Hola! Ojala
les guste. Muchas gracias por leer
:) y por favor comenten n.n
En esta
historia, Thea y Roy tienen 13 años. Roy fue adoptado por Oliver hace
aproximadamente 5 años.
-¡Ollie, Ollie, Ollie!- gritaba
Tommy Merlyn, rumbo a la oficina de su mejor amigo, una de las principales en
Industrias Queen.
No se calló hasta atravesar la
puerta, encontrándose con una imagen muy familiar al entrar.
Oliver se encontraba caminando
por todo el lugar como fiera enjaulada, gritándola al teléfono que se sostenía
en la oreja con una mano y revisando los papales que sostenía en la otra.
Tommy negó con la cabeza;
últimamente Ollie se encontraba muy ocupado o en el trabajo o en su obsesión de
limpiar la ciudad o con su familia, y es que no es que a Tommy le gustase andar
de chismoso pero la relación entre Moira y Roy, el hijo adoptivo de Oliver, se
ponía cada vez peor.
En lo personal, a Tommy no le
desagradaba la mujer pero él prácticamente había sido tan criado por ella como
Oliver, así que puede que no estuviese siendo 100% objetivo. Por otro lado, Roy
no era un mal muchacho, tan sólo había tenido la mala suerte de no ser del
inmediato agrado de Thea ni de Moira.
-…¡Ollie, Ollie!...- continuó
con su griterío al saberse ignorado.
Oliver dejó de caminar por la
oficina y lo miró de reojo.
-Permíteme un segundo- le dijo
a quien fuera que se encontrase al otro lado de la línea, antes de cubrir el
aparato con la mano – Te escuché desde que saliste del elevador, Tommy. Dame un
minuto que esto es importante-
Tommy rodó los ojos. Ay,
demasiado trabajo hace daño… Por eso Tommy no se involucraba en el mundo de los
negocios, con sólo ver lo que éste le había hecho a su amigo era más que
suficiente.
-No va a bastar con un minuto-
le sorprendió la voz de cierto joven, asustándolo y provocando que palideciera
y casi saltase hasta topar con el alto techo.
-…Lleva horas con esa estúpida
llamada- continuó Roy con desdén.
El ritmo cardiaco de Tommy se
regularizó na vez que reconoció la voz del chico, aunque también lo invadió
cierta sensación de incomodidad. En el año que llevaba de conocer a Roy ya
había aprendido a distinguir cuando éste sonaba inconforme o molesto… y justo
entonces reflejaba ambas.
Al observar echar un vistazo
decente a la oficina, reparó en el muchacho desplomado en la silla del
escritorio. El hombre no pudo evitar compadecerlo, lucía tan… aburrido.
-Hey, Roy- lo saludó, tratando
de controlar el volumen de su voz para no molestar a Oliver, quien se había
quedado de pie en el extremo más alejado de los dos para hablar tranquilamente-
¿Qué haces aquí? No pensé que visitar el trabajo de Ollie estuviera entre tus
hobbies- bromeó, ganando una mirada fulminante por parte del joven.
Tommy hizo la nota mental de no
bromear con adolescentes que se encontrasen aburridos y, evidentemente, de mal
humor.
-Podría decir lo mismo- replicó
Roy- Pensé que el concepto de "trabajo" y tú estaban peleados a
muerte-
Tommy le hizo una mueca, algo
ofendido porque el chico acababa de señalar un buen punto.
-No vengo a trabajar- aclaró,
tomando asiento en las enormes sillas que parecían sillones frente al
escritorio- Vine a sacar a tu viejo de aquí, tanto tiempo en la empresa le va a
fundir el cerebro-
-Pues Oliver va para largo. Era
enserio cuando te dije que llevaba horas en ese teléfono- le avisó con
fastidio, pero luego sonrió- Aunque siempre puedes sacarme a mí de aquí-
Tommy bufó divertido. No le
molestaría llevarse al muchacho a algún lugar menos lúgubre pero dudaba mucho
que Oliver estuviese de acuerdo con la idea. Si Roy estaba ahí, claramente no
era por voluntad propia y de seguro las órdenes de Ollie tenían algo que ver.
No quería meterse con el tipo, quien de nuevo comenzó a gritarle al pobre
celular.
-Quisiera, chico, ¿pero cómo
puedo estar seguro de que si lo hago el tipo de allá no me asesinará por ello?-
preguntó, señalando a Oliver con una leve y rápida inclinación de cabeza- No
quiero otro sermón acerca de lo incorrecto que es restarle autoridad en cuanto
a lo relacionado con su hijo-
Ahora fue el turno de Roy de
poner una mueca de fastidio.
-Para eso primero necesitarías
una autoridad de la cual poder restar- musitó en voz baja. Vale que no le tenía
miedo a Ollie pero tampoco le apetecía escuchar alguno de sus regaños ni nada
por el estilo.
Tommy hizo lo que pudo por
sofocar una carcajada. Vaya que el crío tenía ingenio.
-¿Y tú por qué estás aquí,
Harper?- le volvió a preguntar- Según entiendo, tienes mejores formas de pasar
el verano-
-Cierto, pero estoy castigado y
no puedo salir con mis amigos. Además, Ollie no me quiso dejar en casa tan sólo
porque "la princesa" y yo tuvimos una discusión- explicó, haciendo un
gesto de fastidio al referirse a Thea.
-¿De nuevo?- inquirió, algo
sorprendido.
Vale que la relación entre Thea
y Roy no era miel sobre hojuelas, pero sí que había mejorado bastante desde que
Roy había llegado a vivir a la Mansión Queen. Ahora se toleraban el uno al otro
gran parte del tiempo y en la escuela hasta hablaban. No que cuando Ollie
recién adoptó a Roy…
-¿Qué haces aquí?- preguntó
Thea en estado de shock, al pie de las escaleras.
-Aquí vivo- respondió Oliver de
buen humor.
-No tú- le aclaró- Él-
especificó, haciendo una seña con la cabeza en dirección al intruso.
-Thea- comenzó Oliver, con una
leve sonrisa- Él es Roy Harper, se…-
-Es el chico que me robó el
celular- le cortó ella.
¿Qué? ¿Qué celular? ¿De qué
hablaba su hermanita?
Roy, por su parte, sonrió con
cinismo.
-Hola, preciosa, ¿me
extrañaste?-
Oliver instintivamente le dio
un fuerte codazo al crío. ¿Cómo se le ocurría hablarle así a su pequeña e
inocente hermana?
-Auch- se quejó Roy, llevándose
la mano a las costillas- Tranquilo, viejo, sólo saludé a la dama-
-¿En dónde aprendiste a
hablarle así a las damas?-
-La calle-
-Pero si así le hablabas tú también
a tus amigas- objetó Thea, apoyando a Roy sin darse cuenta.
-Pero yo estaba actuando mal,
Thea- trató de explicarse, de manera que quedase claro para ambos niños que
aquél comportamiento no era aceptable.
-Pues espero que ya hayas
cambiado de actitud porque sino no veo con qué cara me regañas-aportó Roy.
-Sí, Roy, y si no me crees
pregúntale a Thea,a ella la trato como a cualquier otra dama-
-¡Guácala!- exclamó la niña- Yo
a ese no le respondo ni el saludo-
-Y a ella ni la veo, ¿qué tal
si me convierto en piedra?-
Oliver rodó los ojos, pero más
fue la curiosidad que la indignación.
-Veo que ya se conocen ¿Se
puede saber de dónde?- les preguntó. Al parecer no iba a ser tan sencillo
lograr una buena convivencia entre Roy y el resto de su familia.
Thea fue quien se apresuró a
contestar.
-Desgraciadamente. Este vago es
un ladrón cualquiera que vive en una casucha fea de los Glades- lo definió
despectivamente, y no era para menos. El muy descarado había inventado una
historia lastimera para que Thea retirara los cargos por robo y cuando la joven
fue a recuperar su celular a la casa del joven delincuente, éste tuvo el
cinismo de decirle que había mentido y que no fuera ilusa. Claro que no se
merecía su compasión.
-Mi palacio es tu palacio,
bombón- fue la vulgar respuesta de Roy, acompañada de un guiño que a la chica
le hubiese resultado lindo si no fuera porque ya lo conocía.
-Eugh- expresó ella.
-Oigan, basta los dos- exigió
Oliver, para después dirigir su atención a Roy- ¿Por eso es que habías estado
hace poco en la estación? ¿Por robar el teléfono de una niña?-
Roy sólo se encogió de hombros.
No lucía para nada arrepentido.
-Por eso y algunas cosillas
más- respondió sin evasivas- Uno tiene que comer- fue la indiferente respuesta
del joven, manteniendo el contacto visual sin intimidarse en lo más mínimo-
Llegué de la reserva hace dos años y estoy sólo desde hace uno, así que
discúlpame si no alcancé a crear una cuenta de ahorros- soltó con mucho
sarcasmo, pero después añadió con mayor seriedad- Había días en los que hubiera
hecho casi cualquier cosa con tal de llevarme algo al estómago, así que lo del
celular para mí significó nada-
Con hambre, uno haría de todo
por sobrevivir… nadie lo sabía mejor que Oliver.
-Y vaya que me equivoqué al
retirar los cargos- se reprendió a si misma Thea- ¿Puedes creer que el muy
desgraciado me engañó para que lo hiciera? No tiene vergüenza y…-
-Thea- la interrumpió su
hermano mayor. Si en algún momento le iba a decir, bueno, cuanto antes mejor-
Roy va a estar con nosotros de ahora en adelante-
-Sí, pero no pasó nada- repuso
Roy- Oliver exagera, fue sólo una diferencia de opiniones-
-¿Una diferencia de opiniones?-
repitió con voz inquisitoria.
Al parecer la llamada de
negocios había terminado.
Roy apretó los dientes,
evidentemente molesto con su tutor por tenerlo ahí, mientras que Tommy levantó
la mirada para encontrar a su amigo de pie junto al escritorio.
-Comenzaron a gritarse tanto
que Raisa se asustó y me llamó- le comentó Oliver a su amigo, nada contento.
-¿Asustaron a Raisa? Ella nos
soportó a Oliver y a mí durante toda nuestra juventud, no se asusta así como
así- recalcó Tommy, sorprendido por la reacción que ambos chicos causaron en la
trabajadora y competente mujer.
-Y eso no es todo- apuntó
Oliver, caminando rumbo a Roy- Justo cuando llegué, Thea se estaba abalanzando
sobre él. Mira-
Oliver hizo caso omiso de las
protestas de Roy y le subió la manga izquierda de la camiseta casi hasta el
hombro, dejando ver tres rasguños no muy inofensivos.
-¿Thea lo hizo? Preguntó
incrédulo Tommy.
Oliver asintió con seriedad,
soltando al joven y cruzándose de brazos de manera desaprobatoria.
-¿Y tú le pegaste a ella, Roy?-
indagó más el amigo de la familia.
-Claro que no- se indignó él-
Thea es fuerte, lo reconozco, pero no está entrenada para pelear aún… Hubiese
sido cobarde de mi parte-
Bueno, eso era verdad. Oliver
tuvo que reconocer que al menos en ese aspecto Roy había tenido buen juicio.
-Además, si lo hago, terminaría
en la calle así- añadió, tronando los dedos para ilustrar su punto.
Oliver rodó los ojos. Claro que
el crío querría chantajearlo.
-Roy, eso no es cierto- lo
corrigió inflexible- Eres mi hijo…-
-Pero ella es tu hermana-
replicó con terquedad el joven.
-Y a los dos los quiero-
repuso.
-A ella más-
De acuerdo, Roy sonaba tan
insistente que Oliver le escrudiñó con la mirada, tan sólo para darse cuenta de
que aquello no parecía formar parte de chantaje alguno, sino que más bien Roy
lucía y sonaba bastante convencido. Sin embargo, el crío no parecía molesto en
lo absoluto, más bien resignado. El hombre no podía concebirlo, ¿acaso su hijo
aún no se daba cuenta que él era tan parte de la familia como Thea lo era?
-¿Por qué dices eso? A los dos
los quiero igual- le informó como si fuera lo más obvio del mundo.
-Porque yo siempre soy el único
regañado, por eso- contestó con mucha seguridad. No podía ser que Ollie tuviese
el descaro de negar la evidente preferencia hacia la joven- Porque mientras yo
estoy aquí condenado y sin derecho a fianza, Thea anda como si nada por ahí-
-El chico tiene un buen punto-
comentó Tommy, logrando que Oliver le dirigiera una mirada de muerte.
-Mira, Roy, no tiene nada que
ver con eso, lo que pasa es que no deben de pelear así y ya lo sabes-
-Ella también- rebatió el
muchachito, nada dispuesto a abandonar su postura- pero cuando lo hace nadie le
dice nada-
Oliver no tenía argumentos para
eso. Roy tenía razón: a Thea rara vez le llamaban la reprendian, ¡pero es que
eso no era su culpa! La encargada de Thea era su madre y a él no le gustaría
que Moira se metiera en la educación de Roy.
-Yo les llamé la atención a los
dos-
-Sí, y después enviaste a Thea
a su habitación y a mí me llevaste a la tuya a darme de cintarazos- reclamó el
chico, ignorando a Tommy, quien ya se sentía en medio de un peligroso fuego
cruzado- No digo que le pegues, porque a fin de cuentas es una señorita, pero
yo ni la ataqué físicamente y fui el único al que…-
Roy se quedó sin palabras a
mitad de la oración, sonando menos bravo. De todos modos, Oliver entendió lo
que el joven quería decir aunque no hubiese terminado de expresar la idea.
Tommy se quedó callado, un
tanto incómodo. A él nunca le habían puesto un dedo encima, pero era consciente
de que Oliver a Roy sí y, aunque no estaba del todo de acuerdo, en eso sí que
prefería no "restarle autoridad" a su amigo.
-Yo… creo que iré por un café a
la máquina- habló por fin Tommy, protagonizando una embarazosa huida de una no
muy agradable conversación.
Oliver tan sólo le dirigió un
breve vistazo antes de arrastrar la silla ahora vacía hasta quedar junto a la
de Roy. Tomó asiento y volvió a depositar toda su atención en su hijo, apoyando
sus codos en las rodillas para quedar más cerca del chiquillo y que éste lo
escuchase a la perfección.
-No es así. Lo que pasa es que
la persona responsable de Thea es mi madre, Roy, yo no me puedo meter- se
explicó, antes de enarcar levemente una ceja- ¿O acaso a ti te gustaría que
Moira se diera el lujo de castigarte?-
Roy de inmediato hizo una mueca
de disgusto. Estaba más claro que el agua que Moira y Roy no se llevaban bien.
Si de la mujer dependiera, el "pequeño delincuente", como lo llamaba
ella, no tendría nada que ver con su familia… no se imaginaba a aquella
millonaria elitista a cargo o con poder sobre él.
-No-
-Pues es que precisamente si yo
interfiero, ¿cómo le voy a exigir yo a ella que no lo haga?-
Roy se quedó como meditándolo
por un momento. Al final, mantuvo la mirada desafiante aunque con un gesto
inconforme. Mierda, que el argumento de Oliver tenía algo, tan sólo un poco, de
sentido.
-Da lo mismo, Oliver. No me
interesa si todos idolatran y alaban a Thea siempre y cuando no me afecte a mí-
estableció mordazmente- Pero como tengo una suerte de mierda pues ahora sí me
involucró- concluyó, rodando los ojos y con los brazos cruzados.
Ollie exhaló pesadamente y puso
su mano en el hombro del muchacho.
-Reconozco que la situación no
es muy justa, Roy, ya que, como tú mismo dijiste, no puedo castigar a Thea como
te castigué a ti pues ella es una señorita. Pero escúchame muy bien: eso no
significa que prefiera a uno por encima del otro- afirmó, mirándolo fijamente-
Thea es mi hermana pero tú eres mi hijo. Los dos significan todo para mí- le
aseguró al chico, logrando tan sólo que el crío rodase los ojos y murmurase
"Seguro, Ollie".
Oliver respiró profundamente,
tratando de encontrar las palabras adecuadas.
-Además, si ya sabes que al
final eres quien resulta perdiendo, ¿por qué pelear con ella?-
Ahora sí Roy lo volteó a ver
muy indignado, frunciendo el ceño y dirigiéndole una mirada de muerte.
-No siempre soy yo quien
empieza, ¿sabes?- se defendió.
-No digo que sea así, sino que
hay otras formas de resolver una discusión antes de que pase a mayores, como
tratar de hablarlo con calma o recurrir a mí, por ejemplo- se explicó Oliver,
con voz conciliadora.
No obstante, Roy tan sólo lo
miró más feo.
-Las cosas no se pueden hablar
tranquilamente con Thea- repuso el crío- Y, en cuanto a lo de recurrir a ti, no
soy un soplón-
-Supongo que prefieres terminar
siendo tú el único perjudicado, entonces-
Oliver sabía que las
alternativas que le estaba poniendo al chico no eran las más justas, pero eran
las que tenía. Además, cuanto antes terminasen las peleas entre Roy y Thea,
mucho mejor.
Roy desvió la mirada con
desdén. Claramente la única opción válida para él era encerrar a Thea en su
habitación para siempre y sólo dejarla salir diez minutos al día: cinco para
conseguir comida de la cocina y cinco más para ir al baño.
-No es justo- fue lo único que
atinó a decir.
Oliver suspiró y pasó su mano
de hombro al cuello de Roy.
-Yo sé que no es muy justo,
hijo, lo siento-
Roy se encogió de hombros sin
siquiera voltear a verlo. Parecía resignado pero aun así la decepción se le
notaba un poco. Oliver no pudo evitar sentirse un poco mal por haber sido tan
duro con su hijo el día anterior pero la verdad es que no había tenido de otra,
esa última pelea con Thea no había sido un simple pleito de niños. De todos
modos…
-Mira, Roy- habló, logrando tan
sólo que el joven rodase los ojos- Te voy a proponer algo: Sigues castigado sin
salir con tus amigos- le aclaró- pero te voy a dejar quedarte en casa durante
las tardes-
Ahora sí eso llamó la atención
del muchacho, quien de inmediato le dirigió la mirada por el rabillo del ojo.
Lo veía de forma cautelosa, como si quisiera creerle pero no supiera si hacerlo
o no.
-¿Es en serio?-
-Con una condición-
Pero claro, ya se le hacía
demasiado bueno para ser cierto. Oliver no podía dejar pasar una oportunidad
así para sacarle provecho.
-¿Cuál?- preguntó entre
dientes.
-Que a la próxima que tengas
algún problema con Thea, no lo resuelvan así. Me avisas o lo hablan pero ya no
quiero más pleitos- respondió seriamente- Somos familia, Roy, no debemos pelear
entre nosotros-
-Pero puedo pelear con otras
personas si tengo qué, ¿no?- Roy volteó a verlo interrogante.
La pregunta pareció haberlo
tomado por sorpresa, pero de todos modos se las arregló para contestar.
-Sólo en ciertos casos- aclaró
después de reflexionarlo un momento.
Bien, demándenlo por promover
la agresividad en su hijo pero hubiera sido hipócrita por parte de él, Green
Arrow, el Vigilante de Star City, afirmar que la violencia no resuelve nada.
-Pero Thea…- comenzó Roy,
precavidamente.
-Yo voy a hablar hoy con Thea
pero para que funcione necesito que me ayudes- se apresuró a aclararle Oliver-
Sé que tu parte es mucho más difícil pero es todo lo que puedo ofrecerte. No me
gusta que estemos todo el tiempo enojados- insistió, tratando de sonar tan
sincero como pudo.
-A mí tampoco- confesó el
adolescente.
Oliver sonrió un poco y le
acarició el cabello a su hijo.
-¿Entonces qué dices?-
Roy puso los ojos en blanco,
pero aun así no se sacudió la mano de Oliver.
-Está bien -aceptó con cierto
desgano- Voy a intentarlo-
-Ese es mi campeón- Oliver
sonrió aún más- Ven a darme un abrazo, anda-
Roy se puso de pie
renuentemente y caminó hasta Oliver, sentándose a lado suyo en la enorme silla.
El joven padre le pasó el brazo por los hombros al crío y éste se inclinó
contra él.
-Pero si no puedo hablar con
Thea, te voy a llamar a ti aunque estés en el trabajo- agregó de pronto el
muchacho, levantando el rostro para ver a Ollie a los ojos.
-Claro que sí, Roy- respondió-
tan sólo procura que no suceda lo que la otra vez- le pidió, recordando el
vergonzoso episodio.
En aquella ocasión, Oliver se
encontraba en medio de una junta directiva con varios socios importantes de la
compañía. La verdad es que las cosas iban bastante aburridas pero no lo
suficiente como para alegrarse con lo que sucedió después…
El gran empresario estaba
batallando para no quedarse dormido justamente cuando comenzaron a escucharse
varios gritos que se aproximaban gradualmente.
-¡No es cierto!-
-¡Te digo que sí!-
-¡Papá!-
-¡Ollie!-
"Por favor, no…"
alcanzó a pensar justo antes de que ambos niños, Thea y Roy, irrumpieran
ruidosamente en la sala de juntas, casi empujándose para entrar antes que el
otro. Ambos chicos, los dos de 11 años, ignoraron a cada uno de los socios y
corrieron directo hacia Oliver, deteniéndose hasta que estuvieron como a un
metro de distancia.
-¡Oliver, Roy dijo…-
-¡No es cierto, papá, yo…-
-¡No le creas, es que…-
-¡Ah, ¿Entonces mejor que te
crea a ti?!-
-¡Pues sí, fíjate!-
-¡Ay, no me vengas con…-
Entre tanto griterío e
interrupción, todos los demás se quedaron callados, observando atónitos tal
informalidad por parte de Industrias Queen.
-Muchachos- trató de intervenir
Oliver, dándose cuenta de la percepción que los demás miembros de la junta
estaban recibiendo.
Sin embargo, ninguno de los dos
le prestó atención alguna. Aquello no le cayó muy en gracia al magnate, quien
no se alteró en lo absoluto pero inhaló, preparándose para llamarles
nuevamente.
-¡Muchachos!- gritó, logrando
llamar la atención de todos, incluyendo la de ambos niños. Se aclaró la
garganta, bajando el volumen de su voz hasta regresar a su voz normal y
esbozando su sonrisa de ejecutivo exitoso para no inmutarlos aún más- ¿Podemos
hablar de esto más tarde?-
-¡Pero papá…-
-¡Ollie, no…-
-¡Es que…-
-¡Cállate, ¿no?!-
-¡Cállame!-
-¡Pues ven y te callo!-
-Basta- los interrumpió Oliver,
tratando de mantener la calma- Como verán, justo ahora estoy en medio de una
reunión y…-
-¿Nos vas a ignorar?- le
interrumpió Roy, evidentemente inconforme.
-¿Por estar con estos rucos?-
complementó Thea.
Oliver observó las expresiones
indignadas de los hombres y mujeres en la sala por el rabillo del ojo. Tenía
que sacar a esos niños de ahí cuanto antes.
-Dije que después- repitió con un
poco más de firmeza en la voz.
-Pues voy a dejar de respirar
hasta que nos escuches- le advirtió Thea, tomando aire y creando la boca.
-Ni yo- le apoyó Roy,
imitándola.
Claro que los dos estaban
respirando quedamente por la nariz pero eso Oliver no lo sabía.
-Miran, chicos, no tienen tres
años y si no quieren "respirar" pues allá ustedes- sentenció,
devolviendo su atención a los archivos que estaba revisando. Sin embargo,
pasado un momento los niños seguían ahí, aún sin moverse-Esperen, ¿en serio no
están respirando?- no obtuvo respuesta- ¡Agh! Bien, pero más les vale ser
breves- cedió, levantándose y caminando hacia ellos.
-¡Señor Queen!- se exasperó uno
de los ejecutivos- ¡La reunión es acerca de un tema importante!-
-¿Podrían darme tan sólo un
segundo?- respondió por encima del hombro, poniendo una mano en el la espalda
de Thea y otra en la de Roy, quienes comenzaron a respirar normalmente.
-El señor tiene razón, Señor
Queen- se quejó una de las importantes empresarias- Esto es muy poco
profesional-
-Rayos, claramente ninguno
tiene hijos en casa- musitó Oliver, apurando a ambos chicos, quienes ya
comenzaban a pelear de nuevo.
-Pero por supuesto que los
tengo- replicó el mismo hombre de hace unos instantes- pero ninguno de ellos
hace uso de un comportamiento tan deplorable-
Oliver se puso aún más rojo de
vergüenza, evitando mirar atrás. Para su mala suerte, Thea se detuvo y lo
encaró.
-Será porque se quedan dormidos
al verle esa cara de flojera- se defendió, fulminándolo con la mirada.
-Yo lo haría- le apoyó Roy por
encima del hombro.
-Niños, vamos que estoy
perdiendo tiempo de la junta- los apuró Oliver, sacándolos a empujones de la
sala de juntas y temeroso de que pudiesen decir algo más.
-Ya supéralo, Ollie- Roy lo
sacó de su no tan añorable recuerdo- Haré lo que pueda-
Fácil decirlo cuando no era él
el que había quedado como padre y hermano incompetente…
-Entonces tenemos un trato-
medio sonrió al bajar la mirada y encontrarse a su hijo casi totalmente
recargado contra él.
-Por desgracia- contestó, agregando
después- Comienzo a arrepentirme-
Oliver se encontraba pensando
que responder cuando se escuchó una sonora bofetada afuera de la oficina,
seguido del inconfundible quejido de dolor del viejo amigo de Oliver.
-¡Atrevido!- acusó una voz de
mujer.
Ay, Tommy… cada visita de Tommy
a Industrias Queen siempre daba de qué hablar…
Pobre Roy jeje
ResponderBorrarEsa Thea es como exasperante :D
Jaja pobre Ollie lo que le espera con ese par
Mm interesante historia ^.^
yo quiero ver como trata Morirá a su nieto jeje
hola se ve que esta historia va a estar super entretenida porfa continua escribiendo
ResponderBorrarSi esta interesante actualiza pronto
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