Especial de Navidad
Ethan estaba de un humor de perros, sus padres estaban fuera, era la
boda de la hija de no sé que amiga de la infancia de su madre. Y habían tenido
que ir hasta la capital para asistir a la dichosa boda.
Lo cierto es que él había sido el primero en animarles a que fueran,
hacía tiempo que sus padres no se tomaban unos días para ellos solos, y desde
que su esposa muriera Ethan había cargado a sus pobres padres de
preocupaciones. Ya era hora que descansaran un poco de problemas de
adolescentes problemáticos.
Esa era la idea, él se encargaría de pasar el fin de semana con sus
tres chicos, bueno sus dos chicos y Nathan, que seguía tratándolo como si fuera
un total desconocido. No esperaba que lo tratara como a un padre, pero es que
ahora ya no lo trataba ni como a un hermano. Para Nathan, Ethan había pasado a
ser solo un huésped que estaba pasando una temporada en aquella casa que ahora
era su prisión. Nathan era cordial pero tirantemente seco con todos los miembros
de la familia. Se podría decir que era más amable y cercano con el servicio que
con su propia sangre, como se quejaba en silencio su madre.
Pero volviendo a ese viernes por la noche. Ethan recibió una llamada
del Hospital, era de un antiguo paciente, el hígado que le habían transplantado
hacía unos 5 años atrás ya estaba casi totalmente necrosado debido a una
hepatitis C muy violenta. A pesar de muchos tratamientos experimentales para
mantener los indices del virus bajos, nada había surtido efecto y el nuevo
órgano estaba sentenciado. Necesitaban otro transplante. Ethan se comprometió
que estaría en el quirófano para la intervención. Lo que tienen los
transplantes es que no se pueden programar. Y resultó que justo esa noche se
les había informado que un hígado compatible iba en camino. La intervención
comenzaría a las 10h y llevaría unas 7 o 8 horas. ¡Todo el sábado, vaya!
Ethan no sabía que hacer. Uther estaba castigado, el profesor de
matemáticas había llamado a quejarse porque el muchacho no entregaba sus tareas
des de hacía semanas. Lo iba a reprobar pero como en las demás materias iba
bien, decidió darle una oportunidad y si el lunes le entregaba todas las tareas
atrasadas, haría borrón y cuenta nueva. Tras una tremenda regañina por parte de
Ethan (acompañada de muchas palmadas en su tierno poto), Uther se comprometió
en hacer ese fin de semana todas sus tareas. Es más Ethan le había preparado
una planificación para poder tener acabadas todas las tareas para el domingo a
las siete de la tarde.
Nathan seguía en su arresto domiciliario, y con Mikel fuera de la
ciudad, no había forma que le chico pudiera salir a la calle. Además esa bonita
tobillera que estaba forzado a llevar lo hacía ser totalmente localizable.
Ethan solo estaba preocupado por no poder estar con Uther y asegurarse que
hiciera sus tareas y así poder salvar la materia.
Nathan respiró hondo y pensó y repensó que hacer. Finalmente picó en la
puerta de la habitación de Nathan.
- Adelante (dijo Nathan tan frío como un témpano).
- ¿estudiando? (le preguntó Ethan viendo los apuntes desperdigados por
la mesa y los libros abiertos).
- Sí (dijo seco y sin levantar la mirada de los apuntes).
- Me acaban de llamar del Hospital.
- Creí que te habías tomado un tiempo para estar con “ellos”
(refiriéndose a Lothar y Uther).
- Es un caso especial.
- Por supuesto (dijo Nathan arqueando una ceja y con toneladas de
sarcasmo. Ethan se sintió fatal, era cierto que se había tomado un tiempo para
sus hijos pero le había dado su palabra a su paciente y él era un hombre de
palabra. Ethan lo conocía mejor que nadie, sabía donde golpear para hacerle
realmente daño).
- ¿me preguntaba si…(empezó a decir Ethan un poco dudoso aún).
- ¿si puedo cuidar de “tus hijos”? (se adelantó Nathan, Nathan al fin
lo miró a los ojos, era una mirada oscura sin vida, Ethah solo asintió).
¿Recuerdas lo qué pasó la última vez que me los dejaste a mi cargo? ¿Tan
desesperado estás por regresar al quirófano?
- No es eso Nathan.
- Da igual, ya te lo he dicho, no me interesa, Yo no puedo moverme de
aquí así que si quieres les echo una ojeada para asegurarme que no corren con
unas tijeras en la mano o saltan por la ventana emulando a Superman (a Ethan se
le rompía le corazón oír a su hermano, no, hijo, hablarle así).
