Me lo prestas... solo un poco... te lo ruego

Capitulo cinco

Me lo prestas... solo un poco... te lo ruego

James no se cansaba. Amaba a su hijo. Poco tiempo hace que se enteró de su existencia, todo por escarbar unos papeles en busca de su liquidación de impuestos, un papel amuñado escondido en un rincón olvidado del cajón de su mujer... con la noticia que cambió su vida, tenía un hijo. Tenía un hijo que se le había ocultado. No podía creer el examen era de diez años antes, diez años que pudo tener a su hijo en los brazos, diez años del reencuentro cuando volvía a Chile del viaje del exilio auto impuesto cuando ella eligió un matrimonio seguro al amor eterno que le juró cuando aún no terminaba sus estudios de cocina internacional. Fue tal su depresión que sus padres, con apenas los recursos para mandarlo a la capital a estudiar pidieron un crédito al banco del patito y embarcaron a su hijo en un avión sin saber si volverían a verlo, pero sabían que si seguía aquí moriría... así se fue, y jamás pensó volver pero el destino quiso otra cosa… su madre enfermó de gravedad y el no lo pensó ni un segundo, volvió a Chile a estar con su mamá, su mala suerte fue que en el avión se encontró con ella; las mil y una hicieron en el baño del avión ... las mil y una que les valió una noche en la comisaria, pero valió la pena para él, para ella no, tras salir sin cargos se fue sin mirar atrás, y esos exámenes eran de semanas después. Lo arrugó hasta casi destruirlos; llevaban dos años juntos, tenían una hija en común y en dos putos años no le dijo nada...!!! Tomó su ropa y la de la nena. Ella al verlo salir por esa puerta se echó a sus brazos y le rogó que se quedara, que la perdonara, que recuperarían a su hijo; para esa mujer sus hijos eran un medio. Ella quería a James así que le juró que recuperarían a su hijo y él le creyó como siempre lo hacía, como lo hizo dos años antes cuando ella tocó su puerta, claro está que ya no era un estudiante de cocina sino un chef renombrado en un exitoso programa de televisión , y él le creyó... y ahora le dolía la guata cada vez que la veía cada día porque la amaba, pero sabía que ella no amaba a sus hijos, así fue como tomó las maletas de todos y volvió a Chile, el recuperaría a su hijo, no porque fuera suyo sino porque lo amaba.... como sus padres le enseñaron a amar a un hijo.

Ahora su madre agonizaba y el quería que alcanzara a conocer a su hijo...

Con lágrimas en los ojos y Fernandita en sus brazos tocó la puerta. Sabía que Matías estaba en el colegio, sólo rogaba que Eric estuviera en casa y estaba... sin saber cómo se derrumbó sobre él.

Ironías de la vida dirían pero para ese hombre era su lugar seguro, como decía Maty solo él sabe lo insufrible que es vivir con esa mujer.

“Si vas al sur, no vuelvas” le había dicho pues ese fin de semana ella quería ir a París no a ver a una vieja moribunda... él no volvería, no después de eso...

“James” dijo “pasó algo a Margaret” él ya no la quería pero seguía siendo la madre de su hijo.

“si… no… qué sé yo… que le pasa a esa mujer”

“James, me estás asustado”

“Eric sé que es mucho pedir por favor, por favor deja que me lleve a Matías unos días”

“NO”

“por favor, mi madre está muriendo”

“qué?!!”

“quiero que conozca a su nieto, sé que es tu hijo, lo sé… no pretendo nada más… pero es su abuela”

“James… qué ocurre?!!” dijo Eric, sacado a Fernandita de los brazos de su padre, y dejándola en la sillita de bebe.

“mi mamá… mi mamá se está muriendo” dijo, ya sin poder contener las lagrimas.

“no sé si Maty esté preparado… pero es importante para él… pero no puede ir sólo”

“estará conmigo, no estará sólo… SOY SU PADRE” gritó por primera vez “soy su padre… Eric lo siento, lo siento tanto!! Yo no sabía, no sabía que ella estaba casada… no lo sabía pero es mi hijo… yo no lo abandoné, yo no sabía de él”

“lo sé y es por eso que puedes formar parte de su vida, pero es mi hijo, James. No lo olvides, es mi hijo”

“Lo sé… lo sé”

“dónde viven tus padres?”

