Fernando
Mi
padre biológico había insistido mucho en que fuera con él un fin de semana pero
no me apetecía estar con él. Sí, siempre
quise conocerlo, pero ya tenía a mi papá Eric y le quería mucho. Un día escuche a mi mamá hablar por teléfono,
preguntando como había obtenido ese su número, no tarde en entender quién era,
era Allan.
A
los días de que recibió esa llamada le llego otra de mis abuelos, los padres de
mi madre, que se la pasaron hablando buen rato hasta convencerla.
…
Camila:
tienen sus cosas?
Mariana:
yo no quiero ir a casa de los abuelos… mucho menos al rancho, hule horrible.
Eric:
aa como te quejas y todavía ni salimos.
Fer:
yo ya tengo mis cosas.
Iríamos
a casa de mis abuelos o mejor dicho de mis tatarabuelos, abuelos de mi madre,
los papás de ellas habían insistido en que nos quedáramos en su casa pero mamá
seguía un poquito enfadada con ellos. Allan había hablado con los abuelos y
entre ambos confabularon para no dejar de llamar a mi madre hasta que acepto a
ir, nos quedaríamos viernes, sábado y domingo.
Todos
nos subimos al coche y empezamos el recorrido, pude notar cuando estábamos
llegando ya que el camino se sentía bastante extraño, en algunas partes el
coche daba bastantes saltitos y en una ocasión nos quedamos atrapados.
Eric:
genial.
Marcos:
te dije que el carro no iba a poder
pasar.
Eric:
claro que va a pasar…
Camila:
jajaja
Eric:
de qué lado estas?
Camila:
amor te dije que no íbamos a pasar… hubieses aceptado la camioneta de mis tíos
o la de tu hermano.
Eric:
si vamos a poder pasar, no se preocupen.
No
sabía muy bien que pasaba lo único que entendía era que estábamos atrapado
y que mi madre soltaba una risa. Yo
estaba dentro del coche con Manuel que tampoco le dejaron salir.
Eric
Quedamos
atrapados en el lodo y solo pudimos salir cuando una camioneta nos ayudó. Tuvimos que dejar a los dos más
chicos adentro, Manuel estaba feliz
quería ayudar pero todo era lodo y el pequeño enano quería jugar dentro
de este, no me importaría un poco de lodo, el problema era de que Manuel no
sabía quedarse quietecito ni que decir de Fernando y para evitar un accidente
los dejamos dentro. Manuel se puso a llorar y hacer un berrinche pero no le
duro mucho porque su hermano lo entretuvo con dulces. Al final termine hecho un
asco.
…
Llegamos
a la casa de los abuelos de Camila y lo primero fue tomar un buen baño.
…
Marcos:
ooo pero abuelo, no es justo, yo no quiero ir a la tienda está muy lejos.
Abuelo:
deja de renegar y ve.
Marcos:
aaay no.
Camila:
eeey deja de gritar y ve a la tienda,
usa la bicicleta si no quieres caminas.
Marcos:
y porque yo.
Abuelo:
a ver jovencito, me vuelves a decir porque yo? o a estar alegando y vas a
terminar con un dolor en el trasero asi que obedece.
Marcos:
no me amenaces…
Passs,
passss, passss –auuu paa-
Eric:
aay hijo… no seas grosero... vamos yo te
acompaño pero deja de estar llorando.
Marcos:
no estoy llorando.
Fer:
yo también quiero ir.
Marcos:
tú no vas.
Fer:
porque no?
Marcos:
porque yo lo digo.
Eric:
Marcos ya deja tus pataletas…Fer, si nos puedes acompañas pero ponte una camisa
de mangas –era un rancho y los sancudos no pedían permiso para picar-
Marcos:
si van a ir ustedes para que voy yo… -se fue y se sentó en la cocina, con la
intención de ya no pararse-
Que
era eso? ¡un arranque de celos! envidia o qué? porque esa actitud? En nada le afectaba que Fer o incluso Manuel
nos acompañaras.
Abuelo:
Marcos vas a ir o no?
Marcos:
no
Camila:
déjalo, ya voy yo.
Marcos
se quedó haciendo su berrinche y nosotros fuimos a la tienda, esta quedaba a
más de medio kilómetro, la casa de los abuelos estaba un poco alejada del
pueblo, era muy tranquilo, Camila me dijo que ella de pequeña iba de su casa a
la de sus abuelos con apenas 8 años y que incluso Marcos caminaba esas distancias
o mucho más, pero hoy solo decidió no ir. Camila nos iba mostrando varios lugar
y nos contaba algunas de las travesuras que solía hacer… era temprano…
compramos lo que teníamos que llevar y regresamos a la casa, cuando llegamos
Marcos estaba llorando y limpiando el piso.