- Olvídalo, llamaré a una niñera.
- Muy bien, tú eres su padre, tú sabrás (y regresó a sus apuntes).
Ethan estaba tan frustrado con Nathan que le daban ganas de golpear
paredes y gritar como un loco. Pero era un adulto y sabía que nada de eso
serviría para nada. Decidió ir a la
habitación de Lothar y Uther y comunicarles el cambio de planes. Por supuesto
al principio tanto Lothar como Uther sintieron una pequeña alegría al pensar
que serían libres de hacer los que les placiera durante un día. Pero la alegría
se esfumó y pasó a rabia en cuanto escucharon la palabra “niñera”. Entonces
empezaron los gritos y aspavientos. La pelotera fue a tanto que seguro que la
escucharon sus abuelos des de la capital. Nathan salió de su habitación al oír
las primeras amenazas serias de Ethan, que estuviera enfadado con Ethan y Mikel
no significaba que quisiera que a aquellos dos cabezaS de chorlitos les
rustieran el trasero. Nada más abrir la puerta tanto Uther como Lothar se
tiraron a él como si fuera el último salvavidas del barco.
- Nathan, por favor, habla con él, a ti te escuchará. Dile que no puede
llamar a una niñera, eso es…es… es…indignante.
- sí, no somos bebés, Yo tengo 16 años, ¡Por Dios, Nathan 16! Si las
chicas de mi edad son las que hacen de niñeras…¿te imaginas que papá llama a
una de esas agencias y mandan a una compañera de clase? ¡Mi vida ya no valdría
un comino!
- Alto, alto, tranquilícense los dos (Ethan intentaba poner calma pero
los dos chicos estaban demasiados alterados).
- ¿Y por qué no se queda el tío vigilándonos? Prometemos que le
obedeceremos en todo, de verdad verdadera papi (le dijo Lothar con ojitos de
corderito. Nathan miró a su Ethan. Ethan miró a Lothar y Uther, era imposible
hacerles esa faena, no mirándolo como lo miraban).
- Vuestro tío tiene mucho que estudiar y…
- Pero si no puede salir de casa, está arrestado…(protestó Lothar) Papá
te prometo que esta vez nos portaremos super bien, lo juro ¿Verdad Uther?
(Uther asintió a la desesperada. Nathan miró a Ethan nuevamente y tras una
especie de gruñidito asintió. Se quedaría al cargo de aquellos dos).
- Muy bien, Nathan se quedará al cargo, pero a la más pequeño desliz y
os aseguro que vais a estar durmiendo sobre vuestras barrigas durante muuuuuuuuucho
tiempo ¿Me expliqué clarito?
- sí, papá. Seremos super buenos y haremos todo lo que el tío nos diga,
lo juro (dijo Lothar con la mirada brillante porque veía una salida a su
condena).
- Muy bien, pero quiero que sigas el plan de estudio que te he puesto,
le pediré a tu tío que me mande una foto cada dos horas con las tareas del
cuaderno que llevas hechas.
Y pobre de ti que no me guste lo que vea ¿entendiste?
- sí, papi, no te preocupes, seguiré el plan de estudio.
- Ok, Nathan, te quedarás al cargo. Cualquier cosa, llevo el teléfono y
ya has oído quiero esa foto cada dos horas.
- De acuerdo (dijo muy seco y los dos críos se abrazaron a su
salvador).
- Gracias Nathan eres el mejor (dijo Ulther)
- Gracias tío, ya verás este año como es de bueno contigo Santa Claus
(le dijo Lothar y la crisis con eso se acabó y todos regresaron a sus
dormitorios a dormir).
- Nathan (Ethan le dijo nada más cerrar la puerta de la habitación de
los niños)…gracias.
- No me las des, lo hice por ellos, lo de la niñera hubiera sido una
tremenda cochinada por tu parte (y se encerró de nuevo en su habitación dejando
a Ethan con la palabra en la boca).
A la mañana siguiente Ethan se marchó temprano para preparar la
intervención. Los chicos se levantaron tarde, era sábado. Nathan tuvo que
despertar a Uther que parecía que hubiera caído en coma, porque si no se ponía
ya con las tareas Ethan los iba a matar
a los dos. Aunque solo hubiera amenazado el poto del pequeñazo, Nathan sabía
que su trasero también estaba en la línea de fuego si aquel idiota la cagaba. A
regañadientes Uther se puso con la tarea, le parecía increíble que su tío fuera
en serio con lo de enviar las fotos a su padre por el celular, pero tras tomar
la primera foto, se dio cuenta que iba muy en serio.
