muchas cosas pero no es un necio (dijo César que aunque la idea no le
agradaba nada, menos le gustaba tener
que abandonar a Alejandro).
-
Entonces lo llamaré, queda entre vosotros dos.
Pero una cosa César, quizás quedes en paz acorde a las reglas de la manada, pero esto me va a
llevar tiempo
digerirlo
(y eso era lo que más temía César que ese desliz pudiera costarle su relación
con Alejandro).
-
Lo entiendo, y no te pido que
hagas como si nada hubiera pasado, solo te pido algo de comprensión y
paciencia. Ha sido un grave error por mi parte y estúpido, tienes razón y
podría habernos costado muy caro, pero esta es la segunda vez que he tenido que
renunciar a mi pasado por ti. La primera no fue fácil pero ahora ha sido
incluso peor…porque el sitio que ocupaba en Quickwater me había costado sudor y
lágrimas ganármelo. Y no solo eso, había aprendido a querer y valorar a su
gente y ya era parte de mí.
-
César, lo entiendo. Pero todos nosotros hemos
hecho ese sacrificio…Mi familia llevaba allí más de 360 años ¿Cómo crees que me
siento yo? (dijo
un poco herido) te daré tiempo pero tú también
debes de darme algo de espacio (dijo Alejandro levantándose del
sofá y saliendo del salón).
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