Camila:
que paso?
Marcos:
nada
Abuela:
su abuelo se lo sono por aventar las cosas al piso.
Camila:
Marcos porque has hecho eso?
Marcos
Mi
intención no era ser grosero pero me daba algo de rabia que todos tuvieran a
Fernando en un pedestal, si bien es cierto que yo no soy el hijo de Camila y
mucho menos estar aparentado con Eric, no me gustaba que a mí
me dieran todas las ordenes o tener que hacer de niñera, por lo general era el
que tenía que acompañar a Fer a todos lados o si yo quería salir él se pegaba,
no podía hacer nada porque tenía que cuidarle. Me dio más coraje cuando mi
abuelo me pidió que fuera a la tienda porque conocía el lugar, por un momento
se me cruzo ¡y porque no mandad a Fernando!
porque siempre yo?... eso no salió de mi boca creo que en automático mi
cabeza se contestó “porque no puede”, pero yo seguía enojado, Eric dijo que me
acompañaría, me sonó perfecto podría mostrarle algunas cosas pero cuando Fer
dijo que él también quería ir, volví a molestarme. Supongo que muy en el fondo
quería tener un rato a un padre, estando en ese lugar recodaba más a los míos.
Cuando
se fueron yo me puse a ver la tele o lo poco que se veía, solo había tres canales y dos
muy borrosos, mi abuela me pidió ayuda y muy a mi pesar me pare y fui a
la cocina, para eso ya tenían más de una
hora que se habían ido, fue cuando mi abuela empezó a decirme que no tenía por
qué estar enojado y que los celos no eran buenos, me dio rabia porque si era
cierto no lo aceptaría ya era grande tenía 16 años fue cuando hice una rabieta
y tire un tazón de salsa al piso.
Abuelo:
oye grosero este… como se te ocurre hacer semejante
berrinche…
Marcos:
yo no estoy haciendo ningún berrinche.
Eso
ultimo lo grite, los berrinches los hacen los niños y yo no lo era… no termine
de pensar aquello cuando ya estaba recargado en la mesita y mi abuelo me estaba
pegando con el cinto.
Marcos:
aaauuu yaa, déjame abuelo, auuuu
Zasss,
zasss, zasss, zasss, zasss, zasss
Abuelo:
en esta casa no se permiten semejantes pataletas.
Zasss,
zasss, zasss, zasss, zasss, zasss
Marcos:
aaauu yaa shifff buaaa, perdonnn…
Mi
abuelo me dejo, diciendo que me pusiera a limpiar, yo estaba llorando
no estaba acostumbrado a que me pegaron con el cinto, mi padre alguna vez lo
uso pero de eso ya hacía mucho tiempo y nunca me dio más de tres, Eric no era
de castigar de esa forma, era más de dar nalgadas como si fuéramos unos
bebes, humillante. Pero por lo generar
la forma de vivir en el rancho era más estricta y más dura, los cintos no
cayeron muy fuertes pero aun así me
dolió.
Cuando
llegaron todos, yo no quería que ellos se enteraran pero mi abuelita les dijo,
solo me dedique a limpiar y en cuanto termine me fui al cuarto en el que nos
quedábamos sin contestar nada.
…
Camila:
me quieres decir que paso, porque estas así de enojado.
Marcos:
no estoy enojado –le dije desde la cama-
Eric: no estás enojado, estas encabronado.
Marcos: no es cierto.
Camila: claro que sí, ve tu forma de contestar.
Me quede callado un rato solo me acosté en la cama.
.
Eric
Ese comportamiento otra vez, aunque no era nuevo.
Eric: oye los celos no son nada buenos.
Marcos: que no
estoy celoso…
Eric:
y no tendrías por qué estarlo y lo sabes… aunque me estoy pesando que no lo
sabes… deja de tararear, te estoy
escuchando.
Camila:
no tendrías por qué enojarte… pensé que Mariana era la que haría más drama por
venir aquí.
Eric:
yo pensé que el drama lo harías tú,
porque no quería venir.
Camila:
eso es diferente, mis motivos son distintos.
Marcos:
yo ya no quiero estar aquí, quiero regresarme a casa.
Camila:
este lugar te trae muchos recuerdos… los recuerdos son buenos aunque a veces
nos hacen sentir un poco tristes
Marcos:
no quiero hablar de eso.
