El auto del profe

A tus ordenes Ada..... Feliz Cumple!!!!!!!!!

El auto  del profe

Se aproximaban los exámenes de fin de curso y en todas las materias Leo estaba muy bien, realmente era uno de los aventajados, no necesitaba estudiar mucho para sacar buenas notas, lo que le dejaba tiempo para divertirse a su gusto y Renato pues, mientras sus notas no fueran inferiores a ocho se daba por satisfecho, quería que su hijo tuviera una juventud feliz.

Ese día tenían prueba con el profesor de Química el cual llegó de muy mal humor por que le habían rayado su auto nuevo en el estacionamiento del colegio y él suponía que eran algunos de sus estudiantes, aunque no sabía quien a cierta ciencia.

Les puso una prueba muy muy difícil con ejercicios y preguntas rebuscadas todos salieron bastante mal y esa prueba equivalía al 30 por ciento del total del segundo quimestre. Al finalizar la evaluación Ariana levantó la mano y pidió la palabra.

-Dime Ariana

-Profe, a nombre del curso le pido por favor que nos tome otra prueba, nos fue bastante mal y..

-Ese precisamente era el objetivo

-Pero profe….por qué?

-Por lo que le hicieron a mi auto.

-Le aseguro profe que no fuimos nosotros

-Me da igual

Los chicos estaban super indignados y decidieron reunirse en el recreo cerrando la puerta de su aula.

-Ese hijueputa, debemos hacer que se arrepienta- dijo Jorge el vicepresidente del curso.

-Chicos, escúchenme, debemos hablar con la tutora y contarle, y volver a hablar con el profe, les pido que me den una semana para tratar de solucionarlo por las buenas. Si no se hará lo que el curso decida.

No todos estuvieron de acuerdo pero al final por votación se aceptó la propuesta de Ariana.

Y como era de esperarse aunque la tutora intervino y Ariana pidió y pidió el profe no dio vuelta atrás. Y el curso decidió que para vengarse pondrían su precioso auto nuevo de cabeza en medio de la calle, así que consiguieron la dirección del profe de Química y cuando se levanto el domingo en la mañana encontró así su querido auto nuevo. Los chicos tuvieron mucho cuidado en no dejar evidencia e hicieron voto de eterno silencio y de negarlo todo contra viento y marea.

El asunto fue comidilla en todo el colegio y todos se alegraban de ello, ya que profe había tenido la misma actitud con todos los cursos en los que impartía clase, lo que dificultaba averiguar a ciencia cierta quienes fueron los autores y por supuesto el asunto llegó a oídos de todos los padres de familia.

Esa tarde mientras almorzaban Renato le preguntó a Leo.

-Hijo, tuviste algo que ver con lo que le paso al auto del profesor de química?

-No papi-respondió  Leo sin levantar la mirada del plato, lo que hizo que Renato sospechara, pero prefirió dejarlo de ese tamaño, secretamente pensaba que el profe se lo había ganado, así que cambio de tema y almorzaron en paz.

Esa tarde Leo le pidió a su padre salir a tomar un helado en nuevo lugar que era muy popular y que aun no había ido, ya de vuelta en el estacionamiento del local una grúa había estacionado junto al auto de Renato y de el salió un mecánico gigante muy fornido de unos 25 años  les sonrió y dijo

-Hola Leo, que gusto loquito, como estas?

-Hoo.. Hola Mario bien y tú qué tal?

-Feliz de ayudarles a desquitarse del hijueputa ese de tu profesor, me habría gustado verle la carota a ese infeliz.

-Si claro, hasta pronto- Leo le sonrió nerviosamente y subió al auto sin atreverse a mirar a su padre.

-Si chico, nos vemos luego.-se despidió Mario con una sonrisa de satisfacción.

El camino hacia la casa se hizo en absoluto silencio. Al llegar Renato entró sin siquiera voltear a ver a su hijo, lo que puso a Leo muy nervioso, le había mentido a su padre y sabía muy bien como trataba su papá las mentiras. Con un suspiro de resignación se bajo del auto y entró a la casa. Renato estaba en la sala  esperándolo.

-¡Siéntate! –ordeno Renato muy serio.

Leo obedeció sin dejar de mirar al suelo.

-Me mentiste.

-Papi entiéndeme si?

-Si te entiendo, lo que no entiendo es por qué me mentiste?

-Porque con el curso hicimos un pacto de silencio y de negarlo todo…. además te ibas a enojar.

-Y crees que ahora no estoy molesto?

-No se

En realidad Renato no estaba molesto pero una mentira era una mentira y no podía dejarlo pasar muy a su pesar debía castigar a Leo.

-No sabes Leo?

-No debí mentirte. Lo siento.- Su padre no lo llamó Leonel, eso era señal de que Renato en realidad no estaba enojado, lo que le dio una ligera esperanza de que por esta vez se salvaría.

-Sabes perfectamente cual es el castigo por mentirme- Renato se  quitó el cinturón se sentó y se dio un par de palmaditas en los muslos. Leo se levanto y probó a sentarse sobre las piernas de su padre, con  una tímida sonrisita y una mirada de súplica.

-Que mocoso más descarado- pensó Renato reprimiendo una sonrisa mientras  lo tomaba de los brazos y hábilmente lo colocaba boca abajo.

-Mmmmmm papiiii compreeeendeeee- se quejo Leo

-Entiendo porque lo hicieron no debieron hacerlo, pero lo entiendo.  Lo que no pasare por alto es la mentira y lo sabes.

-No es justoooo- rogo Leo

Renato levanto la correa muy alto y Leo cerró los ojos con fuerza preparándose para lo que vendría. Leo se negaba a llorar aunque sentía como las lágrimas se acumulaban en sus ojos.

Zas Zas Zas los correazos cayeron suavemente en su colita, casi ni dolieron y su padre lo puso de pie nuevamente.

-Ya?...es todo?-Pregunto dudoso Leo

-Si o crees que te mereces más?

-NOO

-Ok, no más mentiras Leo estamos

-Estamos papito- y Leo se arrojó a los brazos de su padre-Gracias papi

Renato besó su cabecita, lo separó y mirándolo a los ojos dijo

-Solo espero que no haya una próxima Leo, porque de haberla….- sentenció Renato

-No papi no lo habrá te lo prometo- se apresuró a asegurar Leo-Te puedo pedir un favor?

-          No pues, lo que faltaba. Primero me mientes y ahora me pides un favor. Que descaro hijo.

-          Anda papi- rogo Leo haciendo pucheros

-          Está bien, dime.

-          No les cuentes a nadie que fue nuestro curso…si??..ni siquiera a Guillermo. Me lo prometes?

-          Te lo prometo

-          Eres el mejor papá del mundo.-y se lanzó nuevamente a los brazos de su padre. Renato devolvió el abrazo con gusto.

-Bien mi chiquito, ve a hacer la tarea – y cuando Leo se volteó le dio una nalgada muy fuerte que le dolió más que los correazos.

-AAAUUUUCH paaaapiiiii por queee?- se quejo Leo llevando inmediatamente sus dos manos a proteger su colita, mirando indignado a Renato

-Por descarado- sonrió malévolamente y levantó la mano muy en alto, acercándose hacia Leo.

-NOO- gritó Leo y salió corriendo hacia su cuarto, sin dejar de proteger su retaguardia, sabía que su padre solo estaba jugando, pero por si acaso mejor era emprender la huida. Renato se pasó la mano por el cabello negó con la cabeza, suspiró y sonrió al pensar cuanto amaba a ese mocoso descarado.