miércoles, 23 de octubre de 2013

Capitulo 3 Las enfermeras, y sus utensilios de tortura



Hola, este el tercer capitulo, espero que les guste gracias por sus comentarios, sugerencias y criticas constructivas, se aceptan con mucho gusto, de Jasón nunca he escrito pero intentare hacer aunque sea un pequeño relato, espero les guste, Gracias ((:

London Wayne

Capitulo 3 Las enfermeras, y sus utensilios de tortura


-No, no quiero, Bruce.-Lagrimeaba y sorbía mocos. Bruce me miraba sorprendido, como si no supiera que decir.
-Dick, deja el drama, es la ultima, no hiciste tanto problema con las otras tres.
-Pero... No quiero.-No sabía porque pero no pude resistirme a al llanto y las súplicas, no quería que me inyectarán por cuarta vez en dos días, no se si era porque tendría que regresar a la escuela mañana, si porque cuando entraba la enfermera que contrato Bruce, me dolía el estomago de puro estrés, porque él no entendía que me daba mucho miedo, y me ponía muy nervioso, y me daban ganas de gritar, patear y que se alejara la aguja de mi, ayer y hoy por la mañana, quería aceptar bien, y lo hice así como en el consultorio del doctor, pero ahora... No quería, no iba a resistir otra vez ese liquido quemar mi piel, y que me ardiera, y que se entumiera un poco la pierna.
-Ya, Dick... Es la ultima, ya llego la enfermera no la hagas esperar.-Dijo Bruce abriendo la puerta de mi cuarto.
-Pero BRUCEE...-Pero el cerro la puerta. Yo me limpie la cara con las mangas del pijama.
Me escondí en las cobijas y entonces, oí como la enfermera y Bruce subían las escaleras. Pronto escuche como se abría la puerta, me senté en la cama, y entraron, la enfermera del día anterior, una chica mas o menos de unos veinticinco años, rubia con su uniforme blanco, y con su maletita esa estúpida de donde sacaba las agujas.
-Hola, Richard ¿Como te siente?-Me pregunto.
-Bien...-Conteste en un hilo de voz.
-Eso me alegra, acuéstate boca abajo como en la mañana ¿Si?-Me pidió. 
Yo obedecí muy nervioso, y apunto de llorar, no quería y a Bruce ni siquiera le había importado, y quizás lloraba por eso, más que por otra cosa. Mi cuerpo, o por lo menos yo sentía que todo me temblaba, escuché como sacaba  sus utencilios de tortura,  y le pidió el medicamento a Bruce, segundos después el olor a alcohol me llego a la nariz, y pronto sentí como tomaba la orilla de mi pijama y el resorte de mi ropa interior y sentí frío, luego el olor fue más penetrante y mojo mi trasero.
-Richard, suéltate un poco, estas muy duro.-Me dijo la enfermera dandome una palmada en el trasero.
-Ay-Me quejé. Solo sentí otra vez mojado, y segundos después sentí la aguja picandome.-Ay, Ay...-Pero la saco.
-Richard, tienes que relajarte, sino no puedo...-Me dijo con calma.-Lo intentare nuevamente, y entendí. Ella metería una vez más la aguja en mi trasero y fue cuando perdí el control.
-Noo, no quiero...-Como un resorte me di vuelta enseguida y me hice para atrás.
-Richard.-Me sentenció Bruce.
-Dije que no, ya no...
-Vamos, Richard será un segundo.-La enfermera me tomo de la mano y jalo de mi.
-Noo... Déjeme en paz.-Le arrebate la mano.
-¡Richard!-Me regaño Bruce.
-Pues yo te dije que no quería y no quiero, y no me dejaré.
Cinco segundos después yo estaba esquivando a mi padre para que no me pudiera agarrar, salte, y corrí por todo el cuarto, hasta que por fin pude salir corriendo, lo que me llevó a mi ejecución fue que casi choco con Alfred y el me tomo de las manos.
-Señor Grayson, ¿Qué ocurre? -Pregunto asustado, pero a mi no me dio tiempo de contestar cuando Bruce llego por detrás y me cargo como a un costal de papas. 
-Déjame, déjame.-Comencé a pegarle en la espalda.-No quiero, no quiero.-Y comencé a llorar.
Entramos a mi cuarto, y escuche como la enfermera le explicaba una manera de agarrarme y ponerme en su regazo, yo empecé a patear enseguida, pero con un movimiento de Bruce tenía mis piernas como amarradas, y si intentaba patear, no podía, grite, llore, berre tan fuerte que ni siquiera sentí la aguja, ni nada, seguía llorando, y intentando patear, me calme hasta que oí a la enfermera decir "Listo" y pasar el algodón por donde me inyecto, no deje de llorar.
-Ya deja que me levante.-Le dije entre lagrimas a Bruce.
-No, no no hemos acabado.-Y de repente sentí como la mano de Bruce se estrellaba en mi trasero una y otra vez.
Después de la segunda, el trasero comenzo a arderme, su mano era pesada y dura, sentí como me bajaba más la ropa interior y el pijama, estaba llorando otra vez y gritando, me dolía demasiado, sin contar que seguro la enfermera estaba viendo.
-Yaa, yaa auu, yaaa.-Bruce continuó, y pronto se escuchó el sonido de la puerta.
-Levántate.-Me ordeno. En cuento me levante me lleve las manos a la cara. Sentí como él me subia el pijama.-No se que diablos te pasa Richard, pero... Espero que salgas con la enfermera y te disculpes por todo este...-Bruce sonaba muy, muy furioso.- espectáculo.-negué con la cabeza-Te disculparas.-me ordeno de nuevo, y yo negué soltando varios gemidos y me tire boca abajo en la cama.
-¿No te disculparas?-Negué con la cara pegada en la almohada, y llorando.-De acuerdo.-Dijo frustrado y oí el sonido de la puerta de nuevo.
Lloré lo más fuerte que pude, ahogando el ruido en mi almohada, me ardía el trasero, mucho, me dolía, y aparte quería morirme de vergüenza, ¿Cuantos años tenía tres? Sentía el trasero caliente, y la cara también la cabeza comenzaba a dolerme. Bruce iba a matarme, y como decirle que no, pero solo podía pensar en lo caliente de mi trasero, y en llorar. Me fui calmando un poco sin dejar de llorar, pero ya era más bien un sollozó, alguien abrió la puerta, pero yo solo me.limite a seguir sollozando.
-Richard, ¿Me quieres explicar que fue ese berrinche de niño de dos años?-Me dijo en voz alta.-¿Qué te pasa? De un estúpida inyección hiciste toda una batalla campal.-El espero como cinco minutos a que yo volteara pero nada.-Bueno,¿ me contestas o necesites que me quite el cinturón?-El jamás me había pegado con su cinturón recuerdo ocasiones cuando era más pequeño que se lo.quitaba para amenazarme, pero yo obedecía al instante. Y hoy no fue la excepción me levante, y me sente en la cama.
-Yo... Yo... No...-Intentaba hablar, pero estaba como ahogandome, no se como se dice pero creó que es hiperventilación o algo así.-Peerdon.-Pude decir llorando, solo pude ver a Bruce relajando la cara y luego me tape la cara con las manos. Lo siguiente que sentí fue como me rodeaba con los brazos.
-Cálmate, Dick.-Me empezó a sobar la espalda y me abrazo.
-Lo siento...-Me lamente una vez más.
-Ya, ya... No pasa nada.-Me siguió consolando.-Ya mejor, ve a dormir que mañana tienes que ir a la escuela.- tomo un pañuelo de mi buro y me limpio la cara.
Me ayudo a acomodar en la cama, y me cobijo, paso su mano por mi cabello y me sonrío.
-Descansa.-paso su mano por mi cara.-Buenas noches.
-Buenas noches.
Me quede dormido, hasta que me dio sed, y vi la hora no era tarde, eran las doce, seguro Bruce estaba en su oficina. Salí de la cama y baje las escaleras, la luz de la oficina estaba prendida y salían voces de detrás de la puerta, me acerqué a escuchar.
-No sé, Alfred, a veces no entiendo a Dick, o se muestra muy rebelde, o muy voluble... En verdad, espero ser buen padre.
-Amo Bruce, yo creó que el señorito Grayson, esta muy bien educado por usted y por mi, no creó que sea un mal chico, o que usted sea un mal padre, es solo que el esta en la pubertad y parece que en esa edad todos tenemos una guerra de sentimientos.-Escuché la voz de Alfred.-Aparte usted lleva esto excelente, digo nadie nace siendo padre, ¿Sabe?
-Si... Pero a veces no siento, que sea un buen padre.
-Claro que lo es, sólo que a veces es bastante frío, o muy estricto, debería relajarse y escucharlo, quizá el joven Grayson quiera llamar su atención.
-Pero... Ya tiene mi atención.-Dijo Bruce.
-Pues quizás él no lo siente así ¿Por qué no habla con él?
-Eso haré, Alfred.-Suspiro.
-Quizás este sea un buen momento.-No entendí a lo que se refería cuando sentí como se abría la puerta.-Joven Grayson, no le he repitdo cientos de veces que no debe escuchar conversaciones ajenas.
-Richard, ¿Cuanto tiempo llevas ahí?-Me pregunto molesto Bruce.
-Yo... Bueno.-Mis calcetines de cuadros me parecían interesantes en este momento.-Yo, es que... Yo tenía sed y baje por un poco de agua...
-¿Y decidiste venir a husmear?
-No, yo no quería...
-Bueno ya que quieres estar aquí, siéntate un minuto. Hablemos.
Irónicamente las platicas con Bruce me ponían nervioso, si era cuando no estaba en problemas ¿O lo estaba? Rayos... No, no creó, o no sé.
-Pero... No he ido por agua, mejor luego.-Trague saliva.
-Vamos no te mataré, ¿Alfred puedes traerle un poco se agua a Dick?
-Claro, amo Bruce.
Y salió...

4 comentarios:

  1. QUE MALDAD LONDON, COMO VAS A CASTIGAR AL NENE DELANTE DE LA ENFERMERA, AJJAJAJAJA QUE BUEN RELATO ME HE DIVERTIDO, Y SI... SERIA BUENA IDEA QUE BRUCE, DEJE DE SER BRUSCO PARA VARIAR PERO NO CREO QUE DECIR SIENTATE PARA CHARLAR, SERA EL MEJOR CAMINO PARA ESO, PERO ES EL CABALLERO DE LA NOCHE, DE LO SERIO, DE LO OSCURO, SU CORAZON LATE NEGRO, JAJAJJJ PERO APRENDERA TENGO FE EN EL COMO PAPA, JJJ

    ResponderBorrar
  2. cien por ciento de acuerdo,¡muy divertido!¿cuando el próximo relato?
    ya que me encanta! y quiero mas!!
    saluditos Tori.

    ResponderBorrar
  3. Hola London!!! Estuvo super tu capi!! me gustó mucho y ya quiero saber qué pasará en esa charla!!! Espero que sólo cosas buenas para el pobre de Dick... tan lindo que es él!! jejeje!!!

    Disfruté mucho tu historia así que espero seguir leyéndote!!! jejeje y a ver si le puedes dar un lado más tierno a Bruce Wayne, jeje

    Camila

    ResponderBorrar
  4. Ay si pobrecito bb, cuatro son muchas!!! neccesita k lo consientan. actualiza pronto

    ResponderBorrar