Bryan estaba experimentando un nuevo nivel de
enfado. Que su hijo suspendiera diez asignaturas de once, aprobando únicamente
la gimnasia, ya hubiera bastado para tenerle en ese estado, pero la cosa no
terminaba ahí. No. Acababa de venir de una reunión con el tutor de Ernesto,
para hablar de “la desastrosa evolución de su hijo”, y fue entonces cuando se
enteró de tan “brillantes” calificaciones, porque el boletín nunca llegó a sus
manos. Ernesto no le entregó las notas, y debió de falsificar la firma, ya que había devuelto el resguardo
a su profesor.
Su hijo no sólo era un vago, sino que además
le había mentido, había falsificado su firma, y le había hecho quedar como un
idiota delante de su profesor. Aunque Bryan se había descargado bastante
gritándole por teléfono, aún echaba humo cuando entró en casa, y cerró la
puerta de un portazo. Pensó que no habría ni rastro de Ernesto, que estaría en
su cuarto lo más lejos posible de él, pero se equivocó por completo. Nada más
cerrar la puerta un borrón antropomórfico le embistió de tal manera que por
poco le tira, en algo que bien podía haber sido un abrazo o un placaje.
-
Nunca me habías gritado así – susurró la mancha, que
por supuesto era su hijo. Bryan se sintió un poco culpable por eso. Había dicho
alguna que otra burrada en su llamada. Cosas como “has perdido mi confianza por
completo” y “en cuanto llegue a casa me vas a conocer”. En ese momento se dio cuenta de que en
realidad no lo sentía, y de que además debía de haberle asustado mucho. Tenía que estar de veras asustado para
abrazarle de esa forma. ¡Pero tenía buenos motivos para estar tan furioso!
-
Nunca habías hecho tantas juntas – contraatacó
Bryan. – Diez suspensos, hijo
¡diez! Y no me diste las notas.
¿Falsificaste mi firma?
Ernesto no respondió.
-
Contéstame. ¿La falsificaste? – preguntó Bryan, pese
a saber la respuesta.
-
Sí.
Bryan suspiró.
-
Sube a tu cuarto. Yo voy enseguida.
Ernesto obedeció, signo de que era consciente
de que tenía el agua hasta el cuello, pues normalmente siempre protestaba ante
esa orden. Bryan respiró hondo un par de veces antes de subir las escaleras
tras la pista de su hijo, y antes de entrar a su cuarto se sacó el cinturón.
Cuando entró en la habitación con eso en la mano Ernesto entró en pánico. Sus
ojos se clavaron en ese objeto, y no parecían ser capaces de mirar a otro lado.
-
No creo que sea necesario hablar sobre esto. Sabes
perfectamente por qué voy a castigarte. Túmbate sobre la cama.
-
¿Me… me vas a pegar con eso? – preguntó Ernesto, sin
moverse un milímetro, aunque todo su cuerpo temblaba.
-
Sí. Ahora túmbate.
-
No, papá, por favor…
-
Ni siquiera lo intentes, Ernesto. Estoy muy
disgustado contigo. – dijo Bryan y avanzó hacia él. Ernesto retrocedió, y
empezó a alejarse con la espalda pegada a la pared, deslizándose con
desesperación.
-
Papá… no digo que no me pegues…sé…sé que estás
enfadado… y… y que soy un fracaso y un absoluto desastre …ya… ya he asumido que
me la he cargado, pero con eso no, te lo suplico.
Hasta la fecha Bryan no había usado ningún
objeto para castigarle. Ya suponía que no iba a ser sencillo, y que Ernesto iba
a asustarse un poco. Pensó que no tenía sentido ponerse a discutir con él e
intentó agarrarle del brazo para acabar ya con aquello, pero Ernesto se puso
histérico.
-
No, papá, no, por favor. ¡No! – se revolvía, y
empujaba para soltarse, moviendo a una velocidad que le hacía parecer medio
enloquecido.
-
¡Ernesto, para ya!
¡Obedece o tendremos esta conversación todos los días durante una
semana!
-
¡Lo prefiero! Castígame durante una semana, o durante
un mes, pero no con eso.
Bryan se quedó quieto un segundo ante esas
palabras. ¿Lo estaba diciendo en serio? ¿De verdad prefería una zurra diaria
durante un mes que un único castigo con el cinturón?
Al ver que se quedaba quieto, Ernesto dejó de
moverse también, y Bryan aprovechó ese momento para llevarle a la cama y
tumbarle sobre él. Le bajó la ropa de un tirón y empezó a castigarle, con la
mano.
PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS
PLAS
PLAS PLAS PLAS PLAS Aaah PLAS PLAS PLAS PLAS ¡Auu! PLAS PLAS
PLAS PLAS PLAS Ahhh PLAS PLAS Papá…. PLAS
PLAS PLAS Papá…duele…¡ai!…PLAS PLAS demasiado fuerte…
-
¡Vas a clase para algo Ernesto! ¡Lo has suspendido todo!
-
Aprobé una…. ¡Ay!
PLAS
-
¡De once!
PLAS PLAS PLAS ¡Ay! PLAS PLAS PLAS PLAS ¡Auu!
PLAS PLAS PLAS
PLAS PLAS PLAS Lo siento, papá, lo siento…PLAS PLAS PLAS
…estudiaré más…PLAS PLAS PLAS ayy PLAS … te lo prometo.
PLAS PLAS PLAS … te lo prometo, papá…PLAS
PLAS PLAS Aaay PLAS PLAS PLAS Papi, ya no más… PLAS
PLAS PLAS Aaau PLAS PLAS ¡Ya no más! PLAS
PLAS PLAS….aiiii…. PLAS PLAS ¡Papáaa! PLAS
-
¡Mi firma no se falsifica! – dijo Bryan, y empleó
más fuerza en las siguientes, provocando un gemido tras cada una.
PLAS
Aaah PLAS Ammff PLAS Papá… PLAS Auuu PLAS Aayyy PLAS Ya, papiii…PLAS Uhum PLAS Oww PLAS Yaaa… PLAS Papiii
Bryan sintió un nudo en el estómago al ver
como Ernesto lloraba con todas sus fuerzas. No era un llanto manipulador o de
exageración… lloraba porque en verdad le dolía, y supo que no podría hacer eso
durante una semana. No sería capaz de repetir aquello durante tantos días. Se estiró, y alcanzó el cinturón, y puso una
mano sobre la espalda de Ernesto acariciándole con suavidad, reconfortándole en
sus sollozos.
-
Será sólo uno por cada suspenso – le dijo – Y
después se acabó.
Bryan levantó el cinturón y lo dejó caer
sobre los muslos de su hijo, que apenas había castigado en el previo.
¡ZAS!
-
¡Owww!
¡ZAS!
-
¡AAAH!
¡ZAS!
-
Au… papá, no puedo.
¡ZAS!
-
¡Auu! Papá, ya no más, no puedo…snif… ya no, papi,
estudiaré, de verdad, te lo prometo…
¡ZAS!
-
Owwww. Nunca más copiaré tu firma…tienes mi palabra…
papi, por favor.
Bryan dejó caer los cinco restantes sin
ninguna fuerza y luego arrojó el cinturón bien lejos. Sin darle un segundo para
respirar levantó a su hijo y le dio un abrazo. Luego le subió la ropa interior
con cuidado y acabó de quitarle los pantalones, sabiendo que estaría mejor sin
ellos.
Le besó en la frente y le tumbó sobre él,
pero en una posición distinta a la de antes. Hizo que apoyara la cabeza en sus
piernas, y le acarició suavemente, mientras Ernesto lloraba.
-
Sssh. Ya, ya pasó. Sé que he sido duro contigo, pero
hijo lo que has hecho… y lo que no has hecho, durante todo el trimestre… ¿se
puede saber qué haces cuando yo creo que estás estudiando?
