“Auch mami… mami no que duele… mamita” lloraba Evan. Su madre se estaba
empeñando a fondo sobre su trasero, estaba completamente rojo con las marcas
del cepillo de cabello, y todo delante del padre que acababa de encontrar.
Sean cerraba los ojos con cada cepillazo, pero no se atrevía a
intervenir.
“no me vuelves a salir sin permiso, llevo horas buscándote” dijo por fin
Ángela
“solo quería conocer a papá” Ángela se conmovió y terminó el castigo,
Evancito corrió a los brazos de su padre y se fundió en sus brazos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario