DEREKCITO, DEREKCITO.... ACOSTADITO TE VES MÁS BONITO!!!!

DEREKCITO, DEREKCITO.... ACOSTADITO TE VES MÁS BONITO!!!!

-Despierta, mi cielo....-Una caricia delicada recorrió mi mejilla, limpiando lo que seguramente era un rastro de lágrima.

-Anda, mi cisne... sé que estás despierto...- Decía la dulce voz, atrayendo la atención.

-Vamos cariño.... te extraño...- Sus labios tiernos se posaron sobre mi mejilla, despertándome de esa horrible pesadilla.

-Hola, mi cisne! -Susurró seductoramente mi adorada Brooke, besándome la mejilla una vez más.

-Hey... -Le dije para hacerle saber que ya estaba despierto y le planté un beso apasionado ahí mismo. Estábamos solos... 

-Ejem.. ejem...-Bueno, aparentemente no tan solos!

Miré hacia un costado de la cama buscando al responsable de aquellos sonidos y fue cuando vi a papá, sentado en una silla, mirándonos algo incómodo. 

-Papáaaa... Qué haces ahí espiándonos?! Por qué estás en mi...- Esperen un momento... ¿dónde estoy? Miré a mi alrededor tratando de reconocer este lugar, para quedarme con la vista clavada en la sonda que estaba a un lado de la cama -Papi?!!- Gimoteé entrando en una especie de estado de angustia al ver la aguja clavada a mi bracito... -Auuu... papito... qu-qué pasó?! Dónde estoy?! Quítenme ésta porquería del brazo!!!- Grité intentando arrancarme la maldita aguja con mi otra mano. 

-Hijito... hijito, cálmate, cariño!! -Corrió papá hacia mí, intentando detener mi mano- Deja eso donde está o te harás daño...Necesitas descansar, bebé! Te estabas exigiendo mucho y ahora estás enfermito... recuerdas lo que pasó ayer?!- Abrí grande mis ojos. No tenía ni idea de lo que hablaba papá. Bueno... un poco sí, pero... recuerdo que estaba practicando mis giros, pero nada más! No estoy enfermo... y no quiero estar... Ashhh... dónde carajos estoy?!!!

-Papiii, quiero irme de aquíii!!! Quítame esto, ya!!- Le exigí, empezando a enfadarme mucho. 

-Basta, hijo! Te desmayaste... -Me dijo papá sacudiéndome con algo de fuerza por los brazos- otra vez te encontré desmayado. Así que tú no te mueves de aquí al menos hasta pasado mañana! Necesitas descansar!....

-Que noooo... No me pasa nada, papá! Déjamee!! -Y traté de empujarlo lejos de mí, pero me siento tan débil que apenas conseguí apartarlo unos centímetros.

-Brooke?! Llama a la enfermera, por favor... creo que Derek necesita un calmante...- Dijo muy decidido mi padre, mirándome con desaprobación y enojo... Yo lo miré más enojado aún; el muy maldito pensaba tenerme sedado. Eso no se lo iba a permitir. Yo era... SOY DEREK SMITH... Soy el mejor bailarín de toda Nueva York...  y nadie va a disponer de mi vida. 

-Dije que me sueltes, Robert!- Rugí con todas mis fuerzas para sentir una palmada en mi boca. 

PLAFFF- 

-Soy papá, jovencito! Que sea la última vez que me llamas por mi nombre! Y vas a quedarte aquí hasta que lo diga el doctor. La decisión no es tuya... No sabes cuidarte?! Bien. Entonces tendré que hacerlo yo por ti...

-Pero soy un adultooo!!! -Me quejé.

-Un adulto?!... A ver cuándo empiezas a comportarte como uno! -Me regañó. Y no conforme con eso, me ladeó para tener acceso a mi trasero y darme tres palmadas fuertes.

-Auuuuu...No es justo, y no tienes ningún derecho - Dije haciendo un puchero.

-Ser tu padre me da todos los derechos, y si tengo que quedarme aquí vigilando que descanses como es debido, me quedaré sin moverme de tu lado.

-Grr.. -Le gruñía a papá. Estaba realmente enojado y frustrado, tanto que me olvidé que al lado mío una mucho menos comprensiva Brooke me estaba mirando pidiendo una explicación... Sé que lo lamentaré cuando esté en casa. Esa mirada de mi Brookicita sólo significa una cosa... y en estos momentos no quiero ni pensar en eso! Así que, con mis dos celadores, tuve que resignarme a dejar tranquila la aguja que clavaba mi brazo y quedarme acostadito en mi cama....