¡Rayos!
¡Maldición¡ ¡¿Cómo pude ser tan estúpido?! – repetía una y otra vez el joven
aquel mientras terminaba con lo que alguna vez fueron sus uñas de los puros
nervios. Y es que allí estaba él,
sentado afuera de la oficina del director, junto a sus dos nuevos “amigos” con
los que se había metido en aquel lío. Y vaya lío!!! Casi dos semanas en las que
no había asistido ni a la mitad de sus clases por irse con sus “amigos” a hacer cosas de hombres, como lo era
fumar y beber. Aunque él no había probado el licor el cigarrillo sí se le había
antojado y mucho!! Y fue justo con el cigarro en la boca, sentado sobre una
piedra a la orilla del río y a sus cómplices, uno con una cerveza y el otro
bailando con otra cerveza en mano, que
su profesor guía y el orientador los habían encontrado.
¡Ustedes
tres! ¡A la dirección! – les gritó el profesor,
pero los chicos ni se movieron del susto - ¿cómo
rayos los habían encontrado? Si el cole era enorme y con montaña hacia arriba y
río al lado ¿Cómo era posible tener tan mala suerte? - Eran los
pensamientos que tenían mientras eran
conducidos hacia la dirección con todas
las pruebas de lo que estaban haciendo y para mala suerte de nuestro chico él
había cargado en su bolso las provisiones que sus compañeros compraron por lo
que fue culpado de ser él quien les daba las bebidas y los cigarros.
El director los hizo pasar y les dio
un sermón de los que nunca se olvidan y luego delante de ellos llamó a sus
padres. El último en llegar fue don Carlos Bracho y no porque no le importara
su hijo sino porque andaba en la capital y se tardaba dos horas en llegar, adentro los otros padres eran puestos al tanto
de la situación.
De pronto un joven creyó escuchar un tambor sonar muy
rápido y cerca pero se dio cuenta que
solo él lo escuchaba porque era su
corazoncito que se le quería escapar del
cuerpo al reconocer la figura que se
miraba acercarse por el pasillo… su
padre había llegado!!
Papá! Yo… - pero fue interrumpido por su padre-
En la
casa Kevin Bracho. Usted y yo arreglamos
cuentas en la casa, ahora NO! – le dijo con una
seriedad que le hizo temblar, el muchacho sabía cuáles cuentas eran y como
se pagaban y eso le puso los nervios de puntas si ya tenía esa sentencia y eso
que su papá aun no entraba a la oficina de fijo lo mataba cuando saliera!! Al
verle entrar se sentó en silencio
pero las lágrimas silenciosas
aparecieron en escena, una hora y media después
cuando fueron llamados nuevamente.
Bien
jóvenes, lo que han hecho es una falta grave no solo tienen muchas ausencias
injustificadas sino que se han ido a lugares que saben que están prohibidos
porque son peligrosos y como si fuera poco traen bebidas alcohólicas y cigarrillos para distribuir y consumir siendo menores de
edad y en una institución educativa. Debería expulsarlos a los tres, en
especial a usted joven – dijo señalando a Kevin- ya que en su poder se
encontraron las cervezas y paquetes de cigarros
es una vergüenza que hagan éstas cosas… - y el director aquel habló
y regañó por unos veinte minutos más a los chicos, quienes ante la mención de
la palabra “expulsión” se les había ido el alma del cuerpo del puritito miedo.
Pero
considerando que su expediente no hay faltas, de lo jóvenes que son – apenas 15 años - y que
están en la lista de alumnos de honor,
sólo será una suspensión de una semana. Con sus padres hemos acordado que en
esos días no estarán de ociosos en sus casas. Vendrán al colegio y harán
mantenimiento de las zonas verdes, lavarán las paredes de los baños y ayudarán
a pintar el pabellón de los séptimos y de verdad espero que no se vuelva a
repetir – finalizó el hombre preguntando - ¿algo que decir? -Pero ninguno dijo nada ni siquiera Kevin para
defenderse de la acusación que le habían hecho estaba mudo del miedo, arrepentimiento
y la ansiedad de saber la que se le venía cuando llegara a casa – Bien, en ese caso los veo el lunes para que empiecen su trabajo. Se reportan
aquí y les asignare a un profesor que les
estará supervisando, buenas tardes.