“en Pucón, allí tienen un pequeño café” sonrió, siempre sonreía cuando hablaba de ellos.

Eric entonces sacó la cuenta en horas de viaje, tendría que pedir un par de días administrativos, justificar a Matías en el colegio, pedir a Antonia que los acompañe… si, Matías tenía toda la razón, las cosas estaban marchando sobre ruedas.

“En cuanto llegue Matías, partimos”

“¿Partimos?”

“si, Matías va donde yo voy y tú no estás en condiciones de manejar”

“gracias”

“y Margaret no va?”

“Margaret ya no es parte de mi vida”

“no diré que me sorprende, eres un buen hombre”

“no diré que me sorprende… pero hace hijos perfectos” sonrió al mirar a Ferni

“eso no lo discuto” le sonrió “te prepararé un té”

Eric fue a la cocina, preparó un té de tila y aprovechó de llamar a Antonia quien aceptó de inmediato y en un dos por tres arregló con unas colegas que tomaran sus audiencias y se comprometió a pasar por Matías al colegio, mientras los chicos pasaban el tiempo conversando sobre las peripecias de vivir con Margaret la reina de las tinieblas… solo para distraerlo un rato…

Matías estaba feliz le había logrado sacar a Antonia toda la información… así que se creía un súper héroe por lograrlo, lo que no sabía era  que entre Anto y su padre habían acordado que seria mejor que ella le informara de los hechos, pues sabían que había cosas que era mejor escuchar de un tercero… sobre todo cuando crees que por abrazar a un padre herir al otro, así podría dar rienda suelta a su sentimientos sin tener que considerar los sentimientos de los medas.

“James, siento mucho lo de la abuela” dijo dándole un fuerte abrazo, James le dio un beso en la frente y rompió a llorar nuevamente; esa simple frase le decía todo… Matías lo reconocía como su padre… aunque fuera solo un poco…

“yo también Maty”

“James ¿tengo primos? Mira que hasta ahora somos solo nosotros” porque lo eran de una extraña manera… eran sólo ellos cinco que habían formado una familia.

“si… tienes primos, tíos, tías, abuelos…”

“Vaya, sí que son grandes las familias en el sur” rió Anto

“vaya si lo son”

“mamá va a estar feliz, ella quiere conocer a sus nietos”

“no conoce a Ferni??”

“no… quería que los conociera juntos… no pensé que recaería”

“no llores, papá” le salió sin pensar… dejando a la habitación congelada en el tiempo, sin que nadie supiera cómo poder romper ese momento.

“Está bien Matías, no es malo que llore, le duele” dijo Eric abrazando a su hijo.

“papi”

“Maty está bien, James también es tu papá” dijo con el corazón sangrando de dolor, pues era cierto. Matías sólo lo abrazó con fuerza.

“Te amo, papá” dijo tomando a su hermana y metiéndose al vehículo de James, no sabía cómo manejar eso.

El viaje fue agotador diez horas en la carretera, entre tacos, cortes y su padre que manejaba lento pero seguro… fue horrible… porque James lo miraba con ojos de borrego; Fernandita estaba cansada aburrida y llorona… Anto miraba a Eric con ojos de deseo. Eric, asustado de perder a su hijo, quería odiar a James pero no podía… cómo esa bruja malvada lo hacía para escoger tan buenos hombres?!… la paz la rompió el celular de James… quien asustado de que le dijeran que su madre había fallecido, no quiso contestar y le paso el teléfono a Antonia. Sí, una reacción no muy de adultos pero tenía miedo…. perder a su madre lo reducía a un crío asustado.

Solo se escuchó un silencio… alguien hablaba sin parar. Después de segundos eternos que parecían horas:

“yo le informo, deje cerrado por favor” ahí el interlocutor recién se dio cuenta que no hablaba con James.

“Margaret se fue y se llevó todo del departamento”

“me lo imaginaba” dijeron los tres a coro.

Antonia agarró su portátil y comenzó a redactar un escrito.

“pediré una medida precautoria a favor de Fernanda y el cuidado personal exclusivo para ti, Eric entra a Chillan necesitamos ir  a una notaria para autorizar el poder y a carabineros para dejar una constancia de abandono de hogar”

Y así lo hicieron, mandó el escrito por correo electrónico y a esperar.

Al llegar a Pucón, el panorama era desolador, James estaba desgarrado. Matías sufría y odiaba a su madre por haberle privado de sus abuelos, su padre no tenía familia, era hijo único y ellos murieron en un accidente años antes de nacer Maty.

Margaret nació de una piedra!!! Él pudo haber tenido abuelos…

Muriel, luchadora, esperó por su hijo; no se iría de este mundo sin ver a su bebito, cual fue la sorpresa que el bebé de la familia apareciera con dos hijos!!

Ella pudo descansar en paz, rodeada de los suyos y con su familia que por fin estaba completa.

Habían pasado los días, todos sumidos en la tristeza. Para Eric fue como revivir la muerte de sus padres. Maty, si bien guardaba sus distancias con James, no lo era con el resto de su familia, él no se separaba de su abuelo y sus primos, de su abuelo porque estaba desolado y Matías sentía ese dolor como propio; de sus primos porque era un crio y él quería saberlo todo de ellos; escuchó mil historias de su padre de pequeño, eso le emocionaba. Eric y Antonia habían tomado vacaciones, porque era imposible separar a Tias de su familia, si ya los había comprometido para las vacaciones de verano, que pasarían los dos meses ahí.

James era el que peor lo llevaba, sentado día y noche en el tronco donde su madre les leía a él y a sus hermanos.

Antonia cuidaba a Fernandita. James se preocupaba de que comiera, cambiarle el pañal, el resto del tiempo solo quería tenerla él, apretada toda contra su pecho. Su padre, preocupado, trataba de que comiera un poco, él y sus otros hijos habían tenido tiempo de prepararse para su partida.

Eric estaba preocupado por como esto podía afectar a su hijo, y por qué no decirlo, estaba preocupado por James,

Días antes de la vuelta a casa, Matías decidió hacer la hazaña que los primos le habían contado que había hecho James de adolescente. Madrugó a las 6:30 y se fue al lago para atravesarlo. James, que dormía cubierto con una manta en el tronco, despertó con los gritos y salió corriendo. Tomó su moto de agua y fue donde su hijo a arrebatárselo del lago. Cuántas vidas de jóvenes imprudentes había arrebatado ese traicionero lago!

Al tenerlo a salvo y seguro sobre la moto de agua hizo lo que su padre hizo con él cuando cumplió su travesía, le estampó tres veces la mano en el poto, lo más fuerte que pudo, nada en comparación con lo que a él le dio su padre a los 17 años, que a traje de baño bajado le dejó el traste rojo y con sus manos marcadas en él por horas. Ahora… recién ahora entendía el miedo que vivió su papá y por qué no esperó a llegar a la privacidad de su casa, todo el verano castigado sin poder meterse al lago y no lo hizo, porque ese año fue cuando dejó el agua para saltar al fuego del infierno llamado Margaret, fue ese verano donde engendró a su hijo, perdió su sonrisa y fue a recorrer el mundo.

No se dio cuenta cuando estaba fundido en un abrazo con su hijo; fue en ese instante cuando los corazones de padre e hijo se sincronizaron en un solo latir y lloraron juntos.

Eric, sintiendo el barrullo, despertó y corrió al encuentro de su hijo. Ver esa imagen lo llenó de inseguridades pero qué podía hacer?!! Ellos eran padre e hijo. Antonia, con Ferni en sus brazos, le abrazó con ternura e impidió que se metiera al lago al encuentro de su hijo, ambos sabían que ese no era su momento.

Matías, al regresar a tierra firme, se echó a los brazos de su padre.

“papito, me ha pegado” le señalaba a James, acusándolo “él no podía, tu se lo prohibiste”

“es que es igual de porfiado que tú” dijo dándole tres azotes y abrazándolo. “No lo vuelvas hacer Tias, casi me muero de susto”

“lo siento” dijo apretando su cabeza contra el pecho de su padre, James se acercó tímido.

“lo siento”

“lo sé” dijo incorporándolo al abrazo, al que se unieron Antonia y Fernandita, porque en ese momento ya no les quedó otra opción que aceptar que ellos 5 eran una familia o debo decir 6…