Nathan optó por tomar sus apuntes y libros y bajar al salón y que Uther
y él trabajan juntos. Uther con sus dichosas matemáticas y él con microbiología
médica y radiología que eran sin duda la que más flojitas llevaba. Estudiar al
lado de Uther era si más no difícil. Ël chico estudiaba en voz alta y no paraba
de farfullar entre dientes cuanto odiaba las Mates y lo estúpido que era hacer
esas tareas. Pero Nathan tras muchos intentos logró concentrarse en sus estudios
y no estrangular al mocoso.
Sobre las 12, Lothar estaba ya harto de ver la televisión, así que se
puso a hablar por teléfono con unos compañeros de clase. A uno de ellos le
habían tocado unas entradas para asistir a la grabación del nuevo videoclip de
Selena Gómez que se iba a rodar en la Sierra de Agalta, a solo una hora de
allí. Ninguno de ellos disponía de un adulto que los llevara, se lo hubiera
pedido a Nathan pero estaba de carcelero de Uther y tenía prohibido salir de la
ciudad. ¡Maldito rastreador! Lothar pensó que era una pena estaban allí
estacionadas las dos movilidades de su abuelo, muriéndose de asco y él allí
muriéndose por ir a ver de cerca de Selena Gómez. Entonces tuvo la genial idea
que si tomaban “prestada” una de ellas, nadie lo iba a notar. Los abuelos
estaban en la capital, su padre en el hospital y Nathan estaba enganchado con
cola de impacto a Uther. Tomaría la movilidad, iría hasta la sierra y
regresaría mucho antes que su padre regresará del hospital. Era perfecto.
- Nathan, me marcho a echar unas canastas, me estoy muriendo de asco
aquí encerrado.
- Muy bien, tú que puedes aprovecha. ¿A que hora regresarás?
- No sé ¿A qué hora ha dicho papá que regresaría? (le preguntó con
malicia Lothar).
- No lo ha dicho, pero ese tipo de intervenciones llevan muchas horas,
yo no lo esperaría antes de la hora de cenar.
- Entonces llegaré antes de la cena jajaja.
- No te pases de listillo, canijo. Cuidadito con lo que hacéis, no
quiero líos con tu padre.
- No te preocupes, solo vamos a echar unas canastas.
- Ok, pasadlo bien.
- no es justo, yo también quiero ir a echar unas canastas (a Lothar le
recorrió un sudor frío por la espalda pero enseguida desapareció cuando Nathan
mandó a callar al enano).
- Tú, enano, no vas a echar otra cosa que codos, no te creas que no me
he dado cuenta que llevas un buen rato pasando hojas sin hacer ni un solo
ejercicio.
- Jooo es que esto es un rollo, seguro que me da una neurisma o algo.
- Bueno, si te da una neurisma, podré practicar contigo (enseñándole
uno de los libros de anatomía de encima de la mesa).
- Grrrr (Uther le sacó la lengua a Nathan y volvió a sus tareas, Nathan
se rió y le hizo una señal con la cabeza a Lothar para que se fuera).
El resto de día fue aburridísimo, lo cierto es que ni Nathan ni Uther querían
estar allí hincando codos. A ambos se les ocurrían millones de cosas mejores
que hacer que pasar un sábado haciendo problemas de matemáticas o estudiando
radiología y microbiología.
Eran las siete de la tarde cuando, finalmente Ethan salió del quirófano,
ahora solo quedaba ver si no rechazaría el hígado. Pero de eso ya se
encargarían el resto del equipo del hospital. Él estaba deseando llegar a casa
y echarse al sofá. Mientras se cambiaba de ropa en el vestuario, recordó la
tarea que le había encomendado a Nathan y fue a revisar su celular. Ahí estaban
las fotos, puntuales, cada dos horas. Por lo visto Nathan había logrado
que Uther se pusiera las pilas. También
había 11 llamadas pérdidas de un número desconocido, Ethan pensó que eran
demasiadas llamadas para ser de alguien que se equivoca al marcar. Así que dio
al botón de la rellamada. Para su sorpresa era el teléfono de su compañía de
seguros. El corredor de seguros le informó que la movilidad de su padre ya se
había retirado y llevado al taller de la marca para reparar y que se habían
empezado las gestiones para tramitar la denuncia contra el otro conductor.
Ethan pensó en sus padres ¿Algo les había pasado? pero en seguida cayó que no
se habían llevado ningún automóvil, habían ido en avión. Entonces Ethan se puso
en lo peor, y en lo peor para un padre, siempre es que alguno de sus hijos esté
herido o en peligro. Así que preguntó quién iba al volante, Ethan estaba
preparado para escuchar el nombre de Nathan, así que al escuchar el nombre de
Lothar, se quedó de piedra. ¡Pero si ni siquiera tenía permiso para conducir!