Papá dime algo por favor – Habló muy preocupado. Su papá no le había dicho nada
de nada y ahora frente al auto ya no aguantaba más el silencio.
Don Carlos:
¿qué quieres oír? Eh, Kevin?! ¿que estoy
enojado contigo? ¿Que estoy decepcionado de tu comportamiento? ¿Que estoy
preocupado por lo que haces? y que me siento frustrado porque no reconozco al
hijo que tengo en frente?!! Mejor entra al auto y te quedas calladito que estoy
que me pican las manos por quitarme la faja y darte una paliza aquí mismo ¡ME
OYES!
Kevin: perdón
papá. Te juro que no volveré a hacerlo pero no me digas eso por favor papá – lloraba el chico ante
aquellas palabras y decidió darle tiempo a su padre e hizo lo que le había
dicho. Entró al carro y se hizo el viaje en completo silencio.
Una vez estacionado el auto
frente a la casa la empleada que hacía la limpieza les abrió la puerta de la cochera y de la casa, pero
solo don Carlos bajó del auto y despachó a la mujer para poder quedarse solo con su hijo. Luego,
al ver que su hijo no entraba, le hizo señas para que ingresara al hogar
pero nada, así que fue a hablar con él con una calma que realmente no
sentía pero su hijo estaba muerto del miedo y no quería eso, no señor!! Quería
darle una lección sí, que le iba a castigar sí, bueno eso también pero no podía
verle allí con tanto miedo que ni entrar a su propia casa pudiera.
Don Carlos:
Kevin, hijo, sal del auto por favor! Vamos, entra a la casa – dijo una vez que le
había abierto la puerta del carro pero el muchacho nada, sólo negaba con la cabeza
mientras las lagrimas corrían por sus mejillas sin poder ser contenidas – vamos
kevincito, por favor – suspiró - sé que estás asustado y yo no te lo niego,
estoy muy enojado, pero sobre todo estoy
preocupado. Tenemos mucho de qué hablar y tú no has comido nada. Anda, te
preparo algo para que comamos juntos
mientras tú te bañas y cambias ese uniforme. Vamos hijo, que no puedes
quedarte aquí toda la vida, anda que no te voy a matar… castigar sí, pero no es
como que no te lo hayas ganado a pulso verdad?!... Vamos hijo, sal por favor – y
su niño, no muy seguro aún, decidió entrar
a casa con su papá, después de todo tenía razón tenía hambre y todo lo
que estaba pasando se lo había ganado el solo, una vez adentro Kevin subió a
bañarse y su padre a la cocina; aquello le serviría para liberar energías,
estrés y enojo. No quería castigar a su
hijo en ese estado. Además, primero debía conversar con él, saber por qué lo
hizo. Y, en menos de una hora estaban los dos sentados a la mesa, sí, porque
eran sólo ellos; su padre era viudo, su mujer murió cuando el niño era sólo un
bebé, a manos de un ladrón que por robar cualquier cosa, arrebato una vida sin
el menor remordimiento. Así que él solo había educado a su hijo y lo conocía
mejor que nadie!! Aquél comportamiento no era típico de su hijo ¿Cuándo había
cambiado? ¿Por qué? ¿Tendría problemas y él no lo sabía?... Muchas preguntas
pasaban por su cabeza en relación con su muchacho, no era que fuera un santo
si en varías ocasiones lo había tenido
que disciplinar de forma física pero
jamás por algo así y tampoco fueron tan seguidas; dos al año era algo extraño,
le castigaba con no televisión, no computadora, no celular o con prohibirle salir pero igual
esas eran pocas su hijo se portaba bien
y además siempre fue buen alumno ¿qué le pasaba ahora?
Kevin: ¿Papá?
…. ¡Papá! Te estoy hablando. Te has quedado como ido ¿estás bien? Te decía que
lo siento mucho, que por favor no estés enojado que me perdones papito, por fis!!
Aquellas palabras de su hijo le sacaron de sus pensamientos
Don Carlos :
Termina de comer, luego hablamos de eso
y puedes estar seguro de que lo vas a sentir hijo, pero luego. Ahora
come – dijo
pero en un tono bastante calmado que si no fuera por todo lo que había pasado
nadie diría que estaba enojado
Kevin: papá
no puedo comer más, de verdad que ya
no me pasa la comida
Don Carlos:
está bien hijo, ve a tu cuarto y me esperas allí en un momento subo
Luego de recoger todo de la mesa y
dejar en orden la cocina se dirigió al piso de arriba, primero a su habitación
por un cuaderno nuevo y una faja vieja
que guardaba en su armario y finalmente
se dirigió a la habitación de su hijo. El chico estaba sentado en su cama en
silencio pensando en todo lo ocurrido cuando su padre entró.
Kevin: papá
por favor .. NOO!! – pidió al ver lo que traía su padre en la mano
Don Carlos:
hijo vamos a hablar primero, hay muchas cosas que necesito aclarar contigo
porque no logro entender ¿qué pasa contigo? Te desconozco. Tú no haces estás
cosas, este comportamiento no es algo normal en mi hijo; estoy preocupado más
que enojado porque tiene que haber una razón para todo este problema y me
importa y preocupa más eso que cualquier otra cosa porque para mí lo más
importante eres tú, porque eres la razón
de mi vida hijo y me duele tener que castigarte y me duele saber que
algo te agobia, sabes que puedes venir a mí con cualquier problema, duda,
preocupación o lo que quieras que
siempre estaré a tu lado y te voy a
apoyar ¿lo sabes hijo? ¿Verdad que lo sabes? Y si no, te lo digo estoy aquí
para ti para lo que necesites!!!
Kevin: papá…
yo lo sé y lo siento mucho de veras, perdón!! Yo no lo pensé en las
consecuencias, quería probarles que no era un cobarde y que yo también soy un
hombre – decía
abrazado a su padre, llorando del remordimiento
que sentía por su comportamiento
– yo no tomé licor papá, no quise pero si fume y lo siento… ni me gusta, solo lo hice para impresionar a
mis amigos papá, no lo vuelvo hacer
porque todo ese tiempo cuando me iba a dormir pensaba en el momento que nos descubrieran y en lo
mucho que te ibas a enojar
peeerrrdooooón!! Papito no lo hago más!!
Don Carlos:
No tienes que probarle nada a nadie!! Y hacer esas cosas no te hace ser un
hombre, solo te trae problemas, y ya ves tú conciencia no te dejaba en paz
porque tú no eres así. No tienes que fingir ser quien no eres para agradar a
otros. Tendrás amigos que te querrán mucho por cómo eres y no te pedirán que
cambies y menos para algo malo, si te incitan a hacer cosas como las que has
hecho no son tus amigos. Hijo por favor, olvida esas amistades que nada bueno
te traen y de verdad espero que no se
vuelva a repetir – le dio un beso en la frente
y separó el abrazo - ahora hijo, debemos tratar tu mal
comportamiento… hay consecuencias y sabes que no puedo dejar pasar esto. Ya
sabes cuál es el castigo que te dieron en el colegio suspendido por una semana
y harás trabajos en la institución durante ese tiempo, pero yo también te voy a castigar; No quiero que esto se vuelva a
repetir!! Durante esa semana nada de celular, televisión y computadora y, de aquí hasta que finalicen
las clases, llevarás éste cuaderno donde vamos a tener un cronograma de tus
clases por día y cada profesor me va a
firmar haciendo constar de que asististe a su clase; firma que falte te doy dos
fajazos por firma, ¿quedó claro?
Kevin: si
señor!! Y me vas a pegar con eso ahora?! – dijo bajito señalando la faja que su padre puso en la
cama.
Don Carlos:
si hijo, te voy a pegar con la faja lo que has hecho estuvo muy mal por eso el castigo será fuerte.
Sólo espero que no me hagas tener que repetirlo por favor, ahora bájate el
pantalón y la ropa interior y te colocas
a la orilla de la cama.
Kevin no dijo nada, se merecía aquel
castigo. El pobre ya lloraba incluso antes de que le dieran la orden. Hizo lo
que dijeron y se quedó quieto esperando a que su padre comenzara a reprenderle.
ZASS!!
AHHH!!! ZASSS!! ZASSS!! AY AY NOOO PAPI ZASS!! ZASS!! ZASS!! AHHH AYAYAAA NOOO
PAPITO DUELE… NOOO!!! POR FIS, PERDONAME… YA NO LO HAGO MÁS… AHHHH!! ZASS!! ZASS!!
ZASS!! ZASS!! AAAHHH, YAA!! – no aguantó más y se levantó pero su papá lo agarró del brazo y allí mismo de pie, terminó de castigarlo – NOOOOOOO!! PAPITO!! NOOO!!!! ZASS!!
ZASS!! ZASS!! NOOO MAAASS!!! ZASS!! ZASS!!
- aquellos últimos cayeron en sus piernitas. Le dio 15 en total, uno
por cada añito de vida. Al terminar, tiró la faja al suelo y abrazó con fuerza
a sus hijo. Él nunca le hablaba cuando le castigaba por una simple razón, sus
propias lagrimas se lo impedían. Y, al final lloraban ambos; le dolía tanto
castigarlo pero sabía que debía hacerlo para que no cogiera un mal camino – no lo hagas más hijo, por favor - le dijo cuando encontró su voz mientras
le besaba la cabeza - no lo hare más pa _ pi_ tooo snif snif – le
respondió aun con un poco de llanto en
su voz, después de un rato de abrazos y de otra platica de corazón a
corazón entre padre e hijo Kevin se
fue a dormir mientras su padre se
dispuso a organizar el cuaderno con el horario de su hijo para que éste se lo
trajera firmado todos los días.
En la noche ambos cenaron juntos un
poco más calmados pero el chico se sentía un poco avergonzado y no quería mirar
a los ojos a su padre
Don Carlos:
hijo mírame, entiendo cómo te sientes pero todos cometemos errores lo
importante es aprender de ellos y no volver a cometerlos, te portaste mal y ya
fuiste castigado y perdonado por ello, ahora trata de tener un poco de paz
hijo!
Kevin: de
verdad lo siento y no lo volveré a hacer. Me portaré bien y cumpliré con todo
de verdad que si
Y así fue durante la semana de
suspensión el muchacho asistió a sus deberes y no puso pero alguno y una
vez integrado a sus clases sus
profesores no podían quejarse de él fue atento, estudioso y colaborador, ah y
claro todos los días su padre le revisa el cuaderno de asistencia y leía feliz
que sus profesores le ponían felicitaciones por su buen desempeño académico, el
muchacho aprendía de sus errores y no
quería volver a pasar por aquel trago tan amargo de ser reprendido, eso era
seguro.
FIN
Al fiiiiiin, Andreita!! Kevin y Don Carlos salieron a la luz!!! jejeej :D
ResponderBorrarQué encantadora historia has creado, querida amiga!!! Hermosa y tierna!! =D Me encantó Kevin (muchachito más adorable no puede ser!!! jejeje) y Carlos, a quien vi como un gran padre, muy consciente de los sentimientos y miedos de su hijito, y además bastante creativo en la forma de asegurarse la asistencia de su niño al colegio, jejee!!!
Sigue creando más de éstas joyas, si?!! Eres una escritora maravillosa, y no se vale que nos prives tanto tiempo de tu talento, jejeej
Un besote y mis sinceras felicitaciones!! :D
Camila
Por fa por fa, por fa escribe más de ellos, sí?
ResponderBorrar*poniendo ojitos de cachorro*
por faaaaaa
Me gustó mucho. Amé a los dos<3
Genial amiga Andrea, me ha encantado este niño definitivamente entra en mi lista de favoritos, me dio un poco de pesar la paliza, pero bueno cometió un error y tenía que pagarlo no? es normal que los adolescentes se dejen influenciar por esas cosas malas que no traen nada bueno, pero que bien que estuvo Don Carlos para corregirlo y llevar al chico por el camino correcto y lo más importante que aprendió la lección el Kevin y no lo volverá a repetir, Quiero más de tus historias Andrea son geniales y tu eres una genio. Tienes un gran talento, me gusta tu estilo para escribir, estoy esperando noticias del chico de los fraudes hipotecarios.
ResponderBorrarSaludos.
Yo (Nicole)
Andreaaaa
ResponderBorrarme has sorprendido muchisimo, por favor escribe mas de ellos, eta genial que puedo decrite bonita, tienes talento para las letras
Hooooolaaaaaa!!! Chicas gracias por sus comentarios y por leerme me alegra mucho saber que les gusto el fic son una escritoras super geniales y es una alegria saber que les gustara mi historia, ya veremos si la musa llama otra vez a escena a esta familia por lo pronto es solo un capitulo que escribi como regalo para mi amiga Camila. Andrea :-)
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