Promesas
Leo salgo ya a un curso a la
capital y María llegará a llevarte a la escuela, así que desayuna pronto, solo
son tres días los que estaré fuera, por favor pórtate bien. No quiero quejas a
mi regreso. Cualquier trastada Leo y te daré una paliza. Prométeme que te
portarás bien- dijo Renato mientras terminaba de hacer su maleta.
Ay, papi, como si no me conocieras-
se quejó Leo.
Promételo Leo.- insistió Renato.
Está bien, te lo prometo papi.-
respondió con cansancio Leo.
Recuerda que estás castigado ya
María está al tanto.
Siii, no te preocupes la lista de
tareas pegada en la refrigeradora me lo recordará en tu ausencia y por si acaso
voy a pegar también una foto tuya gritándome.- replicó con sarcasmo Leo,
bajando las gradas.
Ja ja muy gracioso. – respondió
Renato mientras se dirigía hacia el garaje- Estaré de regreso el viernes sobre
las 10 de la noche. Ese día María se irá a las cinco de la tarde así que te
quedarás solo por 5 horas, ya eres grade hijo y confío en tu criterio y buen
juicio al quedarte solo. Te quiero hijo- respondió Renato besó la cabeza de su
hijo y se marchó.
Ve tranquilo papi, cuídate
mucho.-Leo esperó hasta que la puerta del garaje se cerró y se fue cabizbajo a
la cocina, siempre que su padre se iba sin él, se sentía como abandonado y no
podía evitar ponerse triste.
Apenas terminó su leche con
cereal, María llegó para llevar a Leo al colegio.
Todo transcurrió en absoluta
tranquilidad, María tenía unos 48 años y no tenía hijos, siempre había ayudado
a Renato en el cuidado de Leo, lo conocía desde que tenía dos meses y lo
adoraba. Leo también adoraba estar con María, y obedecía todo lo que ella le
pedía de inmediato y sin rechistar. Cuando en una ocasión Renato le pidió a
María que le diera la receta para lograr ese comportamiento en su hijo, ella le
contó una pequeña conversación que tuvo con Leo cuando tenía siete años.
María me quieres?
Por supuesto mi lindo. Te adoro.
Por qué?
Porque eres un niñito muy bueno,
muy tierno y adorable.
Siempre me vas querer?
Por supuesto que sí, siempre,
siempre, siempre.
Sabes qué…… yo siempre te voy a
hacer caso.
Por qué?
Porque tú si me quieres y ni mi
madre lo hizo.
A Renato se le llenaron los ojos
de lágrimas abrazó fuerte a María y solo pudo decir una palabra desde el fondo
de su corazón….GRACIAS……
María lo mimaba como siempre y
Leo cumplió con la lista de tareas que le dejó su papá. Renato llamaba como
mínimo tres veces al día, no podía estar mucho tiempo sin escuchar a su
pequeñito. Llegó el viernes y María tenía que llevar a su madre a una consulta
médica así que le dio un besito a Leo y se fue.
Leo se puso a ver una película y
tomó un tazón de palomitas que le dejo listo María.
Riiiig, riing,riiiiiiing sonó el
teléfono Leo corrió a contestarlo porque sabía que era su papi.
Hola papi, si ya se fue, aja, no,
solo estoy viendo una película, bueno nos vemos, ven con cuidado,
chao papito- y colgó.
Riiiing- sonó nuevamente el
teléfono
Que te olvidaste- respondió
creyendo que era su papá- Hola Leo soy Julián.
AAAHH, hola Julián, creí que era
mi papá. Dime que hay
Las gemelas Sánchez, me
acaba de llamar Lorena y me dijo para verse con nosotros en el centro comercial
a las siete, nos da tiempo.
No puedo salir.
Vamos son LAS GEMELAS….hazlo por
mí amigo….
Mmmmmmmmmmmm
Solo serán dos horas a las nueve
sus padres pasarán por ellas.
Está bien a la siete en la puerta
norte.
Gracias amigo, te debo una.
Pasaron super bien con las
chicas, Lorena no se despegaba de Julián y Leira y Leo no paraban de reír.
Comieron helados y papas fritas y dieron las nueve, ellas debían irse.
Acompañaron a las chicas hasta el estacionamiento. Lo habían pasado muy bien.
Leo se despidió de Julián y tomo un taxi.
A las nueve y treinta llegó a su
casa, pero al bajarse del taxi notó algo extraño, él no había dejado encendida
la luz de la sala y menos la del cuarto de su padre, se estremeció, no podía
ser, su padre había dicho que llegaría sobre las 10 y eran las 9 y 30 de la
noche. No, no, no y no, como podía pasarle esto a él, la vida era tan injusta,
esas dos horas de ensueño le iban a costar bien caro. Qué hacer????......llenó
tres veces sus pulmones de aire, exhaló lentamente se armó de valor y entró.
Hola papito, que gusto
verte, llegaste antes.- dijo Leo con una forzada sonrisa, se acercó a su padre
le dio un breve abrazo y un beso en la mejilla y caminó hasta el otro extremo
de la sala.
Hola Leo-respondió Renato
bastante serio.- Donde estabas?
Salí un momento.
Si, ya me di cuenta. No fue eso
lo que te pregunté.-dijo Renato mientras se acercaba peligrosamente a Leo-
Donde estabas?
En el centro comercial- mientras
retrocedía un par de pasos.
Con quien
Con Julián y dos amigas
A qué hora saliste
A las seis y media
Le dijiste a María?
No.
Parece que olvidaste que estás
castigado hasta mañana, y eso implica NO SALIR, menos, SIN PERMISO, menos CON
AMIGOS, y menos SIN AVISAR….. Me prometiste portarte bien, y NO CUMPLISTE.
Tú tampoco cumpliste- dijo Leo
desafiante
Que?-preguntó un sorprendido Renato
Dijiste que vendrías pasadas las
10 de la noche. No cumpliste tu palabra. ES TU CULPA.
Renato respiró profundamente, si
seguía a ese ritmo terminaría asesinado a Leo y después de todo era su hijo, su
único hijo.
Sube a tu habitación Leonel.-
ordenó severamente.
Leo salió disparado hacia
su cuarto, mientras las lágrimas empezaban a correr por sus mejillas. Cuanta
injusticia, y todo era culpa de su padre si tan solo hubiese llegado cuando
dijo, nada de esto estaría pasando. Se lanzó a su cama y abrazó con fuerza a su
querida almohada. Se sentía muy mal, a quien quería engañar debió quedarse en
casa viendo la película, mañana terminaba su castigo seguro que ya no, su padre
tenía razón él no cumplió su promesa, por primera vez le había dejado bajo su
propia responsabilidad por unas horas y lo primero que hacía era saltarse el
castigo, se atrevió a levantarle la voz y a culparlo a él. Definitivamente era
hombre muerto.
Habían pasado 15 minutos y la
puerta se abrió. Leo se secó las lágrimas, se incorporó de inmediato y caminó
hacia la ventana sin mirar a su padre que se detuvo en el centro de la
habitación.
Leonel, espero que te hayas dado
cuenta de que lo que hiciste estuvo mal.
Si papi, no debí saltar el
castigo, ni levantarte la voz, ni salir sin avisar a nadie, ni defraudar tu
confianza, ni decirte que no cumpliste tu palabra, yo se que siempre la
cumples… aunque a veces… desearía que no.
A veces yo también desearía que
no- dijo Renato mientras se sacaba la correa y la doblaba en dos.
Paaaapiiiiii- suplicó Leo
llorando nuevamente.
Sobre la cama Leo- ordenó Renato.
Noooooooooooooo-Leo no se movió así que Renato dejó la correa sobre el
velador, se acercó a él, le dio un breve pero fuerte abrazo para
tranquilizarlo, lo tomó del brazo, lo guió hasta la cama y de un empujoncito lo
tumbo sobre ella, el muchacho volvió a abrazar a su almohada, Renato tomó la a
correa, levanto el brazo y…
ZASSS AAAAAAA ZASSS AYYAYAYAYAY ZASSS ZASS AAAAAA
NOOOO ZASSS ZASS ZASS AYAYAYAYAYYYYYYY ZASSSYAAAAAAAA ZASS
ZASS YAAAAAAAAAA YAAA PAPIIII YAAA
Renato soltó la correa y se sentó
junto a hijo y le acarició la cabecita, mientras le decía- Ya mi chiquito….
ya…. ya paso hijito, ya….ya no llores- lo repetía una y otra vez mientras le
pasaba su mano por la espalda y besitos en la cabeza.
Papi…perdón por ……por…….por- Leo
ni siquiera podía decirlo pero no hacía falta Renato sabía lo que le angustiaba
a su hijo.
Tranquilo chiquito, todo está
bien, no defraudaste mi confianza, solo tomaste una decisión equivocada, tienes
14 años tesoro, y cometerás muchos errores, lo importante es aprender de ellos,
ir mejorando en el camino.- respondió sin dejar de acariciar su cabecita. Luego
de unos minutos se levantó y se dirigió hacia la puerta.
Estoy castigado?.- preguntó un
sollozante Leo
Tú qué crees????- fue la
respuesta de Renato
Pero me pegaste.- protestó Leo.
Leonel- advirtió su padre
Cuanto?- preguntó Leo con
resignación.
Hasta mañana- respondió Renato
con una sonrisa.
Leo salto de la cama abrazó a su
papá y le dijo. Gracias papi.- estaba feliz, su papi no le añadió más días de
castigo- Puedo dormir esta noche contigo?- Siempre pedía lo mismo
cuando Renato llegaba de un viaje.
Por supuesto que si mi chiquito- y así abrazados fueron a la habitación
de Renato.
Qué lindo!!!!!! Pobre mi nenito, qué triste q lo hayan abandonado, pero qué bueno que la vida pone personitas tan buena en el camino, como María. Renato y Leo son afortunados en tenerla y tenerse y quererse ellos!
ResponderBorrarGracias, gracias, graciasssss!!!!! Me han re gustado tus capítulos!!!! Estaré esperando por más!!!
Camila
Adoro a Leo y a Renato también :D
ResponderBorrarJajaja
Genial el capi
Att.Miranda
Aich, estoy con Leo, la culpa es del padre por llegar antes!!
ResponderBorrarqque su padre se case con maria >:c
ResponderBorrarMe encanta pero mucho está historia son geniales y apoyo a Leo si la culpa la tiene el papá quien lo manda a llegar antes de la hora
ResponderBorrarGracias por sus comentarios, me animan a seguir.
ResponderBorrarHats pronto