Nos quedamos un rato con el y después lo dejamos, el ya
no siguió hablando.
.
.
Camila
.
En
la mañana siguiente tanto Allan como mis padres estañan en casa de mis abuelos,
solo me quedo hacer una sonrisita más forzada que nada de la cual obtuve una
carcajada por parte de mi abuelo.
Abuelo:
a ti sí que te duran los rencores.
Camila:
solo cuando las personas se pasan de la raya conmigo.
Allan:
deberías aprender a perdonar, ya te pedí perdón, no basta con eso?
Camila:
No
Madre:
y donde están mis nietos?
Camila:
están arriba, el abuelo nos va a llevar a los establos así que se están
cambiando.
A
los minutos salió Eric con los chicos, todos llevaban pantalón grueso, camisa de
mangas y tenis.
Eric:
buenos días.
Todos:
buenos días.
Allan:
buenos días Fernando, como estas?
Fer:
buenos días… pues estoy bien, me picaron los mosquitos… pero estoy bien.
Todos
nos fuimos a los establos, Manuel y Fer eras los que no conocían a los
animales, bueno Manuel los había visto
en dibujos o en programas pero nunca personal mente, Fer distinguía los sonidos de
los animales y podía decir que era cada animal pero no conocía como eran.
Pensamos que Mariana no saldría pero lo hizo y nos acompañó aunque no se acercó
para nada a donde estaban los puerquitos.
Manuel:
yo quiero uno papi, atrápame uno, papi, papi
yo quiero.
Mi
abuelo nos dijo que podíamos atrapar a uno de los pequeños lechoncitos y a Eric
se le hizo muy fácil “atrapar uno” (ajaa).
Marcos:
jajajajaja aaajj aaay
Eric:
deja de burlarte de tu padre y mejor ayúdame a atrapar uno.
Marcos:
es más divertido verte.
Eric:
aa a ver si es divertido cuando quieras ir a una fiesta y yo no te dé permiso.
Marcos:
aayy ya voy.
Estuvieron
tratando de atraparlo, incluso Allan trato pero de los tris ninguno. Manuel
estaba riendo de lo lindo de ver a los puerquitos correr, Fer estaba sentado en
el piso acariciando a un pollito que mi abuelo le había prestado, al poco rato
uno de los puerquitos se acercó a Fer
que tenía comida en las manos
para que los animales se le acercaran.
Fer:
eeeyy que feo hule… quien se lo hecho?
Eey no me avientes… aaa que es esto?
Camila:
no lo asuste, no te va hacer nada, es un puerquito.
Manuel:
yo lo quiero abrazar.
Mariana:
no lo puedes abrazar.
Fer:
uuuy ya se porque les dicen puercos, huele muy mal.
El
animalito trataba de quitarle la comida de las manos subiéndose a sus piernas mientras
Fer levantaba sus manos para quitarle la comida
y dejar al pillito a salvo.
Fer:
eeey bájate… te está hablando tu mamá córrele.-le decía al puerquito, como si
este entendiera-
Marcos
aprovechando la oportunidad atrapo al puerquito, este se puso a chillar fuerte mente.
Manuel:
esta llorando.
Fer:
que le están haciendo?
Marcos:
no le hacemos nada malo.
Marcos
consiguió atrapar uno y los otros dos no se quedarían con las ganas a los
minutos ya habían atrapado uno cada uno, ¡hombre! no pueden ver que alguien
haga algo porque ahí van.
Marcos:
les gane yo, yo fui en que lo atrape primero.
Manuel:
no cierto, Fernando lo toco primero.
Marcos:
yo lo atrape, Fer no lo quería ni tocar.
Manuel:
no cierto.
Marcos:
cállese.
Eric:
deja de pelear con el pequeño.
…
En
la tarde se realizo una comida estaban mis padres, mis abuelos y la familia de
Allan. Allan había llevado a Fernando a montar a caballo, el hijo de Allan ()
estaba algo enojado, celos, no es posible que retuerzan tantos las cosas, me
daba pena ver al niño enojado, pero Allan quería disfrutar poder estar un rato
con “su hijo”, él siempre estuvo ilusionado con la llegada de un bebe y ver su
cara cuando supo que yo lo estaba, pero sus estúpidos celos y su estúpido
cerebro lo hizo perderse momentos preciosos con ese niño, momentos que hoy
quería recuperar.