El corredor de seguros siguió informándole sobre el accidente y a medida que
iba hablando y tras asegurarse que no había habido ningún herido su presión
arterial se iba disparando. Ethan preguntó que había pasado con el conductor y
sus acompañantes y el corredor le dijo que lo acostumbrado. La compañía
aseguradora había enviado un taxi para llevarlos de regreso donde solicitaran
el conductor y los pasajeros.
Ethan solo pensaba que por el bien del chico más valía que cuando
llegara a casa lo encontrara con la mejor excusa del mundo, alguna como salvar
al papa de Roma o ser abducido por unos
alienígenas
A las cinco y media de la tarde Lothar entraba en casa blanco como un
fantasma.
- ¿Qué tal las canastas?
- Bien (contestó muy seco). Me voy arriba a duchar.
- Ok, usa el baño de tu padre, él otro sigue estropeado, hasta el
martes no vendrán a arreglarlo.
- Vale (Nathan lo miró extrañado, lo de las respuestas lacónicas era
más de su estilo, no del de Lothar. Pero pensó que se habría enganchado con
alguno de sus amigos, así que lo dejó estar)
Eran las ocho cuando Ethan entró por la puerta dispuesto a que ardiera
Roma.
- ¿Y tu hermano? (le preguntó furioso a Nathan).
- Papá, tú eres su hermano (le dijo extrañado Uther pensando que su
padre se había trastocado).
- ¡Uther, calla! ¿Dónde? (le preguntó de nuevo a Nathan de forma muy
inquisitiva)
- Arriba (dijo hundiéndose de brazos. No entendía que mosca le había
picado a Ethan).
- ¡Lothar! ¡LOTHAR! (Lothar al oír los bramidos de su padre supo
automáticamente que su padre ya se había enterado de su “pequeño” accidente
automovilístico). Lothar, si he de subir a por ti te juro por tu difunta madre
que esta noche acabamos en urgencias (gritó mirando hacía las gradas que subían
al segundo piso).
- ¿Qué pasa? (preguntó Nathan).
- ¿Que qué pasa? Eso debería preguntarte yo a ti! Eras tú el que estaba
a cargo ¿recuerdas? Si no lo ibas, solo tenías que decírmelo, y ya habría
llamado a (en ese momento bajó las escaleras Lothar).
- Papá, él no sabe nada, le mentí, le dije que iba a echar unas
canastas con mis amigos.
- ¿Qué pasa aquí? ¿Alguien me lo va a contar o sigo poniendo cara de
idiota? (preguntó un poco mosqueado Nathan).
- Cuéntaselo hijo, cuéntales…venga dile lo que has estado haciendo en
vez de jugar a baloncesto con tus amiguitos (la vena yugular de Ethan estaba a
punto de reventar).
- ¡Ja! Lo sabía, sabía que no había ido a jugar (dijo triunfante Uther).
- Uther, a tu cuarto! (le ordenó su padre)
- pero ¿porqué? Si yo no he hecho nada (protestó de muy malos modos,
Ethan le agarró muy bruscamente de la oreja y lo hizo levantarse).
- O me obedeces o esta noche van a ser dos los que se vayan calentitos
a la cama (le dijo entre dientes Ethan. Ethan no quería descargar su rabia con
el niño, sabía que con quién estaba furioso era con Lothar. Así que lo mejor
sería quitarlo del medio hasta que se calmara. Uther lo miró enfadado pero
sabía que si abría la boca y replicaba su padre no dudaría en cumplir su amenaza
y fuera lo que fuera que hubiera hecho su hermano debía ser de órdago porque su
padre estaba realmente furioso).
- Obedezco (dijo muy flojito y recogió sus cosas de la mesa y subió a
su dormitorio. Los tres esperaron a oír la puerta del dormitorio de los chicos
cerrarse para empezar a hablar).
- Lothar al despacho (dijo rechinando los dientes Ethan).
- ¿Pero qué pasa aquí? Me lo vais a contar ¿o qué?
- lo que pasa aquí, es que aquí nuestro amiguito Schumaker decidió
salir a dar una vuelta con el coche de su abuelo y estrellarlo contra una
farola.
- ¡Fue culpa del otro! Era la farola o el precipicio. ¿Qué hubieras
preferido? (dijo más gallito de lo que le hubiera gustado).
- Pues mira lo que hubiera preferido es que hubieras estado en casita
estudiando incluso en el maldito parque jugando a la pelota con tus amigotes.
Pero lo que te aseguro es que en ninguno de los casos te prefiero al volante de
un coche y mucho menos teniendo ningún tipo de accidente (Ethan estaba tan
furioso que le salían perdigones de saliva al hablar).
- ¿Estrellaste la movilidad de papá? (preguntó alucinando Nathan.
Lothar solo agachó la cabeza).
- Dime que no era el nuevo.
- El nuevo o el viejo, eso da igual, ¡Maldita sea Nathan, tiene 14
años, se podía haber matado!
- Lo sé, solo…da igual, te juro que de haberlo sabido yo no le hubiera
dejado
- Lo sé, Nathan. Sé que por mucho que nos detestes ahora a papá o a mí,
jamás harías algo que pusiera levemente en peligro a Uther o a Lothar (dijo con
cariño Ethan). Lothar ¿no me has oído? Te he dicho al despacho (dijo echándole
una mirada fulminante que hizo que Lothar corriera al despacho).
- ¿Qué vas a hacer? (le preguntó tímidamente Nathan)
- ¿Tú qué crees? Estaba conduciendo la movilidad, tuvo un accidente,
vale leve, pero un accidente, él mismo lo ha dicho, ya lo oíste, la farola o el
precipicio.
- seguro que tiene una buena
- ¿Una buena explicación? Venga Nathan, no hay explicación posible para
esto. Ni tú a su edad se te hubiera pasado por la cabeza hacer semejante
estupidez.
- Lo sé, yo sólo quería…bueno que no seas muy duro.
- Nathan, esta vez lo tengo que ser, no estamos hablando de no hacer
las tareas de la escuela, estamos hablando de poner su vida en peligro, la suya
y la de sus amiguitos que iban con él de excursión (dijo sacándose la correa).
- Ethan, el cepillo también duele (dijo intentando que Ethan se
apiadara un poco de Lothar), el mensaje le llegará igual de claro (Ethan vio en
aquella frase una oportunidad de recuperar la relación con Nathan, era la
primera vez que no le hablaba con tirantez. Así que volvió a colocarse la
correa en su sitio y subió al baño de sus padres donde su madre guardaba el
temido cepillo. Jamás le habían visto cepillarse el cabello con él, pero
siempre estaba encima del tocador, como aguardando).
Lothar recibió aquella tarde una tremenda zurra, estuvo días en que
sentarse era un suplicio, pero él diablo no sabía que aún debía darle gracias a
su tío/hermano por haber intercedido por él. Porque por muy denigrante que
fuera que su padre le hubiera hecho desnudarse de cintura para abajo y
colocarse el mismo sobre las rodillas de su padre. Por muy embarazoso que fuera
recibir nalgadas a sus 14 años. Por muy vergonzoso que hubiera sido estar de
cara a la esquina con los calzoncillos en los tobillos y las manos en la nuca
durante 20 minutos…hubiera sido mucho peor si en vez de usar el cepillo, su
padre hubiera usado la correa como tenía pensado inicialmente. Pero esa es una
de esas cosas que los hermanos menores simplemente desconocen.
Little Hoshi amiga mía MUCHAS MUCHISIMAS GRACIAS POR PARTICIPAR se que has estado muy corta de tiempo... así que el que te hagas animado significa muchísimo para mi, y sobretodo con esta monumental obra de arte... me encanto el tío/hermano Nathan con sus salidas tan propias y los chicos haciendo sus típicos desastres que llevaran a Ethan a la cavílese prematura...
ResponderBorrarUN MILLON INFINITO DE GRACIAS MI QUERIDA LITTLE...
ResponderBorrarDEFINITIVAMENTE ESTE HA SIDO EL MEJO REGALO DE NAVIDAD QUE
PUDE HABER RECIBIDOOOOOOO
he muerto de emocion en cada momento, mi corazon se hizo chiquitito porque es la primera vez que no se que le pasa a unos de mi niños, y eso es enteramente emocionante, es mas aune stoy con la piel de gallina, gracias por seguir la linea del enojo de Nathan y que este con su localizador en el tobilllo
TE QUEDO BELLISIMO, DE NUEVO MILLON Y MEDIO DE GRACIAS, ES UN SUPER REGALO
CON CARIÑO Y AGRADECIDA
MARAMBRA
PD. FELIZ NAVIDAD QUERIDA AMIGA
Pobre Lothi, jejej!!! pero también cómo se le ocurre, no?!!! Me encantó Nathan!!! =) Te quedó súper, LittleHoshi!!!
ResponderBorrarte quedo super pero que paso con matias
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