Ernesto no fue capaz de responder en ese
momento, así que Bryan le siguió acariciando. De vez en cuando se agachaba y le
daba un beso, y fue notando como poco a poco su hijo lloraba menos. Bryan
repasó mentalmente los últimos acontecimientos, y rescató algunas palabras que
su hijo había pronunciado.
-
No eres un fracaso, ni un desastre, porque yo no voy
a dejar que lo seas. Pero, si te empeñas en intentarlo… bueno, ya sabes qué
esperar.
Ernesto gimoteó y Bryan le hizo una caricia
tierna en la mejilla. Notó la cara de su niño muy caliente, por el esfuerzo del llanto.
-
Tu profesor dice que estás expulsado una semana por
la falsificación… - anunció, y notó como su hijo se tensaba - ….Tranquilo… Ya
te he castigado, ya no hay más, cielo, pero durante esta semana no vas a hacer
otra cosa que estudiar… Conmigo, en mi oficina, para asegurarme de que lo
haces. No podrás salir durante dos meses. Y esta noche cenamos pizza, y vemos
esa peli que alquilaste el otro día.
Ernesto sonrió un poco ante esa última parte
y Bryan fingió indignación.
- Ah, ¿te lo tomas como un premio? Está bien,
entonces añadiré helado de postre. – dijo, como si fuera un castigo más, y
Ernesto sonrió plenamente. Su padre tenía esa capacidad de hacerle sonreír aún
cuando no tenía ni fuerzas de hacerlo. Se acurrucó un poco para que le siguiera
mimando y cerró los ojos. Sintió que se dormía, pero le dio igual. Se dejó
llevar, porque estaba a gusto y protegido, en las piernas de papá.
yo también quiero de "castigo" pizzas y helado! ;)
ResponderBorrarMery
Diez de ONCE... yo lo mato y me lo como con pizza y heladooooooo
ResponderBorrarUffff... 10 aplazos?!!! Uhmmm a qué va ese chico al cole, eh?!! A hacer sociales?!! jijijiji
ResponderBorrarSuerte que después de tremenda paliza hubo premio consuelo, jejeje!!
Un aplauso para tiiiiiiiiii... porque me encantó =D
Camila
CASSY: Bien aqui yo reportándome con la novedad que estoy en coma, me has matado y resucitado con cada historia!!..Todas, las de Alejadro y Ted, y las orginales, en fin, Todas absolutamente todas fueron hermosas!!
ResponderBorrar¿Pero qué tienes tú en la cabeza? ¿Una enciclopedia entera de relatos? Ehhh pero ojo que no es un reclamo si por mi feliz como una lombriz de leerte!!...
Gracias por tomarte el tiempo de escribir, cada relato tuyo es como una mina de oro, así que sigue y escribes quinientas mil historias más!!
Aprovecho para decirte feliz 2014 también, sip, ya sé que ya es casi 3 de enero pero se vale o no?...jjejejej
Te deseo un gran año, lleno de exitos y cosas buenas, no, cosa muy, muy, muy buenas porque te las mereces!!
Hola Dream!! y Feliz año nuevo!!!
ResponderBorrarMe encantaron todos tus cortitos dan pie para que conozca mas a los chicos, de verdad me diverti mucho con el de Ted o Alejandro que eran mas risas por lo disparejo de la conciencia y el enojo jajaja, el de no dejes solo a tu hermano esa si que es la frase titpica de padres que tienen dos o mas hijos, al que queria abrazar fuerte era a Ignacio por sus gafas feas uyyy si hay algunas bien feas! pero estoy segura que a él nada le puede quedar feo y este de Ernesto y su descaro e insolencia al decir que reprobo 10 pero que importa si al menos una si aprobo jajaja, bueno de esas mis favoritas pero cada uno especial y con su caracter propio eso es de admirar chica, que este 2014 no te deje la inspiración ni tus dedos dejen de escribir capis ...que acostumbras escribir largos y lo de loss cortitos seguro fue un reto para acortar las historias jejeje.
castigo con pizza, pelis y helado nos pos así yo también repruebo jajaja
ResponderBorrarque bárbaro 10 de 11?!!! osea que hace en la escuela dormir??