Por
otro lado tenia al celosito de Marcos, mi niño grande, que a pesar de que él
decía que no estaba enojado y mucho menos celoso su cara demostraba lo
contrario, porque todos hablan y comentaban lo mismo “Fernando”, estábamos en
ese lugar por lo él, pero he de confesar que la conversación no me agradaba, porque
a pesar de que tenían en cuanta a mi hijo su forma de hacerlo no era grata.
No paraban de decir pobre niño, la vida tan difícil que ha
pasado, si hubiéramos sabido que era de Allan el niño no habría pasado
por tanto, eso ultimo lo dijeron mis padres. Mi hijo era ciego pero podía hacer
muchísimas cosas, sabía leer, podía resolver problemas, sabia tocar
instrumentos musicales, entre ellos el violín, el piano y la batería y la
guitarra pero los últimos dos no me agradan, a él le gustaría ser roquero… y yo
paso de eso. Mi hijo no tiene un retraso o alguna enfermedad mortal,
es un chico sano que hacía de todo,
si, le cuidábamos más pero es un chico
normal y ellos lo veían como un niño indefenso e invalido.
Manuel:
papi?
Eric:
qué?
Manuel:
yo también quiero subir en uno de esos.
Eric:
uuy hijo a tu papá no le caen muy bien los caballos.
Manuel:
tienes miedo?
Camila:
no les tiene miedo, pero no sabe montar, pero ya le vas a enseñar.
…
Se
subió Eric con el pequeño y dimos unas vueltas, yo guiaba al caballo desde
abajo. Nos topamos con Allan y Fer.
Camila:
te estas divirtiendo?
Fer:
si, pero ya me canse, es incómodo estar así. Tú también estas en el caballo?
Eric:
no, tu mami nos está guiando a tu
hermanito y a mí.
Fer:
Allan me dejo montar solo al caballo y lo hice correr.
Pude
notar la cara de Allan como torciendo los ojos porque le llamo por su nombre yo
me moría de la risa y se me escapo una sonrisa.
Allan:
Fernando, soy tu papá, porque no me llamas así.
Fer:
así como?
Allan:
papá.
Fer:
no me presiones.
Allan:
no te presiono, pero me gustaría que no me llamaras por mi nombre.
Fer:
entonces como quieres que te llame?
Allan:
papá o padre.
Fer:
lo intentare… pero no le prometo nada.
…
La
tarde paso y nos retiramos a la casa, Allan se retiró con su familia, solo se
quedaron mis padres.
Nos
quedamos un rato hablando pero me retire un momento para bañar a Manuel y vigilar
a Fer que igual estaba en el baño. Cuando salí deje a los chicos en el cuarto
Manuel estaba jugando en la cama y Fer quería escuchar música. Mariana estaba
acostada y Marcos peleándose con el televisor.
Camila:
no lo estés golpeando.
Marcos:
aa es que no se ve nada… extraño los 90 canales shiifff
Camila:
aayy pobrecito de mi niño le falta su tele.
Marcos:
no me hables así, no soy un bebe.
Camila:
para mi eres un pequeño, pero pequeño o no, deja de golpear el televisor.
Deje
a los chicos en el cuarto y fui a la salita. Donde estaban hablando mis padres,
mis abuelos y Eric.
Madre:
terminaste de bañar a los niños? Donde están?
Camila:
están jugando en el cuarto y solo e bañado a Manuel, Fer ya sabe hacerlo solo,
no es un niño.
Madre:
y entonces porque los metes juntos?
Camila:
aquí no puedo dejar a ninguno de los dos, hay alacranes, Fernando no los puede
ver. –mi voz sonaba molesta-
Madre:
no te enojes hija.
Camila:
lo intento… pero ven a mi hijo como si yo fuera la culpable de todos sus males
y no… tampoco es una personas que no se valga por si misma. Aquí esta en un
lugar desconocido y con muchos riesgos que él no puede ver.
Estábamos
en un rancho, la casita era de un piso y las paredes eras de ladrillo, solo los
cuartos estaban con piso de madera y las paredes blancas por lo mismo de los
animales, por lo generan diario se encontraban un alacrán en la casa,
pero es un pueblito están acostumbrados a estos animales… mis hijos no,
Manuel se ponía a jugar con los bichos como las
arañitas, pero las arañitas de ese lugar si habían daño eran venenosas y
Fer no conocía el miedo en ese sentido.
Me tranquílese
y cambien de tema, pero después salió mi padre con sus comentario de que porque
no dejaba a Fer unos días con Allan, que tenía una bonita casa y que donde
vivía no era peligroso para el niño.
