domingo, 7 de diciembre de 2014

Capítulo 12



Solo quedaban tres semanas para que acabara el curso, cualquier otra escuela se hubiera negado a aceptar un alumno. Pero el Mauritania, no era como las demás escuelas. Además tenía un programa de clases de verano, que solía obrar milagros. Era más o menos como un campamento de verano pero sin ser divertido ni ser al aire libre. Bruno tuvo que hacer los exámenes de final de curso tres semanas antes que sus compañeros para poder entrar en el nuevo instituto. No es que fuera un mal estudiante, pero si que era de los que dejaban todo para el último momento, así que sus cualificaciones se vieron un poco resentidas. Afortunadamente l ajunta de profesorado del Mauritania, lo tuvo en cuenta, y decidieron que igualmente sería matriculado con los chicos de su misma edad. Al fin y al cabo los motivos que habían llevado a sus tutores  a matricularlo un año completo (12 meses) en el Mauritania no eran académicos sino disciplinarios.
David también anticipó sus exámenes, Moisés quería tenerlo las 24 horas bajo vigilancia, no fuer que aprovechara los recesos de las clases para cortarse. Pero David era muy buen estudiante y podrían haberle avanzado los exámenes 4 meses en vez de tres semanas y el resultado habría sido el mismo, chico de cuadro de honor.
Moisés llevó a David al médico al día siguiente como había dicho, el médico empezó a tratar las heridas más recientes y algunas que habían curado mal. También varios especialista en ese tipo de trastornos lo estuvieron analizando intentando diagnosticar en que fase estaba su psicopatía. El hecho que llevara años haciéndolo, no era muy esperanzador, pero que los cortes solo fueran superficiales y que no hubiera otro tipo de lesiones era bueno, dentro de lo que cabe. Durante un tiempo David tendría que asistir a la clínica para asistir a sesiones diarias de varias horas hasta que lograran quitarle el habito de cortarse. Después los psicólogos seguirían tratándolo para tratar el problema de raíz. Pero para esa segunda fase ya no tendría que asistir diariamente a la clínica y podría acudir a un psicólogo externo y no necesariamente a diario. David no rechistó durante todo los exámenes médicos y psicológicos, pero tampoco se mostró muy cooperativo. Acompañó a su tío a la clínica solo porque sabía que su futuro y el de sus hermanos, ahora pendía de un fino hilo. Si había de sacrificarse y soportar todo aquello, lo haría, pero seguía convencido que aquello no era para tanto, era su cuerpo y podía hacer con él lo que quisiera. No hacía daño a nadie, solo así mismo, y tampoco era tan exagerado, solo eran cortes, pequeños cortes. ¡No se había amputado ningún dedo!
A ambos chicos les chocó la decisión de su tío de quedarse en casa durante un año. David se sentía mal por eso, y Bruno solo pensaba que si era poco tener que ir a una escuela como aquella encima ahora tendría a su tío siempre detrás respirándole en la nuca. Tara al enterarse de todo lo que había sucedido con David, se enfureció tanto que estuvo días sin dirigirle la palabra. Era mellizos, se suponían que había una conexión muy fuerte entre ellos, pero a ella también se lo había ocultado. Se sentía traicionada, una vez más. Primero la traicionaron sus padres porque le prometieron que siempre estarían a su lado, pero primero el cáncer de su madre  y después el suicidio de su padre, habían hecho que esa promesa solo fuera papel mojado.  Tara sentía como que ya no podía confiar en nadie, realmente no conocía a sus padres ni a sus hermanos. Durante noches lloró por que se sentía tan vulnerable y sola, pero Tara acostumbraba a ponerse un gran caparazón, así que al cabo de unos días volvió a actuar como siempre, incluso con David. Pero en su interior sabía que nada volvería a ser como antes de que su madre falleciera, estaban todos rotos y lo peor no parecía ser cierto eso de que el tiempo todo lo cura.
Moisés se había tomado muy enserio lo de ocuparse de “arreglar” a David, a Bruno y a Tara. Había hecho hasta un horario con las visitas al especialista  en trastornos de la conducta que habían contratado para que viniera a casa tres veces por semana para tratar a los tres. Porque su mujer había insistido que aunque Tara era un cielito, no era normal actuar como si sus padres jamás hubieran existido y negarse a hablar o que le hablaran de ellos. También tenía el horario de la escuela e Bruno, las visitas a la clínica de David y las clases que iba a darle ya que si iba a escolarizarlo en casa el siguiente año, más vale que empezara a acostumbrarse a eso de tenerlo de maestro y de estudiar en casa.
En tres semanas les darían las vacaciones a Fran y Tara y Ana María solo iría a la tienda por las mañanas, así que podría echarle una mano con los peques. Pero hasta que las vacaciones de verano no empezasen estaba “solo ante el peligro”. Aquella mañana se levantó muy pronto, quería tenerlo todo listo para cuando todos desaparecieran despavoridos como cada mañana. Cuando empezó a oír el ajetreo de la cocina (el típico de una casa con 3 adolescentes y un niño) salió del despachito con la sensación que iba a poder con lo que fuese que le echaran.  A las siete y media exacta el autobús del Mauritania tocó el claxon, Moisés le indicó a David que se levantaran, los dos acompañarían a Bruno hasta el autocar. Las normas de la escuela decía que un adulto debía acompañar al alumno hasta la misma puerta del autocar y Moisés no pensaba dejar sin vigilancia a David ni un segundo.
El primer día en el Mauritania de Bruno fue horrible, el peor primer  día de escuela que jamás había tenido. Como los demás compañeros estaban apresurándose a acabar el temario para los finales y él ya los había hecho, se pasó les seis horas de escuela en la sala de estudios con los chicos que estaban castigados o estaban haciendo algún tipo de clase de refuerzo. Las dos primeras horas, haciendo caso al consejo de David, se las pasó tan callado que parecía mudo, y sin hacer nada a menos que se lo pidieran. Pero Bruno no tenía una gran autocontrol, y a la tercera hora ya estaba cansado de estar sentadito, calladito y leyendo sobre la revolución industrial. Así que empezó a escribirse mensajitos de texto con sus compañeros del antiguo colegio. Todos querían saber como era ese sitio, todos habían oído mil y una historias sobre el Mauritania. A Bruno le encantaba que sus amigos estuvieran 100x100 pendiente de lo que hacía o decía así que lo que iba a ser solo un par de mensajitos discretos se convirtió en un dialogo con media clase en el grupito que tenían del whatsapp. Quizás si solo hubieran sido un par de mensajito, no hubiera pasado nada, pero al llevar más de 20 minutos escribiendo con el teléfono se le olvidó donde estaba y lo que se suponía que debía estar haciendo así que tras una burrada de uno de sus amigos soltó una tremenda risotada. Haciendo que uno de los dos profesores que estaban en la sala le echara una mirada que hubiera fundido al mismísimo hombre de acero. Pero Bruno estaba demasiado ocupado riéndose, para percatarse que había sido algo más que indiscreto.  Bruno regresó a la realidad cuando uno de los profesores se plató justo delante de su pupitre mirándolo con cara de sádico psicópata y alargó la mano para que le entregara el teléfono. Bruno dejó de reír de golpe, tragó saliva y con la mano temblorosa le entregó el teléfono. Bruno se maldijo mentalmente, en su antiguo instituto jamás lo habían pillado por escribirse mensajitos, seguro que su tío pensaría que lo había hecho adrede. El profesor sin quitar esa mirada de perro le indicó con dos dedos que le siguiera. No abrió la boca, solo un gesto de manos, como si fuera un perrito o algo. Pero Bruno sabía que la había cagado y no quería que su tío le machacara más, además le había prometido a Tara que no les daría motivos  a sus tíos  para que pensaran que realmente no tenía remedio y lo enviarán a un sitio peor que el Mauritania, muy lejos de ellos. Así que tragándose el orgullo se levantó y siguió al profesor hasta la mesa donde anteriormente estaba sentado vigilando el aula mientras el otro profesor repasaba la lección con un grupo de alumnos. A Bruno ya le había extrañado al entrar a la primera clase que siempre habían dos profesores por clase. Uno que impartía clase y otro que en una mesa aparte parecía vigilar como un ave rapaz.  Pero aquel era un centro para chicos “problemáticos” pero con padres con mucho dinero. Así que pensó que eso sería lago típico de las escuelas privadas, para hacer dispendio de medios.  Pero lo que no se imaginaba es que estaba a punto de descubrir la figura del profesor encargado de administrar disciplina del aula.
-         Señor Suárez (al fin abrió la boca aquel clon de agente de la Gestapo), ha hecho uso de un aparato electrónico durante el horario lectivo (Bruno sabía que estaba hablando, incluso que estaba hablando español, pero seguía sin entender ni una de las palabras que decía aquel tipo). Según las normas de esta institución, que le han sido entregadas y “explicadas” ,(remarcó esto último y le echó una miradita fulminante) no está permitido el uso de aparatos electrónicos, es una falta de respeto para sus compañeros , para sus profesores y para sus padres que …
-         Mis padres están muertos (dijo apretando los puños para controlarse y no darle un puñetazo en todos los morros).
-         Lo siento, aún no he podido mirar su expediente con detenimiento. Le pido disculpas. Pero eso no cambia el hecho que usted ha cometido una falta y debe ser sancionado (aquel profesor abrió un cuadernito y le indicó con el dedo una línea) lea.
-         (Bruno se lo quedó mirando, pero accedió a leer en voz alta) El uso de videoconsolas, teléfonos móviles, buscas, pdas, tablets, portátiles personales u otros aparatos electrónicos similares durante el transcurso del horario lectivo, para fines no educativos y sin permiso de un profesor, será considerado falta sancionable.
-         Es su primer día, y supongo que quería averiguar por si mismo si como de en serio nos tomamos en el Mauritania las normas ¿no?
-         No, señor (sabía que era momento de mostrarse muy educado, su padre cuando usaba ese tono siempre hacía que se dirigiesen a él de “señor”. Bruno no sabía porque, pero a él le salía automático). Se me olvidó que estábamos en clase (el profesor lo  miró con cara de incredulidad. Bruno al ver ese alzamiento de ceja tan familiar, decidió corregir su alegato). Quiero decir, que no recordaba esa norma en particular (quizás jugar la carta de “soy nuevo y no lo sabía” funcionase).
-         Bueno, señor Suarez, espero que después de aplicada su sanción su memoria mejore (aquello le sonó de lo más siniestro). Señor Suárez al centro de la sala y manos en los tobillos (Bruno abrió los ojos como paltos y tragó saliva al entender lo que pretendía a aquel  monstruo)
-         ¿CÓMO?
-         Señor Beltrán (llamó a uno de los chicos que estaban en la aula repasando) Podría mostrarle al señor Suárez la posición que debe adquirir para recibir su correctivo (el muchacho miró con pena a Bruno, pero no iba a desobedecer él a un profesor, así que cuidadosamente dejó sus subrayadores en el estuche, cerró el libro, se fue al centro del aula y se doblegó para tocarse con las manos los tobillos dejando el trasero a merced de lo que se le antojase a aquel depravado). Muchas gracias señor Beltrán, regrese a su sitio y prosiga con sus estudios (¿es que no ese tipo podía hablar normal, que tenía que hablar como salido de una novela caballeresca?). ahora que sabe lo que se le pida, por favor, al centro, y manos en los tobillos (repitió impasible)
-         ¿No estará hablando en serio? ¿No pretenderá zurrarme aquí en medio de la clase delante de todos? ¿Se ha vuelto usted loco o qué? (en el momento en que llamó loco al profesor (todos los alumnos dejaron lo que estaban haciendo y se giraron para ver la crónica de una muerte anunciada. El profesor no dijo nada solo agarró a Bruno por la patilla y tiró de ella hasta hacerlo caminar hasta la mesa del profesor que estaba dando clase, que estaba con los otros alumnos contemplando la tragedia. Bruno se sorprendió con la facilidad que tenía aquel tipo para manejarlo como si fuera un títere)  Aaaains suelte me hace daño (se quejó Bruno pero aquel tipo parecía ni oír).
-         Serán 6 con la pala  en por lo del teléfono y 12 con la vara en el trasero por su insolencia. Hacía tiempo que ningún alumno tenía un inicio tan impresionante como el suyo, señor Suarez, pronto se dará cuenta de que en esta escuela nos tomamos los modales y las normas con mucho rigor(y lo colocó sobre la mesa dando la espalda a toda la clase que ahora tenía una panorámica perfecta del trasero del chico) ¡LA vara! (rugió y un alumno se levantó escopeteado y abrió un armario, sacó una fea vara de abedul y como si le fuera la vida en ello, se la entregó sin perder tiempo y regresó a su sitio). SEÑOR SUAREZ, EN ESTA ESCUELA NO HAY LUGAR PARA DEJADECES, INSUBORDINACIONES, FALTAS DE RESPETO Y HOLGAZANERIA. ESPERAN MUCHO DE USTED, Y ESTÁN DISPUESTOS A PAGAR MUCHO DINERO EN SU EDUCACIÓN, ASÍ QUE LO MINIMO ES MOSTRAR UN POCO DE GRATITUD Y COMPORTARSE COMO EL JOVEN DE BUENOS MODALES QUE SEGURO QUE ES…o pronto será (añadió casi en un susurro, asegurándose que eso último solo lo escuchara Bruno) Zwass (y el primer varazo cayó, Bruno se quedó sin aire en los pulmones, ni siquiera pudo gritar, aquel dolor era impresionante y tan focalizado en un solo lugar).

Mientras tanto en casa , las cosas no es que fueran mucho mejor, aunque… 

7 comentarios:

  1. Me encantó continúala pronto.
    Taz

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  2. Oh noooo que fea escuela muy estricta pobre Bruno....y que pasó en casa!!!!!!

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  3. Que alguien haga algo, por Dios!!! Noooooooooo!!!! Qué Hd P!!!!! Que no se atreva a dejar caer otro de esos varazos porque grrrrrrrr..........!!!

    Little, no seas así, no me tengas en esos suspensos!! Ya estoy pensando que te gusta jugar con los nervios de la gente!!! ¬¬

    Actualiza pronto, pleaseeee!!!!

    Camila!!!

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  4. ya no me gusto esta historia
    no me gusta leer maltratos :(

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  5. definitivamente esto se salio de todo límite permisible de lo que se puede considerar castigo, encerrar a un crio en un instituto donde lo van a agarrar a golpes tilda el maltrato fisico y psicologico
    definitivamente esta historia no debería estar publicada en este blog, pues nada tiene que ver con el trato que los padres dan a los hijos, por lo menos en mi pais, no se alla de donde es el escritor...

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  6. Pobre Bruno...
    Se que es muy travieso!! Pero el Mauritania es horrible!!
    Little tu historia muestra un drama que lamentablemente existe, y más cuando los chicos pierden a sus padres como los protagonistas de esta historia!!
    Me encanta tu historia aunque sufro con ellos!!

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  7. pobre bruno.... su tío no de vio dejarlo en ese lugar

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