Camila:
papá, no dejo a Fer porque en primera, él nunca me ha pedido que le deje ir con
Allan, en segunda… si Allan no ve más
tiempo a Fer es por su maldita culpa no la mía y si van a seguir con el mismo
cuento prefiero dejar el tema aquí.
Abuelo:
ella tiene razón, nadie le puede obligar a dejar a su hijo con quien sea y
Allan será su padre pero nunca le reconoció… y no solo porque hace un año le
vio y el niño tenga toda su cara puede reclamar y tú lo sabes.
Padre:
lo sé, entiendo eso.
Eric
solo se quedó escuchando cuando hablamos de esos temas prefería quedarse
callado, al poco rato se retiraron y nosotros nos fuimos a acostar, nos
quedamos todos en la misma recamara era muy amplia, con ventanales grandes,
había dos literas. En ese cuarto solíamos quedar todos los nietos y primos por
esa misma razón era tan amplia. Eric se acostó en el piso, yo me acosté con
Manuel y los chicos cada uno en una cama. Hablamos un buen rato y después nos
quedamos dormidos.
.
El
domingo nos iríamos ya tarde así que aprovechamos todo el día y claro que Allan
fue a ver a Fernando, todo estuvo muy tranquilo hasta que los chicos empezaron
a discutir.
Marcos
se había ido muy temprano a buscar a unos antiguos amigos, regreso como a las
12 del medio día por unas cosas para irse otra vez, estaba de buenas pero se le
quito cuando Fer le dije que él quería ir.
Marcos:
voy con unos amigos, tú no puedes ir.
Fer:
vamos, no seas así.
Marcos:
no, no quieres ser tu niñera Fer.
Fer:
que payaso eres, no necesito una niñera.
Marcos:
ajaa.
Fer:
eres un estupido d….
Eric:
eeea esa boca, sin groserías Fernando. Marcos, así como te di el permiso te lo
puedo quitar.
Marcos:
¡yo que! ¡Él empezó! Yo no le dije nada.
Eric:
si, te di el permiso, pero no tienes que venir a restregarle
a la cara lo que has hecho y lo vas
hacer… si no lo quieres llevar no vengas a contarle todas tus aventuras
porque lo único que haces es alborotarlo a él y Manuel.
Marcos:
pues todavía prefiero llevarme a Manuel que a él.
Eric:
muy bien, se terminó tu salida.
Marcos:
noo, no puedes hacer eso, solo porque tu hijo se ponga de llorón.
Eric:
bájale ya, no vas a ir a ningún lado así que te sientas o si prefieres te puedes retirar a la casa de sus abuelos.
Marcos:
no, yo quiero ir.
Eric:
lo siento, no vas a ir.
Marcos:
aay maldita sea… todo por tu maldita culpa Fernando.
Marcos
se fue enfurecido a la casa de mis abuelos, lo dejamos un rato, y me fui yo
hablar con él, le termine dando el permiso para que saliera pero dejándolo bien
advertido que si se ponía grosero o volvía hacer sentir mal a su hermano le
tendría castigado todo el mes, aparte de la buena tunda que le daría. Eric
sabía que le había dejado salir pero tenía que estar en la casa en cuatro horas
para que recogiera sus cosas y podernos retirar.
Mariana
se la pasó la mayor parte entreteniendo a Manuel y a Fer que se había quedado
muy serio y triste.
Cuando
las horas pasaron y nosotros ya estábamos recogiendo nuestras cosas para irnos
llego Marcos ya con mejor cara tomando todas sus cosas y metiéndolas al coche,
nos despedimos y empezamos el viaje de regreso, Marcos se disculpó con Eric y
con Fer, diciéndoles que… “perdón, pero yo quería ir solo con mis amigos,
tratando de hacer como si nada pasara”. Pero Fer estaba muy sentido y prefirió
sentarse en la esquina junto a Manuel, de la misma forma Manuel estaba enojado
con su hermano Marcos por hacer sentir mal a Fer, Manuel era muy unido a él.
Llegamos
en la noche acomodamos todo y nos fuimos a dormir ya que teníamos que trabajar
al día siguiente. Muy temprano nos fuimos, los chicos estaban de vacaciones por
lo que Mariana me ayudaba a cuidar a Manuel y a Fer y en las tardes iba
ayudarme en el restaurante. Llegaron después de la 1, deje a Manuel en una
mesita dibujando mientras Fer estada escuchando música y Marcos había salido
con unos amigos, la tarde estuvo muy tranquila, cuando llegamos a casa Eric aun
no llegaba le había quedado mucho trabajo y se quedaría más tiempo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario